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CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodio 4

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**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Si este se siente como un episodio menor, es porque los tres primeros capítulos de “Daredevil: Born Again” han sido extremadamente buenos; es decir, la valla está alta. Sin embargo, hay mucho para disfrutar en el cuarto episodio de “Daredevil: Born Again”, desde un caso muy particular que le toca atender a Matt Murdock (Charlie Cox), hasta los esfuerzos del alcalde Fisk (Vincent D’Onofrio) por comenzar a cumplir con sus promesas de campaña y, por supuesto, el muy esperado retorno de Frank Castle / El Castigador (Jon Bernthal).

De hecho, esto último es de lo mejor que tiene el episodio para ofrecer, incluyendo una magnífica escena protagonizada por dos grandes actores dando interpretaciones fascinantes. El diálogo entre Matt y Frank hace un excelente trabajo resumiendo las posturas de ambos personajes, y más importante, dejando en claro que la muerte de Foggy será lo que siempre terminará motivando al primero en esta temporada. Puede que él se mienta a sí mismo o diga que está trabajando únicamente porque es su deber, pero todo lo que hace —especialmente ahora lo relacionado a la muerte de su último cliente, así como sus enfrentamientos con policías corruptos que usan el logo del Punisher— lo hace por Foggy. Es Frank quien le hace ver la realidad a Matt, lo cual parece traerá consigo ciertas consecuencias; ¡me muero por ver a Daredevil de regreso, con traje y todo!

Pero regresando al tema de los policías. Me encanta que “Daredevil: Born Again” no tenga miedo de meterse en temas potencialmente controvertidos, dejando en claro que buena parte de los policías que operan en la Nueva York de Fisk son corruptos y violentos, capaces de matar hasta por venganza. Va a ser interesante ver cómo el show continua desarrollando esto, especialmente ahora que Frank ha regresado. Lo mismo se puede decir sobre Wilson Fisk —algo de progreso se está haciendo con sus terapias de pareja, pero el que tenga encerrado al ex de Vanessa, Adam (Lou Taylor Pucci) en un calabozo nos dice, nuevamente, que Fisk no ha cambiado tanto. Puede que sea capaz de perdonar a Daniel (Michael Gandolfini) luego de haber cometido un error, pero igual parece que no ha terminado de esconder sus violentas tendencias. Habrá que ver qué sucede con él, y claro, de qué forma Daredevil se verá obligado a detenerlo.

Cofundador y editor en NoEsEnSerie.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, y miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica. Integra el staff de la revista MasGamers, las webs de Nintendo Pe y Fans de Zelda Perú, el portal web Cinencuentro, y el portal de cine peruano FotografiaCalato.com. Adicionalmente, es YouTuber para el canal Aprieta Start, y formó parte del staff de prensa del 18 Festival de Cine de Lima. También trabaja como fotógrafo para Star Wars Fan Club Perú. Desde enero del 2012 publica críticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas (el cual forma parte de la Asociación de Blogs de Cine). Crítico oficial de RottenTomatoes.com. Cinéfilo y seriómano empedernido.

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CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodio 3

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

“Daredevil: Born Again” continua con un episodio que, por lo menos, se siente igual de satisfactorio y sorprendente que los dos primeros, siendo incluso, en ciertos aspectos, superior a ellos. Lo que tenemos acá es un capítulo dedicado casi enteramente al juicio de Hector Ayala (Kamar de los Reyes), en el que Matt (Charlie Cox) se encarga de defenderlo. Esta semana, pues, no tenemos a nuestro protagonista poniéndose el traje del personaje del título, pero eso no importa —da gusto tener un episodio enfocado en su identidad de civil, mostrándonos como a través de su trabajo como abogado también tiene que lidiar con muchos de los problemas éticos con los que se encuentra al actuar como superhéroe.

No hace falta decir, entonces, que el enfoque en el juicio funciona muy bien, permitiéndole al episodio desarrollar breves —pero intensos— momentos de palpable tensión. Resaltan el viaje por parte de un testigo importante al lugar del juicio, las revelación pública por parte de Matt de la identidad alterna de Hector (el Tigre Blanco), y por supuesto, la conclusión del juicio. Si algo de gusto acá, es ver cómo Hector es establecido y desarrollado como un buen tipo; como alguien que ha estado ayudando tanto a civiles como a policías, y que claramente sería incapaz de matar a alguien a sangre fría. Kamar de los Reyes (Q.E.P.D.) hace un estupendo trabajo interpretando a Hector, mostrándolo como alguien que simplemente se dedica a hacer lo correcto, incluso cuando eso puede traer consigo graves consecuencias.

Y eso es precisamente lo que termina sucediendo acá. Ver como Hector es finalmente asesinado, y encima por alguien que lleva el símbolo del Castigador en su ropa, resulta desgarrador. Al igual que ver a Matt hablar por fin sobre Foggy (Elden Henson) con su su cuasi novia, Heather (Margarita Levieva). Y hasta la trama secundaria con Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) resulta intrigante, especialmente cuando hacia el final lo vemos dando una entrevista en la que se queja del resultado del juicio a Hector. Ver como se discute y maneja el tema de los “vigilantes” a nivel político es más interesante de lo que suena, y es lo que hace que “Daredevil: Born Again” sea algo más que un simple show de personajes en spándex dándole a palazos. Si “Daredevil: Born Again” comenzó con el pie derecho con los primeros dos episodios, este tercero sirve para establecerlo como una serie con harto potencial que espero no vaya a ser desperdiciado.

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CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodios 1 y 2

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Tuvimos que esperar años, aguantar rumores, contentarnos con cameos en películas como “Spider-man: sin camino a casa” o series como “She-Hulk”, y hasta ser testigos de un cambio de rumbo bastante drástico para la serie, pero por fin estamos acá. Por fin se han estrenado los dos primeros episodios de “Daredevil: Born Again”, la continuación de la afamada serie de Netflix que, me imagino, ahora es 100% canon (lo cual, además, haría que sus varias referencias a la Batalla de Nueva York no estén por las puras). Por fin tenemos de regreso a Matt Murdock / Daredevil, y sí que lo habíamos extrañado.

Ahora bien, hay una nota más arriba en esta página, pero igual vale la pena mencionarlo otra vez: incluiré spoilers. ¡Así que no hay lugar a reclamos!

Comenzando por el inicio (lógicamente), creo que tiene sentido decir que lo más chocante del primer episodio de “Daredevil: Born Again” es la muerte de Foggy (Elden Henson). Es algo que muchos habían estado asumiendo, que había sido parte de varios rumores, pero que al final del día terminó siendo cierto. De hecho, sirve como una suerte de catalizador para arrasar con el status quo, haciendo que, un año después, veamos a Matt (Charlie Cox, excelente como siempre) ahora trabajando con su propia firma de abogados junto a Kirsten McDuffie (Nikki M. James), y nos enteremos de que Karen (Deborah Ann Woll) se ha ido de Nueva York.

Pero lo más interesante (y algo que se menciona en varios de los trailers) es el regreso de Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio), quien no tarda en buscar a su esposa Vanessa (Ayelet Zurer), postular a la alcaldía de la ciudad… y ganarla. Es así que el anteriormente llamado Kingpin se convierte en el nuevo líder de Nueva York, lo cual motiva a Matt a tener una pequeña conversa con él. ¿De verdad habrá cambiado y querrá arreglar la ciudad, o será el mismo matón de siempre? Bueno, para el segundo episodio queda bastante claro que no ha cambiado tanto, y que no tiene miedo de usar tácticas cuestionables para salirse con la suya.

Pasando al segundo episodio y alejándonos del shock de los eventos del primero, las cosas comienzan a tornarse más complicadas. Matt se convierte en el abogado de Hector Ayala (Kamar de los Reyes), quien en las noches trabaja, claramente inspirado en Daredevil, como una suerte de superhéroe. Resulta que ha sido acusado de matar a un policía, lo cual es falso y es propagado por oficiales que llevan el tatuaje del Punisher en sus muñecas (¡ajá!). Y también vemos a Matt comenzando una relación con la psicóloga Heather Glenn (Margarita Levieva), quien para el final del episodio comienza a darle terapia de pareja… ¡a Wilson Fisk y Vanessa!

Es así que en el segundo episodio la trama comienza a asentarse, dejando en claro que Matt ha dejado a Daredevil en el pasado pero que, obviamente, se verá obligado a traerlo de vuelta. No solo para combatir a los policías influenciados por el infame Castigador, si no también, seguramente, para enfrentarse a Fisk, quien parece realmente querer salvar la ciudad, pero quien claramente hará uso de violencia e intimidación para cumplir sus cometidos. La última escena es de lo mejor que el episodio tiene para ofrecer; en ella, vemos a Matt viéndose obligado a pelear contra un par de policías que lo quieren matar, luego de haberlos encontrado en la casa del único testigo vivo que podría ayudar a mantener a Hector lejos de la cárcel.

“Daredevil: Born Again” ha comenzado, pues, indudablemente con el pie derecho, haciendo uso de una estética sucia, llena de movimiento y textura. Disfruté particularmente de los cambios de aspect ratio para mostrar la forma en que Matt percibe el mundo, usando su sentido del oído mejorado. Y también me gustó el uso de cámaras en mano algo nerviosas en momentos de más tensión, combinadas con una estética más tradicional durante las escenas de supuesta calma. Cox y D’Onofrio están geniales como siempre; Levieva es carisma puro, y Michael Gandolfini (como un practicante de Fisk) seguramente tendrá más que hacer más adelante. “Daredevil: Born Again” me dejó con ganas de más, lo cual es lo mejor que podría haber hecho con sus dos primeros episodios. ¡El Demonio de Hell’s Kitchen está de vuelta!

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CRÍTICA: La vida sexual de las universitarias – Temp 3, Ep 10 (FINAL)

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*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Y llegamos al final. Con todo y un miembro importante del reparto menos, “La vida sexual de las universitarias” ha logrado terminar su tercera temporada, ¿y saben qué? Me convenció. Si, obviamente extrañamos a Reneé Rapp y algunos episodios terminaron siendo mejores que otros, pero en términos generales, no puedo decir que no haya disfrutado de la tercera temporada de “La vida sexual de las universitarias”. Además, hay que admitir que hicieron un buen trabajo presentando a Kacey, que muy bien podría haberse sentido como un inútil reemplazo para Rapp, pero que poco a poco fue ganando su propia identidad y, por supuesto, ganándose un sitio en la serie. ¡Soy su fan!

¿Pero qué hay del último episodio? Pues las chicas han estado ocupadas hasta el último minuto. Kimberly se ve involucrada en una protesta en contra de un senador ultraconservador que va a dar una charla en la universidad, y eventualmente, en una situación que termina en su arresto (¡!), aunque sea temporal. Bela se da cuenta de que es bisexual luego de haberse besado con una chica, cosa que obviamente le va a costar admitir frente a su madre. Whitney le da inicio a una revolución entre los atletas de la universidad, lo cual culmina con una protesta casi masiva frente al concejo de atletismo. Kacey se pone muy intensa en su relación y se queda soltera nuevamente, y finalmente, parece que Mia terminará amistándose con su madre, luego de tener una conversación con Bela sobre sus problemas.

En general, creo que todas las tramas de este último episodio estuvieron bien desarrolladas. Y ciertamente la pasé muy bien con la última secuencia, en la que además Kacey se LUCE cantando un hermoso tema de “The Greatest Showman”. Pero lo más impresionante —y preocupante— fue lo, bueno, final que se sintió este episodio. No como el desenlace de la temporada únicamente, si no también, potencialmente, como el desenlace de la serie entera. Esto me hace pensar que los showrunners podrían estar considerando terminar “La vida sexual de las universitarias” con esta tercera temporada, o que de repente tienen miedo de que no los renueven. Honestamente, quedan suficientes preguntas como para seguir con la historia, por lo que cruzaré los dedos para que haya una cuarta temporada. ¡Solo espero que no sea necesario esperar dos años o más para seguir con las historias de estas chicas!

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