destacado
CRÍTICA – How I Met Your Father (Temporada 1)
Publicado
hace 3 añosel
¿Qué es lo que hace que una sitcom alcance la categoría de «inolvidable»? A título personal, considero que, esencialmente, sus personajes. Habrán quienes simpaticen más con tal o cual serie, pero lo que encontraremos en cada respuesta es que, por sobre todo, el espectador puede identificarse con alguno de los personajes -a excepción de un raro fenómeno llamado Seinfeld, pero es otra discusión aparte-. Así, por ejemplo, cada fanático de Friends, tendrá un personaje favorito dentro del sexteto original. En mi caso, yo tengo en el personaje del estudiante de intercambio Fez a mi favorito de That ’70s Show. Incluso en series que se extendieron más de la cuenta, como el caso The Big Bang Theory, la clave del éxito inicial fue la personificación de cierto grupo marginado durante muchos años y finalmente visible gracias a Sheldon Cooper y compañía.
Es eso también lo que tuvo How I Met Your Mother. Ahora bien, está muy claro que habrá que tener mucha tolerancia con ciertos comportamientos normalizados hace no muchos años que actualmente ya no se encuentran dentro de lo políticamente o moralmente correcto como, por ejemplo, la irresponsabilidad afectiva de Barney Stinson o la hiperdependencia emocional de Ted Mosby quizá no sea lo más trendy en tiempos modernos. Sin embargo, no por ello ha dejado -ni dejará- de ser una serie de culto y con la que muchos millennials crecieron, se sintieron identificados y que, por supuesto, ha creado asuntos tan icónicos como aquello de que «nada bueno sucede después de las 2 a.m.», por mencionar uno de tantos.
Solo he mencionado todo lo anterior para tener la imagen completa de la magnitud de rival que puede tener la reciente How I Met Your Father si es que la intención desde un primer momento será compararla con la serie original. No solo, además, lucharía en tal caso, contra la inigualable HIMYM, sino también contra otros obstáculos, como la imperiosa necesidad de actualizar ciertas cuestiones sociales -léase, diversidad- que la protagonizada por Ted Mosby y compañía no tuvieron en cuenta. Por si ello fuera poco, tenemos el hecho de que, a pesar de la resurrección de muchas sitcoms, como The Office o Malcolm in The Middle, gracias al encierro de la pandemia, es indudablemente un formato que está quedando en desuso.
Contra todo ello aparece Sophie (Hillary Duff), la protagonista y quien cuenta la historia a su hijo en el futuro año 2050 (para esta época, interpretada por Kim Catrall). Los hechos que suceden en el presente son, en principio, no muy distintos de lo que teníamos en la producción base, aunque tendremos las redes sociales, desde luego, como uno de los componentes actuales. La mejor amiga de la protagonista es Valentina (Francia Raisa), quien inicialmente se involucra sentimentalmente con Charlie (Tom Ainsley). Completan el grupo de amigos Jesse (Chris Lowell), su hermana Ellen (Tien Tran) y su mejor amigo Sid (Suraj Sharma).
En principio, HIMYF cumple con diversificar a los personajes que componen núcleo amical, pero tiene serios problemas por intentar no herir susceptibilidades, pues resulta un producto algo insípido en sus primeros episodios, hecho que empeora con la poca elaboración en la historia inicial que relaciona al grupo de amigos. Entiendo que lo que le sucede es que aqueja lo mismo que muchas series actuales. Requiere unos cuatro o cinco capítulos para enganchar mejor y tomar un ritmo entretenido. Tras ellos, ayuda mucho en este caso, que la duración de los episodios sea la típica de los veinte minutos, pero también que apela con eficacia a los mejores recursos que tiene la serie original, como los saltos a escenarios paralelos, a la uniformización de las vivencias de sus personajes, a la aparición de objetos que representan momentos importantes (algo como el corno azul, el paraguas amarillo y otros) y a escenas mucho más divertidas y graciosas.
Sin embargo, lo mejor de la serie está en que ninguno de los personajes resulta detestable y la química entre ellos se aprecia auténtica. Tal vez no tanto entre Sophie y Drew (Josh Peck), pero podría ser una opinión muy personal que me pareció estar viendo un crossover «algunos años después» entre Lizzie McGuire y Drake & Josh y no tanto la serie actual. No obstante, todo lo demás lo encuentro muy fluido y agradable. Claro está, no deben ser odiosamente comparados los personajes versus los de HIMYM porque tienen muy poco que hacer ante la simpatía de Barney, Marshall, Lily, Robin y Ted.
En próximos episodios (no quiero lanzar spoilers exactos porque la serie recién se ha estrenado en Latinoamérica), tendremos cameos y algunos escenarios que entrelazarán la historia entre HIMYF y HIMYM. Es un acierto que se haya dilatado este recurso, para que la serie actual pueda presentarse por sí misma y el recurso de la nostalgia sea solo la cereza del pastel y no opaque la trama de Sophie y sus amigos. Tampoco es que debamos creer que HIMYF reniega inicialmente de su predecesora, pues incluso la melodía de la intro es la misma y la estructura de la que se vale para introducir a la trama es la misma de contarle los años mozos a tu hijo.
Es, con todo, un mérito notable para una sitcom que sobreviva a una segunda temporada con solo diez episodios en la primera parte (HIMYM tuvo 22 episodios en su primera), pues es en la cotidianeidad que se genera el vínculo personaje-espectador, aunque felizmente la nueva temporada contará con 20 episodios, un número más acorde al formato y que le dará espacio para desarrollar momentos más emotivos y simbólicos, que es finalmente de lo que este tipo de series están construidas. How I Met Your Father es una propuesta entretenida y ligera y, en promedio, mucho mejor de lo que muchos escépticos vaticinaban, pero será inevitable no compararla y por tanto, no hablar de su falta de valentía por mostrar algo más disruptivo. Aunque, para ser sincero, a nadie le cae mal una sitcom como las de antes.
Estudié Economía en la Udep, pero mi película favorita no es Wall Street ni mi serie favorita es Billions. En realidad no tengo ninguna favorita, por eso dedico todo el tiempo posible a ver la mayor cantidad de series y películas que pueda, y porque me gusta. Escribo también en estrimin.pe.
****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Llegamos al final de lo que podría considerarse como una de las mejores series del 2024. Y felizmente, “El Pingüino” ha concluido de manera satisfactoria —más que satisfactoria, de hecho. El personaje del título (Colin Farrell) por fin se ha convertido en el verdadero villano que siempre debió ser; Sofia Gigante (Cristin Milioti) ha regresado al asilo de Arkham, para volver a vivir su peor pesadilla. Pero más importante: lo que tanto nos teníamos, terminó pasando. Vic (Rhenzy Feliz), el eterno aliado de Oswald, es asesinado por este último luego de que tienen una breve conversación, en la que el primero le confiesa que lo considera como familia. El último cuchillazo en el corazón (no literal). El último paso que Oz tenía que dar para convertirse en lo que debía ser.
De hecho, lo que postula este último episodio de “El Pingüino”, es que Oz siempre fue así. Desde pequeño. No solo porque terminó matando a sus dos hermanos, como vimos en otro flashback, si no también porque siguió viviendo con su mamá después de eso, como si nada hubiese pasado. Para él, sus hermanos eran como obstáculo que le impedían estar con su madre, y que debían ser eliminados. Quería a su madre solo para él. Quería su aceptación. Quería darle la vida que siempre quizo tener. Pero como Oz no puede obtener todo lo que quiere, y mucho menos lo más importante para él, su madre termina teniendo un derrame, el cual la deja en estado vegetativo. Todo por lo que luchó, todo por lo que mató… se esfumó en pocos minutos. Y todo lo que queda es un Oz destruido, que lo tiene todo pero a la vez nada.
Es así, pues, que “El Pingüino” nos deja con una de las mejores construcciones de un villano que haya visto en un buen tiempo. A diferencia de lo que está haciendo Sony, la serie nunca trata de redimir a su personaje central ni mucho menos. No trata de convertirlo en un antihéroe. Lo que ha hecho es obligarnos a seguir a un personaje nefasto, a un psicópata al que entendemos, pero al que nunca llegamos a justificar. Es fascinante, y se cuelga de las excelentes actuaciones de Farrell, Milioti y Feliz. De hecho, si tengo una sola queja, es que “El Pingüino” no logra insertar suficientes referencias al mundo en el que sucede (¿cómo es que Batman ha ignorado todo lo que pasa en el show?) Y aunque me encantó la aparición de la Batiseñal al final, creo que pudieron haber puesto… más. Pero eso es lo único, ¡lo juro! Por lo demás, “El Pingüino” ha concluido muy bien, y ha demostrado ser, nuevamente, de lo mejor que hemos podido ver este año en streaming.
****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Ya nos vamos acercando al final. En el sétimo episodio de “El Pingüino”, llamado “El Jefe”, las cosas se tornan más complicadas para el personaje del título. Su madre, Francis (Deirdre O’Connell) ha sido capturada por Sofia Gigante (Cristin Milioti), y cuando llega a su casa en busca de Vic (Rhenzy Feliz), más bien se encuentra con Sal Maroni (Clancy Brown), quien le pide lo lleve a su base de operaciones en las alcantarillas. Después de todo, se quiere vengar de Oz por haber matado a su esposa, y de paso se quiere quedar con su operación de producción y distribución de drogas para compartirla con Sofia.
Es una situación compleja, pues, de la cual, para variar, Oz logra salir. Con la ayuda de un secuaz, logra apagar las luces de su base, se escapa de las garras de sus enemigos, y termina asesinando a Maroni… bueno, más o menos. Pelean, y este parece morir de un infarto, lo cual frustra a Oz, quien siempre quiere demostrar que es el ganador y es mejor de lo que el resto cree. Pero por su parte, en una conversación con Francis, Sofia se da cuenta de algo: todo este tiempo, quizo hacer algo nuevo, ser distinta. Pero ha estado jugando el mismo juego que su padre. Por ende, cuando Oz le pide que vaya a su base para entregar a su madre, hace algo diferente: le manda una bomba. Y aunque el Pingüino sobrevive (obviamente), para variar, los que pagan las consecuencias de la explosión son los residentes más pobres de la superficie. Al igual que con la inundación del Acertijo en “Batman”, son los más necesitados los que sufren por las acciones de estos villanos.
Es así que “El Pingüino” se va acercando a su final, sorprendiéndonos con giros narrativos interesantes y demostrando que ya se está acercando a un clímax potencialmente intrigante. Disfruté del flashback a la infancia de Oz con su madre (pues resulta que el pequeño Pingüino fue el responsable de la muerte de sus hermanos… o al menos eso parece), y disfruté de la escena entre Francis y Sofia, y de la intervención del Doctor Rush (Theo Rossi) en toda la situación. Sofia sigue siendo una antagonista formidable, dejando a Oz más solo que nunca. Aparentemente sin Vic (por el momento, asumo) y con un ejército muerto. ¿Qué pasará en el último episodio de la próxima semana? Tengo mis teorías, pero como siempre, estoy seguro que “El Pingüino” logrará sorprenderme.
destacado
CRÍTICA: Agatha en todas partes – Episodios 8 y 9 (FINAL)
Publicado
hace 3 semanasel
31 octubre, 2024EPISODIO 8
****sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
El octavo (¡y penúltimo!) episodio de “Agatha en todas partes” comienza con el breve retorno de Alice (Ali Ahn), quien al encontrarse con la Muerte (Aubrey Plaza) se entera de que ya cumplió con su misión en la Tierra; al ser una Bruja de Protección, murió protegiendo a alguien. Luego de eso, retornamos a donde Billy (Joe Locke) y Jennifer (Sasheer Zamata) escapando de la prueba anterior, y del sacrificio de Lilia (Patti LuPone). Eventualmente, se reencuentran con Agatha (Kathryn Hahn), y aunque tratan de avanzar por el Camino de las Brujas, al final se dan cuenta de que este es un círculo, y regresan a donde comenzaron.
¿O no? Porque sí terminan llegando a la última Prueba, donde Agatha se da cuenta que cada una de las brujas ha llegado al momento en donde puede (¿debe?) recibir lo que está buscando. Jennifer recupera sus poderes (resulta que era la mismísima Agatha las que los estaba bloqueando), Billy encuentra la manera de meter la consciencia de su hermano en el cuerpo de un niño que está a punto de morir, y Agatha… bueno, logra crear vida a partir de la tristeza, lo que la lleva a enfrentarse a la Muerte y, para sorpresa de muchos, autosacrificarse. ¡Resulta que no era taaaan mala después de todo!
Todo va culminando, pues, tal y como asumíamos que culminaría, pero lo más interesante ha sido reservado para el final del episodio. Ya de vuelta en casa (y luego de haber adquirido su propio traje de superhéroe y todo), Billy se da cuenta de algo, y el público es testigo de un giro bastante chocante. El Camino de las Brujas nunca existió; siempre estuvo basado en las experiencias y cosas que Billy tenía en su cuarto. Como buen hijo de Wanda Maximoff, creó su propia realidad, y trajo consigo a las brujas para meterse en ella (lo cual explica cómo es que la Muerte se va del Camino simplemente cortando un agujero en una pared falsa en el fondo… huh). Es un “twist” que funciona, pero que sí me dejó con una desagradable sensación, parecida a la del estereotípico final de “todo fue un sueño”. Y así termina, lo cual, por supuesto, me lleva a…
EPISODIO 9 (FINAL)
**** sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
…el último episodio de “Agatha en todas partes”, por supuesto. Es aquí, pues, que nos enteramos —a través de un flashback bastante extenso— de la vida de Agatha entre 1750 y 1756, primero cuando dio a luz a su hijo Nicky, y luego cuando vivió con él hasta el día que la Muerte se lo llevó, engañando a brujas para luego matarlas. Pero más importante, es aquí que se complementa lo revelado en el episodio anterior, mostrándonos que la Balada del Camino de la Bruja nunca fue real —simplemente era la adaptación de una canción que al pequeño Nicky se le ocurrió mientras caminaba con su madre cerca al bosque.
Por ende, es Agatha quien se inventó todo el rollo del Camino, y como se muestra en un montaje bastante memorable, quien engañó por literalmente siglos a brujas, diciéndoles que les mostraría el Camino, para luego extraerles todo su poder. Es eso, de hecho, lo que planeaba hacer con Alice, Jennifer y Lilia al inicio de la temporada, en el sótano de su casa… hasta que Billy, con su propio poder, creó el Camino por primera vez en la historia. Es así, pues, que este episodio final nos muestra claramente el arco de personaje de Agatha: comenzó la temporada como alguien que simplemente quería seguir engañando a otras brujas, como siempre, y la terminó sacrificándose por Tommy, y convirtiéndose en una fantasmita.
Es ya en el presente que la vemos así, y que llegamos al final de la serie: con Agatha y Billy saliendo a la luz, en busca de Tommy. ¿Veremos el desarrollo y desenlace de dicha aventura? Sospecho que sí, pero no sé si en una segunda temporada de “Agatha en todas partes”, o en alguna otra serie. En todo caso, se puede decir que este show terminó siendo mejor que lo que muchos esperaban; correcto, en términos generales, y en el caso de algunos episodios un poco repetitivo, pero en el caso de otros, bastante memorable. No la he pasado mal con “Agatha en todas partes”, y ahora que el personaje del título es un fantasma, me gusta la idea de seguir a Billy Maximoff en la búsqueda de su hermano. ¡Apúrense y háganlo realidad, Marvel!