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CRÍTICA – How I Met Your Father (Temporada 1)

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¿Qué es lo que hace que una sitcom alcance la categoría de «inolvidable»? A título personal, considero que, esencialmente, sus personajes. Habrán quienes simpaticen más con tal o cual serie, pero lo que encontraremos en cada respuesta es que, por sobre todo, el espectador puede identificarse con alguno de los personajes -a excepción de un raro fenómeno llamado Seinfeld, pero es otra discusión aparte-. Así, por ejemplo, cada fanático de Friends, tendrá un personaje favorito dentro del sexteto original. En mi caso, yo tengo en el personaje del estudiante de intercambio Fez a mi favorito de That ’70s Show. Incluso en series que se extendieron más de la cuenta, como el caso The Big Bang Theory, la clave del éxito inicial fue la personificación de cierto grupo marginado durante muchos años y finalmente visible gracias a Sheldon Cooper y compañía.

Es eso también lo que tuvo How I Met Your Mother. Ahora bien, está muy claro que habrá que tener mucha tolerancia con ciertos comportamientos normalizados hace no muchos años que actualmente ya no se encuentran dentro de lo políticamente o moralmente correcto como, por ejemplo, la irresponsabilidad afectiva de Barney Stinson o la hiperdependencia emocional de Ted Mosby quizá no sea lo más trendy en tiempos modernos. Sin embargo, no por ello ha dejado -ni dejará- de ser una serie de culto y con la que muchos millennials crecieron, se sintieron identificados y que, por supuesto, ha creado asuntos tan icónicos como aquello de que «nada bueno sucede después de las 2 a.m.», por mencionar uno de tantos.

Solo he mencionado todo lo anterior para tener la imagen completa de la magnitud de rival que puede tener la reciente How I Met Your Father si es que la intención desde un primer momento será compararla con la serie original. No solo, además, lucharía en tal caso, contra la inigualable HIMYM, sino también contra otros obstáculos, como la imperiosa necesidad de actualizar ciertas cuestiones sociales -léase, diversidad- que la protagonizada por Ted Mosby y compañía no tuvieron en cuenta. Por si ello fuera poco, tenemos el hecho de que, a pesar de la resurrección de muchas sitcoms, como The Office o Malcolm in The Middle, gracias al encierro de la pandemia, es indudablemente un formato que está quedando en desuso.

Contra todo ello aparece Sophie (Hillary Duff), la protagonista y quien cuenta la historia a su hijo en el futuro año 2050 (para esta época, interpretada por Kim Catrall). Los hechos que suceden en el presente son, en principio, no muy distintos de lo que teníamos en la producción base, aunque tendremos las redes sociales, desde luego, como uno de los componentes actuales. La mejor amiga de la protagonista es Valentina (Francia Raisa), quien inicialmente se involucra sentimentalmente con Charlie (Tom Ainsley). Completan el grupo de amigos Jesse (Chris Lowell), su hermana Ellen (Tien Tran) y su mejor amigo Sid (Suraj Sharma).

En principio, HIMYF cumple con diversificar a los personajes que componen núcleo amical, pero tiene serios problemas por intentar no herir susceptibilidades, pues resulta un producto algo insípido en sus primeros episodios, hecho que empeora con la poca elaboración en la historia inicial que relaciona al grupo de amigos. Entiendo que lo que le sucede es que aqueja lo mismo que muchas series actuales. Requiere unos cuatro o cinco capítulos para enganchar mejor y tomar un ritmo entretenido. Tras ellos, ayuda mucho en este caso, que la duración de los episodios sea la típica de los veinte minutos, pero también que apela con eficacia a los mejores recursos que tiene la serie original, como los saltos a escenarios paralelos, a la uniformización de las vivencias de sus personajes, a la aparición de objetos que representan momentos importantes (algo como el corno azul, el paraguas amarillo y otros) y a escenas mucho más divertidas y graciosas.

Sin embargo, lo mejor de la serie está en que ninguno de los personajes resulta detestable y la química entre ellos se aprecia auténtica. Tal vez no tanto entre Sophie y Drew (Josh Peck), pero podría ser una opinión muy personal que me pareció estar viendo un crossover «algunos años después» entre Lizzie McGuire y Drake & Josh y no tanto la serie actual. No obstante, todo lo demás lo encuentro muy fluido y agradable. Claro está, no deben ser odiosamente comparados los personajes versus los de HIMYM porque tienen muy poco que hacer ante la simpatía de Barney, Marshall, Lily, Robin y Ted.

En próximos episodios (no quiero lanzar spoilers exactos porque la serie recién se ha estrenado en Latinoamérica), tendremos cameos y algunos escenarios que entrelazarán la historia entre HIMYF y HIMYM. Es un acierto que se haya dilatado este recurso, para que la serie actual pueda presentarse por sí misma y el recurso de la nostalgia sea solo la cereza del pastel y no opaque la trama de Sophie y sus amigos. Tampoco es que debamos creer que HIMYF reniega inicialmente de su predecesora, pues incluso la melodía de la intro es la misma y la estructura de la que se vale para introducir a la trama es la misma de contarle los años mozos a tu hijo.

Es, con todo, un mérito notable para una sitcom que sobreviva a una segunda temporada con solo diez episodios en la primera parte (HIMYM tuvo 22 episodios en su primera), pues es en la cotidianeidad que se genera el vínculo personaje-espectador, aunque felizmente la nueva temporada contará con 20 episodios, un número más acorde al formato y que le dará espacio para desarrollar momentos más emotivos y simbólicos, que es finalmente de lo que este tipo de series están construidas. How I Met Your Father es una propuesta entretenida y ligera y, en promedio, mucho mejor de lo que muchos escépticos vaticinaban, pero será inevitable no compararla y por tanto, no hablar de su falta de valentía por mostrar algo más disruptivo. Aunque, para ser sincero, a nadie le cae mal una sitcom como las de antes.

Estudié Economía en la Udep, pero mi película favorita no es Wall Street ni mi serie favorita es Billions. En realidad no tengo ninguna favorita, por eso dedico todo el tiempo posible a ver la mayor cantidad de series y películas que pueda, y porque me gusta. Escribo también en estrimin.pe.

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CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodios 5 y 6

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*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Episodio 5 – ****½ sobre *****

Lo divertido de ver series antes de la época del streaming, es que no todos los episodios tenían que avanzar con la trama general de forma explícita. De hecho, el chiste estaba en tener algunas historias que se podían sentir casi como secundarias, en donde el o la protagonista se veía involucrada en situaciones aisladas. Esa es, precisamente, la sensación que me ha dado el quinto episodio de “Daredevil: Born Again”, el cual se centra en el atraco a un banco en el que se encuentra Matt (Charlie Cox), quien había llegado para intentar sacar un préstamo con la ayuda del administrador asistente, nada más y nada menos que Yusuf Khan (Mohan Kapur), el papá de Kamala Khan / Ms Marvel.

Es así que el episodio se desarrolla como una historia que se puede disfrutar casi por sí sola, pero que contiene referencias como la anteriormente mencionada que dejan muy en claro que esta serie sí se lleva a cabo explícitamente en la MCU. Pero fuera de eso, tenemos un episodio emocionante y tenso, en el que Matt se ve obligado a usar sus poderes —básicamente, su súper sentido del oído— sin que nadie se de cuenta, actuando como un verdadero ciego y sin ponerse su traje de Daredevil. Esto resulta en un episodio increíblemente entretenido, que aprovecha bien la fecha en la que se lleva a cabo —el Día de San Patricio— así como la peligrosa situación en la que se encuentran nuestros personajes. No es un episodio mega importante, pues, pero igual lo disfruté mucho, y además, da la sensación de que establece a una misteriosa figura —el jefe de los criminales— como un villano potencial en el futuro. Habrá que esperar.

 

Episodio 6 – ****½ sobre *****

Es en el episodio 6 de “Daredevil: Born Again”, entonces, donde la trama comienza a avanzar un poco más —a diferencia del anterior, quienes busquen un mayor desarrollo de las líneas narrativas principales de la serie quedarán más contentos con este episodio. Es aquí que vemos como se descubre la forma en que Muse, un asesino serial/grafitero, está haciendo pintas aparentemente imborrables en las calles de Nueva York. Y también es aquí que vemos, por fin, a Matt regresar a sus andanzas, poniéndose el traje de Daredevil nuevamente, esta vez para rescatar a Angela (Camila Rodríguez) de las garras del asesino ya mencionado.

Resulta fascinante, además, ver a Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) formar un escuadrón anti-justicieros, lo que me imagino le traerá problemas más adelante tanto a Daredevil como a personajes como El Castigador. Pero lo que el episodio parece estar más interesado en decirnos es que, al convertirse de nuevo en justiciero, nuestro protagonista no se diferencia demasiado de su archienemigo. Es así que vemos como, en paralelo, Fisk y Matt se ven involucrados en peleas, con el primero sacándole la mugre al ex de Vanessa, y el segundo tratando de acabar con Muse. Entre eso, y la aparición inesperada de Jack Duquesne / El Espadachín (Tony Dalton), quien apareció por primera vez en la serie de “Hawkeye”, es que el sexto episodio de “Daredevil: Born Again” se desarrolla de forma emocionante, satisfactoria y violenta, mezclando contenido temático potente con referencias para los fans. Es decir, tanto este episodio como el anterior son de lo mejor que el show nos ha ofrecido hasta el momento.

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CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodio 4

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**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Si este se siente como un episodio menor, es porque los tres primeros capítulos de “Daredevil: Born Again” han sido extremadamente buenos; es decir, la valla está alta. Sin embargo, hay mucho para disfrutar en el cuarto episodio de “Daredevil: Born Again”, desde un caso muy particular que le toca atender a Matt Murdock (Charlie Cox), hasta los esfuerzos del alcalde Fisk (Vincent D’Onofrio) por comenzar a cumplir con sus promesas de campaña y, por supuesto, el muy esperado retorno de Frank Castle / El Castigador (Jon Bernthal).

De hecho, esto último es de lo mejor que tiene el episodio para ofrecer, incluyendo una magnífica escena protagonizada por dos grandes actores dando interpretaciones fascinantes. El diálogo entre Matt y Frank hace un excelente trabajo resumiendo las posturas de ambos personajes, y más importante, dejando en claro que la muerte de Foggy será lo que siempre terminará motivando al primero en esta temporada. Puede que él se mienta a sí mismo o diga que está trabajando únicamente porque es su deber, pero todo lo que hace —especialmente ahora lo relacionado a la muerte de su último cliente, así como sus enfrentamientos con policías corruptos que usan el logo del Punisher— lo hace por Foggy. Es Frank quien le hace ver la realidad a Matt, lo cual parece traerá consigo ciertas consecuencias; ¡me muero por ver a Daredevil de regreso, con traje y todo!

Pero regresando al tema de los policías. Me encanta que “Daredevil: Born Again” no tenga miedo de meterse en temas potencialmente controvertidos, dejando en claro que buena parte de los policías que operan en la Nueva York de Fisk son corruptos y violentos, capaces de matar hasta por venganza. Va a ser interesante ver cómo el show continua desarrollando esto, especialmente ahora que Frank ha regresado. Lo mismo se puede decir sobre Wilson Fisk —algo de progreso se está haciendo con sus terapias de pareja, pero el que tenga encerrado al ex de Vanessa, Adam (Lou Taylor Pucci) en un calabozo nos dice, nuevamente, que Fisk no ha cambiado tanto. Puede que sea capaz de perdonar a Daniel (Michael Gandolfini) luego de haber cometido un error, pero igual parece que no ha terminado de esconder sus violentas tendencias. Habrá que ver qué sucede con él, y claro, de qué forma Daredevil se verá obligado a detenerlo.

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CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodio 3

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

“Daredevil: Born Again” continua con un episodio que, por lo menos, se siente igual de satisfactorio y sorprendente que los dos primeros, siendo incluso, en ciertos aspectos, superior a ellos. Lo que tenemos acá es un capítulo dedicado casi enteramente al juicio de Hector Ayala (Kamar de los Reyes), en el que Matt (Charlie Cox) se encarga de defenderlo. Esta semana, pues, no tenemos a nuestro protagonista poniéndose el traje del personaje del título, pero eso no importa —da gusto tener un episodio enfocado en su identidad de civil, mostrándonos como a través de su trabajo como abogado también tiene que lidiar con muchos de los problemas éticos con los que se encuentra al actuar como superhéroe.

No hace falta decir, entonces, que el enfoque en el juicio funciona muy bien, permitiéndole al episodio desarrollar breves —pero intensos— momentos de palpable tensión. Resaltan el viaje por parte de un testigo importante al lugar del juicio, las revelación pública por parte de Matt de la identidad alterna de Hector (el Tigre Blanco), y por supuesto, la conclusión del juicio. Si algo de gusto acá, es ver cómo Hector es establecido y desarrollado como un buen tipo; como alguien que ha estado ayudando tanto a civiles como a policías, y que claramente sería incapaz de matar a alguien a sangre fría. Kamar de los Reyes (Q.E.P.D.) hace un estupendo trabajo interpretando a Hector, mostrándolo como alguien que simplemente se dedica a hacer lo correcto, incluso cuando eso puede traer consigo graves consecuencias.

Y eso es precisamente lo que termina sucediendo acá. Ver como Hector es finalmente asesinado, y encima por alguien que lleva el símbolo del Castigador en su ropa, resulta desgarrador. Al igual que ver a Matt hablar por fin sobre Foggy (Elden Henson) con su su cuasi novia, Heather (Margarita Levieva). Y hasta la trama secundaria con Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) resulta intrigante, especialmente cuando hacia el final lo vemos dando una entrevista en la que se queja del resultado del juicio a Hector. Ver como se discute y maneja el tema de los “vigilantes” a nivel político es más interesante de lo que suena, y es lo que hace que “Daredevil: Born Again” sea algo más que un simple show de personajes en spándex dándole a palazos. Si “Daredevil: Born Again” comenzó con el pie derecho con los primeros dos episodios, este tercero sirve para establecerlo como una serie con harto potencial que espero no vaya a ser desperdiciado.

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