Opinión
CRÍTICA – Iron Fist (Primera Temporada)
Publicado
hace 8 añosel

Habiendo ya visto las primeras dos temporadas de Daredevil, toda la primera temporada de Luke Cage, y la mayor parte de Jessica Jones, estaba preparado para odiar Iron Fist. Después de todo, esta primera temporada recibió críticas fatales, tanto por parte de la prensa especializada como por algunos fanáticos. Aparentemente, Danny Rand (Finn Jones) no era una personaje tan interesante y carismático como el Matt Murdock de Charlie Cox, la Jessica de Krysten Ritter, o el Luke de Mike Colter.
Imaginen mi sorpresa, entonces, cuando terminé disfrutando bastante de la serie. Ahora bien, hay que confesar que sí, se trata del show más flojo del mundo Netflix-Marvel hasta el momento, una primera temporada increíblemente irregular, llena de momentos emotivos y emocionantes, pero también de escenas de acción mal coreografiadas y secuencias absurdamente escritas. Pero de ahí a que sea un desastre absoluto… no lo creo. Por más que tenga varios defectos, el balance general de Iron Fist es positivo.
Jones interpreta a Danny Rand, un hijo de padres millonarios que se vio involucrado en un accidente de avión cuando era niño. El aeroplano cayó en las montañas de Nepal, y todos los ocupantes —incluyendo a su padre y a su madre— fallecieron, menos él. Felizmente para el chico, fue encontrado por los monjes de K’un-Lun, un mítico lugar aislado del resto del mundo, y entrenado para ser el Inmortal Iron Fist, el enemigo mortal de La Mano (la maligna organización que ya vimos en Daredevil), un súper héroe capaz de hacer brillar su puño y hacerlo invencible gracias al poder de su chi.
Años después y ya siendo un adulto, Danny regresa a Nueva York para reencontrarse con los miembros restantes de su familia y tratar de recuperar su compañía, Empresas Rand. Desgraciadamente, como todo el mundo creía que estaba muerto, no recibiría la cálida bienvenida que estaba esperando…
Mientras que Daredevil es una serie más brutal y sangrienta, Jessica Jones presenta una historia oscura llena de consecuencias terribles para todos sus personajes, y Luke Cage es más estilizada pero sin embargo, dentro de todo, bastante verosímil, Iron Fist apuesta más por una estética fantástica. Después de todo, su protagonista es un guerrero capaz de utilizar su energía vital para obtener grandes poderes; no fue parte de un experimento, ni sufrió un accidente. Fue entrenado para ser lo que es, por lo que en comparación al resto de súper héroes de Marvel-Netflix, es el menos basado en la realidad.
Y quizás fue esa una de las cosas que más le fastidió a ciertos televidentes. Por más que traten de insertar escenas de muerte y drama, Iron Fist no es un show particularmente realista. Trata de homenajear a las series y películas de artes marciales de antaño, y muestra personajes capaces de regresar de la muerte, o de curar a gente que está a punto de fallecer. Es necesario creerse toda la mitología detrás del personaje, así como la filosofía asiática —el uso de la energía vital llamada chi, por ejemplo— para que la serie no resulte absurda. A algunos podría constarles trabajo hacer esto, pero para mi, no hubo problema.
Ahora bien, sí es cierto que la serie comienza terriblemente. De hecho, recuerdo que mientras veía el capítulo 2, pensaba que todo lo que había leído y escuchado sobre Iron Fist era cierto, y que probablemente no llegaría a acabarla toda. El regreso de Danny a Nueva York, para reencontrarse con sus primos, Joy (Jessica Stroup) y Ward Meachum (Tom Pelphrey) es manejado de la manera más torpe posible; los personajes no reaccionan lógicamente, y Danny no es capaz de decir las palabras adecuadas para que no crean que está loco.
Felizmente, a partir del tercer episodio las cosas mejoran. Danny conoce a la gran Colleen Wing (la hermosa y fortísima Jessica Henwick), artista marcial y maestra de un dojo, y se involucra también la enfermera Claire Temple (Rosario Dawson), a quien hemos visto ya en las series anteriores y saldrá en The Defenders junto a los héroes. Ambos personajes resultan muy carismáticos y entretenidos de ver en pantalla, y le otorgan la energía necesaria que faltaba en los primeros dos episodios.
De hecho, los personajes femeninos en general resultan ser mucho más empáticos e interesantes que los masculinos. Colleen es desarrollada como una chica fuerte pero todavía algo inmadura, crédula pero muy hábil en las artes marciales, que se relaciona y, finalmente, se enamora de Danny porque siente que tiene mucho en común con él. Joy es la voz de la razón en Empresas Rand, y muchas veces uno siente pena por todo por lo que su hermano Ward le hace pasar. Wai Ching Ho está de vuelta como Madame Gao, y sigue demostrando que se trata de una enemiga formidable, y hasta Carrie-Anne Moss regresa como Jedi Hogarth para defender a Danny cuando se mete en problemas.
Esto, previsiblemente, resulta problemático, ya que ninguna de ellas es la protagonista de la serie. Ahora bien, el trabajo de Finn Jones como Danny no es malo, necesariamente. El problema acá es que el personaje no resulta particularmente encantador o divertido, y por momentos, más bien, lo frustra a uno debido a lo inmaduro e irritante que puede ser. Debo confesar que a Danny le va mejor en las escenas de pelea, y que Jones tiene sus momentos —especialmente las escenas que comparte con el Harold Mitchum de David Wenham—, pero en lo que se refiere a los protagonistas de estas series, definitivamente está por debajo de Daredevil, Jessica Jones y Luke Cage. Ojalá sea mejor presentado en The Defenders, y en la segunda temporada de esta serie.
De Harold Meachum no puedo mencionar mucho sin tener que malograrles algunas sorpresas; solo diré que siempre me da gusto ver al australiano David Wenham en pantalla (en mi opinión, un actor muy subvalorado), y que hace un gran trabajo con un personaje complejo, lleno de conflictos internos y actitudes agresivas, violentas. El Ward de Tom Pelphrey es absolutamente patético, y me resultó realmente sorprendente ver a Ramon Rodriguez como Bakuto, un miembro importante de La Mano. Da una actuación calmada pero intimidante, lo cual poco o nada tiene que ver con el último personaje que recuerdo haberlo visto interpretando (el amigo desesperante de Shia LaBeouf en Transformers 2).
Eso sí, para ser una serie de TV sobre un héroe experto en artes marciales, Iron Fist es frustrantemente inconsistente. No voy a negar que hay varias peleas intensas y emocionantes —como los retos que le impone Madam Gao a Danny en un episodio, o su combate contra un peleador borracho en China—, pero varias de estas también están flojamente coreografiadas. Varios de estos enfrentamientos me aburrieron por lo lentos que eran; ¡incluso en algunos podía darme cuenta cuando utilizaban dobles de acción! Sabes que estás en problemas cuando un personaje secundario —la Colleen de Jessica Henwick— parece, muchas veces, ser mejor peleadora que el protagonista supuestamente poderoso. Me quedo con la sencilla brutalidad de Daredevil.
Iron Fist es una serie muy fallida, pero sinceramente no creo que merezca todo el odio que le ha caído. A partir del cuarto o quinto episodio realmente comenzó a engancharme, y me dejó así hasta el desenlace, por más anticlimático y apresurado que este haya podido sentirse. La historia presenta unos cuantos giros inesperados bien realizados, y en varias instancias favorece el drama —bien escrito, bien actuado— por sobre la acción y la violencia. Los problemas entre Joy y Ward están particularmente bien manejados, y la reacción entre Danny Colleen funciona porque comparten bastante química (y porque Colleen es adorable). Iron Fist no llega a igualar a sus predecesoras, pero si han disfrutado de las otras series de Marvel y Netflix, no dudo de que los vaya a divertir.
Ahora, que venga The Defenders…
Cofundador y editor en NoEsEnSerie.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, y miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica. Integra el staff de la revista MasGamers, las webs de Nintendo Pe y Fans de Zelda Perú, el portal web Cinencuentro, y el portal de cine peruano FotografiaCalato.com. Adicionalmente, es YouTuber para el canal Aprieta Start, y formó parte del staff de prensa del 18 Festival de Cine de Lima. También trabaja como fotógrafo para Star Wars Fan Club Perú. Desde enero del 2012 publica críticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas (el cual forma parte de la Asociación de Blogs de Cine). Crítico oficial de RottenTomatoes.com. Cinéfilo y seriómano empedernido.

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*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Episodio 5 – ****½ sobre *****
Lo divertido de ver series antes de la época del streaming, es que no todos los episodios tenían que avanzar con la trama general de forma explícita. De hecho, el chiste estaba en tener algunas historias que se podían sentir casi como secundarias, en donde el o la protagonista se veía involucrada en situaciones aisladas. Esa es, precisamente, la sensación que me ha dado el quinto episodio de “Daredevil: Born Again”, el cual se centra en el atraco a un banco en el que se encuentra Matt (Charlie Cox), quien había llegado para intentar sacar un préstamo con la ayuda del administrador asistente, nada más y nada menos que Yusuf Khan (Mohan Kapur), el papá de Kamala Khan / Ms Marvel.
Es así que el episodio se desarrolla como una historia que se puede disfrutar casi por sí sola, pero que contiene referencias como la anteriormente mencionada que dejan muy en claro que esta serie sí se lleva a cabo explícitamente en la MCU. Pero fuera de eso, tenemos un episodio emocionante y tenso, en el que Matt se ve obligado a usar sus poderes —básicamente, su súper sentido del oído— sin que nadie se de cuenta, actuando como un verdadero ciego y sin ponerse su traje de Daredevil. Esto resulta en un episodio increíblemente entretenido, que aprovecha bien la fecha en la que se lleva a cabo —el Día de San Patricio— así como la peligrosa situación en la que se encuentran nuestros personajes. No es un episodio mega importante, pues, pero igual lo disfruté mucho, y además, da la sensación de que establece a una misteriosa figura —el jefe de los criminales— como un villano potencial en el futuro. Habrá que esperar.
Episodio 6 – ****½ sobre *****
Es en el episodio 6 de “Daredevil: Born Again”, entonces, donde la trama comienza a avanzar un poco más —a diferencia del anterior, quienes busquen un mayor desarrollo de las líneas narrativas principales de la serie quedarán más contentos con este episodio. Es aquí que vemos como se descubre la forma en que Muse, un asesino serial/grafitero, está haciendo pintas aparentemente imborrables en las calles de Nueva York. Y también es aquí que vemos, por fin, a Matt regresar a sus andanzas, poniéndose el traje de Daredevil nuevamente, esta vez para rescatar a Angela (Camila Rodríguez) de las garras del asesino ya mencionado.
Resulta fascinante, además, ver a Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) formar un escuadrón anti-justicieros, lo que me imagino le traerá problemas más adelante tanto a Daredevil como a personajes como El Castigador. Pero lo que el episodio parece estar más interesado en decirnos es que, al convertirse de nuevo en justiciero, nuestro protagonista no se diferencia demasiado de su archienemigo. Es así que vemos como, en paralelo, Fisk y Matt se ven involucrados en peleas, con el primero sacándole la mugre al ex de Vanessa, y el segundo tratando de acabar con Muse. Entre eso, y la aparición inesperada de Jack Duquesne / El Espadachín (Tony Dalton), quien apareció por primera vez en la serie de “Hawkeye”, es que el sexto episodio de “Daredevil: Born Again” se desarrolla de forma emocionante, satisfactoria y violenta, mezclando contenido temático potente con referencias para los fans. Es decir, tanto este episodio como el anterior son de lo mejor que el show nos ha ofrecido hasta el momento.

**** sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Si este se siente como un episodio menor, es porque los tres primeros capítulos de “Daredevil: Born Again” han sido extremadamente buenos; es decir, la valla está alta. Sin embargo, hay mucho para disfrutar en el cuarto episodio de “Daredevil: Born Again”, desde un caso muy particular que le toca atender a Matt Murdock (Charlie Cox), hasta los esfuerzos del alcalde Fisk (Vincent D’Onofrio) por comenzar a cumplir con sus promesas de campaña y, por supuesto, el muy esperado retorno de Frank Castle / El Castigador (Jon Bernthal).
De hecho, esto último es de lo mejor que tiene el episodio para ofrecer, incluyendo una magnífica escena protagonizada por dos grandes actores dando interpretaciones fascinantes. El diálogo entre Matt y Frank hace un excelente trabajo resumiendo las posturas de ambos personajes, y más importante, dejando en claro que la muerte de Foggy será lo que siempre terminará motivando al primero en esta temporada. Puede que él se mienta a sí mismo o diga que está trabajando únicamente porque es su deber, pero todo lo que hace —especialmente ahora lo relacionado a la muerte de su último cliente, así como sus enfrentamientos con policías corruptos que usan el logo del Punisher— lo hace por Foggy. Es Frank quien le hace ver la realidad a Matt, lo cual parece traerá consigo ciertas consecuencias; ¡me muero por ver a Daredevil de regreso, con traje y todo!
Pero regresando al tema de los policías. Me encanta que “Daredevil: Born Again” no tenga miedo de meterse en temas potencialmente controvertidos, dejando en claro que buena parte de los policías que operan en la Nueva York de Fisk son corruptos y violentos, capaces de matar hasta por venganza. Va a ser interesante ver cómo el show continua desarrollando esto, especialmente ahora que Frank ha regresado. Lo mismo se puede decir sobre Wilson Fisk —algo de progreso se está haciendo con sus terapias de pareja, pero el que tenga encerrado al ex de Vanessa, Adam (Lou Taylor Pucci) en un calabozo nos dice, nuevamente, que Fisk no ha cambiado tanto. Puede que sea capaz de perdonar a Daniel (Michael Gandolfini) luego de haber cometido un error, pero igual parece que no ha terminado de esconder sus violentas tendencias. Habrá que ver qué sucede con él, y claro, de qué forma Daredevil se verá obligado a detenerlo.

****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
“Daredevil: Born Again” continua con un episodio que, por lo menos, se siente igual de satisfactorio y sorprendente que los dos primeros, siendo incluso, en ciertos aspectos, superior a ellos. Lo que tenemos acá es un capítulo dedicado casi enteramente al juicio de Hector Ayala (Kamar de los Reyes), en el que Matt (Charlie Cox) se encarga de defenderlo. Esta semana, pues, no tenemos a nuestro protagonista poniéndose el traje del personaje del título, pero eso no importa —da gusto tener un episodio enfocado en su identidad de civil, mostrándonos como a través de su trabajo como abogado también tiene que lidiar con muchos de los problemas éticos con los que se encuentra al actuar como superhéroe.
No hace falta decir, entonces, que el enfoque en el juicio funciona muy bien, permitiéndole al episodio desarrollar breves —pero intensos— momentos de palpable tensión. Resaltan el viaje por parte de un testigo importante al lugar del juicio, las revelación pública por parte de Matt de la identidad alterna de Hector (el Tigre Blanco), y por supuesto, la conclusión del juicio. Si algo de gusto acá, es ver cómo Hector es establecido y desarrollado como un buen tipo; como alguien que ha estado ayudando tanto a civiles como a policías, y que claramente sería incapaz de matar a alguien a sangre fría. Kamar de los Reyes (Q.E.P.D.) hace un estupendo trabajo interpretando a Hector, mostrándolo como alguien que simplemente se dedica a hacer lo correcto, incluso cuando eso puede traer consigo graves consecuencias.
Y eso es precisamente lo que termina sucediendo acá. Ver como Hector es finalmente asesinado, y encima por alguien que lleva el símbolo del Castigador en su ropa, resulta desgarrador. Al igual que ver a Matt hablar por fin sobre Foggy (Elden Henson) con su su cuasi novia, Heather (Margarita Levieva). Y hasta la trama secundaria con Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) resulta intrigante, especialmente cuando hacia el final lo vemos dando una entrevista en la que se queja del resultado del juicio a Hector. Ver como se discute y maneja el tema de los “vigilantes” a nivel político es más interesante de lo que suena, y es lo que hace que “Daredevil: Born Again” sea algo más que un simple show de personajes en spándex dándole a palazos. Si “Daredevil: Born Again” comenzó con el pie derecho con los primeros dos episodios, este tercero sirve para establecerlo como una serie con harto potencial que espero no vaya a ser desperdiciado.

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