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CRÍTICA – La casa del dragón (Episodio 3)
Publicado
hace 3 añosel
El tercer episodio de House of the Dragon, titulado “Second of His Name”, continúa con la tendencia de las elipsis argumentales respecto a los hechos vistos en el episodio anterior. Si para el segundo capítulo se había hecho un salto de seis meses, pues ahora nos trasladamos directamente más de dos años desde el final del episodio previo. Esto nos priva de lo interesante que hubiera sido ver la tensión explícita entre la ya inexistente amistad entre Rhaenyra y Alicent, a quien encontramos ahora como esposa de Viserys y madre de su primer hijo varón, Aegon, además de estar embarazada nuevamente. Ya que la serie, o por lo menos esta primera temporada, continuará realizando estos saltos, los hechos presentados toman mucha más relevancia y significado, pues funcionan a modo de antología sobre la vida y obra de la familia Targaryen.
Es Viserys, justamente, el personaje más sacrificado por el guion, mostrándolo nuevamente como un hombre conflictuado con el cargo que ocupa, pues su forma de gobernar pretende evitar conflictos de los que no puede huir, sintiendo constantemente presionado por “defraudar a algunos en su intento de actuar justamente con otros” como el mismo se lo dice a su esposa. En el centro de su dilema se encuentra nuevamente su hija Rhaenyra, que asume un papel de princesa rebelde (tanto que podríamos nombrarla “princesa de los ‘one liners’” también por su actitud contestataria) al sentirse relegada por su hermano de apenas dos años, a quien su padre y Rey le organiza una cacería por su onomástico. Y precisamente aquí es cuando encontramos varios hechos que tienen un significado más grande que simples secuencias en la trama. La caza del ‘ciervo blanco’, en la que el propio Viserys debe participar dándole la estocada final al animal, no se cumple de la manera en la que estaba planificada, ya que es Rhaenyra, quien había escapado de la celebración, la que finalmente tiene la fortuna de avistar al ciervo, como dándose a entender que ella es la verdadera heredera al trono. Ha causado una buena impresión en estos tres episodios la forma en la que han manejado al personaje de Rhaenyra, interpretado por Milly Alcock hasta el momento, pues aunque siempre la referencia a Daenerys esté presente, tiene una esencia propia que genera cierta empatía, ya sea desde la independencia que se gana con total autonomía, como en este episodio en el que ha obtenido el derecho de elegir a su esposo luego de rechazar a Jason Lannister, o ya sea dentro de su rol como hija, mostrándose cercana a su padre y comprensiva de ciertas acciones que no le agradan pero que asume con entereza. Mención aparte también merece Paddy Considine como Viserys, pues ha conseguido engranar su carácter más timorato con el de su hija, bastante menos dócil.
Este tercer episodio se desarrolla en dos frentes y el segundo ha servido para, por fin, ver a las estrellas del programa en acción. Si bien los dragones habían tenido una participación menor hasta ahora, es Caraxes, el dragón de Daemon, quien esta vez sí entra al ruedo para mostrar todo su potencial. Esto sucede cuando se desata la guerra por los Peldaños de Piedra, unas islas sobre las que la Triarquía, que lidera Drahar (apodado el ‘Alimentacangejos’), tiene poder. Como habíamos visto la semana pasada, Corlys Velaryon pierde la paciencia por la situación de sus embarcaciones en esta zona y se alía con Daemon para entrar al conflicto en la zona, traspasando la orden de Viserys de no intervenir. Esta trama ha presentado una batalla final que nos ha hecho recordar mucho de lo que hizo tan grande a Game of Thrones, con un despliegue de extras, de efectos visuales y de la puesta en escena de la acción que es para pararse y aplaudir, pero lo mejor de todo ello es que el episodio se ha guardado este momento tan bien que ha caído casi de manera inesperada, cuando parecía que la trama nos llevaba hacia un conflicto más político con la decisión de Viserys de finalmente apoyar a su hermano Daemon que, por cierto, no será el personaje que más minutos tiene en pantalla, pero qué gran personaje va construyendo Matt Smith con el tono que le brinda.
Podríamos señalar que las fichas ya están bien claras dentro del tablero, pero el relato avanza a un ritmo tan vertiginoso y con tantos saltos en el tiempo, que se va convirtiendo en un asunto algo impredecible saber para donde va a avanzar la serie en sus siguientes episodios. Ello no quiere decir que estemos ausentes de consistencia en la historia, sino por el contrario, sorprende lo congruente que se siente todo hasta el momento, aún con la obligación de asumir muchos sucesos entre capítulo y capítulo.
Estudié Economía en la Udep, pero mi película favorita no es Wall Street ni mi serie favorita es Billions. En realidad no tengo ninguna favorita, por eso dedico todo el tiempo posible a ver la mayor cantidad de series y películas que pueda, y porque me gusta. Escribo también en estrimin.pe.

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*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Episodio 5 – ****½ sobre *****
Lo divertido de ver series antes de la época del streaming, es que no todos los episodios tenían que avanzar con la trama general de forma explícita. De hecho, el chiste estaba en tener algunas historias que se podían sentir casi como secundarias, en donde el o la protagonista se veía involucrada en situaciones aisladas. Esa es, precisamente, la sensación que me ha dado el quinto episodio de “Daredevil: Born Again”, el cual se centra en el atraco a un banco en el que se encuentra Matt (Charlie Cox), quien había llegado para intentar sacar un préstamo con la ayuda del administrador asistente, nada más y nada menos que Yusuf Khan (Mohan Kapur), el papá de Kamala Khan / Ms Marvel.
Es así que el episodio se desarrolla como una historia que se puede disfrutar casi por sí sola, pero que contiene referencias como la anteriormente mencionada que dejan muy en claro que esta serie sí se lleva a cabo explícitamente en la MCU. Pero fuera de eso, tenemos un episodio emocionante y tenso, en el que Matt se ve obligado a usar sus poderes —básicamente, su súper sentido del oído— sin que nadie se de cuenta, actuando como un verdadero ciego y sin ponerse su traje de Daredevil. Esto resulta en un episodio increíblemente entretenido, que aprovecha bien la fecha en la que se lleva a cabo —el Día de San Patricio— así como la peligrosa situación en la que se encuentran nuestros personajes. No es un episodio mega importante, pues, pero igual lo disfruté mucho, y además, da la sensación de que establece a una misteriosa figura —el jefe de los criminales— como un villano potencial en el futuro. Habrá que esperar.
Episodio 6 – ****½ sobre *****
Es en el episodio 6 de “Daredevil: Born Again”, entonces, donde la trama comienza a avanzar un poco más —a diferencia del anterior, quienes busquen un mayor desarrollo de las líneas narrativas principales de la serie quedarán más contentos con este episodio. Es aquí que vemos como se descubre la forma en que Muse, un asesino serial/grafitero, está haciendo pintas aparentemente imborrables en las calles de Nueva York. Y también es aquí que vemos, por fin, a Matt regresar a sus andanzas, poniéndose el traje de Daredevil nuevamente, esta vez para rescatar a Angela (Camila Rodríguez) de las garras del asesino ya mencionado.
Resulta fascinante, además, ver a Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) formar un escuadrón anti-justicieros, lo que me imagino le traerá problemas más adelante tanto a Daredevil como a personajes como El Castigador. Pero lo que el episodio parece estar más interesado en decirnos es que, al convertirse de nuevo en justiciero, nuestro protagonista no se diferencia demasiado de su archienemigo. Es así que vemos como, en paralelo, Fisk y Matt se ven involucrados en peleas, con el primero sacándole la mugre al ex de Vanessa, y el segundo tratando de acabar con Muse. Entre eso, y la aparición inesperada de Jack Duquesne / El Espadachín (Tony Dalton), quien apareció por primera vez en la serie de “Hawkeye”, es que el sexto episodio de “Daredevil: Born Again” se desarrolla de forma emocionante, satisfactoria y violenta, mezclando contenido temático potente con referencias para los fans. Es decir, tanto este episodio como el anterior son de lo mejor que el show nos ha ofrecido hasta el momento.

**** sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Si este se siente como un episodio menor, es porque los tres primeros capítulos de “Daredevil: Born Again” han sido extremadamente buenos; es decir, la valla está alta. Sin embargo, hay mucho para disfrutar en el cuarto episodio de “Daredevil: Born Again”, desde un caso muy particular que le toca atender a Matt Murdock (Charlie Cox), hasta los esfuerzos del alcalde Fisk (Vincent D’Onofrio) por comenzar a cumplir con sus promesas de campaña y, por supuesto, el muy esperado retorno de Frank Castle / El Castigador (Jon Bernthal).
De hecho, esto último es de lo mejor que tiene el episodio para ofrecer, incluyendo una magnífica escena protagonizada por dos grandes actores dando interpretaciones fascinantes. El diálogo entre Matt y Frank hace un excelente trabajo resumiendo las posturas de ambos personajes, y más importante, dejando en claro que la muerte de Foggy será lo que siempre terminará motivando al primero en esta temporada. Puede que él se mienta a sí mismo o diga que está trabajando únicamente porque es su deber, pero todo lo que hace —especialmente ahora lo relacionado a la muerte de su último cliente, así como sus enfrentamientos con policías corruptos que usan el logo del Punisher— lo hace por Foggy. Es Frank quien le hace ver la realidad a Matt, lo cual parece traerá consigo ciertas consecuencias; ¡me muero por ver a Daredevil de regreso, con traje y todo!
Pero regresando al tema de los policías. Me encanta que “Daredevil: Born Again” no tenga miedo de meterse en temas potencialmente controvertidos, dejando en claro que buena parte de los policías que operan en la Nueva York de Fisk son corruptos y violentos, capaces de matar hasta por venganza. Va a ser interesante ver cómo el show continua desarrollando esto, especialmente ahora que Frank ha regresado. Lo mismo se puede decir sobre Wilson Fisk —algo de progreso se está haciendo con sus terapias de pareja, pero el que tenga encerrado al ex de Vanessa, Adam (Lou Taylor Pucci) en un calabozo nos dice, nuevamente, que Fisk no ha cambiado tanto. Puede que sea capaz de perdonar a Daniel (Michael Gandolfini) luego de haber cometido un error, pero igual parece que no ha terminado de esconder sus violentas tendencias. Habrá que ver qué sucede con él, y claro, de qué forma Daredevil se verá obligado a detenerlo.

****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
“Daredevil: Born Again” continua con un episodio que, por lo menos, se siente igual de satisfactorio y sorprendente que los dos primeros, siendo incluso, en ciertos aspectos, superior a ellos. Lo que tenemos acá es un capítulo dedicado casi enteramente al juicio de Hector Ayala (Kamar de los Reyes), en el que Matt (Charlie Cox) se encarga de defenderlo. Esta semana, pues, no tenemos a nuestro protagonista poniéndose el traje del personaje del título, pero eso no importa —da gusto tener un episodio enfocado en su identidad de civil, mostrándonos como a través de su trabajo como abogado también tiene que lidiar con muchos de los problemas éticos con los que se encuentra al actuar como superhéroe.
No hace falta decir, entonces, que el enfoque en el juicio funciona muy bien, permitiéndole al episodio desarrollar breves —pero intensos— momentos de palpable tensión. Resaltan el viaje por parte de un testigo importante al lugar del juicio, las revelación pública por parte de Matt de la identidad alterna de Hector (el Tigre Blanco), y por supuesto, la conclusión del juicio. Si algo de gusto acá, es ver cómo Hector es establecido y desarrollado como un buen tipo; como alguien que ha estado ayudando tanto a civiles como a policías, y que claramente sería incapaz de matar a alguien a sangre fría. Kamar de los Reyes (Q.E.P.D.) hace un estupendo trabajo interpretando a Hector, mostrándolo como alguien que simplemente se dedica a hacer lo correcto, incluso cuando eso puede traer consigo graves consecuencias.
Y eso es precisamente lo que termina sucediendo acá. Ver como Hector es finalmente asesinado, y encima por alguien que lleva el símbolo del Castigador en su ropa, resulta desgarrador. Al igual que ver a Matt hablar por fin sobre Foggy (Elden Henson) con su su cuasi novia, Heather (Margarita Levieva). Y hasta la trama secundaria con Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) resulta intrigante, especialmente cuando hacia el final lo vemos dando una entrevista en la que se queja del resultado del juicio a Hector. Ver como se discute y maneja el tema de los “vigilantes” a nivel político es más interesante de lo que suena, y es lo que hace que “Daredevil: Born Again” sea algo más que un simple show de personajes en spándex dándole a palazos. Si “Daredevil: Born Again” comenzó con el pie derecho con los primeros dos episodios, este tercero sirve para establecerlo como una serie con harto potencial que espero no vaya a ser desperdiciado.

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