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CRÍTICA – Star Wars: Visions

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La idea de “Star Wars: Visions” me encanta: darle las riendas de la franquicia a diferentes artistas del anime, para que interpreten y reinterpreten a la galaxia muy, muy lejana de diferentes maneras. Es muy similar a lo que las Hermanas Wachowski hicieron con “The Animatrix”, y en aquel caso, trajo consigo resultados innegablemente intrigantes. Lo mejor, además, es que en el caso de “Star Wars”, ni siquiera tienen que ceñirse al canon; sí, pueden tratar de enlazar estas nuevas historias a las trilogías principales para cine o al universo expandido de Disney, pero también pueden hacer lo suyo propio, sin preocuparse demasiado por la continuidad. No es una exageración decir que las posibilidades son infinitas.

Es por todo eso que “Star Wars: Visions” terminó siendo una ligerísima decepción. No me tomen a mal; en general, lo que tenemos son nueve historias originales, que utilizan todo tipo de influencias para mostrarnos lugares de la galaxia que no se habían visto antes (al menos no de esta manera). Pero el problema, para vuestro servidor, está en la calidad de los guiones: un par de episodios cuentan historias verdaderamente emotivas y llenas de potencial, que hasta me gustaría fuesen expandidas en series de streaming propias, mientras que otros solo sirven como entretenimiento puro y ligero… y unos cuantos no logran convencer para nada. Es una mezcla de lo bueno, lo malo y lo feo; perspectivas diferentes, pero no igual de satisfactorias.

Vale la pena, entonces, comentar cada episodio de manera individual y breve, como para que se den una idea de lo que pueden esperar de “Star Wars: Visions”. Eso sí, por más de que este crítico haya visto la temporada entera de un tirón, no le recomendaría a mis lectores que hagan lo mismo. Creo que es mejor disfrutar de estos episodios de manera individual, como para que no se entremezclen y uno no confunda una historia con otra. No es algo que debería tomarles demasiado esfuerzo, además; cada episodio dura entre 14 y 22 minutos, por lo que si se dedican a ver uno o dos episodios al día, con calma y tratando de absorberlos bien, tampoco deberían demorarse demasiado en terminar la serie.

Episodio 1: El Duelo

“Star Wars: Visions” comienza de manera sólida, con un episodio que le rinde tributo a las historias de samurái y al periodo medieval japonés. El estilo de animación es sublime —me encanta la estética con trazos evidentes y animación no siempre perfecta—, y aunque la historia es algo previsible, tener a un shogun de este tipo como protagonista, resulta en una trama que mezcla de manera satisfactoria a las referencias principales de la saga —Kurosawa y el cine japonés en general siempre estuvieron en la mente de Lucas al crear “Star Wars”—, junto con elementos más tradicionales de ciencia ficción. Un episodio entretenido y visualmente impactante.

Episodio 2: Tatooine Rhapsody

Este es posiblemente el episodio que menos me gustó —la idea de un grupo de rock tipo Blink 182 desenvolviéndose en la galaxia de “Star Wars” no carece de potencial, pero la manera en que es ejecutada en este episodio es demasiado superficial, dándole más espacio a las canciones —lo cual es entendible… hasta cierto punto— que a los personajes o a la trama. El estilo de animación es un poco más jovial e infantil, lo cual va bien con el tono de la narrativa, y me gustó que incluyan varios personajes reconocibles de las películas, pero en general, no se trata de un episodio esencial, o que siquiera nos presente una historia particularmente entretenida o llena de momentos chocantes. La música es suficientemente pegajosa… y eso es lo mejor que se puede decir del episodio.

Episodio 3: Los Gemelos

Este es uno de los episodios más curiosos de “Star Wars: Visions”. La idea de una suerte de historia alternativa, protagonizada por dos gemelos creados a través del Lado Oscuro de la Fuerza, es realmente intrigante, y de hecho resulta en un episodio que, por momentos, se asemeja a algo que las Secuelas hubieran podido hacer para satisfacer a los fanáticos más acérrimos de la Saga. Sin embargo, donde este episodio sufre es en el diálogo y las caracterizaciones: las frases que tienen que decir Neil Patrick Harris y Alison Brie son frecuentemente absurdas y exageradas, y el final es innegablemente explosivo, pero algo previsible. Una mezcla de buenas ideas y animación atractiva, con una ejecución algo fallida.

Episodio 4: La novia de la aldea

Lo más interesante de este episodio está en la exploración de una cultura nunca antes vista, en un pequeño planeta con costumbres muy específicas. Se trata de un episodio de poca acción, que se siente como una suerte de respiro entre historias un poco más frenéticas, y reconocibles como algo similar a lo visto en las películas. El estilo de animación es suficientemente vistoso, y las actuaciones de voz logran darle personalidad a los protagonistas. El desarrollo de la narrativa, donde un héroe tiene que salvar a una aldea de una maldad inimaginable, es cliché puro, pero a la vez, funciona para desarrollar los temas anteriormente mencionados. Nada mal.

Episodio 5 – El noveno Jedi

Este es EL mejor episodio de “Star Wars: Visions”, y el único con el potencial de ser expandido en una nueva serie. “El noveno Jedi” se lleva a cabo después de los eventos del Episodio IX, “El ascenso de Skywalker”, y involucra a un grupo de Sith que quiere robarle los últimos sables láser de la galaxia a un herrero —una premisa que resulta en una historia que me hizo pensar: “¿por qué las secuelas no pudieron ser así?” Desde la acción hasta la construcción de los personajes (los Jedi sin Maestro, los Sith, la hija del Herrero), este quinto episodio me dejó encantado, y se sintió como algo distinto… y sin embargo, suficientemente familiar, como para que merezca pertenecer a la Saga Galáctica. Verdaderamente genial.

Episodio 6 – T0B1

Si alguna vez quisieron saber qué pasaría si trataran de meter a Astro Boy en la Galaxia de “Star Wars”, lo podrán averiguar en este sexto episodio. Al igual que el segundo, se siente un poco más infantil y naive, y sin embargo funciona debido a lo rápido que se mueve, y a lo encantadores que terminan siendo los personajes principales —el pequeño robot del título, y su padre, un científico que me recordó a cierto Doctor en los juegos de “Mega Man”. Sí, hay bastante lore que es explicado de manera algo torpe y frenética, pero entre el protagonista adorable y una batalla final suficientemente espectacular, “T0-B1” logra superar cualquier expectativa que uno pueda tener.

Episodio 7 – El anciano

Este episodio es, en general, bastante soso y depende demasiado del diálogo… hasta que llega, por supuesto, al duelo final con el personaje del título. Siendo justos, disfruté de la relación entre el Maestro Jedi y su Padawan, pero ciertas escenas protagonizadas por dichos personajes terminaron resultando en nada, como si hubieran sido insertadas únicamente porque necesitaban matar algo de tiempo. Sin embargo, el enfrentamiento final está sublimemente animado, y me hizo recordar, al igual que otros episodios, al cine clásico de samuráis. Además, me gusta que este episodio le rinda tributo a la época de las precuelas —algo que el resto de la serie, por alguna razón u otra, no se animó a hacer.

Episodio 8 – Lop y Ocho

Este es el episodio para los furries…. pero felizmente va más allá de eso. Lo que hace “Lop y Ocho” es contar una historia de rebeldía, en donde un padre de principios muy claros tiene que decidir entre dos hijas que han tomado dos caminos muy distintos en relación a la presencia del Imperio Galáctico en su humilde planeta. Fuera de que la protagonista sea una conejita aguerrida (nuevamente: los furries estarán felices), el episodio se lleva a cabo de manera conmovedora e intrigante, desarrollando de manera eficiente la relación entre personajes, y el enfrentamiento final entre estos. Además, tiene algo que decir sobre el efecto que tiene el Imperio en ciertos planetas, lo cual es transmitido de manera más entretenida que en otros episodios. Lo disfrutarán aunque no sean furries.

Episodio 9 – Akakiri

Lo que tenemos acá es una interesante historia de venganza y traición, con secciones bellamente animadas –especialmente las visiones (heh) del protagonista—, pero una narrativa de ritmo algo irregular. Al igual que un par de episodios anteriores, la mayor parte de la historia resulta algo sosa y monótona, tornándose interesante recién hacia el final, con el violento enfrentamiento entre héroe y villano. En todo caso, tiene mucho qué decir sobre las difíciles decisiones que se tienen que tomar a la hora de elegir entre el Lado Luminoso y el Lado Oscuro de la Fuerza, lo cual es más de lo que se puede decir de la mayoría de episodios de “Star Wars: Visions”. Un final decente para un show de calidad variante, pero en general, entretenido.

De todo un poco

Como se deben haber dado cuenta, “Star Wars: Visions” es un show que nos trae diferentes perspectivas de la Galaxia Muy, Muy Lejana, con protagonistas hombres y mujeres, humanos y alienígenas, jóvenes y viejos. No todas las historias son igual de satisfactorias, pero la mayoría están sublimemente animadas, especialmente en lo que se refiere a los movimientos de los personajes, y los duelos con sables de luz (o katanas de luz). No se puede dejar de admitir que resulta refrescante ver historias tan diferentes en la Galaxia de “Star Wars” —y en todo caso, el show trae consigo el potencial de desarrollar algunas de estas de forma expandida, quizás en la tele o hasta en el cine. ¡Vale la pena soñar!

Cofundador y editor en NoEsEnSerie.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, y miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica. Integra el staff de la revista MasGamers, las webs de Nintendo Pe y Fans de Zelda Perú, el portal web Cinencuentro, y el portal de cine peruano FotografiaCalato.com. Adicionalmente, es YouTuber para el canal Aprieta Start, y formó parte del staff de prensa del 18 Festival de Cine de Lima. También trabaja como fotógrafo para Star Wars Fan Club Perú. Desde enero del 2012 publica críticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas (el cual forma parte de la Asociación de Blogs de Cine). Crítico oficial de RottenTomatoes.com. Cinéfilo y seriómano empedernido.

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CRÍTICA: Andor – Temporada 2, Episodios 10, 11 y 12 (FINAL)

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Episodio 10: Haz que se detenga

****½ sobre *****

Pues por fin pasó lo que tenía que pasar. Luego de años de espionaje, secretos, engaños, mentiras y trabajar en secreto, Luthen Rael (Stellan Skarsgard) falleció. Y falleció de la forma en que siempre hubiese querido: por su propia mano, luego de haber sido descubierto por Dedra Meero (Denise Gough) y revelado como el líder de la rebelión en Coruscant. Pero curiosamente, no se trata de una muerte inmediata. De hecho, apenas se acuchilla, los Imperiales se lo llevan a un hospital —después de todo, Dedra lo necesita vivo para que pueda confesar. Pero lamentablemente, la ISB tiene otros planes.

Es así que el décimo episodio de la segunda temporada de “Andor” se enfoca casi completamente en Luthen y Kleya (una increíble Elizabeth Dulau), con la segunda infiltrándose en el hospital como enfermera para encontrar a Luthen, quien todavía está vivo (con las justas) en una habitación climatizada. Pero no para encontrarlo y rescatarlo, si no más bien para sacarlo de su miseria —para que, nuevamente, muera como a él le hubiese gustado, sin confesarle nada a nadie, sin decirle a Dedra que, gracias a su ahora fallecido agente doble, sabe de la existencia de la Estrella de la Muerte. Y más importante, ahora Kleya es la única que sabe las palabras clave que serán de suma importancia para el futuro de la Alianza Rebelde: Jedha, Kyber y Erso.

Obviamente, cualquier fanático que se sepa al Episodio IV de la saga original y, más importante, a “Rogue One” de memoria, reconocerá estas palabras. Pero fuera de aquellas conexiones a las películas posteriores, lo mejor de “Andor” está en la forma en que humaniza la relación entre Luthen y Kleya. Los eventos del presente son intercalados con flashbacks que nos muestran como aquellos personajes se conocieron y, por supuesto, cómo Luthen fue radicalizando a una joven Kleya, demostrándole cómo el Imperio debía ser combatido. Todo esto resulta en un episodio emotivo, que concluye de forma apropiadamente solemne, pero a la vez, satisfactoria. Puede que Luthen esté muerto, pero sus ideales viven en Kleya —solo esperemos que a esta última no le pase nada malo en los siguientes dos episodios.

 

Episodio 11: ¿Quién más sabe?

****½ sobre *****

El Episodio 11 de la segunda temporada de “Andor” es de lo más tenso que nos ha entregado la serie. No solo porque involucra a Kleya tratando de comunicarse con los rebeldes con un código secreto, si no también porque nos muestra a los Imperiales tratando de descifrar dicho código, mientras Cassian (Diego Luna) eventualmente lo recibe en Yavin, y decide ir con Melshi (Duncan Pow) y K2-SO (Alan Tudyk) a Coruscant. Es así que la segunda mitad del episodio se siente como una carrera contra el reloj: ¿quién encontrará primero a Kleya, los Imperiales o Cassian? ¿Y qué decidirá hacer ella una vez que le transmita su conocimiento a nuestro protagonista?

Pero eso no es todo. También tenemos una excelente escena de interrogación, en la que el Director Krennic (Ben Mendelsohn) hace puré a la pobre Dedra, quien intenta ser honesta luego de que la acusan de ser una espía rebelde. Esto culmina en ella siendo trasladada a una celda —un destino bastante triste para un personaje que se había estado deleitando por años de ser despiadada y eficiente, pero que al esconderle información a sus superiores y tratar de atrapar a Luthen por sí sola, termina por acabar con su propia carrera. Después de todo, lo ÚNICO que le importa a Krennic y los Imperiales es mantener el proyecto de la Estrella de la Muerte en secreto. Todo lo demás es secundario. Nada más (ni nadie más) importa.

Es por todo eso que verdaderamente se comienza a sentir que estamos llegando al final. Que la serie de “Andor” está presentando de forma magnífica los últimos días de su protagonista antes de los eventos de “Rogue One”, enfatizando la importancia del proyecto de la Estrella de la Muerte para los Imperiales. Pero fuera de eso, este segundo episodio dirigido por el mexicano Alonso Ruizpalacios está lleno de detalles interesantes: desde el hecho de que vemos inmediatamente cómo K2 es considerando más como un amigo que como un droide por Cassian y los demás (aawww), hasta cómo ciertos elementos narrativos de episodios anteriores llegan a su culminación acá. ¿Lo único malo? “¿Quién más sabe?” termina con un cliffhanger inaguantable, y hasta ahora no sabemos qué es lo que pasará con Kleya. ¡No puedo creer que solo quede UN episodio para que “Andor” acabe para siempre!

 

Episodio 12: Jedha, Kyber, Erso

***** sobre *****

Y llegamos al final. ¡Pero qué final! Si hay algo que “Andor” en general, pero específicamente este último episodio han hecho, es, lo crean o no, mejorar a la película de “Rogue One”. Es decir, han hecho lo que pocas precuelas logran hacer: elevar el material al que preceden, haciendo que, en este caso, la “trilogía” de la Primera Temporada de “Andor”, la Segunda Temporada de “Andor”, y “Rogue One” funcionen bellamente como un todo. Pocas veces me he sentido tan emocionado, tan tocado y tan satisfecho con el final de una serie. Tony Gilroy, Alonso Ruizpalacios y el resto del equipo se han lucido de forma tremenda; el final de “Andor” no decepciona para nada. Ni está cerca de hacerlo.

¿Y qué es lo que pasa acá? Uf. Dedra termina en prisión, todo el trabajo que había hecho para el Imperio, eliminado. Partagaz (Anton Lesser) prefiriere suicidarse antes que ser castigado por sus superiores. Cassian logra rescatar a Aleya y, junto con Melshi, son salvados por K2-SO, quien se baja de la nave para acabar con todos los Imperiales que los estaban rodeando. Y más importante: el grupo logra regresar a Yavin IV, donde Cassian logra contarle a Mon Mothma (Genevieve O’Reilly, ahora sí con su peinado y look de “Rogue One”), el General Draven (Alistair Petrie), Bail Organa (Benjamin Bratt), y a la Senadora Pamlo (Sharon Duncan-Brewster) y el Senador Jebel (Jonathan Aris), a quienes habíamos visto en “Rogue One”, toda la información que recibió por arte de Kleya.

Inicialmente no le creen, pero como sabemos lo que eventualmente pasará en la película, al final, Cassian logra salir de Yavin IV junto a K2 para ir al Anillo de Kafrene. Es así que el episodio termina por empalmar PERFECTAMENTE con “Rogue One”, tanto así que, al terminar, lo primero que hice fue entrar a YouTube para buscar, apropiadamente, la escena de la película en el Anillo de Kafrene. Pero fuera de eso, el episodio nos deja con una sensación agridulce de esperanza; con el feeling de que hemos sido testigos de una serie que enfatiza las pequeñas acciones de gente rebelde de toda importancia, y que complementa bellamente a la película del 2016. En pocas palabras: este final deja en claro que “Andor” es literalmente LO MEJOR que Disney ha hecho con “Star Wars” y que, al menos para Vuestro Servidor, esta serie, junto con “Rogue”, es superior a las Secuelas. Lo he dicho, y dudo que me vaya a arrepentir.

Ah, y la cereza sobre el pastel: la escena final. Bix (Adria Arjona) y el hijo de Cassian. Un hijo al que sabemos nunca conocerá; ni siquiera sabrá de su existencia. La serie nos deja con ese pensamiento triste, pero también sabiendo que su legado quedará intacto, con Bix e incluso con B2-EMO (¡sí, sale al final!). Un desenlace más hermoso no podríamos pedir.

Ay, cómo te extrañaré, “Andor”.

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CRÍTICA: The Last of Us – Temporada 2, Episodio 5

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**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Aunque este episodio de “The Last of Us” no es necesariamente ni el más emocionante ni el más chocante, es gracias a la forma en que concluye que uno termina con la sensación de que las cosas cambiarán a partir del siguiente. ¿Spoilers? Pues sí: el quinto episodio de la segunda temporada termina con Ellie (Bella Ramsey) torturando a Nora (Tati Gabrielle) es un sótano en Seattle lleno de esporas que podrían infectar a cualquiera. A cualquiera como Nora, quien comienza toser como si no hubiese un mañana, pero definitivamente no a la inmune de Ellie. Es ahí que sale a tallar el lado oscuro de nuestra protagonista, quien aparentemente será capaz de hacer cualquier cosa con tal de llegar hasta donde Abby (Kaitlyn Dever).

Fuera (y antes) de eso, nos centramos en Ellie y Dina (Isabela Merced) tratando de pasar sin ser detectadas por entre las fuerzas de WLF, para así poder llegar al hospital donde supuestamente está Abby. Pero como las cosas no pueden ser tan fáciles, eventualmente son encontradas por los enemigos, lo cual las obliga a meterse en un parque lleno de Scars. Es ahí donde son testigos de un suceso terrible —básicamente, unos Scars destripando a un tipo mientras recitan sus líneas de fanáticos religiosos—, pero también donde se unen a Jesse (Young Mazino), quien las rescata momentos antes de un grupo de infectados inteligentes. Resulta que salió con Tommy del pueblo un día después de las chicas, y ha llegado para traérselas de vuelta a casa.

El episodio concluye, entonces, con Ellie y Dina separadas —la primera torturando, como se ha dicho ya, a Nora, y la segunda escapando con Jesse de sus enemigos. Quienes hayan jugado “The Last of Us: Parte Dos” sabrán exactamente lo que se viene, pero los demás se entretendrán con lo que este episodio tiene para ofrecer: como (casi) siempre, una buena mezcla de suspenso, gore, diálogos inteligentes, y uno que otro desarrollo interesante de la trama. Y como toque final, por razones más emocionales que narrativas, el episodio termina con una escena (¿un flashback, un sueño?) entre Bella y Joel (Pedro Pascal); una representación de lo que perdieron, y de lo que podrían haber tenido si es que las cosas hubiesen salido mejor. Una verdadera pena.

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CRÍTICA: Andor – Temporada 2, Episodios 7, 8 y 9

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Episodio 7: El mensajero

****½ sobre *****

Para variar, el primer episodio de “Andor” de esta semana comienza un año después de los eventos del episodio 6. Sin embargo, a diferencia de comienzos previos, “El mensajero” no se demora nada en establecer en qué situación se encuentran los personajes. Cassian (Diego Luna) y Bix (Adria Arjona) están viviendo en Yavin IV, cerca a la base rebelde, esta vez trabajando para un grupo más organizado e ignorando a Luthen. Y Dedra (Denis Gough) por fin recibe las órdenes que todos estábamos asumiendo ya llegarían: Ghorman debe ser destruida, y debe suceder pronto.

Una noticia que no le da explícitamente a Syril (Kyle Soller), pero que este último ya comienza a sospecha. Es así, pues, que el episodio comienza a poner a los personajes centrales en posiciones interesantes: Cassian decide viajar junto a Wilmon a Gohrman, convencidos de que tendrán la oportunidad de asesinar a Fedra, obviamente sin sospechar que se viene una masacre. Bix se queda en Yavin pero tiene una conversación importante con Vel (Faye Marsay), quien también ha dejado de trabajar con Luthen. Y Syril trata de comunicarse con los rebeldes de Gohrman, sin mucho éxito. Adicionalmente, unos cadetes nuevos (y demasiado jóvenes) del imperio llegan al planeta anteriormente mencionado, lo cual preocupa a sobremanera a Dedra.

Puede que sea obvio, pero lo mejor de “Andor” es que se siente como la acumulación de una tensión casi inaguantable que sabemos explotará pronto. La atmósfera de suspenso y vacío deprimente en Ghorman es palpable, y aunque esto se ve balanceado con la sensación de esperanza (aunque sea sutil) en Yavin IV, igual el espectador sabe que lo que se viene en los episodios será terriblemente trágico. Y bueno, también sabe que, a pesar de estar a Ghorman, a Cassian no le pasará nada, porque por algo ya vimos “Rogue One”. ¿Pero Dedra, Syril, y los rebeldes del planeta? Pues habrá que ver los siguientes dos episodios para ver quién sobrevive, y quien termina llegando al fin de su agitada existencia.

 

Episodio 8: ¿Quién eres?

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Y llegó el momento que todos teníamos miedo de que llegara: la masacre de Ghorman. Y con eso, el mejor episodio no solo de la segunda temporada de “Andor” hasta ahora, si no también de toda la serie. Un episodio que se deleita en mantener al espectador en la más inaguantable tensión, ansioso mientras ve como el suspenso aumenta y aumenta y aumenta hasta explotar de la forma más violenta posible, colocando a sus figuras más importantes en puntos de absoluta vulnerabilidad. “¿Quién eres?” me dejó con el corazón en la garganta, totalmente afectado luego de haber visto como “Andor” desarrolló una marcha y eventualmente masacre de forma tan cruenta, tan emotiva.

Cassian está en Ghorman, listo para matar a Dedra. Dedra está trabajando junto a Capitán Kaido (Jonjo O’Neill), totalmente consciente de lo que tendrá que hacer. Wilmon sigue del lado de los rebeldes, y Syril recién se va dando cuenta de lo que está pasando. De hecho, me animaría a decir que Syril es la estrella, por así decirlo, del episodio —Kyle Soller hace un estupendo trabajo transmitiendo, con lenguaje corporal y expresiones faciales, el gradual cambio en el personaje, mientras se va dando cuenta de lo que Dedra está haciendo y de lo que le pasará a la gente de Ghorman. Y sí, hacia el final del episodio, Syril muere —asesinado luego de haber intentado matar a Cassian. El fin de un personaje verdaderamente patético, que obviamente contribuyó con las acciones fascistas de un Imperio totalitario, pero que termina siendo más triste que verdaderamente villanesco. Eso queda claro luego de que, antes de ser asesinado, Cassian le pregunta: “¿quién eres?”. Nada peor que morir como un anónimo, cuyo trabajo no valió nada.

En relación a la masacre, pues “Andor” nos entrega una de las secuencias más tensas que haya visto en un buen tiempo. La escenificación perfecta de lo que el Imperio es capaz de hacer, asesinando a todo un grupo de personas únicamente porque quieren un recursos importante para… bueno, construir una estación espacial gigante que se encargará de matar a millones de personas más. Personajes secundarios mueren luego de conmovernos con sus cánticos e himnos de rebelión, y Cassian sobrevive con las justas, llevándose consigo a un terrible droide imperial que asumimos eventualmente se convertirá en K2SO. Mucho se pierde, pero la pelea sigue adelante, por más de que Dedra y el Imperio se hayan salido con la suya —con terribles consecuencias.

 

Episodio 9: Bienvenidos a la Rebelión

***** sobre *****

Al final del día, la historia de Cassian Andor es una tragedia. Lo sabíamos desde que fuimos testigos del desenlace de “Rogue One”, y es algo que hemos estado viendo desarrollándose a lo largo de las dos temporadas de “Andor”. No obstante, es en este noveno episodio de la segunda temporada que se comienza a sentir más. No solo por la manera en que mezcla victorias con derrotas; un tono trágico con un tono esperanzador. Si no también por la forma en que Bix se despide de Cassian con un video, prometiéndole que se verán una vez que las cosas sean resueltas y la Rebelión gane. Algo que, lamentablemente, por la forma en que Cassian fallece en la película anteriormente mencionada, sabemos que nunca pasará. Una tragedia.

La manera, pues, en que se van respondiendo algunas de las preguntas que teníamos respecto a Cassian y la Rebelión en este episodio es magistral. Más que simplemente llenar huecos, lo que ha hecho el guionista Dan Gilroy es otorgarle motivaciones adicionales y creíbles a sus personajes, y obligaros a interactuar y tomar decisiones difíciles. Consideren, si no, el discurso de Mon Mothma en el Senado, donde denuncia el genocidio de los Ghorman frente a toda la galaxia, mientras la IBS conspira para asesinarla. O cómo finalmente se encuentra con Cassian, quien la ayuda a escapar del Senado para que eventualmente pueda llegar a Yavin IV y convertirse en la lideresa de la Rebelión.

Las piezas van colocándose en su lugar, y en vez de sentirse como algo obligatorio, cansado, se siente más bien como la culminación de todo lo que hemos estado viendo en estos episodios. Como el clímax emocional, tensional y narrativo de todo lo que hemos estado experimentando con estos personajes. Algunos casos, como el de Bix, se sienten inevitables. Y otros, como el de Luthen, quien al menos hasta ahora sigue vivo, no dejan de sorprender. Pero lo mejor de “Bienvenidos a la Rebelión” es que no deja de lado a Cassian, enfocándose en él y su rol de suma importancia en la Rebelión. Y por qué no, culminando con el nacimiento, por así decirlo, de K2-SO, quien asumimos tomará un rol grande en los tres episodios que saldrán la próxima semana. De verdad que no podría estar más contento con lo que “Andor” está haciendo con la franquicia de “Star Wars”.

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