Opinión
CRÍTICA – The Defenders (Primera Temporada)
Publicado
hace 7 añosel
The Defenders es como el equivalente a la primera película de Los Vengadores, de Joss Whedon; mientras que dicho largometraje sirvió como la culminación de las diferentes historias y personajes introducidos en la fase 1 de película de héroes individuales de Marvel, esta serie (¿mini serie?) de TV es la culminación de todo lo que hemos visto en los shows anteriores de Netflix y Marvel: Daredevil (dos temporadas), Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist.
Desgraciadamente, la sensación de satisfacción no es la misma en este caso. No me tomen a mal, The Defenders es una serie muy entretenida, pero viéndola —casi seguida… bueno, en dos sesiones, en realidad— no podía evitar pensar que hubiese podido ser mucho mejor. Uno jamás siente que se esté aprovechando bien a los personajes, ni que exista una palpable sensación de tensión o suspenso debido a los peligros que deben enfrentar. La trama es introducida rápidamente, y se acaba de manera similar, lo cual, siendo justos, termina por minimizar la amenaza que, supuestamente, representa La Mano.
Lo cual, no es necesario decir, es bastante decepcionante. Después de todo, La Mano ha sido desarrollada como una organización criminal sin escrúpulos y llenos de poder a lo largo de la segunda temporada de Daredevil y la primera de Iron Fist, por lo que el hecho de que hayan terminado siendo menos… intimidantes de lo que uno hubiese esperado, realmente le juega en contra a The Defenders. El hecho de que su objetivo sea más místico y egoísta que verdaderamente aterrador es la cereza sobre el pastel.
Eso, y tampoco ayuda el que la serie desperdicie de manera tan olímpica a la gran Sigourney Weaver. Su Alexandra nunca es desarrollada de manera apropiada; sí, sabemos que es una villana, y sí, sabemos que se está muriendo, pero sus motivaciones nunca quedan de todo claras, y jamás se siente como alguien que realmente pudiese terminar matando a nuestros héroes. Sin malograrles demasiado lo sucede en los últimos episodios, el personaje es utilizado de manera realmente patética, y desaparece anticlimáticamente. Desafortunadamente, Weaver no le llega ni a los talones al Kingpin de Vincent D’onofrio, el Kilgrave de David Tennant, o el Cottonmouth de Mahershala Ali.
Sé que estoy sonando quizás demasiado negativo —The Defenders es un show extremadamente fallido—, pero tampoco quiero dar a entender que odié la serie, porque ese no es el caso. Definitivamente es superior a la primera temporada de Iron Fist (la cual tampoco odié, dicho sea de paso), y cuando le da la oportunidad a sus protagonistas de congeniar y relacionarse entre ellos, funciona de la lindo. Consideren, por ejemplo, el capítulo en el que se la pasan comiendo y conversando en un restaurante de comida china; se trata de un momento intrigante en el que vemos a los cuatros héroes interactuando entre ellos, dándonos a entender cómo podrían relacionarse en episodios futuros, o incluso en otros shows.
Porque si hay un aspecto en el que estas series no han fallado hasta ahora, es el cásting y la caracterización de los personajes (sí, me refiero incluso a Danny Rand). El Iron Fist y Luke Cage son particularmente entretenidos cuando el show los pone juntos, otorgándonos una pequeña (y muy graciosa) mirada a lo que podría venirse en el futuro (en los cómics, Danny y Luke eran toda una pareja dispareja). El Luke de Mike Colter y el Danny de Finn Jones se complementan a la perfección. La Jessica Jones de Krysten Ritter provee la cantidad necesaria de cinismo a una trama potencialmente ridícula; después de todo, y a pesar de ser súper fuerte, es la única que no se ha involucrado demasiado con el misticismo, o con ninjas acrobáticos.
Pero quien atraviesa por el arco más intenso y emotivo, es el Daredevil de Charle Cox, lo cual tiene sentido, considerando que es el héroe con quien más tiempo hemos pasado juntos. Sin embargo, es quiene también tiene una relación más cercana con los villanos; ya se ha enfrentado en el pasado con la Madame Gao de Wai Ching Ho, y esta vez tiene que pelear con una recién revivida Elektra, magníficamente interpretada por Elodie Yung, quien logra entregarle una mayor complejidad al personaje que en la segunda temporada de Daredevil. El desenlace de la temporada me sorprendió en más de una forma —especialmente en lo que se refiere a algunas decisiones tomadas por Matt Murdock— aunque a la vez, me recordó un poco al final de Batman v Superman, de Zack Snyder.
Desgraciadamente, debido a que Matt, Luke, Jessica y Danny son el foco de la serie, los personajes secundarios de cada show no la pasan particularmente bien. Previsiblemente, la Claire de Rosario Dawson tiene una presencia fuerte en la historia, pero esta vez no tiene mucho qué hacer. La Colleen Wing de Jessica Henwick (lo mejor que tuvo la primera temporada de Iron Fist) está mejor utilizada; de hecho, resulta satisfactorio verla enfrentarse nuevamente a su antiguo sensei. Pero el resto… digamos que la mejor idea que tuvieron los creadores de la serie fue agarrar a Foggy (Elden Henson), Misty (Simmone Missick), Trish (Rachael Taylor) y Karen (Deborah Ann Woll) y encerrarlos en una comisaría. Más desperdiciados no podrían estar.
En lo que se refiere a las escenas de acción, The Defenders no está del todo mal. La primera pelea en la que se involucran nuestros héroes es muy emocionante, y está expertamente coreografiada (además, nada podría ser más satisfactorio que por fin ver a Finn Jones involucrado en un combate bien coreogriafado, para variar). Eso, y existen pocas cosas más graciosas que ver a Charlie Cox pelear con una bufanda en la cara. El resto de enfrentamientos sirven, pero el combate final definitivamente es el que resalta más, tanto visualmente, como a nivel emocional. Hasta ahora nada supera a las dos peleas de pasadizos en Daredevil, pero definitivamente estamos en territorio más sólido que Iron Fist.
The Defenders es una sólida serie que culmina muchas de las historias introducidas en los shows anteriores de Marvel y Netflix. No, la trama no es particularmente compleja, y La Mano es reducida a una organización llena de conflictos internos gratuitos, liderados por una villana con motivaciones algo absurdas, pero el show brilla cada vez que muestra a los cuatro héroes interactuando entre ellos, o involucrándose en peleas de artes marciales. Se trata de un producto gracioso, ligero, entretenido, competentemente realizado y expertamente actuado. Pudo ser más ambicioso, sí —definitivamente no es el Avengers de la televisión, pero hey, tampoco es el Fant4stic. Veremos qué pasa en la segunda temporada (si es que habrá).
Cofundador y editor en NoEsEnSerie.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, y miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica. Integra el staff de la revista MasGamers, las webs de Nintendo Pe y Fans de Zelda Perú, el portal web Cinencuentro, y el portal de cine peruano FotografiaCalato.com. Adicionalmente, es YouTuber para el canal Aprieta Start, y formó parte del staff de prensa del 18 Festival de Cine de Lima. También trabaja como fotógrafo para Star Wars Fan Club Perú. Desde enero del 2012 publica críticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas (el cual forma parte de la Asociación de Blogs de Cine). Crítico oficial de RottenTomatoes.com. Cinéfilo y seriómano empedernido.
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destacado
CRÍTICA: La vida sexual de las universitarias – Temp 3, Ep 1
Publicado
hace 15 horasel
22 noviembre, 2024**** sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Si son fanáticos de las primeras dos temporadas de “La vida sexual de las universitarias”, seguramente ya sabrán que Reneé Rapp aparecerá menos en la tercera, habiendo decidido que prefiere dedicarle tiempo a su carrera de cantante en vez de actuar. Esto, claramente, resultará en la eventual desaparición de su personaje, Leighton, en la serie. ¿Pero cómo? Pues eso es algo que no nos demoramos en averiguar en el primer episodio. Resulta que su novia, Alicia (Midori Francis) se quiere ir de la Universidad de Essex para trabajar en Boston. Y (no tan) casualmente, el profesor de matemáticas de Leighton le ofrece hablar con un colega en MIT (¡en Boston!) para que se pase a dicha universidad a estudiar matemáticas, su verdadera pasión.
Conveniente, ¿no? O sea sí, pero es lo que la serie necesita —simplemente dará mucha pena ver a Leighton irse del show. Fuera de eso, sin embargo, este primer episodio hace un buen trabajo actualizándonos con las vidas de las chicas. Kimberly (Pauline Chalamet) y Whitney (Alyah Chanelle Scott) comienzan la historia peleadas debido a que la primera se metió con el ex de la segunda, Canaan (Christopher Meyer), pero felizmente terminan amistándose para el final. Whitney, además, tiene que acostumbrarse en la vida de una sorodidad. Y por su parte, Bela (Amrit Kaur) parece encontrar una nueva motivación para mejorar como persona, luego de enterarse de que no puede cambiarse de universidad por tener un GPA demasiado bajo: convertirse en mentora para los alumnos y alumnas de primer año.
Es bastante, especialmente considerando que el episodio es relativamente corto, pero como siempre, “La vida sexual de las universitarias” se mueve rápido y sin hacerse problemas, incluyendo todo tipo de diálogos graciosos y referencias a la cultura popular. Obviamente no todos los chistes funcionan, pero ninguno es demasiado estúpido, y ciertamente se ven beneficiados por el carisma de las protagonistas. Pero lo más importante de las dos temporadas anteriores, felizmente, sigue intacto: las buenas actuaciones, la química palpable y realista entre las actrices, y la franqueza con la cual temas relacionados a sexualidad y amistad son tratados por la creadora Mindy Kaling y sus guionistas. ¡Me muero por seguir con la temporada!
****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Llegamos al final de lo que podría considerarse como una de las mejores series del 2024. Y felizmente, “El Pingüino” ha concluido de manera satisfactoria —más que satisfactoria, de hecho. El personaje del título (Colin Farrell) por fin se ha convertido en el verdadero villano que siempre debió ser; Sofia Gigante (Cristin Milioti) ha regresado al asilo de Arkham, para volver a vivir su peor pesadilla. Pero más importante: lo que tanto nos teníamos, terminó pasando. Vic (Rhenzy Feliz), el eterno aliado de Oswald, es asesinado por este último luego de que tienen una breve conversación, en la que el primero le confiesa que lo considera como familia. El último cuchillazo en el corazón (no literal). El último paso que Oz tenía que dar para convertirse en lo que debía ser.
De hecho, lo que postula este último episodio de “El Pingüino”, es que Oz siempre fue así. Desde pequeño. No solo porque terminó matando a sus dos hermanos, como vimos en otro flashback, si no también porque siguió viviendo con su mamá después de eso, como si nada hubiese pasado. Para él, sus hermanos eran como obstáculo que le impedían estar con su madre, y que debían ser eliminados. Quería a su madre solo para él. Quería su aceptación. Quería darle la vida que siempre quizo tener. Pero como Oz no puede obtener todo lo que quiere, y mucho menos lo más importante para él, su madre termina teniendo un derrame, el cual la deja en estado vegetativo. Todo por lo que luchó, todo por lo que mató… se esfumó en pocos minutos. Y todo lo que queda es un Oz destruido, que lo tiene todo pero a la vez nada.
Es así, pues, que “El Pingüino” nos deja con una de las mejores construcciones de un villano que haya visto en un buen tiempo. A diferencia de lo que está haciendo Sony, la serie nunca trata de redimir a su personaje central ni mucho menos. No trata de convertirlo en un antihéroe. Lo que ha hecho es obligarnos a seguir a un personaje nefasto, a un psicópata al que entendemos, pero al que nunca llegamos a justificar. Es fascinante, y se cuelga de las excelentes actuaciones de Farrell, Milioti y Feliz. De hecho, si tengo una sola queja, es que “El Pingüino” no logra insertar suficientes referencias al mundo en el que sucede (¿cómo es que Batman ha ignorado todo lo que pasa en el show?) Y aunque me encantó la aparición de la Batiseñal al final, creo que pudieron haber puesto… más. Pero eso es lo único, ¡lo juro! Por lo demás, “El Pingüino” ha concluido muy bien, y ha demostrado ser, nuevamente, de lo mejor que hemos podido ver este año en streaming.
****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Ya nos vamos acercando al final. En el sétimo episodio de “El Pingüino”, llamado “El Jefe”, las cosas se tornan más complicadas para el personaje del título. Su madre, Francis (Deirdre O’Connell) ha sido capturada por Sofia Gigante (Cristin Milioti), y cuando llega a su casa en busca de Vic (Rhenzy Feliz), más bien se encuentra con Sal Maroni (Clancy Brown), quien le pide lo lleve a su base de operaciones en las alcantarillas. Después de todo, se quiere vengar de Oz por haber matado a su esposa, y de paso se quiere quedar con su operación de producción y distribución de drogas para compartirla con Sofia.
Es una situación compleja, pues, de la cual, para variar, Oz logra salir. Con la ayuda de un secuaz, logra apagar las luces de su base, se escapa de las garras de sus enemigos, y termina asesinando a Maroni… bueno, más o menos. Pelean, y este parece morir de un infarto, lo cual frustra a Oz, quien siempre quiere demostrar que es el ganador y es mejor de lo que el resto cree. Pero por su parte, en una conversación con Francis, Sofia se da cuenta de algo: todo este tiempo, quizo hacer algo nuevo, ser distinta. Pero ha estado jugando el mismo juego que su padre. Por ende, cuando Oz le pide que vaya a su base para entregar a su madre, hace algo diferente: le manda una bomba. Y aunque el Pingüino sobrevive (obviamente), para variar, los que pagan las consecuencias de la explosión son los residentes más pobres de la superficie. Al igual que con la inundación del Acertijo en “Batman”, son los más necesitados los que sufren por las acciones de estos villanos.
Es así que “El Pingüino” se va acercando a su final, sorprendiéndonos con giros narrativos interesantes y demostrando que ya se está acercando a un clímax potencialmente intrigante. Disfruté del flashback a la infancia de Oz con su madre (pues resulta que el pequeño Pingüino fue el responsable de la muerte de sus hermanos… o al menos eso parece), y disfruté de la escena entre Francis y Sofia, y de la intervención del Doctor Rush (Theo Rossi) en toda la situación. Sofia sigue siendo una antagonista formidable, dejando a Oz más solo que nunca. Aparentemente sin Vic (por el momento, asumo) y con un ejército muerto. ¿Qué pasará en el último episodio de la próxima semana? Tengo mis teorías, pero como siempre, estoy seguro que “El Pingüino” logrará sorprenderme.