Conectate con nosotros

Opinión

CRÍTICA – Wu Assassins (1era Temporada)

Publicado

el

¿Una serie para Netflix protagonizada y coreografiada por el gran artista marcial y actor indonesio Iko Uwais (“The Raid: La Redención”)? ¡Era imposible que fuera a perdérmela! Y aunque “Wu Assassins” no tiene el mejor de los comienzos —el exceso de diálogos expositivos y efectos digitales de baja calidad ciertamente no ayuda—, se trata de un show que va mejorando de capítulo en capítulo, desarrollando la mitología que rodea a sus protagonistas con elegancia, y permitiéndole al espectador enamorarse de sus personajes, haciendo, incluso, que ciertos villanos tengan características redimibles, como para que no caricaturizarlos. Sí, es bastante cursi y absurda por momentos, pero “Wu Assassins” me sorprendió gratamente —es una entretenida mezcla de fantasía, acción, y alguito de melodrama.

El protagonista de “Wu Assassins” es Kai Jin (Uwais), un chef y artistia marcial mitad indonesio y mitad chino. Él llegó de pequeño al Barrio Chino de San Francisco, y fue adoptado por quien años después de convertiría en el líder de la mafia china de dicha ciudad, el Tío Six (Byron Mann). Ya de adulto, Jin está tratando de vivir una vida pacífica como Chef, por más que sus mejores amigos se metan en problemas. Tenemos a dos hermanos, Jenny (Li Jun Li) y Tommy Wah (Lawrence Kao); la primera tuvo que endeudarse con las triadas, y por ende, con el Tío Six, para mantener a flote el restaurante familiar, mientras que el segundo está batallando contra una adicción a la heroína. Y también está Lu Xin Lee (Lewis Tan), quien luego de sobrevivir un incendio de pequeño, se convirtió en uno de los ladrones de carros más exitosos de San Francisco, siempre involucrándose en problemas con la Mafia.

Sin embargo, Kai Jin terminará involucrándose en sus propios problemas. De pronto, es elegido por el espíritu de Ying Ying (Celia Au) para convertirse en el Asesino Wu del título: un héroe elegido para acabar con los guerreros Wu y traer de vuelta el balance al mundo. Cada guerrero Wu tiene un poder basado en uno de los elementos de la cultura china (madera, fuego, tierra, metal y agua) y solo pueden ser eliminados por el Asesino Wu. Es así que, poco a poco, Kai se irá dando cuenta que sus potenciales víctimas están mucho más cerca de lo que cree, razón por la que tendrá que ser apoyado tanto por sus amigos, como por una aguerrida policía encubierta llamada Christine Galvin (Katheryn Winnick), quien está tratando de acabar con la guerra de pandillas que se está llevando a cabo entre las triadas y la mafia irlandesa, liderada por el temible Alec McCullough (Tommy Flanagan).

“Wu Assassins” no carece de ambición. De hecho, combina elementos de diferentes géneros y subgéneros cinematográficos para desarrollar una historia que, aunque algo inconsistente, definitivamente resulta muy interesante. Obviamente tiene influencias del cine de artes marciales asiático —las peleas en las que se ve involucrado Kai son verdaderamente espectaculares—, pero también contiene elementos del cine criminal y de mafia (consideren a los mafiosos vestidos con impecables ternos), escenas de drama familiar, y por supuesto, una buena dosis de fantasía. Al principio, el balance entre lo realista y lo fantástico no está particularmente bien llevado, pero es a partir del tercer episodio, más o menos, que “Wu Assassins” logra encontrar una identidad propia, y por ende, termina por enganchar al espectador sin mayores problemas.

Al ser Uwais tanto el protagonista de la historia, como el coreógrafo de las peleas mano a mano, “Wu Assassins” no carece de momentos de trepidante acción. De hecho, el primer episodio comienza con una pelea —intensa, sangrienta—, y aunque no todos los episodios están enfocados en las artes marciales, hay suficientes secuencias de acción como para mantener satisfecho al espectador más exigente. Los combates no son igual de brutales y sangrientos como los de “The Raid”, pero la coreografía es igual de impecable, y el estilo de dirección se mantiene consistente durante los diez episodios de esta primera temporada: cortes poco frecuentes y un estable manejo de cámara ayudan a que cada pelea sea fácil de entender, y por ende, terminen siendo increíblemente intensas y emocionantes. Lógicamente, Uwais no utiliza dobles, pero me dio gusto ver que hasta actores menos experimentados con este tipo de acción, como Winnick, Jun Li o Kao, se animen a protagonizar sus propios enfrentamientos.

Desgraciadamente, quienes al ver la presencia del gran actor de acción Mark Dacascos en los créditos de la serie, estuviesen esperando un gran rol de parte suyo, quedarán algo decepcionados. Al obtener el poder del Wu, la identidad de Jin es protegida cada vez que trata de eliminar al primer guerrero Wu, y por ende, luce como un monje interpretado por Dacascos. Lamentablemente, dicho “disfraz” no es usado con mucha frecuencia, y Dacascos no llega a tener demasiadas líneas de diálogo. Resulta divertido verlo pelear, aunque sea un par de veces, pero no pude evitar sentir que estuvo absolutamente desperdiciado en un rol que podría considerarse como nada más que un cameo glorificado. Espero que lo utilicen mejor en la segunda temporada (si es que llega a confirmarse….)

Felizmente, la acción no es lo único que tiene “Wu Assassins” para ofrecer. Me sorprendió la manera en que llega a desarrollar a sus personajes más importantes, haciendo que muchos de ellos sean realmente memorables. Irónicamente, el menos interesante es Jin —Uwais, a pesar de ser un gran peleador, no es el actor más expresivo, y por ende convierte al protagonista de la serie en un hombre de pocas palabras, reservado, que siempre prefiere pelear y estar solo, en vez de compartir sus sentimientos o pensamientos con los demás. Funciona para el personaje, al menos, y para efectos de la historia que se quiere contar, pero en comparación a los secundarios, puede terminar viéndose algo plano. En todo caso, considerando el desenlace de esta primera temporada, me encantaría que la segunda explore un poco las consecuencias de sus últimos actos. Sería cosa de que Uwais esté a la altura de lo que los nuevos guiones vayan a exigirle.

Como el Tío Six, Byron Mann es un enemigo formidable… pero al tener una conexión tan personal con Jin, poco a poco es desarrollado como un personaje más humano, con el que uno puede simpatizar (hasta cierto punto, por supuesto). Sí, hace cosas terribles, pero no porque sea un villano megalomaníaco y caricaturesco; su caracterización es bastante más compleja que eso, lo cual beneficia a la serie a sobremanera. Como Jenny, Li Jun Li tiene un rol más conflictivo. Es una mujer que está tratando de hacer el bien, haciendo que sus padres estén orgullosos de ella, pero a la vez, sabe que ha tenido que hacer cosas de las que no está orgullosa; siempre tiene un peso encima, el cual parece ser imposible de sacar.

El Tommy de Lawrence Kao tiene el arco de personaje más intrigante de la serie —tiene que pasar de ser un desastre, un adicto sin ambiciones, a alguien dispuesto a ayudar a sus amigos y su familia; como Lu Xin, Lewis Tan (“Deadpool 2”) habita un área más bien gris, y la Christine de Katheryn Winnick (“Vikings”) funciona para darle una perspectiva de outsider a la historia. No sabe en qué se está metiendo, pero termina ayudando a los protagonistas, entablando relaciones bastante cercanas con ellos, incluso. El gran Tzi Ma (como el dueño de una tienda de abarrotes y comida que vive en el mismo edificio que Kai), Juju Chan (como Zan, la mano derecha del Tío Six), Celia Au (como Ying Ying, el espíritu guía de Kai), Tommy Flanagan (como el líder de la mafia irlandesa, quien va cobrando más importancia mientras la serie avanza) y Summer Glau (quien solo aparece durante los últimos dos episodios) completan un reparto variado y sólido.

Los elementos fantásticos son introducidos de manera algo torpe en la narrativa; contrastan demasiado con el tono más bien serio, verosímil, que tienen las escenas entre Kai, sus amigos, y hasta el Tío Six. Sin embargo, mientras va avanzando la historia, y mientras la trama terrenal, por así llamarla, se va entrelazando con la trama espiritual, y uno va dándose cuenta de la manera en que ciertos personajes de la vida de Kai están relacionados con su misión como el Asesino Wu, las cosas mejoran considerablemente. Sí, muchos de los efectos digitales son horribles (especialmente elementos como el fuego o las bolitas de luz), pero felizmente “Wu Assassins” se concentra más en efectos prácticos: grandes sets, armas de verdad, y por supuestos, peleas mano a mano sin ayuda digital. Es así que “Wu Assassins” va enganchando al espectador; hay que tener algo de paciencia (el primer episodio, incluso, podría considerarse como el peor de todos), pero creanme cuando les digo que vale la pena.

De hecho, para cuando uno está viendo los últimos dos episodios de esta primera temporada, los personajes principales han sido tan bien establecidos y desarrollados, que uno se siente muy cómodo con ellos, empatizando con la mayoría y por ende, preocupándose por ellos durante las escenas de mayor peligro. La amistad entre Kai, Jenny, Tommy y Lu Xin es completamente creíble, y antagonistas como el Tío Six o el mismo Alec llegan a ser desarrollados de manera suficientemente compleja (con motivaciones creíbles y objetivos claros) como para que trasciendan la etiqueta de “villano”. La primer temporada termina bien, atando la mayoría de sus cabos sueltos, pero a la vez, el final es lo suficientemente abierto como para que uno se quede con ganas de ver más. Espero que Netflix confirme una segunda temporada pronto; si no llega a salir, estaré muy molesto.

Puede que “Wu Assassins” no tenga el encanto nostálgico de “Stranger Things” o la violenta intensidad de “Daredevil”, pero al mezclar elementos de diferentes géneros y subgéneros cinematográficos, y al inspirarse de diferentes historias clásicas y mitos (Kai es llamado “El elegido”, porque obviamente), el show llega a desarrollar una identidad propia, y a contar una historia sorprendentemente imprevisible. Llena de peleas emocionantes, y protagonizada por personajes que terminan siendo bastante memorables —a excepción, quizás, de Kai, lo cual es una pena—, “Wu Assassins” es una serie que ha pasado algo desapercibida en Netflix, pero que espero más gente llegue a descubrir, aunque sea de casualidad. Habiendo tanta serie mediocre que dura por años, algo como “Wu Assassins” merece tener, aunque sea, una temporada más. Puede que no sea perfecta, pero al menos se atreve a ser diferente y a representar una cultura que no se ve con mucha frecuencia en series de streaming occidentales, lo cual ya de por sí es todo un logro.

Cofundador y editor en NoEsEnSerie.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, y miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica. Integra el staff de la revista MasGamers, las webs de Nintendo Pe y Fans de Zelda Perú, el portal web Cinencuentro, y el portal de cine peruano FotografiaCalato.com. Adicionalmente, es YouTuber para el canal Aprieta Start, y formó parte del staff de prensa del 18 Festival de Cine de Lima. También trabaja como fotógrafo para Star Wars Fan Club Perú. Desde enero del 2012 publica críticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas (el cual forma parte de la Asociación de Blogs de Cine). Crítico oficial de RottenTomatoes.com. Cinéfilo y seriómano empedernido.

Continuar leyendo
Comentarios

destacado

CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodios 5 y 6

Publicado

el

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Episodio 5 – ****½ sobre *****

Lo divertido de ver series antes de la época del streaming, es que no todos los episodios tenían que avanzar con la trama general de forma explícita. De hecho, el chiste estaba en tener algunas historias que se podían sentir casi como secundarias, en donde el o la protagonista se veía involucrada en situaciones aisladas. Esa es, precisamente, la sensación que me ha dado el quinto episodio de “Daredevil: Born Again”, el cual se centra en el atraco a un banco en el que se encuentra Matt (Charlie Cox), quien había llegado para intentar sacar un préstamo con la ayuda del administrador asistente, nada más y nada menos que Yusuf Khan (Mohan Kapur), el papá de Kamala Khan / Ms Marvel.

Es así que el episodio se desarrolla como una historia que se puede disfrutar casi por sí sola, pero que contiene referencias como la anteriormente mencionada que dejan muy en claro que esta serie sí se lleva a cabo explícitamente en la MCU. Pero fuera de eso, tenemos un episodio emocionante y tenso, en el que Matt se ve obligado a usar sus poderes —básicamente, su súper sentido del oído— sin que nadie se de cuenta, actuando como un verdadero ciego y sin ponerse su traje de Daredevil. Esto resulta en un episodio increíblemente entretenido, que aprovecha bien la fecha en la que se lleva a cabo —el Día de San Patricio— así como la peligrosa situación en la que se encuentran nuestros personajes. No es un episodio mega importante, pues, pero igual lo disfruté mucho, y además, da la sensación de que establece a una misteriosa figura —el jefe de los criminales— como un villano potencial en el futuro. Habrá que esperar.

 

Episodio 6 – ****½ sobre *****

Es en el episodio 6 de “Daredevil: Born Again”, entonces, donde la trama comienza a avanzar un poco más —a diferencia del anterior, quienes busquen un mayor desarrollo de las líneas narrativas principales de la serie quedarán más contentos con este episodio. Es aquí que vemos como se descubre la forma en que Muse, un asesino serial/grafitero, está haciendo pintas aparentemente imborrables en las calles de Nueva York. Y también es aquí que vemos, por fin, a Matt regresar a sus andanzas, poniéndose el traje de Daredevil nuevamente, esta vez para rescatar a Angela (Camila Rodríguez) de las garras del asesino ya mencionado.

Resulta fascinante, además, ver a Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) formar un escuadrón anti-justicieros, lo que me imagino le traerá problemas más adelante tanto a Daredevil como a personajes como El Castigador. Pero lo que el episodio parece estar más interesado en decirnos es que, al convertirse de nuevo en justiciero, nuestro protagonista no se diferencia demasiado de su archienemigo. Es así que vemos como, en paralelo, Fisk y Matt se ven involucrados en peleas, con el primero sacándole la mugre al ex de Vanessa, y el segundo tratando de acabar con Muse. Entre eso, y la aparición inesperada de Jack Duquesne / El Espadachín (Tony Dalton), quien apareció por primera vez en la serie de “Hawkeye”, es que el sexto episodio de “Daredevil: Born Again” se desarrolla de forma emocionante, satisfactoria y violenta, mezclando contenido temático potente con referencias para los fans. Es decir, tanto este episodio como el anterior son de lo mejor que el show nos ha ofrecido hasta el momento.

Continuar leyendo

destacado

CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodio 4

Publicado

el

**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Si este se siente como un episodio menor, es porque los tres primeros capítulos de “Daredevil: Born Again” han sido extremadamente buenos; es decir, la valla está alta. Sin embargo, hay mucho para disfrutar en el cuarto episodio de “Daredevil: Born Again”, desde un caso muy particular que le toca atender a Matt Murdock (Charlie Cox), hasta los esfuerzos del alcalde Fisk (Vincent D’Onofrio) por comenzar a cumplir con sus promesas de campaña y, por supuesto, el muy esperado retorno de Frank Castle / El Castigador (Jon Bernthal).

De hecho, esto último es de lo mejor que tiene el episodio para ofrecer, incluyendo una magnífica escena protagonizada por dos grandes actores dando interpretaciones fascinantes. El diálogo entre Matt y Frank hace un excelente trabajo resumiendo las posturas de ambos personajes, y más importante, dejando en claro que la muerte de Foggy será lo que siempre terminará motivando al primero en esta temporada. Puede que él se mienta a sí mismo o diga que está trabajando únicamente porque es su deber, pero todo lo que hace —especialmente ahora lo relacionado a la muerte de su último cliente, así como sus enfrentamientos con policías corruptos que usan el logo del Punisher— lo hace por Foggy. Es Frank quien le hace ver la realidad a Matt, lo cual parece traerá consigo ciertas consecuencias; ¡me muero por ver a Daredevil de regreso, con traje y todo!

Pero regresando al tema de los policías. Me encanta que “Daredevil: Born Again” no tenga miedo de meterse en temas potencialmente controvertidos, dejando en claro que buena parte de los policías que operan en la Nueva York de Fisk son corruptos y violentos, capaces de matar hasta por venganza. Va a ser interesante ver cómo el show continua desarrollando esto, especialmente ahora que Frank ha regresado. Lo mismo se puede decir sobre Wilson Fisk —algo de progreso se está haciendo con sus terapias de pareja, pero el que tenga encerrado al ex de Vanessa, Adam (Lou Taylor Pucci) en un calabozo nos dice, nuevamente, que Fisk no ha cambiado tanto. Puede que sea capaz de perdonar a Daniel (Michael Gandolfini) luego de haber cometido un error, pero igual parece que no ha terminado de esconder sus violentas tendencias. Habrá que ver qué sucede con él, y claro, de qué forma Daredevil se verá obligado a detenerlo.

Continuar leyendo

destacado

CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodio 3

Publicado

el

****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

“Daredevil: Born Again” continua con un episodio que, por lo menos, se siente igual de satisfactorio y sorprendente que los dos primeros, siendo incluso, en ciertos aspectos, superior a ellos. Lo que tenemos acá es un capítulo dedicado casi enteramente al juicio de Hector Ayala (Kamar de los Reyes), en el que Matt (Charlie Cox) se encarga de defenderlo. Esta semana, pues, no tenemos a nuestro protagonista poniéndose el traje del personaje del título, pero eso no importa —da gusto tener un episodio enfocado en su identidad de civil, mostrándonos como a través de su trabajo como abogado también tiene que lidiar con muchos de los problemas éticos con los que se encuentra al actuar como superhéroe.

No hace falta decir, entonces, que el enfoque en el juicio funciona muy bien, permitiéndole al episodio desarrollar breves —pero intensos— momentos de palpable tensión. Resaltan el viaje por parte de un testigo importante al lugar del juicio, las revelación pública por parte de Matt de la identidad alterna de Hector (el Tigre Blanco), y por supuesto, la conclusión del juicio. Si algo de gusto acá, es ver cómo Hector es establecido y desarrollado como un buen tipo; como alguien que ha estado ayudando tanto a civiles como a policías, y que claramente sería incapaz de matar a alguien a sangre fría. Kamar de los Reyes (Q.E.P.D.) hace un estupendo trabajo interpretando a Hector, mostrándolo como alguien que simplemente se dedica a hacer lo correcto, incluso cuando eso puede traer consigo graves consecuencias.

Y eso es precisamente lo que termina sucediendo acá. Ver como Hector es finalmente asesinado, y encima por alguien que lleva el símbolo del Castigador en su ropa, resulta desgarrador. Al igual que ver a Matt hablar por fin sobre Foggy (Elden Henson) con su su cuasi novia, Heather (Margarita Levieva). Y hasta la trama secundaria con Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) resulta intrigante, especialmente cuando hacia el final lo vemos dando una entrevista en la que se queja del resultado del juicio a Hector. Ver como se discute y maneja el tema de los “vigilantes” a nivel político es más interesante de lo que suena, y es lo que hace que “Daredevil: Born Again” sea algo más que un simple show de personajes en spándex dándole a palazos. Si “Daredevil: Born Again” comenzó con el pie derecho con los primeros dos episodios, este tercero sirve para establecerlo como una serie con harto potencial que espero no vaya a ser desperdiciado.

Continuar leyendo