Opinión
The Middle: recapitulando el episodio final
Publicado
hace 5 añosel
El final de la serie de ABC The Middle les da a todos los chicos Heck sus merecidos finales felices, pero no antes de un último viaje familiar.
Advertencia: Contiene spoilers
El episodio de una hora de duración nos muestra a los Heck preparándose para el gran traslado de Axl a Denver. Frankie tiene la mayor dificultad para procesar las noticias; ella intenta mantener la calma frente a su hijo, pero por dentro se está volviendo loca. Ella casi pierde el control cuando Mike tiene un momento especial con Axl, llevándolo a un lado para darle un viejo reloj que una vez perteneció a su abuelo. Está inscrito con las coordenadas de la casa de la familia, por lo que siempre recuerda de dónde vino.
Brick, mientras tanto, no parece tan desconcertado por la inminente partida de Axl. Al enterarse de que su hermano se está yendo, inmediatamente comienza a construir una sala de lectura al lado del dormitorio de Axl. En su última noche en Orson, Axl encuentra a Brick reservando un asiento de ventanilla en el auto familiar, y le pregunta por qué no está más molesto. Brick admite que va a extrañar mucho a Axl, y ocuparse de él después del gran anuncio de su hermano fue su manera de enfrentarlo. Sue se une a ellos y obtiene un momento muy especial con sus dos hermanos. Ella les dice que le encanta ser la hija del medio, porque le permite ser tanto una hermana mayor como una hermana pequeña.
A la mañana siguiente, los Heck reúnen las pertenencias de Axl y salen a la carretera en un viaje a Denver. Al salir de la casa, Axl es recibido por amigos y vecinos, incluidos Lexie, Brad, Bill Norwood y todos los Donahues, para despedirlo con cariño. La extraña Ashley también aparece para despedirlo, pero insiste en que no es un adiós. Sean, mientras tanto, está en el aeropuerto, listo para partir hacia Ghana cuando la seguridad lo detiene y le pregunta sobre la bola de nieve en su equipaje. Él lo toma como una señal de que no debería irse sin decirle a Sue cómo se siente, y luego regresa a casa para descubrir que ella está a medio camino de Denver. Cansado de esperar, él se mete en su auto y la alcanza; en el lado de la carretera, él profesa su amor por la chica de al lado. Sellan el trato con un beso, luego Sue le promete esperarlo hasta que regrese de África en el otoño.
Después, los Hecks vuelven a la carretera. Los niños están en el asiento trasero, grabando datos telefónicos, y los «alquileres» les recuerdan que no pueden costear sus límites. Axl sugiere que sus padres lo retiren del plan familiar para reducir el costo de su factura, lo que termina siendo lo que hace que Frankie se quiebre. Ella le dice a Mike que se detenga y sale del auto. «Lo intenté, Axl», dice ella. «Traté de ser cool para que regresaras y lo visitaras … ¿pero sabes qué? No soy cool No estoy bien con esto.
«Esto es todo», continúa. «Se acabó. Los cinco de nosotros nunca volveremos a estar juntos así. Axl se va, Sue va a aceptar un trabajo en el hotel, Brick se sellará en su habitación leyendo, y papá volará [en la cantera] y lo averiguaré por medio de un consejero de duelo. Es el final de una era, y nunca volverá a ser lo mismo «. Mientras intenta (y falla) reprimir las lágrimas, Mike sonríe y dice:» Esa es la forma en que se supone que debe ser «. Abrazo grupal, luego prometa a Frankie que siempre permanecerán en el mismo plan de datos. Luego, regresan al auto y continúan hacia Denver, pero se olvidan de la bolsa de bocadillos azul al costado de la carretera. Luego nos regalan una serie de flash-forwards, que revelan dónde terminan todos los niños Heck:
* Axl finalmente regresa a Orson, donde él y Lexie se establecen y tienen tres hijos: todos los niños que son como Axl.
* Brick crece para convertirse en un exitoso autor, escribiendo una serie de novelas sobre un joven estrafalario que es absorbido por su mágica máquina de microfichas y viaja a través del tiempo con su confiable mochila. Brick no solo tiene una barba magnífica, sino que también lleva un anillo de matrimonio. (Me gustaría pensar que él se casa con Cindy.)
* Sean y Sue rompen un montón de veces, pero finalmente se casan en una ceremonia al aire libre oficiada por … ¿quién más? – El reverendo Tim Tom.
Luego volvemos a la actualidad. Mike le guiña un ojo a Frankie y ella le sonríe. Luego, vemos un plano amplio del automóvil que conducía más lejos y escuchamos a la familia discutiendo sobre la bolsa azul que faltaba. Axl culpa a Sue, luego Brick agrega: «Por eso no quería sentarme en el medio. [Susurra] El medio! »
¡Y ahí lo tienen! Después de nueve temporadas (personalmente, no esperaba que durara tanto aunque me encantó), 215 episodios y al menos media docena de bolsas azules, The Middle ha llegado a su fin. ¿Qué extrañarás más de la comedia familiar de ABC?
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“Warrior Nun” es una de esas series que vi con mucho entusiasmo durante el primer año de pandemia, emocionado por disfrutar algo durante el encierro por el que muchos estábamos pasando. En ese momento, necesitaba ver algo entretenido y sonso y que no me haga pensar demasiado, y eso es precisamente lo que me dio la primera temporada de “Warrior Nun”. Mezclando una historia apropiadamente loca, con peleas bien coreografiadas, y actuaciones sorprendentemente sólidas, “Warrior Nun” le hizo honor a su tan memeable nombre, dando a entender que las cosas se pondrían incluso más estrafalarias en la siguiente temporada.
Y no puedo decir que se hayan equivocado. La segunda temporada de “Warrior Nun” podría considerarse como más de lo mismo, sí, pero a la vez, también es una mejora en relación a lo que vino antes. Sí, el diálogo es de calidad inconsistente. Sí, el tono del show varía con demasiada frecuencia, mezclando violencia y gore y comentario social y religioso, con momentos francamente ridículos. Pero no podemos negar que nadie vería una serie con un título como “Warrior Nun” esperando una obra maestra. De hecho, lo que el título nos podría prometer, sería una experiencia bien de serie-B, como algo que produciría la gente de The Asylum, o Sy Fy. El hecho de que sea algo considerablemente mejor que dichas ofertas debería ser considerado como un pequeño milagro.
(Heh. Milagro).
La segunda temporada de “Warrior Nun” comienza un par de meses luego de la primera. Nuestra protagonista, Ava (Alba Baptista), la Monja Guerrera del título, está viviendo en los Alpes Suizos con su mejor amiga (y quizás algo más), la aguerrida Hermana Beatrice (Kristina Tonteri-Young, hipnotizante). Se están escondiendo, pues, de Adriel (William Miller), quien revivió al final de la temporada pasada, y ahora está cobrando fama, realizando milagros, y convenciendo a la gente de que es un ángel caído desde el cielo. Evidentemente, nuestras heroínas saben que eso no es cierto, pero también que deben entrenar y prepararse para el inevitable enfrentamiento con este potencial demonio.
Sus planes se aceleran, sin embargo, cuando Ava conoce a Miguel (Jack Mullarkey), quien dice estar trabajando para una organización secreta dispuesta a acabar con Adriel. Con ganas de por fin hacer algo, Ava decide unirse a Miguel, siempre bajo el cuidado de Beatrice. Mientras ellas piensan en un buen plan, la Madre Superiora (Sylvia De Fanti) y su mano derecha, la hermana Camila (Olivia Delcán) intentan encontrar una manera de acabar con Adriel; la doctora Jillian Salvius (Thekla Reuten) sigue buscando la forma de recuperar a su hijo, Michael, quien pasó por un portal a otra dimensión; y el traicionero Padre Vincent (Tristán Ulloa) trata de convencer a Ava y compañía de unirse a Adriel en su supuesta misión por traer paz al mundo.
“Warrior Nun” es una de esas series fantásticas que cuentan con un montón de trama. Tenemos varios personajes importantes, y ni siquiera se ha mencionado en los párrafos anteriores a figuras como la monja corrupta Lilith (Lorena Andrea), o al nuevo Papa, Duretti (Joaquim de Almeida). Es un show con un montón de lore, que va introduciendo con rapidez nuevas contorsiones narrativas y giros e historias de trasfondo basadas en mitos y situaciones reales. Consideren, si no, el rol que juega en la historia la corona de púas de Jesucristo (¡!), o la aparición de personajes ajenos a la hermandad de Ava, como una monja increíblemente entusiasta (¡siempre sonriente!) llamada Yasmine (Meena Rayann). “Warrior Nun” está siempre en movimiento, introduciendo novedades con frecuencia, como para que el público no se aburra.
Generalmente, este tipo de estrategias resultan en productos finales demasiado inflados o hasta incoherentes…. pero sorprendentemente, ese no es el caso de la segunda temporada de “Warrior Nun”. El creador Simon Barry y su equipo (que incluye a David Hayter como guionista; ¡sí, la voz de Solid Snake en los juegos de “Metal Gear Solid”!) hacen un buen trabajo balanceando todos los elementos de la historia, como para no perder de vista ni a la protagonista, ni al conflicto central entre ella y Adriel. Sí, se podría ahondar más en elementos más contemplativos, como el hecho de que Ava sabe como es estar muerta, o como la desaparición de ciertos personajes que fueron importantes en la primera temporada. Incluso hay cierto giro chocante que acaba con todo un grupo de personajes, y a nuestras protagonistas no parece importarles mucho.
Lo cual no debería sorprender, francamente. “Warrior Nun” no es una serie contemplativa en lo absoluto; es una historia que funciona en el momento, y que como se ha mencionado antes, está siempre en movimiento. Si uno la ve considerando eso —y considerando, además, que está basada en un personaje de cómics; ¡sí, en serio!— entonces la puede pasar de lo lindo. Los episodios se mueven a buen ritmo, los personajes son simples pero carismáticos y entretenidos, y la trama es de lo más alocada. Incluso me atrevería a decir que hasta a las personas más conservadoramente religiosas les costaría ofenderse con “Warrior Nun”. Sí, el show deja muy mal parada a la Iglesia como institución, pero no parece tener nada en contra de la fe o de las creencias de la gente. Todo lo contrario.
Aparte de eso, resulta (todavía) muy divertido ver a estas monjas patear traseros. Al igual que en la primera, esta segunda temporada de “Warrior Nun” cuenta con peleas muy bien coreografiadas y emocionantes. Destacan una trifulca que sirve para demostrar los nuevos poderes de Lilith (ahora más demonio que monja, valgan verdades), y un enfrentamiento entre la Hermana Beatrice, y un montón de fanáticos de Adriel en un pasillo. Se nota que las mismas actrices han entrenado para estas secuencias, y felizmente son filmadas con movimientos de cámara fluidos y sin abusar de los cortes rápidos, como para que se entiendan bien y emocionen a cualquier espectador. Impresionante, la verdad.
Lo cual no quiere decir que todo en “Warrior Nun” sea espectacular. De hecho, por más de que la mayoría de efectos visuales digitales sean de buena calidad, la temporada todavía cuenta con algunos momentos francamente impresentables. Consideren, si no, las alas con las que cuenta cierto personaje (lucen como algo extraído de un juego para PlayStation 3), o ciertos planos en chroma, que parecen sacados de una película de hace veinte años. “Warrior Nun” aprovecha muy bien sus locaciones reales por toda Europa (los Alpes, por supuesto, y ciudades como Madrid), pero a la vez, puede lucir un muy poco barata cuando comienza a depender demasiado de creaciones digitales. No es algo que malogre la experiencia, pero sí evita que la serie se sienta tan sofisticada como seguramente le gustaría a sus creadores.
Mucho de lo disfrutable en “Warrior Nun”, eso sí, viene gracias al trabajo de los actores. Como siempre, Alba Baptista está genial como Ava, inyectándole mucho carisma y personalidad a un personaje potencialmente plano. Me encanta el contraste entre su entusiasmo y sarcasmo, y la seriedad de los personajes que la rodean. Parece que la joven actriz está entrando poco a poco en el mainstream, y espero que siga así; ¡no me molestaría verla en una película de renombre para cines!
Por otro lado, Kristina Tonteri-Young está muy bien como Beatrice. Su química con Alba es palpable, y resalta tanto en las escenas más dramáticas, como durante las secuencias de violencia. Ayuda, además, que Beatrice como personaje sea adorable, y que haya crecido bastante en comparación a su aparición en la primera temporada. Por su parte, William Miller es suficientemente intimidante como Adriel, luciendo como un Fabio encantador y demoníaco. Thekla Reuten logra inyectarle algo de emotividad a la historia a través de su rol como Jillian; Tristán Ulloa es creíble como Vincent; la Madre Superiora Sylvia De Fanti demuestra ser la lideresa perfecta para nuestras protagonistas; Olivia Delcán destaca más que antes como la Hermana Camila, y Joaquim De Almeida (uno de los grandes actores secundarios de Hollywood) la está pasando muy bien interpretando al nuevo Papa.
Si se divirtieron con la primera temporada de “Warrior Nun”, entonces la pasarán de lo lindo con la segunda. La serie es lo que es, y dudo que vaya a convertir a los espectadores más cínicos; no busca ser nada más que entretenimiento puro, pues, aprovechando bien el potencial de su ridículo título. Pero si creen que no serán capaces de creerse una historia que involucra a Monjas Elegidas por una Aureola, Hermanas Que Saben Kung-Fu, demonios carismáticos, mujeres aladas, y portales a otras dimensiones, pues no le pongan play ni al primer episodio. “Warrior Nun” no es para todo el mundo, pero quienes estén sedientos de ver historias de género suficientemente bien contadas, y que no tienen miedo de ser absurdas, deberían darle una oportunidad a este show. Espero que puedan producir una tercera temporada; con Netflix nunca se sabe.