Opinión
CRÍTICA – I Am Not Okay With This (1era Temporada)
Publicado
hace 5 añosel
Las plataformas de streaming como Netflix se han llenado de historias juveniles; series que exploran el crecimiento y las tribulaciones por las que tiene que pasar un personaje adolescente. No hay duda de que se están aprovechando de la nostalgia que el público siente hoy en día por aquellos tiempos, y específicamente por décadas como las del 80 ó 90 —consideren, si no, el éxito de shows como “Stranger Things”, que fuera de tener protagonistas memorables y una trama intrigante, definitivamente aprovechan al máximo la estética ochentera para atraer a un público que haya vivido durante aquella época. Es una moda —no tan pasajera—, de eso no hay duda alguna.
Y aunque inicialmente parece que “I Am Not Okay With This” es una serie más de adolescentes y eventos sobrenaturales, es a través de los siete episodios (sí, nada más) de la primera temporada, que demuestra ser algo un poco más interesante y oscuro. Se trata, pues, de un show que retrata de manera muy verosímil lo incómoda que puede ser la adolescencia, especialmente para alguien que se siente como una outsider, como una chica que no está particularmente interesada en pertenecer a ningún grupo o en ser popular. Sí, contiene algunos elementos sobrenaturales —no podía ser de otra manera, supongo—, pero ese no es el foco de “I Am Not Okay With This”. Lo importante acá son los personajes, sus interacciones, y como los diferentes conflictos en los que se involucran los van cambiando.
La protagonista de “I Am Not Okay With This” es Sydney (Sophia Lillis, a quien seguramente vieron en las dos películas de “IT”), una adolescente algo tímida y de personalidad fuerte, que vive en el aburridísimo pueblo de Brownsville, en los Estados Unidos. Va a la secundaria, como cualquier chica de su edad, pero solo tiene una mejor amiga, la popular Dina (Sofia Bryant). En casa, además, las cosas son bastante incómodas; su padre se suicidó unos meses atrás, razón por la que solo vive con su madre, Maggie (Kathleen Rose Perkins), quien trabaja horas extra para poder mantener a sus hijos, y su hermano menor, Liam (Aidan Wojtak-Hissong). Para Sydney, ella no es más que una adolescente común y aburrida.
Lo cual, al ser una serie de televisión, sabemos que no es cierto. Y esto se confirma cuando, eventualmente, descubre que tiene poderes telequinéticos, los cuales le permiten mover objetos con la mente. Completamente abrumada por este descubrimiento, Sydney no sabe qué hacer, hasta que se hace amiga de Stanley (Wyat Oleff, también de las películas de “IT”), un chico que se enamora de ella y que decide ayudarla a controlar sus poderes. Pero mientras el baile de secundaria se acerca, y la presión —tanto por parte de sus amigos como de su familia y el colegio en sí— se va acumulando, Sydney va dándose cuenta que tomar el control de su vida y de sus poderes de repente no será tan fácil.
Mientras que algunas series terminan siendo demasiado largas, abusando de subtramas innecesarias o expandiendo los roles de personajes secundarios que no funcionan en dosis tan grandes, los creadores de “I Am Not Okay With This” entienden que, a veces, menos es más. Después de todo, los siete episodios de esta primera temporada terminan durando menos que “El irlandés”, de Martin Scorsese (¡!), y por lo tanto se pueden consumir en un solo día sin mayores problemas. Esto resulta en una narrativa ágil y sencilla, la cual se mueve a buen ritmo sin sacrificar el desarrollo de sus personajes y sus relaciones. “I Am Not Okay With This” es una serie que prácticamente no tiene relleno, y que sabe dónde enfocarse para mantener atento al espectador.
Ayuda, además, el que los personajes estén construidos de manera realista, sin que se sientan como niños prodigio de televisión, o como el producto de la imaginación de un guionista que nunca ha conversado con un adolescente. De hecho, se puede argumentar que Sydney es un personaje complicado; una chica que casi siempre está molesta (con justa razón), y que trata a los que la rodean con poca empatía, o a veces hasta con algo de ira. De hecho, son esos cambios emocionales bruscos los que “activan” sus poderes, por lo que se podría decir que la inclusión de los mismos son como una suerte de metáfora para la adolescencia y todas sus complicaciones. Sí, puede que a veces resulte complicado relacionarse con Sydney —especialmente cuando trata mal a su madre o a sus amigos—, pero es muy fácil entenderla.
El trabajo de Sophia Lillis, además, es excelente. La joven actriz (y futura estrella) interpreta a Sydney como una chica complicada, que está tratando de sobrellevar el suicidio de su padre, su vida escolar, su vida romántica, su relación con Dina, y encima, sus nuevos poderes, los cuales podrían ponerla en aprietos. Es un personaje que se siente abrumado la mayor parte del tiempo, y Lillis la interpreta de forma absolutamente empática, haciendo que se sienta como una adolescente real: a veces graciosa, a veces carismática, pero la mayor tiempo llena de ira. Es un personaje redondo, del tipo que no se ve con mucha frecuencia en esta clase de shows.
El resto del reparto está muy bien, también. Wyat Oleff es encantador como Stanley; un chico medio hipster (prefiere ver películas en VHS y escuchar música en vinilos) y raro, pero que también vive una vida algo difícil. Kathleen Rose Perkins logra darle algo de humanidad a Maggie, la madre de Sydney; Sofia Bryant es carismática y creíble como Dina; Richard Ellis interpreta a Brad, el bully del colegio, como una caricatura andante, lamentablemente; y el Liam de Aidan Wojtak-Hissong es el clásico niño de película (o serie) que se comporta como adulto. La mayoría de escenas que protagoniza son graciosas, sí, pero contrastan con el tono más bien realista del resto del show.
Sí, se podría argumentar que “I Am Not Okay With This” abusa un poco de la voz en off de Sydney, la cual se supone representa sus pensamientos y los textos que escribe en su diario. Y sí, algunos de los personajes no son tan redondos o al menos creíbles como los protagonistas. Pero en general, “I Am Not Okay With This” me dejó gratamente sorprendido. Se trata de una serie que, a pesar de llevarse a cabo en el presente —los smartphones y la Internet existen— maneja una estética más bien retro, y que de manera más importante, logra desarrollar una historia con tintes sobrenaturales de manera creíble y absolutamente entretenida. Impecablemente actuada, ágil, corta, y con un final explosivo —en más de una forma— y chocante, “I Am Not Okay With This” es un show que merece tener una segunda temporada. ¡Estaré esperándola con ansias!
Cofundador y editor en NoEsEnSerie.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, y miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica. Integra el staff de la revista MasGamers, las webs de Nintendo Pe y Fans de Zelda Perú, el portal web Cinencuentro, y el portal de cine peruano FotografiaCalato.com. Adicionalmente, es YouTuber para el canal Aprieta Start, y formó parte del staff de prensa del 18 Festival de Cine de Lima. También trabaja como fotógrafo para Star Wars Fan Club Perú. Desde enero del 2012 publica críticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas (el cual forma parte de la Asociación de Blogs de Cine). Crítico oficial de RottenTomatoes.com. Cinéfilo y seriómano empedernido.
Te podría gustar
destacado
CRÍTICA: La vida sexual de las universitarias – Temp 3, Ep 1
Publicado
hace 1 díael
22 noviembre, 2024**** sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Si son fanáticos de las primeras dos temporadas de “La vida sexual de las universitarias”, seguramente ya sabrán que Reneé Rapp aparecerá menos en la tercera, habiendo decidido que prefiere dedicarle tiempo a su carrera de cantante en vez de actuar. Esto, claramente, resultará en la eventual desaparición de su personaje, Leighton, en la serie. ¿Pero cómo? Pues eso es algo que no nos demoramos en averiguar en el primer episodio. Resulta que su novia, Alicia (Midori Francis) se quiere ir de la Universidad de Essex para trabajar en Boston. Y (no tan) casualmente, el profesor de matemáticas de Leighton le ofrece hablar con un colega en MIT (¡en Boston!) para que se pase a dicha universidad a estudiar matemáticas, su verdadera pasión.
Conveniente, ¿no? O sea sí, pero es lo que la serie necesita —simplemente dará mucha pena ver a Leighton irse del show. Fuera de eso, sin embargo, este primer episodio hace un buen trabajo actualizándonos con las vidas de las chicas. Kimberly (Pauline Chalamet) y Whitney (Alyah Chanelle Scott) comienzan la historia peleadas debido a que la primera se metió con el ex de la segunda, Canaan (Christopher Meyer), pero felizmente terminan amistándose para el final. Whitney, además, tiene que acostumbrarse en la vida de una sorodidad. Y por su parte, Bela (Amrit Kaur) parece encontrar una nueva motivación para mejorar como persona, luego de enterarse de que no puede cambiarse de universidad por tener un GPA demasiado bajo: convertirse en mentora para los alumnos y alumnas de primer año.
Es bastante, especialmente considerando que el episodio es relativamente corto, pero como siempre, “La vida sexual de las universitarias” se mueve rápido y sin hacerse problemas, incluyendo todo tipo de diálogos graciosos y referencias a la cultura popular. Obviamente no todos los chistes funcionan, pero ninguno es demasiado estúpido, y ciertamente se ven beneficiados por el carisma de las protagonistas. Pero lo más importante de las dos temporadas anteriores, felizmente, sigue intacto: las buenas actuaciones, la química palpable y realista entre las actrices, y la franqueza con la cual temas relacionados a sexualidad y amistad son tratados por la creadora Mindy Kaling y sus guionistas. ¡Me muero por seguir con la temporada!
****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Llegamos al final de lo que podría considerarse como una de las mejores series del 2024. Y felizmente, “El Pingüino” ha concluido de manera satisfactoria —más que satisfactoria, de hecho. El personaje del título (Colin Farrell) por fin se ha convertido en el verdadero villano que siempre debió ser; Sofia Gigante (Cristin Milioti) ha regresado al asilo de Arkham, para volver a vivir su peor pesadilla. Pero más importante: lo que tanto nos teníamos, terminó pasando. Vic (Rhenzy Feliz), el eterno aliado de Oswald, es asesinado por este último luego de que tienen una breve conversación, en la que el primero le confiesa que lo considera como familia. El último cuchillazo en el corazón (no literal). El último paso que Oz tenía que dar para convertirse en lo que debía ser.
De hecho, lo que postula este último episodio de “El Pingüino”, es que Oz siempre fue así. Desde pequeño. No solo porque terminó matando a sus dos hermanos, como vimos en otro flashback, si no también porque siguió viviendo con su mamá después de eso, como si nada hubiese pasado. Para él, sus hermanos eran como obstáculo que le impedían estar con su madre, y que debían ser eliminados. Quería a su madre solo para él. Quería su aceptación. Quería darle la vida que siempre quizo tener. Pero como Oz no puede obtener todo lo que quiere, y mucho menos lo más importante para él, su madre termina teniendo un derrame, el cual la deja en estado vegetativo. Todo por lo que luchó, todo por lo que mató… se esfumó en pocos minutos. Y todo lo que queda es un Oz destruido, que lo tiene todo pero a la vez nada.
Es así, pues, que “El Pingüino” nos deja con una de las mejores construcciones de un villano que haya visto en un buen tiempo. A diferencia de lo que está haciendo Sony, la serie nunca trata de redimir a su personaje central ni mucho menos. No trata de convertirlo en un antihéroe. Lo que ha hecho es obligarnos a seguir a un personaje nefasto, a un psicópata al que entendemos, pero al que nunca llegamos a justificar. Es fascinante, y se cuelga de las excelentes actuaciones de Farrell, Milioti y Feliz. De hecho, si tengo una sola queja, es que “El Pingüino” no logra insertar suficientes referencias al mundo en el que sucede (¿cómo es que Batman ha ignorado todo lo que pasa en el show?) Y aunque me encantó la aparición de la Batiseñal al final, creo que pudieron haber puesto… más. Pero eso es lo único, ¡lo juro! Por lo demás, “El Pingüino” ha concluido muy bien, y ha demostrado ser, nuevamente, de lo mejor que hemos podido ver este año en streaming.
****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Ya nos vamos acercando al final. En el sétimo episodio de “El Pingüino”, llamado “El Jefe”, las cosas se tornan más complicadas para el personaje del título. Su madre, Francis (Deirdre O’Connell) ha sido capturada por Sofia Gigante (Cristin Milioti), y cuando llega a su casa en busca de Vic (Rhenzy Feliz), más bien se encuentra con Sal Maroni (Clancy Brown), quien le pide lo lleve a su base de operaciones en las alcantarillas. Después de todo, se quiere vengar de Oz por haber matado a su esposa, y de paso se quiere quedar con su operación de producción y distribución de drogas para compartirla con Sofia.
Es una situación compleja, pues, de la cual, para variar, Oz logra salir. Con la ayuda de un secuaz, logra apagar las luces de su base, se escapa de las garras de sus enemigos, y termina asesinando a Maroni… bueno, más o menos. Pelean, y este parece morir de un infarto, lo cual frustra a Oz, quien siempre quiere demostrar que es el ganador y es mejor de lo que el resto cree. Pero por su parte, en una conversación con Francis, Sofia se da cuenta de algo: todo este tiempo, quizo hacer algo nuevo, ser distinta. Pero ha estado jugando el mismo juego que su padre. Por ende, cuando Oz le pide que vaya a su base para entregar a su madre, hace algo diferente: le manda una bomba. Y aunque el Pingüino sobrevive (obviamente), para variar, los que pagan las consecuencias de la explosión son los residentes más pobres de la superficie. Al igual que con la inundación del Acertijo en “Batman”, son los más necesitados los que sufren por las acciones de estos villanos.
Es así que “El Pingüino” se va acercando a su final, sorprendiéndonos con giros narrativos interesantes y demostrando que ya se está acercando a un clímax potencialmente intrigante. Disfruté del flashback a la infancia de Oz con su madre (pues resulta que el pequeño Pingüino fue el responsable de la muerte de sus hermanos… o al menos eso parece), y disfruté de la escena entre Francis y Sofia, y de la intervención del Doctor Rush (Theo Rossi) en toda la situación. Sofia sigue siendo una antagonista formidable, dejando a Oz más solo que nunca. Aparentemente sin Vic (por el momento, asumo) y con un ejército muerto. ¿Qué pasará en el último episodio de la próxima semana? Tengo mis teorías, pero como siempre, estoy seguro que “El Pingüino” logrará sorprenderme.