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CRÍTICA – Stranger Things (Temporada 4)

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Que complicado es otorgarle el sitio correcto y darle el valor que merece a una producción que se estrena una vez por año y que libera todos sus episodios en un solo bloque. Sin embargo, es algo a lo que cada vez las plataformas de streaming nos ha ido acostumbrando más y más. Este podría ser el caso de Stranger Things, presentada por primera vez, sin demasiada pomposidad, por Netflix hace ya seis años. Sin embargo, la serie, luego de una sorprendente primera temporada que proponía la “vuelta a los años ‘80s” de la manera más animosa posible, ha convertido a su elenco en las estrellas del presente -y de los próximos años- y se ha consolidado como la apuesta más grande de la plataforma de la N roja, tanto en cuestiones cualitativas (quizá compitiendo con The Crown en este apartado), como en aspectos cuantitativos (entiéndase, presupuesto). Este rótulo de “buque insignia” al que accedió de manera inesperada, pareciera ser que le quedó, por momentos, demasiado grande a una producción que se llenó de muchas promesas que fueron complicadas de cumplir por ciertas barreras naturales que no tenía permitido traspasar, especialmente en la decepcionante segunda temporada, un defecto demasiado grande como para no ser tomado en cuenta cuando la serie haya llegado a su fin y toque realizar un balance general, si bien luego pudo retomar el sendero correcto para su tercera entrega.

Con el veredicto en una especie de stand by entre ser un gran título o quedar en la promesa de la siguiente gran serie que no lo fue, los hermanos Duffer, creadores, guionistas y directores de la mayoría de los episodios, no han querido dejar dudas de que intentaron entregar el mejor producto posible, realizando la cuarta y última temporada con la trama más oscura que se podía imaginar, sin perder la esencia de clásico ochentero que mezcla terror, comedia, aventura y ciencia ficción. Pero no solo ello, sino que además dividieron la temporada en dos bloques, por lo que hasta el momento solo hemos podido ver los siete episodios -han sufrido una extensión considerable en su duración individual- que corresponden a la primera parte, quedando pendiente un par de capítulos a estrenarse a inicios de julio, aunque se anunció que el último tendrá una duración de dos horas y media, por lo que podría considerarse, de manera no oficial, que la serie concluirá con una película y no con un cierre de temporada regular. Dicho esto, lo que tenemos visto de la cuarta temporada tiene una mala y una buena noticia.

Como diría Eddie Munson (Joseph Quinn), interesante adición al reparto de esta temporada, “las noticias malas siempre primero”, por lo que aquí va. La mala es que es urgente que Stranger Things termine lo más pronto posible por un par de razones, principalmente. En primer lugar, porque se está haciendo muy complicado creerle al cuarteto de amigos iniciales que aún tienen la edad que suponen tener en la trama, si bien a Eleven (Millie Bobby Brown) y Max (Sadie Sink) aquel tópico no se les enreda tanto. Esto no es un problema exclusivo de esta serie, pero sí es particularmente importante para el alma de su libreto que los protagonistas sean niños y, además, aparenten serlo porque allí yace un atractivo especial que es evidente para la dinámica del argumento. El segundo punto para reforzar la necesidad de concluir el programa es que algunas subtramas han sido explotadas lo suficiente y hay poco que contar, por lo que su inclusión requiere algunos quiebres anticíclicos que merman, en cierto grado, el entretenimiento que logra la serie con las tramas que están avanzando a mayor ritmo. Pero, después de todo, la buena noticia es que, a falta de tan solo dos episodios pendientes, Stranger Things llegará a su fin tras entregarnos su mejor temporada.

La tercera parte nos dejó con la división del grupo pues, tras la supuesta muerte de Hopper (David Harbour), Eleven y la familia Byers se mudan a California para rehacer su vida. Esto ocasiona, en principio, que veamos dos relaciones amorosas a distancia. La de Mike (Finn Wolfhard) con la propia Eleven y la de Nancy (Natalia Dyer) con Jonathan (Charlie Heaton), el hermano de Will (Noah Schnapp). Este ingrediente emocional secundario de las relaciones de las parejas es un añadido que funciona muy bien a lo largo de los episodios y le da cierta frescura y respiro a la trama. En primera instancia, es una decisión acertada del guion que la acción ocurra en varios frentes al mismo tiempo, aunque, como mencioné antes, algunos arcos se vuelven mucho más atractivos que otros.

En Hawkins, por ejemplo, es donde ocurre lo más interesante. Las muertes que está provocando Vecna, una figura humanoide que proviene del “Upside Down”, están aterrorizando a la comunidad, mientras la policía sospecha de Eddie Munson que, como decíamos, es un personaje nuevo que se convierte en parte del grupo de amigos. Así tenemos la reunión de Steve (Joe Keery), Dustin (Gaten Matarazzo), Lucas (Caleb McLaughlin), Robin (Maya Hawke), Max (atentos a Sadie Sink que es mucho más que solo la chica de “All Too Well”) y Nancy, quienes se lanzan a encontrar pistas que puedan resolver el caso. Esta trama es la que otorga todo el terror a la serie y … ¡vaya que su construcción roza la perfección! Los hermanos Duffer han apostado por el body horror más clásico y efectivo posible, pues el enemigo se introduce en la mente de sus víctimas, al más puro estilo de “Freddy Krueger”, para causar miedo desde los propios traumas de cada personaje y, por nuestra parte, somos espectadores de algunas escenas tan gore que nunca pensamos ver en esta serie. El libreto, entonces, acertadamente encuentra la manera de traer a discusión un tema tan actual como la salud mental, del que también se alimenta la historia de Eleven para esta temporada, pues la pérdida de sus poderes no le permite sentirse cómoda consigo misma, incluso trayéndole problemas en la escuela. No es sencillo el camino que sigue el personaje de Millie Bobby Brown, lo que se agradece para evitar caer en facilismos que el propio guion reconoce en frases como “generalmente, nos ayuda una chica que tiene poderes, pero esta vez no está”. Sin embargo, aunque en el último episodio su arco enlaza a la perfección con los demás, en el medio hemos sentido que sus secuencias le quitaban ritmo a la acción.

Las otras subtramas también son muy entretenidas, aunque disparejas en su desarrollo, por lo que aún está por verse como es que podrían encajar en la estructura. Por un lado, tenemos a Joyce (Winona Ryder) y Brett (Murray Bauman) yendo al rescate de Hopper -no es spoiler, el adelanto confirmó que estaba vivo-, cuyas escenas son las que añaden el ingrediente tradicional de los rusos antagonistas que envidian el desarrollo estadounidense, con algunos buenos gags que son muy graciosos. Por otro lado, está Mike -quien va a California por las vacaciones de primavera-, Will, Jonathan y Argyle (Eduardo Franco), otro personaje nuevo que hace poco más que fumar hierba todo el día. Está subtrama se parece mucho más a una road movie, lo que también le otorga una sensación especial adicional a la serie, pero se siente, por ahora, un poco lejos de todo lo demás, no solo geográficamente, sino argumentalmente.

Ahora bien, aún con algunas subtramas que tienen un peso más relevante que otras, uno de los mayores aciertos que tiene Stranger Things es saber como encadenar una secuencia tras otra en el montaje y eso es todo mérito de un guion que está muy bien escrito. Mientras podemos tener seis o siete historias desarrollándose al mismo tiempo, el timing para la construcción de estas es preciso y funcional para nunca aburrirse. Cada elemento encaja donde debe y esta vez hemos tenemos menos alusiones exactas como las que teníamos antes con planos calcados a forma de homenaje a grandes títulos de la década de 1980, pues ya no son tan importantes estas referencias “micro”, tomando relevancia las “macro” ya que, en su conjunto, Stranger Things se siente tan nostálgica como siempre, solo que con una fórmula distinta. Con el final de la serie a la vuelta de la esquina, celebro que esta serie haya encontrado el mejor camino posible para dar por concluida su historia. Sé que aún restan un par de episodios, pero siguiendo el ritmo y la esencia que han mostrado en estos siete recién estrenados, Stranger Things será recordada por todo lo fascinante de su propuesta, que como objetivo final no tenía otro motivo de ser que entretener de la misma manera en la que solo las películas y series clásicas que formaron a muchas generaciones posteriores podían lograrlo.

Estudié Economía en la Udep, pero mi película favorita no es Wall Street ni mi serie favorita es Billions. En realidad no tengo ninguna favorita, por eso dedico todo el tiempo posible a ver la mayor cantidad de series y películas que pueda, y porque me gusta. Escribo también en estrimin.pe.

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‘The Crowded Room’: Apple TV+ presenta nueva serie protagonizada por Amanda Seyfried

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 Amanda Seyfried y Emmy Rossum también protagonizan la nueva serie de 10 episodios del ganador del Premio de la Academia Akiva Goldsman.
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Apple TV+ presentó un primer vistazo a The Crowded Room, la apasionante serie limitada protagonizada y producida por Tom Holland, y creada por el escritor y productor ejecutivo ganador del Premio de la Academia Akiva Goldsman (A Beautiful Mind). Protagonizada por un elenco encabezado por Holland, Amanda Seyfried y Emmy Rossum, The Crowded Room hará su debut mundial en Apple TV+ con los primeros tres episodios de su primera temporada de 10 episodios el viernes 9 de junio de 2023, seguidos de un nuevo episodio semanal todos los viernes hasta el 28 de julio de 2023.
 
The Crowded Room sigue a ‘Danny Sullivan’ (Holland), un hombre que es arrestado tras su participación en un tiroteo en la ciudad de Nueva York en 1979. Un thriller cautivador narrado a través de una serie de entrevistas con la curiosa interrogadora ‘Rya Goodwin’ (Amanda Seyfried), la historia de la vida de Danny se desarolla, revelando elementos del misterioso pasado que lo formó, y los giros y vueltas que lo llevarán a una revelación que cambiará su vida.
Además de Holland, Seyfried y Rossum, la serie está protagonizada por Sasha Lane, Will Chase y Lior Raz junto con las estrellas invitadas Jason Isaacs, Christopher Abbott, Thomas Sadoski y Zachary Golinger.

Protagonizada por un elenco encabezado por Tom Holland, Amanda Seyfried y Emmy Rossum. Foto: Apple TV+

The Crowded Room es una coproducción entre Apple Studios y New Regency. Goldsman se desempeña como productor ejecutivo a través de su productora Weed Road Productions. La serie también cuenta con la producción ejecutiva de Alexandra Milchan para EMJAG Productions; y Arnon Milchan, Yariv Milchan y Michael Schaefer de New Regency. Kornel Mundruczo dirigió varios episodios, incluido el piloto, y es productor ejecutivo.
Apple TV+ ofrece series dramáticas y de comedia cautivadoras y de primer nivel, largometrajes, documentales innovadores y entretenimiento para niños y familias, y está disponible para verlo en todas sus pantallas favoritas. Después de su lanzamiento el 1 de noviembre de 2019, Apple TV+ se convirtió en el primer servicio de transmisión totalmente original en lanzarse en todo el mundo, y estrenó más éxitos originales y recibió más reconocimientos de premios más rápido que cualquier otro servicio de transmisión en su debut. Hasta la fecha, las películas, documentales y series originales de Apple han sido honrados con 348 victorias y 1,436 nominaciones a premios y contando, incluida la ganadora del Oscar a la Mejor Película CODA.

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‘Emancipation’: Apple reveló el tráiler de la película de Will Smith

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Apple Original Films reveló el primer tráiler de Emancipation, la muy esperada película protagonizada por Will Smith y dirigida por Antoine Fuqua. Estreno el 9 de diciembre de 2022

Emancipation cuenta la historia de triunfo de Peter (Smith), un hombre que escapa de la esclavitud, confiando en su ingenio, fe inquebrantable y profundo amor por su familia para evadir a los cazadores de sangre fría y los pantanos implacables de Luisiana en su búsqueda de la libertad. La película está inspirada en las fotos de 1863 de Peter azotado, tomadas durante un examen médico del Ejército de la Unión, que aparecieron por primera vez en Harper’s Weekly.

Apple Original Films reveló el tráiler de la muy esperada película Emancipation, dirigida y producida por Antoine Fuqua (Día de entrenamiento, El justiciero) y protagonizada y producida por Will Smith (King Richard, En busca de la felicidad, Ali). Emancipation, cuenta la historia de triunfo de Peter (Smith), un hombre que escapa de la esclavitud, confiando en su ingenio, fe inquebrantable y profundo amor por su familia para evadir a los cazadores de sangre fría y los pantanos implacables de Luisiana en su búsqueda de la libertad. La película está inspirada en las fotos de 1863 de Peter azotado, tomadas durante un examen médico del Ejército de la Unión, que aparecieron por primera vez en Harper’s Weekly. Una imagen, conocida como «La espalda flagelada», que muestra la espalda desnuda de Peter mutilada por los latigazos de sus esclavizadores, contribuyó en última instancia a aumentar la oposición pública a la esclavitud. La película se estrenará a nivel mundial en Apple TV+ el viernes 9 de diciembre de 2022.

Miembro del elenco, el actor Ben Foster. Foto: Alexandra Breton

Emancipation está dirigida por Antoine Fuqua, a partir de un guión de William N. Collage. La película está producida por Will Smith y Jon Mone a través de Westbrook Studios, Joey McFarland a través de McFarland Entertainment y Todd Black a través de Escape Artists. Chris Brigham, Antoine Fuqua, James Lassiter, Heather Washington, Cliff Roberts, Glen Basner y Scott Greenberg son los productores ejecutivos.

Foto: Alexandra Breton

 

Director:  Antoine Fuqua

Elenco:  Will Smith, Ben Foster, Charmaine Bingwa, Gilbert Owuor, Mustafa Shakir, Steven Ogg, Grant Harvey, Ronnie Gene Bivens, Jayson Warner Smith, Jabbar Lewis, Michael Luwoye, Aaron Moten e Imani Pullum

Guión: William N. Collage

Productores: Will Smith y Jon Mone a través de Westbrook Studios; Joey McFarland a través de McFarland Entertainment y Todd Black a través de Escape Artists

Productores ejecutivos: Chris Brigham, Antoine Fuqua, James Lassiter, Heather Washington, Cliff Roberts, Glen Basner y Scott Greenberg

Apple TV+ ofrece series dramáticas y de comedia cautivadoras y de primer nivel, largometrajes, documentales innovadores y entretenimiento para niños y familias, y está disponible para verlo en todas sus pantallas favoritas. Después de su lanzamiento el 1 de noviembre de 2019, Apple TV+ se convirtió en el primer servicio de streaming totalmente original en lanzarse en todo el mundo, y estrenó más éxitos originales y recibió más reconocimientos de premios más rápido que cualquier otro servicio de streaming en su lanzamiento. Hasta la fecha, las películas, los documentales y las series originales de Apple han sido honrados con 282 premios y 1,240 nominaciones a premios y contando, incluida la comedia ganadora de varios premios Emmy Ted Lasso y la ganadora del Oscar a la Mejor Película de este año CODA.

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CRÍTICA : Warrior Nun (Temporada 2)

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“Warrior Nun” es una de esas series que vi con mucho entusiasmo durante el primer año de pandemia, emocionado por disfrutar algo durante el encierro por el que muchos estábamos pasando. En ese momento, necesitaba ver algo entretenido y sonso y que no me haga pensar demasiado, y eso es precisamente lo que me dio la primera temporada de “Warrior Nun”. Mezclando una historia apropiadamente loca, con peleas bien coreografiadas, y actuaciones sorprendentemente sólidas, “Warrior Nun” le hizo honor a su tan memeable nombre, dando a entender que las cosas se pondrían incluso más estrafalarias en la siguiente temporada.

Y no puedo decir que se hayan equivocado. La segunda temporada de “Warrior Nun” podría considerarse como más de lo mismo, sí, pero a la vez, también es una mejora en relación a lo que vino antes. Sí, el diálogo es de calidad inconsistente. Sí, el tono del show varía con demasiada frecuencia, mezclando violencia y gore y comentario social y religioso, con momentos francamente ridículos. Pero no podemos negar que nadie vería una serie con un título como “Warrior Nun” esperando una obra maestra. De hecho, lo que el título nos podría prometer, sería una experiencia bien de serie-B, como algo que produciría la gente de The Asylum, o Sy Fy. El hecho de que sea algo considerablemente mejor que dichas ofertas debería ser considerado como un pequeño milagro.

(Heh. Milagro).

La segunda temporada de “Warrior Nun” comienza un par de meses luego de la primera. Nuestra protagonista, Ava (Alba Baptista), la Monja Guerrera del título, está viviendo en los Alpes Suizos con su mejor amiga (y quizás algo más), la aguerrida Hermana Beatrice (Kristina Tonteri-Young, hipnotizante). Se están escondiendo, pues, de Adriel (William Miller), quien revivió al final de la temporada pasada, y ahora está cobrando fama, realizando milagros, y convenciendo a la gente de que es un ángel caído desde el cielo. Evidentemente, nuestras heroínas saben que eso no es cierto, pero también que deben entrenar y prepararse para el inevitable enfrentamiento con este potencial demonio.

Sus planes se aceleran, sin embargo, cuando Ava conoce a Miguel (Jack Mullarkey), quien dice estar trabajando para una organización secreta dispuesta a acabar con Adriel. Con ganas de por fin hacer algo, Ava decide unirse a Miguel, siempre bajo el cuidado de Beatrice. Mientras ellas piensan en un buen plan, la Madre Superiora (Sylvia De Fanti) y su mano derecha, la hermana Camila (Olivia Delcán) intentan encontrar una manera de acabar con Adriel; la doctora Jillian Salvius (Thekla Reuten) sigue buscando la forma de recuperar a su hijo, Michael, quien pasó por un portal a otra dimensión; y el traicionero Padre Vincent (Tristán Ulloa) trata de convencer a Ava y compañía de unirse a Adriel en su supuesta misión por traer paz al mundo.

“Warrior Nun” es una de esas series fantásticas que cuentan con un montón de trama. Tenemos varios personajes importantes, y ni siquiera se ha mencionado en los párrafos anteriores a figuras como la monja corrupta Lilith (Lorena Andrea), o al nuevo Papa, Duretti (Joaquim de Almeida). Es un show con un montón de lore, que va introduciendo con rapidez nuevas contorsiones narrativas y giros e historias de trasfondo basadas en mitos y situaciones reales. Consideren, si no, el rol que juega en la historia la corona de púas de Jesucristo (¡!), o la aparición de personajes ajenos a la hermandad de Ava, como una monja increíblemente entusiasta (¡siempre sonriente!) llamada Yasmine (Meena Rayann). “Warrior Nun” está siempre en movimiento, introduciendo novedades con frecuencia, como para que el público no se aburra.

Generalmente, este tipo de estrategias resultan en productos finales demasiado inflados o hasta incoherentes…. pero sorprendentemente, ese no es el caso de la segunda temporada de “Warrior Nun”. El creador Simon Barry y su equipo (que incluye a David Hayter como guionista; ¡sí, la voz de Solid Snake en los juegos de “Metal Gear Solid”!) hacen un buen trabajo balanceando todos los elementos de la historia, como para no perder de vista ni a la protagonista, ni al conflicto central entre ella y Adriel. Sí, se podría ahondar más en elementos más contemplativos, como el hecho de que Ava sabe como es estar muerta, o como la desaparición de ciertos personajes que fueron importantes en la primera temporada. Incluso hay cierto giro chocante que acaba con todo un grupo de personajes, y a nuestras protagonistas no parece importarles mucho.

Lo cual no debería sorprender, francamente. “Warrior Nun” no es una serie contemplativa en lo absoluto; es una historia que funciona en el momento, y que como se ha mencionado antes, está siempre en movimiento. Si uno la ve considerando eso —y considerando, además, que está basada en un personaje de cómics; ¡sí, en serio!— entonces la puede pasar de lo lindo. Los episodios se mueven a buen ritmo, los personajes son simples pero carismáticos y entretenidos, y la trama es de lo más alocada. Incluso me atrevería a decir que hasta a las personas más conservadoramente religiosas les costaría ofenderse con “Warrior Nun”. Sí, el show deja muy mal parada a la Iglesia como institución, pero no parece tener nada en contra de la fe o de las creencias de la gente. Todo lo contrario.

Aparte de eso, resulta (todavía) muy divertido ver a estas monjas patear traseros. Al igual que en la primera, esta segunda temporada de “Warrior Nun” cuenta con peleas muy bien coreografiadas y emocionantes. Destacan una trifulca que sirve para demostrar los nuevos poderes de Lilith (ahora más demonio que monja, valgan verdades), y un enfrentamiento entre la Hermana Beatrice, y un montón de fanáticos de Adriel en un pasillo. Se nota que las mismas actrices han entrenado para estas secuencias, y felizmente son filmadas con movimientos de cámara fluidos y sin abusar de los cortes rápidos, como para que se entiendan bien y emocionen a cualquier espectador. Impresionante, la verdad.

Lo cual no quiere decir que todo en “Warrior Nun” sea espectacular. De hecho, por más de que la mayoría de efectos visuales digitales sean de buena calidad, la temporada todavía cuenta con algunos momentos francamente impresentables. Consideren, si no, las alas con las que cuenta cierto personaje (lucen como algo extraído de un juego para PlayStation 3), o ciertos planos en chroma, que parecen sacados de una película de hace veinte años. “Warrior Nun” aprovecha muy bien sus locaciones reales por toda Europa (los Alpes, por supuesto, y ciudades como Madrid), pero a la vez, puede lucir un muy poco barata cuando comienza a depender demasiado de creaciones digitales. No es algo que malogre la experiencia, pero sí evita que la serie se sienta tan sofisticada como seguramente le gustaría a sus creadores.

Mucho de lo disfrutable en “Warrior Nun”, eso sí, viene gracias al trabajo de los actores. Como siempre, Alba Baptista está genial como Ava, inyectándole mucho carisma y personalidad a un personaje potencialmente plano. Me encanta el contraste entre su entusiasmo y sarcasmo, y la seriedad de los personajes que la rodean. Parece que la joven actriz está entrando poco a poco en el mainstream, y espero que siga así; ¡no me molestaría verla en una película de renombre para cines!

Por otro lado, Kristina Tonteri-Young está muy bien como Beatrice. Su química con Alba es palpable, y resalta tanto en las escenas más dramáticas, como durante las secuencias de violencia. Ayuda, además, que Beatrice como personaje sea adorable, y que haya crecido bastante en comparación a su aparición en la primera temporada. Por su parte, William Miller es suficientemente intimidante como Adriel, luciendo como un Fabio encantador y demoníaco. Thekla Reuten logra inyectarle algo de emotividad a la historia a través de su rol como Jillian; Tristán Ulloa es creíble como Vincent; la Madre Superiora Sylvia De Fanti demuestra ser la lideresa perfecta para nuestras protagonistas; Olivia Delcán destaca más que antes como la Hermana Camila, y Joaquim De Almeida (uno de los grandes actores secundarios de Hollywood) la está pasando muy bien interpretando al nuevo Papa.

Si se divirtieron con la primera temporada de “Warrior Nun”, entonces la pasarán de lo lindo con la segunda. La serie es lo que es, y dudo que vaya a convertir a los espectadores más cínicos; no busca ser nada más que entretenimiento puro, pues, aprovechando bien el potencial de su ridículo título. Pero si creen que no serán capaces de creerse una historia que involucra a Monjas Elegidas por una Aureola, Hermanas Que Saben Kung-Fu, demonios carismáticos, mujeres aladas, y portales a otras dimensiones, pues no le pongan play ni al primer episodio. “Warrior Nun” no es para todo el mundo, pero quienes estén sedientos de ver historias de género suficientemente bien contadas, y que no tienen miedo de ser absurdas, deberían darle una oportunidad a este show. Espero que puedan producir una tercera temporada; con Netflix nunca se sabe.

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