Los años previos al inicio de la pandemia, la pauta en lo que a series de comedia se refería, estaba a cargo de Amazon. Sus dos series «insignia» estaban ambientadas en épocas muy distintas, pero sus protagonistas eran personajes femeninos que se hacían querer muy fácilmente. Estoy hablando, evidentemente, de Fleabag y de The Marvelous Mrs. Maisel. Por supuesto, habían comedias de otras cadenas y servicios de streaming también muy relevantes, pero ambas series se dieron el gusto de triunfar en casi todas las categorías importantes en los Emmys en esos tiempos. El éxito de la segunda serie fue aún mucho más grande en cuestión de premiaciones, con Golden Globes incluidos -cuando estos todavía tenían algo de peso-.
La serie creada por Amy Sherman-Palladino (creadora y guionista de Gilmore Girls) fue una de las series más aclamadas del 2017 por la propuesta fresca, ingeniosa y colorida que dibujaba una época de ensueño a fines de la década de 1950, en la que Midge (Rachel Brosnahan), una ama de casa del pudiente y conservador círculo social judío en Nueva York, descubre que su pasión es el stand-up comedy y decide seguir sus sueños de manera clandestina y sorteando los obstáculos sociales propios de aquellos tiempos, con ayuda de su representante, Susie Myerson (Alex Borstein).
Una primera temporada excepcional y una segunda todavía mejor dejaron la valla muy alta para una tercera parte que llegó en 2019 mostrando algo de agotamiento. Incluso, recuerdo haberme tardado bastante tiempo en terminar de verla, pues la dinámica había aminorado lo suficiente como para añorar que la serie hubiese tenido un final perfecto tras la segunda temporada. Sin embargo, The Marvelous Mrs. Maisel siempre mantuvo la calidad audiovisual reflejada en una impecable producción. La fotografía resaltaba las escenografías y el vestuario que nos trasladaban a una época mágica envuelta en una banda sonora de aquellos años realmente sensacional.
El reciente estreno de los dos primeros episodios de la cuarta temporada fue, esencialmente, la continuación de todo lo que dio la temporada tres. Primero en el argumento, pues la historia también nos ubica justo tras la desagradable sorpresa que se llevan Midge y Susie por el despido de Shy Baldwin, justo antes de iniciar la gira europea. Ahora Midge debe arreglárselas para pagar las cuotas del departamento que le compró a su ex-suegro, Moishe (Kevin Pollak), y en el que también vivirán los padres de la protagonista, Abe (Tony Shalhoub) y Ross (Marin Hinkle), caídos en desgracia desde la temporada pasada. Quien también está en desgracia es Susie, que debe ingeniárselas para recuperar el dinero de Midge que perdió apostando. Por otra parte, se nos ha adelantado que aparecerá un nuevo interés amoroso para Midge y reaparecerá también Lenny Bruce (Luke Kirby), aunque aún no los hemos visto por el momento.
Pero la continuación también se produce en el sentido de que la cuarta temporada prolonga ese agotamiento y falta de ideas que ya aquejaba la entrega anterior y se encuentra en ese hoyo del que es muy difícil salir para una serie. Aunque la otra parte del programa, aquella de los elementos audiovisuales que le dan un estilo muy singular a la serie, se mantienen tan afinados como siempre, sin que eso signifique que sea suficiente. Tan solo una secuencia, en la que participan casi todos los personajes recurrentes subidos en una atracción de feria, es lo rescatable de estos primeros episodios que igual intentan mantener esa característica del diálogo y contestaciones vertiginosas y extravagantes.
Las series mutaron muy rápidamente en estos últimos años y son pocas las producciones que sobreviven más allá de una tercera temporada. Pero más allá de eso, los patrones de consumo de los espectadores también cambiaron por el bombardeo que recibimos en estrenos cada semana. The Marvelous Mrs. Maisel modificó su estructura de estrenos, ya no en bloque, sino semanalmente. Sin embargo, aún se mantiene como una comedia de una hora por episodio que mella la ligereza de una trama que no es tan sencilla que digamos. No estoy completamente seguro que The Marvelous Mrs. Maisel haya entendido este nuevo panorama post-pandemia aunque aún quedan varios capítulos por delante que podrían dar señales de esperanza. En realidad, por los buenos momentos que nos regalaron las dos primeras temporadas, deseo que, cuando vuelva a hablar de The Marvelous Mrs. Maisel tras el final de temporada, Amy Sherman-Palladino haya encontrado la forma de recuperar el brillo que la serie tuvo alguna vez.