****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
La galaxia desde la perspectiva de los niños. Eso es lo que nos ofrece “Skeleton Crew”. Mezclando referencias a películas como “The Goonies” o “E.T.”, con un estilo visual que me recordó bastante a las precuelas (en el buen sentido), estos dos primeros episodios de “Skeleton Crew” se desarrollan como una aventura encantadora, entretenida y visualmente impactante. Alejándose de los Skywalker y los Stormtroopers, la serie comienza en un planeta idílico, como una suerte de suburbio enorme, de casas bonitas y jardines amplios, para luego meterse de lleno en una galaxia peligrosa y llena de criminales y piratas. “Skeleton Crew” lidia con contrastes, y lo hace muy bien.
Nuestros protagonistas son Win el humano (Ravi Cabot-Conyers) y su mejor amigo, Neel el elefantito adorable (Robert Timothy Smith), unos niños que viven en la planeta ya mencionado, yendo a la escuela y preparándose para el futuro. El primero, sin embargo, vive en las nubes, soñando con los Jedi y jugando con sus juguetes en casa, mientras su padre, Wendle (Tunde Adebimpe) trabaja todo el día. Por otro lado, el segundo parece tener una buena vida familiar. Las cosas cambian, sin embargo, cuando se meten en una nave abandonada junto a dos chicas del colegio, la aguerrida Fern (Ryan Kiera Armstrong) y la fría KB (Kyriana Kratter). Es así que terminan en el espacio exterior, completamente perdidos, únicamente con la ayuda de un robot llamado SM 33 (voz de Nick Frost).
Como se deben imaginar, al menos en estos primeros episodios, la serie se centra en los niños tratando de regresar a casa. Luego de establecer bien sus relaciones y el tipo de planeta del que vienen, son arrojados a lo desconocido, a su primera gran aventura. Y es primero con SM 33, y luego a través de sus aventuras en un puerto espacial llenos de piratas, que se enteran de algo extraño: al parecer, mucha gente en la galaxia cree que el planeta del que vienen es un mito, una suerte de lugar legendario lleno de tesoro. Es por eso que nadie les puede dar direcciones, y que se maravillan cuando ven el dinero que tienen (básicamente, créditos de la Antigua República, como los que trató de usar Qui-Gon Jinn con Watto en Tatooine muchas décadas atrás).
¿Por qué es que nadie conoce su planeta? ¿Cómo es que terminó la nave enterrada cerca a sus casas? ¿Y cómo es que los chicos regresarán a casa? “Skeleton Crew” nos lanza varios misterios y preocupaciones, los cuales seguramente irán siendo resueltos a lo largo de la temporada. Pero también se logra desarrollar como una suerte de homenaje a las clásicas películas de aventuras infantiles de los ochentas, incluyendo varias referencias a filmes ya mencionados como “The Goonies” o “E.T.”, pero también a otras producciones de “Star Wars”, como las precuelas de Lucas (¡dicen la palabra “wizard” dos veces!), el Holiday Special (nadie se esperaba esa), series como “Rebels”, y más. Incluso hay un personaje terciario que hace referencia al personaje de Harrison Ford en “American Grafitti”, la segunda película de George Lucas! Ahora, ese es un deep cut.
Pero fuera de los homenajes, lo que me terminó de convencer de estos episodios fue el tono: se sienten como una verdadera aventura, divertida, inocentona y llena de encanto. Me gustan las caracterizaciones de los chicos (el adorable Neel, lógicamente, viene siendo mi favorito), los efectos visuales son geniales (el desarrollo visual del planeta de los niños es sublime, especialmente para los estándares de una serie de streaming), y nos han dejado suficientes interrogantes como para mantenernos en suspenso y con ganas de ver más. Y por supuesto, está el final, con la primera gran aparición de Jod Na Nawood (Jude Law). ¿De verdad será un Jedi, o será todo un truco? Porque también parecía ser el capitán pirata del prólogo. Supongo que lo averiguaremos pronto. En todo caso, hasta el momento, “Skeleton Crew” me ha encantado, incluso más que otras series más tradicionales y con más fanservice de “Star Wars”.