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CRÍTICA: Star Wars: Skeleton Crew – Episodio 4

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**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Puede que el cuarto episodio de “Skeleton Crew” no sea igual de bueno que el de la semana pasada, pero eso no quiere decir que la serie haya dejado de ser de lo más interesante que “Star Wars” nos ha entregado en un tiempo. De hecho, este episodio, interesantemente dirigido por los Daniels (“Todo en todas partes al mismo tiempo”) nos entrega algunas pequeñas revelaciones respecto al planeta de los chicos, At Attin, así como temas relacionados a la bondad, la paz y la guerra. El resultado es un episodio entretenido y por momentos muy emotivo que sin embargo siento hubiera podido tener un poco más.

Al comenzar el episodio, vemos a nuestro grupo de chicos junto a su pirata aliado (Jude Law) llegando al planeta que asumen será su hogar, At Attin. Pero al aterrizar, se dan cuenta que en realidad es otro de los planetas que eran considerados como las joyas de la galaxia, pero que como les dijo la Señora Búho la semana pasada, fueron destruidos: At Achrann. Y es en At Achrann que los niños se encuentran con un grupo de rebeldes, que se encuentran en una guerra con un enemigo del que francamente vemos poco. El conflicto en sí no es del todo importante. Lo importante es que, al interactuar con estos rebeldes, los chicos aprenden valiosas lecciones sobre la guerra y la paz. El adorable Neel, en particular, termina siendo el foco del episodio, interactuando con una niña que se ha visto obligada a pelear toda su (corta) vida.

Es un episodio intrigante, pues, que fuera de algunos toques estilísticos (como unos planos tipo snorri cam durante una escena hacia el final con el droide SM-33), no se nota mucho que ha sido dirigido por los Daniels. Pero no importa, porque “Skeleton Crew” sigue demostrando ser un show visualmente impresionante y de concepto rico, especialmente hacia el final del episodio, cuando nos enteramos que SM-33 ha estado en At Achrann antes con su antiguo capitán, y que él fue el encargado de borrar las coordenadas a At Attin de una habitación secreta. El episodio acaba, pues, con un cliffhanger, en el que el viejo robot recuerda todo sobre At Attin. Habrá que esperar hasta la próxima semana a ver qué secretos revela; ¡así es como “Skeleton Crew” nos mantiene atentos semana tras semana!

Cofundador y editor en NoEsEnSerie.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, y miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica. Integra el staff de la revista MasGamers, las webs de Nintendo Pe y Fans de Zelda Perú, el portal web Cinencuentro, y el portal de cine peruano FotografiaCalato.com. Adicionalmente, es YouTuber para el canal Aprieta Start, y formó parte del staff de prensa del 18 Festival de Cine de Lima. También trabaja como fotógrafo para Star Wars Fan Club Perú. Desde enero del 2012 publica críticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas (el cual forma parte de la Asociación de Blogs de Cine). Crítico oficial de RottenTomatoes.com. Cinéfilo y seriómano empedernido.

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CRÍTICA: La vida sexual de las universitarias – Temp 3, Ep 4

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**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

La tercera temporada de “La vida sexual de las universitarias” se sigue desarrollando de forma entretenida, esta vez entregándonos un cuarto episodio que logra entrelazar las diferentes tramas de sus protagonistas de forma divertida. No es nada del otro mundo, pero sí me animaría a decir que lo más interesante del episodio es que se siente como algo sacado de las temporadas anteriores, lo cual quiere decir que el personaje de Kacey (Gracie Lawrence) está comenzando a funcionar en el contexto de la serie. ¡Buen comienzo, entonces!

Hay de todo en este episodio de “La vida sexual de las universitarias”, pero si hay una protagonista con menos que hacer que el resto, es Kimberly. Básicamente, tiene un pequeño arco en el que tiene que dejar de intentar ser perfecta, dándose cuenta de que debe cuidar a sus amigos y compañeros de trabajo incluso cuando esto involucre mentir —o la obligue, al final, a quemar una pila de robots que potencialmente podrían haberle quitado su trabajo. Por otro lado, la historia de Whitney es más intrigante: al vemos tratando de manejar sus difíciles tiempos, lo cual la lleva a descuidar su más reciente amorío y, quizás, considerar algo de ayuda de salud mental. Por su parte, Bela, para variar, tiene la historia más graciosa: la vemos “enamorarse” de la mascota de la universidad (un zorro llamado Franklin, o mejor dicho, un chico disfrazado de dicho zorro) para eventualmente darse cuenta que igual no puede dejar de pensar en su Chico Bueno. Esta historia, felizmente, cuenta con un final feliz.

Y por supuesto, de ahí está Kacey. La chica nueva sigue siendo bastante antipática y arrogante, pero todo el punto del episodio, precisamente, es que la obliga a ganar algo de humildad. Después de todo, decide aplicar a la obra de teatro de la universidad (a pesar de que aparentemente odia a la gente de teatro) y, aunque da una buena audición, le dan un papel pequeño porque su canto carece de pasión. Esto resulta en la chica haciendo lo opuesto a lo que la profesora asumía: NO rendirse, y más bien decidir que trabajará duro en su limitado rol. Y creo que eso simboliza muy bien el rol de Kacey y la nueva identidad de “La vida sexual de las universitarias” en general: puede que asumamos bastante sobre ella, pero la idea es que tanto el personaje como la actriz harán todo lo posible por demostrar que merecen estar acá. Pues habrá que darles la oportunidad.

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CRÍTICA: Star Wars: Skeleton Crew – Episodio 3

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“Skeleton Crew” continúa demostrando ser de lo más interesante que Lucasfilm ha producido en estos últimos años. En su tercer episodio, logra expandir el universo en el que sus niños protagonistas se encuentran, dejando varias pistas sobre la verdadera naturaleza del planeta del que vienen, At Attin. Pues cuando el personaje de Jude Law (quien acá nos enteramos tiene varias identidades y nombres, y claramente no es un Jedi) se los lleva a ver a una vieja amiga (una suerte de búho espacial; de los mejores personajes que el show ha introducido hasta ahora), los niños se enteran de que At Attin es un planeta escondido; el único que queda de los Planetas Joya de la Antigua República, y un lugar que no aparece en ningún mapa.

Y es ahí, también, que nos enteramos de lo aislados que han estado en ese mundo. No saben nada de las Guerras Clónicas o la Guerra Civil Galáctica (literalmente no se han enterado de la Guerra de las Galaxias… ¡ja!), y creen que Alderaan todavía existe. Y retrocediendo un poco, en el prólogo, en donde los padres de los niños interactúan con un droide vigía que les informa que se han ido del planeta, nos percatamos de que el padre de Wim, Wendle (Tunde Adebimpe) sabe… algo. No sabemos exactamente qué, pero queda claro que “Skeleton Crew” lo revelará en su momento. Y es ahí precisamente donde radica lo más divertido de la serie: se está desarrollando como un misterio, y como un misterio que, al menos hasta el momento, no se siente previsible.

Parte de ese misterio, además, es averiguar quién es exactamente Jod Na Nawood (Law). ¿Es un ex Jedi? ¿Es un pirata solamente, o algo más? ¿De verdad sabe usar la Fuerza, o estado utilizando trucos? Para el final del episodio, el personaje hace un trato con los chicos, pero claramente igual no podemos confiar en él. Y eso es lo que nos deja con ganas de más. Eso, y como no podía ser de otra forma, todas las referencias y cameos que hay en el episodio. No solo está Nick Frost como la voz del robot de la nave, SM-33, si no también Alfred Molina como la voz de un Alien, y por qué no, también hay un cameo de un Droide de Batalla B1 que nunca se enteró quién ganó las Guerras Clónicas. Se puede decir, pues, que el episodio 3 de “Skeleton Crew” estuvo buenísimo. ¡Ya no aguanto hasta la próxima semana!

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CRÍTICA: La vida sexual de las universitarias – Temp 3, Ep 3

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*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Ahora que Reneé Rapp se ha ido de “La vida sexual de las universitarias”, toca conocer a un nuevo personaje. Kacey (Gracie Lawrence) comienza este tercer episodio como una chica que aparenta ser amable y fresa, pero que utiliza lenguaje pasivo-agresivo para, como dice Whitney, “comportarse en un perra”. Es muy temprano todavía para determinar si es que el personaje va a funcionar o no, pero considerando el arco por el que pasa en este episodio, creo que el balance es más positivo que negativo. Es muy distinta a lo que Rapp trajo a la serie, en todo caso, lo cual es bueno —de lo contrario, invitaría a demasiadas comparaciones incómodas.

Fuera de eso, tenemos las tramas secundarias, todas bastante interesantes para nuestras protagonistas. Intentando ser más atrevida con el chico bisexual con el que está saliendo, Kimberly va a su primera sex shop y comete un error en una situación íntima con él. Por su parte, Whitney ofende de casualidad a su profesora de Estudios Afroamericanos (curso que comparte con Kimberly, dicho sea de paso), lo cual hace que comience a dudar sobre sus intereses académicos. Y finalmente, Bela comienza a enamorarse de un “chico bueno” por primera vez en su vida, lo cual culmina de forma ligeramente decepcionante para ella (pero no para él).

Como siempre, “La vida sexual de las universitarias” maneja un buen balance entre todas sus historias, permitiéndole, en este caso, a sus personajes evolucionar de distintas maneras —a Kimberly en su vida personal y sexual, a Bela en términos de madurez, y a Whitney en términos profesionales y en cómo percibe las carreras que muchas veces son vistas como poco lucrativas. Todo funciona gracias al gran sentido del humor que “La vida sexual de las universitarias” maneja, como siempre, y a las actuaciones carismáticas y graciosas. Pero nuevamente: el éxito de esta temporada dependerá de qué tan bien funcione el personaje de Kacey, y aunque ha comenzado bien acá, todavía hay mucho por juzgar. Veremos, veremos…

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