destacado
CRÍTICA – Euphoria (Temporada 2, Episodio 7)
Publicado
hace 3 añosel
La expectativa, en la previa, era impresionante para el episodio de esta semana que ha sido titulado «The Theatre and its Double» («El teatro y su doble»), cuya referencia clara es la obra que ha montado Lexi. El papel que se impuso a sí misma como la observadora le ha valido como inspiración para escribir y dirigir la producción teatral que, valgan verdades, está demasiada bien producida como para ser una obra escolar que asumimos que no tiene una gran presupuesto.
Omitiendo esa pequeña incongruencia, que por un lado se comprende porque una de las intenciones era demostrar que Lexi es una chica prodigio de la dirección, debo confesar que he estado al borde de aplaudirle a mi pantalla. El episodio merece todos los elogios que estoy seguro que está por recibir. Sensacional por donde se le vea, complejo y especialmente cuidado en los detalles, es una maravilla en tiempos actuales en los que hay muy poco en la televisión que llegue a sorprender al público. O sea, digamos que series buenas sí hay, pero que sorprendan, casi ninguna y Euphoria es una de las pocas.
Ahora bien, casi todo lo que sucede en este episodio está dentro de la obra, salvo por la parte de Fez de la que hablaremos más adelante. Para todas las demás subtramas, es muy complicado narrar el capítulo en orden cronológico porque la propuesta plantea que la realidad se entrelace con la ficción de Lexi, cambiando constantemente escenas de la vida real de los personajes con el argumento dentro de la obra, incluso revelándonos hechos pasados que habían pasado desapercibidos por lo que repasaré algunos de los sucesos, empezando por los que más me impresionaron.
Desde luego que el cierre de la obra es lo que más impacta y lo que tendrá mayores consecuencias hacia el final de temporada de la próxima semana. Frente a un teatro en el que estaban todos los personajes que se ven reflejados en su obra, Lexi ha decidido ridiculizar al macho alfa escribiendo y montando un guión que aplica aquella frase de Richard Bulwer que reza que «la pluma es más poderosa que la espada». Con la pista de «Holding Out For A Hero» de fondo (sí, la misma de la escena de la Hada Madrina de Shrek 2), Ethan, que ha estado genial en cada papel dentro de la obra que le toca interpretar, ha encarnado a Jake, el símil de Nate, y le ha pegado donde más le duele: en su hombría. La escena es una parodia de un entrenamiento del equipo de futbol americano en el que deslizan, de manera elocuente, la homosexualidad de sus integrantes. Es una secuencia tan potente por sí misma que ha provocado los elogios de Maddy y la indignación del propio Nate, quien descarga su ira contra Cassie, dando por terminada la relación. El último plano nos deja un rostro enfurecido de ella en primer plano, viendo al interior del teatro por una pequeña ventana.
En efecto, Cassie es la única que se ha mostrado completamente incómoda durante toda la puesta en escena. La obra no la deja bien parada ya que en los actos en los que Lexi es protagonista recurre constantemente a idealizar la imagen de Cassie como hermana mayor, primero envidiando el desarrollo biológico que le permitió a la mayor de las Howard ser deseada por sus atributos físicos tras atravesar la pubertad. Luego, escenificando la amistad de varios años que tuvo hasta hace poco con Maddy y la posterior traición. Por cierto, de esta última se me hizo muy interesante verla nuevamente tocando intensamente la puerta como en el primer episodio, esta vez cuando Cassie corre a encerrarse en el baño tras descubrirse su relación con Nate.
La obra tiene sus momentos más emotivos en los actos de la propia Lexi. Realiza una revisión nostálgica de los años en los que sus padres aún vivían juntos y de la amistad que tenía con Rue, pero también una introspección a sus deseos, sus miedos e inseguridades y la simpatía que tiene por Fez. Ella misma nos ha dado pistas suficientes para, por ejemplo, saber que le gustaba desde hace mucho, pues en algún momento pasado, Fez y Rue le juegan una broma y el primero comenta que Lexi tiene un parecido a Bob Ross, lo que encaja con el disfraz que ella usó para Halloween en la primera temporada. Por otro lado, también está en modo girlboss por detrás de la obra, mostrándose enérgica ante el mínimo error técnico de su equipo. Quienes han seguido mis reseñas semana a semana, sabrán que ella es mi personaje favorito y estaba deseando que le dedicaran un episodio como los han tenido los demás personajes recurrentes. Hasta ahora no se había dado, pero este capítulo es la mejor manera de redimir la estancia en segundo plano que había tenido hasta el momento.
Todo el episodio gana volumen con las reacciones del público que está enfrente y que actúa tal cual actuaría cualquier espectador de la serie. Por ejemplo, Rue hace gestos de satisfacción cuando se ve en sus momentos de sobriedad, Maddy traga saliva cuando ve el inicio de su amistad con Cassie y la madre de las Howard es la más emocionada con la representación y celebra todos los gags de la obra.
Lexi igualmente ve su obra entre telones y constantemente voltea a ver el sitio vacío que estaba reservado para Fez, de quien no tenemos mucha información más que el hecho de que se encuentra listo para ir a ver la obra, aunque Custer se encuentra en su casa y la tensión entre ambos crece, ante la vista de Faye y Ashtray. Suponemos lo peor, pero esperamos que pueda llegar a ver aunque sea el final de la obra.
A falta de un solo episodio en esta temporada, no logro comprender a quienes sostienen que la segunda temporada de Euphoria está en nivel muy inferior a la primera. Respetando los gustos y preferencias, quizá es que les cuesta seguir la intrincada ilación de los hechos que Sam Levinson ha propuesto, porque a nivel de producción y de argumento, la serie es ridículamente superior que cualquier otra que tengamos en estos momentos.
Estudié Economía en la Udep, pero mi película favorita no es Wall Street ni mi serie favorita es Billions. En realidad no tengo ninguna favorita, por eso dedico todo el tiempo posible a ver la mayor cantidad de series y películas que pueda, y porque me gusta. Escribo también en estrimin.pe.

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CRÍTICA: Andor – Temporada 2, Episodios 4, 5 y 6

****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Dirigida por el mismísimo Neil Druckmann (creador de los juegos), el sexto episodio de la segunda temporada de “The Last of Us” nos lleva al pasado, desarrollándose a través de una serie de flashbacks que ayudan a explicar mejor los pormenores de la relación entre Ellie (Bella Ramsey) y Joel (Pedro Pascal). Es así que comienza mostrándonos los cumpleaños dieciséis, diecisiete y diecinueve de Ellie, en los que vemos a Joel tratando de celebrar junto con ella de diversas formas: llevándole una torta y regalándole una guitarra que arregló; llevándola a ver una estatua de dinosaurio y luego a un museo, en donde juntos se suben a una cápsula espacial real; y bueno, encontrándola en su cuarto besándose con una chica, fumando marihuana y con un brazo recién tatuado. Pero finalmente, también la lleva a su primera patrulla, en donde se ven obligados a lidiar con una terrible situación que involucra al esposo de Gail (Catherine O’Hara), Eugene (el gran Joe “Joey Pants” Pantoliano).
Puede que hayamos regresado al pasado, pero lo mejor de este episodio es que nos permite entender mejor todo lo que ha estado pasando en la temporada. Estos flashbacks enriquecen la forma en que percibimos la relación casi de padre e hija de Joel y Ellie, haciendo que en nuestras mentes vinculemos los momentos importantes de los cumpleaños de Ellie a, por ejemplo, cuando ella encontró una guitarra en una habitación abandonada unos episodios atrás. Además, deja bien en claro la forma en que la chica ha estado lidiando con la adolescencia, pasando de celebrar feliz con Joel —casi como si fuesen una familia regular—, a estar resentida con él por lo sobreprotector que podía ser, y por el poco espacio que ella consideraba que le daba.
Pero lo más interesante viene con el último flashback, el cual nos permite ver la perspectiva de Joel de un evento previo de la temporada: el baile de año nuevo. Vemos como trató de defender a Ellie (y a Dina, interpretada por Isabela Merced) de un ataque homofóbico luego de tener una conversación interesante con la esposa de su hermano, pero más importante, vemos como Ellie sí conversó con él al encontrarlo con la guitarra en el frontis de la casa. Es ahí donde Joel finalmente le confiesa lo que pasó con los Fireflies, y que ella se da cuenta de lo egoísta que fue —no porque sea una terrible persona necesariamente, si no más bien porque la ama. Sí, acá Joel le dice a Ellie que la ama, y aunque ella sigue resentida, por lo menos vemos que sí quiere perdonarlo. Esto nos permite considerar todo lo que sucede después de otra perspectiva —tanto así, que quizás podría haber sido mejor que este episodio de “The Last of Us” haya salido al inicio de la temporada. No obstante, igual se trata de lo mejor que nos ha dado el show hasta ahora.
destacado
CRÍTICA: Andor – Temporada 2, Episodios 10, 11 y 12 (FINAL)
Publicado
hace 1 semanael
14 mayo, 2025
Episodio 10: Haz que se detenga
****½ sobre *****
Pues por fin pasó lo que tenía que pasar. Luego de años de espionaje, secretos, engaños, mentiras y trabajar en secreto, Luthen Rael (Stellan Skarsgard) falleció. Y falleció de la forma en que siempre hubiese querido: por su propia mano, luego de haber sido descubierto por Dedra Meero (Denise Gough) y revelado como el líder de la rebelión en Coruscant. Pero curiosamente, no se trata de una muerte inmediata. De hecho, apenas se acuchilla, los Imperiales se lo llevan a un hospital —después de todo, Dedra lo necesita vivo para que pueda confesar. Pero lamentablemente, la ISB tiene otros planes.
Es así que el décimo episodio de la segunda temporada de “Andor” se enfoca casi completamente en Luthen y Kleya (una increíble Elizabeth Dulau), con la segunda infiltrándose en el hospital como enfermera para encontrar a Luthen, quien todavía está vivo (con las justas) en una habitación climatizada. Pero no para encontrarlo y rescatarlo, si no más bien para sacarlo de su miseria —para que, nuevamente, muera como a él le hubiese gustado, sin confesarle nada a nadie, sin decirle a Dedra que, gracias a su ahora fallecido agente doble, sabe de la existencia de la Estrella de la Muerte. Y más importante, ahora Kleya es la única que sabe las palabras clave que serán de suma importancia para el futuro de la Alianza Rebelde: Jedha, Kyber y Erso.
Obviamente, cualquier fanático que se sepa al Episodio IV de la saga original y, más importante, a “Rogue One” de memoria, reconocerá estas palabras. Pero fuera de aquellas conexiones a las películas posteriores, lo mejor de “Andor” está en la forma en que humaniza la relación entre Luthen y Kleya. Los eventos del presente son intercalados con flashbacks que nos muestran como aquellos personajes se conocieron y, por supuesto, cómo Luthen fue radicalizando a una joven Kleya, demostrándole cómo el Imperio debía ser combatido. Todo esto resulta en un episodio emotivo, que concluye de forma apropiadamente solemne, pero a la vez, satisfactoria. Puede que Luthen esté muerto, pero sus ideales viven en Kleya —solo esperemos que a esta última no le pase nada malo en los siguientes dos episodios.
Episodio 11: ¿Quién más sabe?
****½ sobre *****
El Episodio 11 de la segunda temporada de “Andor” es de lo más tenso que nos ha entregado la serie. No solo porque involucra a Kleya tratando de comunicarse con los rebeldes con un código secreto, si no también porque nos muestra a los Imperiales tratando de descifrar dicho código, mientras Cassian (Diego Luna) eventualmente lo recibe en Yavin, y decide ir con Melshi (Duncan Pow) y K2-SO (Alan Tudyk) a Coruscant. Es así que la segunda mitad del episodio se siente como una carrera contra el reloj: ¿quién encontrará primero a Kleya, los Imperiales o Cassian? ¿Y qué decidirá hacer ella una vez que le transmita su conocimiento a nuestro protagonista?
Pero eso no es todo. También tenemos una excelente escena de interrogación, en la que el Director Krennic (Ben Mendelsohn) hace puré a la pobre Dedra, quien intenta ser honesta luego de que la acusan de ser una espía rebelde. Esto culmina en ella siendo trasladada a una celda —un destino bastante triste para un personaje que se había estado deleitando por años de ser despiadada y eficiente, pero que al esconderle información a sus superiores y tratar de atrapar a Luthen por sí sola, termina por acabar con su propia carrera. Después de todo, lo ÚNICO que le importa a Krennic y los Imperiales es mantener el proyecto de la Estrella de la Muerte en secreto. Todo lo demás es secundario. Nada más (ni nadie más) importa.
Es por todo eso que verdaderamente se comienza a sentir que estamos llegando al final. Que la serie de “Andor” está presentando de forma magnífica los últimos días de su protagonista antes de los eventos de “Rogue One”, enfatizando la importancia del proyecto de la Estrella de la Muerte para los Imperiales. Pero fuera de eso, este segundo episodio dirigido por el mexicano Alonso Ruizpalacios está lleno de detalles interesantes: desde el hecho de que vemos inmediatamente cómo K2 es considerando más como un amigo que como un droide por Cassian y los demás (aawww), hasta cómo ciertos elementos narrativos de episodios anteriores llegan a su culminación acá. ¿Lo único malo? “¿Quién más sabe?” termina con un cliffhanger inaguantable, y hasta ahora no sabemos qué es lo que pasará con Kleya. ¡No puedo creer que solo quede UN episodio para que “Andor” acabe para siempre!
Episodio 12: Jedha, Kyber, Erso
***** sobre *****
Y llegamos al final. ¡Pero qué final! Si hay algo que “Andor” en general, pero específicamente este último episodio han hecho, es, lo crean o no, mejorar a la película de “Rogue One”. Es decir, han hecho lo que pocas precuelas logran hacer: elevar el material al que preceden, haciendo que, en este caso, la “trilogía” de la Primera Temporada de “Andor”, la Segunda Temporada de “Andor”, y “Rogue One” funcionen bellamente como un todo. Pocas veces me he sentido tan emocionado, tan tocado y tan satisfecho con el final de una serie. Tony Gilroy, Alonso Ruizpalacios y el resto del equipo se han lucido de forma tremenda; el final de “Andor” no decepciona para nada. Ni está cerca de hacerlo.
¿Y qué es lo que pasa acá? Uf. Dedra termina en prisión, todo el trabajo que había hecho para el Imperio, eliminado. Partagaz (Anton Lesser) prefiriere suicidarse antes que ser castigado por sus superiores. Cassian logra rescatar a Aleya y, junto con Melshi, son salvados por K2-SO, quien se baja de la nave para acabar con todos los Imperiales que los estaban rodeando. Y más importante: el grupo logra regresar a Yavin IV, donde Cassian logra contarle a Mon Mothma (Genevieve O’Reilly, ahora sí con su peinado y look de “Rogue One”), el General Draven (Alistair Petrie), Bail Organa (Benjamin Bratt), y a la Senadora Pamlo (Sharon Duncan-Brewster) y el Senador Jebel (Jonathan Aris), a quienes habíamos visto en “Rogue One”, toda la información que recibió por arte de Kleya.
Inicialmente no le creen, pero como sabemos lo que eventualmente pasará en la película, al final, Cassian logra salir de Yavin IV junto a K2 para ir al Anillo de Kafrene. Es así que el episodio termina por empalmar PERFECTAMENTE con “Rogue One”, tanto así que, al terminar, lo primero que hice fue entrar a YouTube para buscar, apropiadamente, la escena de la película en el Anillo de Kafrene. Pero fuera de eso, el episodio nos deja con una sensación agridulce de esperanza; con el feeling de que hemos sido testigos de una serie que enfatiza las pequeñas acciones de gente rebelde de toda importancia, y que complementa bellamente a la película del 2016. En pocas palabras: este final deja en claro que “Andor” es literalmente LO MEJOR que Disney ha hecho con “Star Wars” y que, al menos para Vuestro Servidor, esta serie, junto con “Rogue”, es superior a las Secuelas. Lo he dicho, y dudo que me vaya a arrepentir.
Ah, y la cereza sobre el pastel: la escena final. Bix (Adria Arjona) y el hijo de Cassian. Un hijo al que sabemos nunca conocerá; ni siquiera sabrá de su existencia. La serie nos deja con ese pensamiento triste, pero también sabiendo que su legado quedará intacto, con Bix e incluso con B2-EMO (¡sí, sale al final!). Un desenlace más hermoso no podríamos pedir.
Ay, cómo te extrañaré, “Andor”.
destacado
CRÍTICA: The Last of Us – Temporada 2, Episodio 5
Publicado
hace 1 semanael
12 mayo, 2025
**** sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Aunque este episodio de “The Last of Us” no es necesariamente ni el más emocionante ni el más chocante, es gracias a la forma en que concluye que uno termina con la sensación de que las cosas cambiarán a partir del siguiente. ¿Spoilers? Pues sí: el quinto episodio de la segunda temporada termina con Ellie (Bella Ramsey) torturando a Nora (Tati Gabrielle) es un sótano en Seattle lleno de esporas que podrían infectar a cualquiera. A cualquiera como Nora, quien comienza toser como si no hubiese un mañana, pero definitivamente no a la inmune de Ellie. Es ahí que sale a tallar el lado oscuro de nuestra protagonista, quien aparentemente será capaz de hacer cualquier cosa con tal de llegar hasta donde Abby (Kaitlyn Dever).
Fuera (y antes) de eso, nos centramos en Ellie y Dina (Isabela Merced) tratando de pasar sin ser detectadas por entre las fuerzas de WLF, para así poder llegar al hospital donde supuestamente está Abby. Pero como las cosas no pueden ser tan fáciles, eventualmente son encontradas por los enemigos, lo cual las obliga a meterse en un parque lleno de Scars. Es ahí donde son testigos de un suceso terrible —básicamente, unos Scars destripando a un tipo mientras recitan sus líneas de fanáticos religiosos—, pero también donde se unen a Jesse (Young Mazino), quien las rescata momentos antes de un grupo de infectados inteligentes. Resulta que salió con Tommy del pueblo un día después de las chicas, y ha llegado para traérselas de vuelta a casa.
El episodio concluye, entonces, con Ellie y Dina separadas —la primera torturando, como se ha dicho ya, a Nora, y la segunda escapando con Jesse de sus enemigos. Quienes hayan jugado “The Last of Us: Parte Dos” sabrán exactamente lo que se viene, pero los demás se entretendrán con lo que este episodio tiene para ofrecer: como (casi) siempre, una buena mezcla de suspenso, gore, diálogos inteligentes, y uno que otro desarrollo interesante de la trama. Y como toque final, por razones más emocionales que narrativas, el episodio termina con una escena (¿un flashback, un sueño?) entre Bella y Joel (Pedro Pascal); una representación de lo que perdieron, y de lo que podrían haber tenido si es que las cosas hubiesen salido mejor. Una verdadera pena.

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CRÍTICA: The Last of Us – Temporada 2, Episodio 3

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