Dentro de la corta historia de las series de Marvel Studios realizadas para Disney+, el denominador común hasta el momento era que el penúltimo episodio siempre había sido de lo mejor en cada producción. Por ello, se esperaba que este reciente capítulo de Moon Knight sostuviera el nivel del anterior. Sin embargo, lo que la producción ha logrado está a la altura de lo mejor que se ha visto en toda la historia del MCU y, por mucho, el mejor episodio de las series de Marvel/Disney+.
Vale decir que bastante ha colaborado el hecho de la poca relación que guarda esta historia con el resto de las películas y series de la saga para que Moon Knight pueda sentirse como un relato que no tiene miedo de contar algo mucho más profundo y plenamente complejo pues, si bien en Wandavision ya habíamos explorado los traumas que deja la pérdida humana a través de la realidad que crea Scarlet Witch para evitar su propio dolor, Moon Knight ha logrado un compuesto que incluye una reacción de alguien mucho más humano que juega con una dicotomía de la realidad de la que aún, ni el propio protagonista ni nosotros como espectadores, tenemos certeza.
Esta desesperanza por no encontrar la verdad sobre lo que estamos viendo con nuestros propios ojos es desgastante y por ello es por lo que se hace muy sencillo empatizar con Marc Spector -y Steven Grant- pues el personaje de Oscar Isaac se siente atrapado en los juegos que su propia mente le propone. Dicho esto, debemos asumir también que nunca serán suficientes los elogios a la gran performance que ha mantenido el actor guatemalteco a lo largo de los capítulos ya que ha logrado convencer de que estamos viendo a dos personas completamente distintas que están afectadas por los mismos traumas.
El quinto episodio ha unido casi todos los elementos mostrados hasta el momento, aunque la acción parte de la última escena en la que vimos a la diosa egipcia Tawaret en forma de hipopótamo. Sin embargo, volvemos de golpe al consultorio donde Harrow continúa conversando con Marc. Durante todo el capítulo tendremos estos saltos que nos obligan a continuar con la incertidumbre de cual es la situación real. Este delirio nos conduce por escenas pasadas en las que -por fin- tenemos la respuesta al origen de la doble personalidad de Marc, el mismo que es genuinamente doloroso. Sobre ello, es consecuente decir que aquí Disney introduce una tendencia que está teniendo recurrentemente en sus últimas producciones, llámese Encanto o Turning Red, como eje desarrollador a los traumas que hereda un niño o niña como respuesta a ciertas acciones de sus padres.
El devaneo entre realidad e imaginación también nos traslada a otras secuencias pasadas, como aquella en la que Khonshu termina salvando a Marc o el momento exacto en el que las vidas de este y Steven terminan entrelazándose más de lo acostumbrado. Pero no solo ello, pues ya que están enfrentándose a la muerte tras el ataque de Harrow en la tumba de Ammit, la otra secuencia está enfocada en la mitología egipcia y como ambos se encuentran navegando el desierto en un enorme buque que los dirige a su último juicio. Es muy valioso que elementos como la balanza que equilibra el peso de su corazón con una pluma estén muy bien plasmados y acorde con la milenaria cultura.
Ha sido todo un desafío el poder ensamblar tantas secuencias paralelas que ocurren simultáneamente y en la que el guion dependía mucho de un pulso fino que supiera hilvanar escenarios que supuestamente ocurren dentro de una mente humana que sufre trastorno de bipolaridad. Sin mucha inquietud, la primera temporada de la serie podría haber terminado con este episodio y hubiera sido un final muy satisfactorio. Sin embargo, el sexto episodio redondeará el lugar que tendrá Moon Knight dentro del MCU que, sin lugar a duda, ha ganado un personaje que le dará mucha complejidad a futuras tramas.