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CRÍTICA: Star Wars – The Acolyte (Episodio 3)

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*** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY LIGEROS SPOILERS*

El tercer episodio de “The Acolyte” es un gran flashback —un retroceso de dieciséis años en el que somos testigos del incendio que separó a Osha y Mae por tanto tiempo, pero que ayudó a que la primera se convirtiese —aunque sea un por tiempito— en una Jedi bajo la tutela del Maestro Sol (Lee Jung-jae). Y como obviamente la serie recién está comenzando, también es un episodio que nos brinda varias preguntas y nos deja solo con algunas respuestas —especialmente en relación al ya mencionando incendio, donde (a propósito) varios personajes mueren fuera de pantalla. ¿Habrá sido el fuego lo único que acabó con estas brujas?

Porque en “Venganza” nos enteramos de que Osha y Mae (Lauren y Leah Brady) fueron criadas por un grupo del Brujas lideradas por una de sus madres, Aniseya (Jodie Turner-Smith). Y también nos enteramos de que Osha siempre quizo ser una Jedi, y que Mae siempre tuvo una oscuridad latente en ella —la cual, por supuesto, la llevó a incendiar su hogar y (aparentemente) matar a su familia de casualidad. Todo esto es presentado, sorprendentemente, con poca tensión y menos suspenso, en un episodio dirigido por Kogonada (¡!) que nos termina diciendo poco sobre personajes como la maestra Indara (Carrie-Anne Moss) pero mucho sobre otros como el Maestro Sol (ciertamente uno de los Jedi más bondadosos que hayamos visto en pantalla, por más de que no esté siempre del lado correcto).

Porque lo más interesante de “Venganza” es que nos muestra a los Jedi desde un punto de vista distinto, haciéndolos quedar como gente que a veces abusaba de su poder sobre la Fuerza. Pero tampoco nos presenta a las Brujas como gente perfecta, especialmente teniendo en cuenta la forma en que querían prácticamente encerrar a Osha y Mae en su planeta, privándolas de muchas libertas. Son esos matices y tonos de gris los que hacen que el episodio sea algo interesante. Pero lo que, a la vez, evita que sea completamente recomendable son las caracterizaciones bidimensionales de varios personajes, la poca (o casi nula) tensión, y ciertas actuaciones increíblemente acartonadas. Es decir, y al igual que con las Jedi y las Brujas, hay un poco de lo bueno y un poco de lo malo en el tercer episodio de “The Acolyte”.

Cofundador y editor en NoEsEnSerie.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, y miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica. Integra el staff de la revista MasGamers, las webs de Nintendo Pe y Fans de Zelda Perú, el portal web Cinencuentro, y el portal de cine peruano FotografiaCalato.com. Adicionalmente, es YouTuber para el canal Aprieta Start, y formó parte del staff de prensa del 18 Festival de Cine de Lima. También trabaja como fotógrafo para Star Wars Fan Club Perú. Desde enero del 2012 publica críticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas (el cual forma parte de la Asociación de Blogs de Cine). Crítico oficial de RottenTomatoes.com. Cinéfilo y seriómano empedernido.

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destacado

CRÍTICA: Star Wars – The Acolyte (Episodio 4)

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***½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY LIGEROS SPOILERS*

“Día”, el cuarto episodio de “The Acolyte”, está mejor que lo que vimos la semana pasada… pero no por mucho. No porque Headland y su equipo no tengan buenas ideas, si no más bien porque parecen tener miedo de desarrollar algunas de esas ideas. Consideren, si no, a Kelnacca, el Jedi Wookiee, y uno de los personajes con más potencial de la serie. ¿Emocionante ver a un Wookiee en acción con un sable de luz, no? Pues no. Acá es asesinado —asumimos, además, por el maestro de Mae (Amañadla Stenberg), a quien vemos por fin acá enfrentándose a nuestros héroes, un grupo de Jedi liderados por el Maestro Sol (Lee Lung-jae) y acompañados por Oshi (Steberg otra vez).

O bueno, asumimos que se enfrentarán. Porque “Día” concluye con un cliffhanger súper frustrante, cortando a negro justo cuando los Jedi están a punto de pelear con el proto-sith. Se trata, de hecho, de la perfecta representación de este cuarto episodio; ideas excelentes que no son explotadas, o que no terminan de cuajar. Solo espero que la próxima semana sí lleguemos a ver dicha confrontación, de lo contrario, muchos fanáticos quedarán increíblemente decepcionados. Y aunque todo lo anterior puede sonar algo superficial, es sintomático de los problemas narrativos más amplios de “The Acolyte” —por más de que, fuera de eso, “Día” sea un episodio totalmente servicial. Entretenido, de buen ritmo, pero incompleto.

De hecho, me encantó ver más escenas en el interior del Templo Jedi en Coruscant, con varios Jedi en actividad. Y disfruté de cierta escena entre Osha y Jecki Lon (Dafne Keen), que deja muy en claro el tipo de amistad que tienen. Y una vez que nuestros protagonistas llegan al planeta donde vive (y muere) Kelnacca, el show nos presenta una buena escena que ayuda a transmitir uno de los temas principales que postula: el punto de vista que los Jedi de la Alta República tienen hacia la muerte. Y hasta nos introduce al mejor personaje de “The Acolyte” hasta ahora: Bazil, el rastreador (lo máximo). Nuevamente: hay buenas ideas y temas y momentos y todos los actores hacen un buen trabajo. Pero considerando lo cortito que es “Día”, y su conclusión tan repentina y apresurada, no puedo evitar sentirme algo decepcionado. Solo espero que “The Acolyte” por fin agarre viada la próxima semana (y de paso revele cuál es la verdadera naturaleza del Qimir de Manny Jacinto).

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CRÍTICA: Star Wars – The Acolyte (Episodios 1 y 2)

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Episodio 1: Perdido/Encontrado

***½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY LIGEROS SPOILERS*

“The Acolyte” tiene la oportunidad de hacer algo interesante para la saga de “Star Wars”. Al llevarse a cabo unos cien años antes de los eventos de “La Amenaza Fantasma”, en una etapa conocida como la High Republic, se puede desligar de todo lo que hemos visto en las películas. Así que aquí no hay Skywalkers ni Sith (al menos ninguno relacionado a Darth Sidious), solo Jedi que no hemos visto antes, aparentemente envueltos en un misterio iniciado por una misteriosa figura y su aprendiz, la acólita del título llamada Mae (Amandla Stenberg).

Pero resulta que ésta última tiene una gemela; la ex Jedi Osha (también Stenberg), quien es acusada de asesinar a una maestra Jedi llamada Indara (Carrie-Anne Moss, a quien me hubiese gustado ver más). Es debido a sus acciones que el Templo Jedi envía a su ex maestro, Sol (Lee-Jung Jae, de “El juego del calamar”), a su Padawan, Jecki Lon (Dafne Keen), y a un curioso Jedi llamado Yord (Charlie Barnett) a buscarla. Así, “The Acolyte” comienza en este primer episodio a desarrollar un misterio: ¿cómo así la supuestamente finada Mae sigue viva? ¿Y por qué mató a Indira? ¿Y por qué Osha decidió abandonar la vida de Jedi años atrás? En ese sentido, “Perdido/Encontrado” logra llamar la atención del espectador, estableciendo todas estas preguntas, y situándolas en un contexto que no hemos visto antes.

Porque al menos este primer episodio de “The Acolyte” se termina sintiendo como una mezcla del estilo de las precuelas de George Lucas (diálogo algo tieso, un estilo visual clásico, un gran énfasis en los Jedi y el Templo en Coruscant, transiciones con todo tipo de “wipes”), con algo nuevo (momentos más humanos, un reparto más inclusivo). Esto resulta en un producto final que, al menos hasta este momento, todavía parece estar buscando su identidad, y que por momentos podría haber sido más emocionante. ¿Lo mejor? Las claras influencias del wuxia en la pelea entre Indara y Mae, y la inclusión de todo tipo de aliens (¡incluso Neimoidianos!) en la historia. Veremos que nos trae el segundo episodio.

Episodio 2: Venganza/Justicia

**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY LIGEROS SPOILERS*

Pues aquí es donde la cosa se pone interesante. Habiendo ya dejado en claro que Osha no es la responsable de la muerte de Indara, Sol y los demás Jedi deciden trabajar con ella, y viajan a un nuevo planeta luego de que Mae intenta asesinar a otro Jedi en el Templo local. Resulta que está intentando vengarse de los cuatro Jedi que fueron testigos de su supuesta muerte (y el verdadero fallecimiento de la familia de las gemelas) años atrás. Y por supuesto, Sol es uno de ellos.

Es en este contexto que conocemos a Qimir (Manny Jacinto, de “The Good Place”), un criminal que le provee todo tipo de cosas (incluyendo un tipo especial de veneno) a Mae. Y también que vemos a nuestros Jedi trabajando en equipo, primero para intentar evitar la muerte de otro maestro (Dean-Charles Chapman), y luego para tratar de atrapar a Mae. Hasta cierto punto, Osha es dejada de lado un poco en este episodio, limitándose a reaccionar a todo lo que sucede. Pero esto nos brinda la oportunidad de conocer mejor a Sol, Yord y Jecki, viéndoles trabajar en equipo, y en especial, enterándonos de los arrepentimientos con los que carga el Maestro. Quizás no pudo salvar a Mae tantos años atrás, pero quizás ahora sí podrá hacerlo.

Sin llegar a ser increíble, pues, este segundo episodio de “The Acolyte” logra cautivar tanto gracias al desarrollo del misterio central, como a la presentación de ciertos momentos de suspenso. Destacan el enfrentamiento entre Sol y Mae (¡más artes marciales con Jedi!), la introducción de Qimir, y por qué no, la escena final, en la que conocemos brevemente a Kelnacca (Joonas Suotamo), un Jedi Wookiee que seguramente se encontrará con Mae en el siguiente episodio. “The Acolyte” todavía no termina de cuajar, pero parece estar acercándose a ello. ¡Habrá que regresar la siguiente semana para averiguar si es que lo logra o no!

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destacado

CRÍTICA: Andor (Episodio 12 – FINAL)

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***** sobre *****

*ALERTA DE SPOILERS*

Y llegamos al final. Tendremos que esperar, mínimo, un par de años más para poder disfrutar de la siguiente temporada de “Andor”, lo cual, como seguramente se imaginarán, me pone increíblemente triste. Pero a la vez, he quedado realmente sorprendido con lo excelente que ha sido esta primera temporada —lo que Tony Gilroy y su equipo han logrado hacer es entregarnos una historia tensa, intrigante y expertamente construida, centrada en temas relacionados a la explotación, el facismo, la discriminación, y por supuesto, la esperanza por un futuro mejor. “Andor” es, curiosamente, una serie muy distinta a todo lo que ha hecho “Star Wars” antes, pero a la vez, y gracias a su temática política, es también una propuesta muy parecida a lo que George Lucas hubiese hecho de seguir trabajando como director y guionista.

Este final, pues, y como se deben imaginar, es todo lo que el show merecía: un desenlace emotivo y emocionante, que debería ser capaz de convertir al espectador más cínico en un fanático de la serie. El funeral de Maarva (Fiona Shaw) es tratado con respeto e importancia, sirviendo, además, como un potente llamado a la acción para los habitantes de Ferrix: un llamado a la revolución, a enfrentarse al tiránico Imperio que poco o nada respeta a la gente está oprimiendo. El episodio comienza desarrollado tensión de manera gradual, para finalmente explotar luego de que los Imperiales apagan el holograma con el poderoso mensaje de Maarva, haciendo que los habitantes de Ferrix  se enfrenten a ellos. Tenemos a casi todos los personajes importantes en el mismo lugar (Cassian, Syril, Luthen, Dedra, y hasta una perturbada Bix), pero muchos ni se encuentran en persona. Esto se siente muy natural.

Resulta impactante, por otro lado, ver ya las consecuencias de las acciones de estos personajes: las consecuencias de las peleas en las que Cassian se ha metido; las consecuencias de la manipulación de Luthen; y por qué no, los sacrificios que Mon Mothma ha tenido que hacer en nombre de la rebelión, los cuales, desgraciadamente, involucran el futuro de su hija. El final de “Andor” es esperanzador hasta cierto punto, pero también emocionalmente desgarrador. Esta siempre ha sido una serie sobre lo difícil que es montar una rebelión, pero también sobre lo difícil que es para un Imperio mantener el orden y la opresión. Los personajes de ambos bandos sufren las consecuencias de sus acciones, por más complicadas que puedan ser.

Y la escena post-créditos… Uf. Solo diré que es un beso de chef, y que la deben ver con sus propios ojos. No es solo un poco de fan service, si no también una conexión bastante poética con uno de los arcos narrativos más efectivos de la temporada. Todo en “Andor” está interconectado, y nada es casual. ESTO es una serie. La espera de dos años se me va a hacer eterna.

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