Opinión
CRÍTICA: Master of None (Segunda Temporada)
Publicado
hace 7 añosel
Si me apuran y me preguntan cuáles son los momentos más felices que he pasado frente a una pantalla este año, seguramente muchos de ellos tendrían que ver con Master of None, esa joyita que ya lleva dos temporadas en Netflix y que ha surgido de la cabeza del talentosísimo Aziz Ansari para darle un vuelco a las comedias contemporáneas.
Hijo de inmigrantes de la India, Ansari saltó a la fama como el disforzado Tom Haverford de la Serie Parks and Recreation –de los mismos productores de The Office- y muy pronto ganó relevancia al unirse al grupo de jóvenes actores de comedia apadrinados por Judd Apatow. Paralelamente intensificó su pasión por la comedia de stand up donde encontró el lugar perfecto para contar las experiencias de un estadounidense de estos tiempos: un hijo de la inmigración en un país que parece haber caído víctima del miedo a decir de la última elección de Donald Drumpf como presidente.
Y es precisamente en estos tiempos donde el miedo, el machismo, la exclusión y la xenofobia han pasado a cubrir con su manto oscuro la cada vez más difícil labor de encontrar un pequeño momento de paz y felicidad. Sobre estas y muchas otras cuestiones –y no pocos devaneos- transita Master of None que no hace más que contar de la forma más fiel posible la vida de un joven actor de comedias que intenta abrirse paso en un mundo regido por la tecnología, la individualidad, el ritmo frenético del día a día y la búsqueda del amor.
Si ya en su primera temporada Master of None había dejado un muy buen sabor de boca pese a cierto disfuerzo de Anzari en el rol de su alter ego Dev Shav, es en esta segunda donde encuentra el equilibrio deseado. Si tuviera que definirlo diría que en estos 10 capítulos todo es tan sensorial y entrañable que conmueve.
A pesar de que Aziz Anzari puede ser muy reflexivo e intelectual en el mejor de los sentidos, nada se torna falso ni fuera de lugar. Aquí continuamos la historia de la primera temporada: Dev viaja a Italia para aprender a hacer pastas y superar el rompimiento con su novia. De arranque nos encontramos con un homenaje al neorrealismo italiano con tan buen gusto como la exquisita comida que vemos desfilar ante nuestros ojos y que enciende nuestro paladar.
Mención aparte merecen los personajes secundarios que completan todo el universo de Dev: sus padres (extraordinarios en cada segundo que aparecen en pantalla, ¿será acaso porque son los padres de Aziz Anzari en la vida real?), su buen amigo Arnold interpretado por Eric Wareheim (una especie de oso gigante con alma de niño con el que Dev puede hacer mil y un tonterías) y su amiga Denise (Lena Waithe), quien ha crecido junto a él y con la que aprendió que no existe nada más normal que querer y aceptar a las personas más allá de su orientación sexual.
Pero si algo no podía faltar aquí era una buena historia de amor. Anziz Anzari compone una de las más bellas historias románticas que haya visto en los últimos años. ¿Cómo no enamorarse un poco de la hermosa Francesa (Alessandra Mastronardi) en ese tránsito que va desde la cautivante Módena hasta la descomunal Nueva York?
Y es que nadie había logrado darle esa frescura visual a la Gran Manzana en la época más reciente, por eso hay quienes se atreven a llamar a Aziz Anzari el “Woody Allen de los millennials”. Etiquetas aparte, el actor de 34 años seguramente viene causando esa misma impresión que generó el director de Manhattan cuando irrumpió en el mundo del cine.
Los tiempos han cambiado. Los hijos de la inmigración, aquellos que no tienen el rostro blanco, tienen mucho que decirnos. Tienen el humor, la voz, el ingenio, la sensibilidad y la suficiente autoridad para relatarnos su vida. Esa vida con la que podemos sentirnos identificados y pegados totalmente a una pantalla deseando que todo les vaya bien.
Te podría gustar
-
‘The Crowded Room’: Apple TV+ presenta nueva serie protagonizada por Amanda Seyfried
-
‘Extrapolations’: Apple TV+ compartió un primer vistazo de su esperada serie
-
‘Emancipation’: Apple reveló el tráiler de la película de Will Smith
-
CRÍTICA : Warrior Nun (Temporada 2)
-
CRÍTICA: Andor (Episodio 12 – FINAL)
-
‘Little America’: Apple TV+ presenta tráiler de la temporada 2
Apple TV+
‘The Crowded Room’: Apple TV+ presenta nueva serie protagonizada por Amanda Seyfried
Publicado
hace 12 mesesel
25 abril, 2023Apple TV+
‘Extrapolations’: Apple TV+ compartió un primer vistazo de su esperada serie
Publicado
hace 1 añoel
16 febrero, 2023La serie está protagonizada por Meryl Streep, Sienna Miller, Kit Harington, Daveed Diggs, Edward Norton, Diane Lane, Tahar Rahim, Yara Shahidi, Matthew Rhys, Gemma Chan, David Schwimmer, Adarsh Gourav, Keri Russell, Marion Cotillard, Forest Whitaker, Eiza González , Murray Bartlett, Indira Varma, Tobey Maguire, MaameYaa Boafo, Hari Nef, Heather Graham, Michael Gandolfini, Cherry Jones, Gaz Choudhry, Ben Harper, Judd Hirsch y Neska Rose.
“Warrior Nun” es una de esas series que vi con mucho entusiasmo durante el primer año de pandemia, emocionado por disfrutar algo durante el encierro por el que muchos estábamos pasando. En ese momento, necesitaba ver algo entretenido y sonso y que no me haga pensar demasiado, y eso es precisamente lo que me dio la primera temporada de “Warrior Nun”. Mezclando una historia apropiadamente loca, con peleas bien coreografiadas, y actuaciones sorprendentemente sólidas, “Warrior Nun” le hizo honor a su tan memeable nombre, dando a entender que las cosas se pondrían incluso más estrafalarias en la siguiente temporada.
Y no puedo decir que se hayan equivocado. La segunda temporada de “Warrior Nun” podría considerarse como más de lo mismo, sí, pero a la vez, también es una mejora en relación a lo que vino antes. Sí, el diálogo es de calidad inconsistente. Sí, el tono del show varía con demasiada frecuencia, mezclando violencia y gore y comentario social y religioso, con momentos francamente ridículos. Pero no podemos negar que nadie vería una serie con un título como “Warrior Nun” esperando una obra maestra. De hecho, lo que el título nos podría prometer, sería una experiencia bien de serie-B, como algo que produciría la gente de The Asylum, o Sy Fy. El hecho de que sea algo considerablemente mejor que dichas ofertas debería ser considerado como un pequeño milagro.
(Heh. Milagro).
La segunda temporada de “Warrior Nun” comienza un par de meses luego de la primera. Nuestra protagonista, Ava (Alba Baptista), la Monja Guerrera del título, está viviendo en los Alpes Suizos con su mejor amiga (y quizás algo más), la aguerrida Hermana Beatrice (Kristina Tonteri-Young, hipnotizante). Se están escondiendo, pues, de Adriel (William Miller), quien revivió al final de la temporada pasada, y ahora está cobrando fama, realizando milagros, y convenciendo a la gente de que es un ángel caído desde el cielo. Evidentemente, nuestras heroínas saben que eso no es cierto, pero también que deben entrenar y prepararse para el inevitable enfrentamiento con este potencial demonio.
Sus planes se aceleran, sin embargo, cuando Ava conoce a Miguel (Jack Mullarkey), quien dice estar trabajando para una organización secreta dispuesta a acabar con Adriel. Con ganas de por fin hacer algo, Ava decide unirse a Miguel, siempre bajo el cuidado de Beatrice. Mientras ellas piensan en un buen plan, la Madre Superiora (Sylvia De Fanti) y su mano derecha, la hermana Camila (Olivia Delcán) intentan encontrar una manera de acabar con Adriel; la doctora Jillian Salvius (Thekla Reuten) sigue buscando la forma de recuperar a su hijo, Michael, quien pasó por un portal a otra dimensión; y el traicionero Padre Vincent (Tristán Ulloa) trata de convencer a Ava y compañía de unirse a Adriel en su supuesta misión por traer paz al mundo.
“Warrior Nun” es una de esas series fantásticas que cuentan con un montón de trama. Tenemos varios personajes importantes, y ni siquiera se ha mencionado en los párrafos anteriores a figuras como la monja corrupta Lilith (Lorena Andrea), o al nuevo Papa, Duretti (Joaquim de Almeida). Es un show con un montón de lore, que va introduciendo con rapidez nuevas contorsiones narrativas y giros e historias de trasfondo basadas en mitos y situaciones reales. Consideren, si no, el rol que juega en la historia la corona de púas de Jesucristo (¡!), o la aparición de personajes ajenos a la hermandad de Ava, como una monja increíblemente entusiasta (¡siempre sonriente!) llamada Yasmine (Meena Rayann). “Warrior Nun” está siempre en movimiento, introduciendo novedades con frecuencia, como para que el público no se aburra.
Generalmente, este tipo de estrategias resultan en productos finales demasiado inflados o hasta incoherentes…. pero sorprendentemente, ese no es el caso de la segunda temporada de “Warrior Nun”. El creador Simon Barry y su equipo (que incluye a David Hayter como guionista; ¡sí, la voz de Solid Snake en los juegos de “Metal Gear Solid”!) hacen un buen trabajo balanceando todos los elementos de la historia, como para no perder de vista ni a la protagonista, ni al conflicto central entre ella y Adriel. Sí, se podría ahondar más en elementos más contemplativos, como el hecho de que Ava sabe como es estar muerta, o como la desaparición de ciertos personajes que fueron importantes en la primera temporada. Incluso hay cierto giro chocante que acaba con todo un grupo de personajes, y a nuestras protagonistas no parece importarles mucho.
Lo cual no debería sorprender, francamente. “Warrior Nun” no es una serie contemplativa en lo absoluto; es una historia que funciona en el momento, y que como se ha mencionado antes, está siempre en movimiento. Si uno la ve considerando eso —y considerando, además, que está basada en un personaje de cómics; ¡sí, en serio!— entonces la puede pasar de lo lindo. Los episodios se mueven a buen ritmo, los personajes son simples pero carismáticos y entretenidos, y la trama es de lo más alocada. Incluso me atrevería a decir que hasta a las personas más conservadoramente religiosas les costaría ofenderse con “Warrior Nun”. Sí, el show deja muy mal parada a la Iglesia como institución, pero no parece tener nada en contra de la fe o de las creencias de la gente. Todo lo contrario.
Aparte de eso, resulta (todavía) muy divertido ver a estas monjas patear traseros. Al igual que en la primera, esta segunda temporada de “Warrior Nun” cuenta con peleas muy bien coreografiadas y emocionantes. Destacan una trifulca que sirve para demostrar los nuevos poderes de Lilith (ahora más demonio que monja, valgan verdades), y un enfrentamiento entre la Hermana Beatrice, y un montón de fanáticos de Adriel en un pasillo. Se nota que las mismas actrices han entrenado para estas secuencias, y felizmente son filmadas con movimientos de cámara fluidos y sin abusar de los cortes rápidos, como para que se entiendan bien y emocionen a cualquier espectador. Impresionante, la verdad.
Lo cual no quiere decir que todo en “Warrior Nun” sea espectacular. De hecho, por más de que la mayoría de efectos visuales digitales sean de buena calidad, la temporada todavía cuenta con algunos momentos francamente impresentables. Consideren, si no, las alas con las que cuenta cierto personaje (lucen como algo extraído de un juego para PlayStation 3), o ciertos planos en chroma, que parecen sacados de una película de hace veinte años. “Warrior Nun” aprovecha muy bien sus locaciones reales por toda Europa (los Alpes, por supuesto, y ciudades como Madrid), pero a la vez, puede lucir un muy poco barata cuando comienza a depender demasiado de creaciones digitales. No es algo que malogre la experiencia, pero sí evita que la serie se sienta tan sofisticada como seguramente le gustaría a sus creadores.
Mucho de lo disfrutable en “Warrior Nun”, eso sí, viene gracias al trabajo de los actores. Como siempre, Alba Baptista está genial como Ava, inyectándole mucho carisma y personalidad a un personaje potencialmente plano. Me encanta el contraste entre su entusiasmo y sarcasmo, y la seriedad de los personajes que la rodean. Parece que la joven actriz está entrando poco a poco en el mainstream, y espero que siga así; ¡no me molestaría verla en una película de renombre para cines!
Por otro lado, Kristina Tonteri-Young está muy bien como Beatrice. Su química con Alba es palpable, y resalta tanto en las escenas más dramáticas, como durante las secuencias de violencia. Ayuda, además, que Beatrice como personaje sea adorable, y que haya crecido bastante en comparación a su aparición en la primera temporada. Por su parte, William Miller es suficientemente intimidante como Adriel, luciendo como un Fabio encantador y demoníaco. Thekla Reuten logra inyectarle algo de emotividad a la historia a través de su rol como Jillian; Tristán Ulloa es creíble como Vincent; la Madre Superiora Sylvia De Fanti demuestra ser la lideresa perfecta para nuestras protagonistas; Olivia Delcán destaca más que antes como la Hermana Camila, y Joaquim De Almeida (uno de los grandes actores secundarios de Hollywood) la está pasando muy bien interpretando al nuevo Papa.
Si se divirtieron con la primera temporada de “Warrior Nun”, entonces la pasarán de lo lindo con la segunda. La serie es lo que es, y dudo que vaya a convertir a los espectadores más cínicos; no busca ser nada más que entretenimiento puro, pues, aprovechando bien el potencial de su ridículo título. Pero si creen que no serán capaces de creerse una historia que involucra a Monjas Elegidas por una Aureola, Hermanas Que Saben Kung-Fu, demonios carismáticos, mujeres aladas, y portales a otras dimensiones, pues no le pongan play ni al primer episodio. “Warrior Nun” no es para todo el mundo, pero quienes estén sedientos de ver historias de género suficientemente bien contadas, y que no tienen miedo de ser absurdas, deberían darle una oportunidad a este show. Espero que puedan producir una tercera temporada; con Netflix nunca se sabe.