Opinión
Luis Miguel La Serie , el Fenómeno no calculado de Netflix
Publicado
hace 6 añosel
La primera vez que encontré la información de que Luis Miguel realizaría una serie biográfica no tuve ni una pizca de ganas de verla. Es más, la única reacción que contemple fue llamar a la fan mas cercana que conozco – es decir mi esposa- y alentarla a que devore minuto a minuto los capítulos , claro ella , no yo .
Sin embargo, cada comentario y meme de los últimos domingos por la noche, y cierta pizca de presión familiar, me alentaron a verla aunque sea unos minutos, Y paso lo que tenia que pasar, encendí Netflix cada noche del ultimo día de la semana a ver que nos traía el Micky.
Esta serie narra tres espacios de tiempo. Los inicios en los ochentas , la adolescencia del Sol y a un Luis Miguel en los 90s ya con el éxito en el bolsillo pero carente de una brújula para desenvolverse fuera de los teatros. Todos los escenarios dan a conocer qué hechos causaron que ese chiquillo termine siendo un artista extraordinario y a la vez ,según algunos, un ser humano incapaz de expresar amor a su parentela y/o parejas sentimentales.
Ok. Pero por qué es tan exitosa esta serie? Debo admitir que el bio pic te atrapa. El morbo por saber qué causo que el llamado Sol de México se convirtiera en ese cantante inalcanzable, idolatrado y con gotitas de soberbia es la primera motivación. Aunque la curiosidad puede ser un aliento primario pero sabemos que se necesitan muchos factores mas para volverte adicto a una serie.
El guión funciona. Así nunca hayas leído o escuchado algo del ídolo, en cierto momento logras esa empatía que te ubica del lado del protagonista en su lucha por encontrar a su madre o sacar adelante un imposible proyecto discográfico. Las tres líneas narrativas, el niño, el adolecente y el adulto Micky logran dibujar muy bien al hombre detrás del ídolo y no perturba para nada la historia. punto a favor. La puesta en escena usada para cada tiempo es correcta y te transporta a la época gracias a una dirección artística que resalta y una banda sonora idónea. Tercero, un lenguaje audiovisual del nivel de Netflix. Uso de planos secuencia para diálogos ricos que alimentan lo visual, tomas a espalda de la camara, contrapicados y demás, algo que en nuestro país no estamos acostumbrados a ver, todavía pero que ayuda a enriquecer la imagen. Y en cuarto lugar sin ser menos importante, las actuaciones.
Los personajes fueron construidos de forma compleja y humana, como la vida misma. Diego Boneta– ex RBD- encarna a un Luis Miguel de manera propia y logra desvirtuar al ídolo del hombre común desde la primera escena. No necesitas compararlo con el real “Luis Miguel” pues Boneta se erige como un buen protagonista. Representando a un ser con errores y aciertos fuera de las luminarias, como somos todos los terrestres.
Luisito Rey es un caso aparte. Se lleva al bolsillo al espectador cada minuto que aparece en pantalla, lo odias, lo admiras, ries con el y luego lo vuelves a odiar. Sin duda,el personaje con más memes del 2018. Recordemos que Oscar Jaenada como actor en 2013 ya había probado su calidad gracias al largo “Cantinflas”.
Qué nos deja la serie en su primera temporada? Pues algunas dudas como certezas. Dudas como el paradero de su madre Marcela, y la mas grande de todas ,podrá la segunda temporada ser tan exitosa ya sin la aparición del villano / Padre Luis Rey? .
Las certezas: la primera ,se logro el cometido de desmitificar al ídolo del hombre y la segunda y mas importante marketeramente hablando, es que el bio pic ha hecho resurgir a un cantante casi desconocido para un publico de milenials o pulpines ya que el sol ha logrado captar la atención de todos los que hoy consumen contenidos en celulares y Ipad. Las fans ya no son solamente cuarentonas sino un nuevo target de chicas que conviven en las redes sociales.
Sino que lo diga Spoty fy, el tema “Cuando Calienta el sol “ tuvo 50% reproducciones más que antes de debut de la serie biográfica. “Soy como quiero ser” 993% , “Yo que no vivo sin ti “aumento 500% y “Culpable o no” la canción con la que cierra el ciclo de su primer amor llego a tener 4 mil % de reproducciones má de los que logro antes del estreno.
Qué se viene en Luis Miguel la serie? Pues más morbo, muchas infidencias sobre personajes reales de Latinoamérica y su relación con el divo y harta música. Sin lugar a dudas, esta ficción ha calentando más que el sol en la playa. Veremos que nos dará el Micky mas famoso en Netflix próximamente.
Co- Fundador de NOESENSERIE.COM. Bachiller en Ciencias de la Comunicación en UL. Empedernido observador de la vida y el séptimo arte, Seriómano a mil y padre de Tadeo.
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16 febrero, 2023La serie está protagonizada por Meryl Streep, Sienna Miller, Kit Harington, Daveed Diggs, Edward Norton, Diane Lane, Tahar Rahim, Yara Shahidi, Matthew Rhys, Gemma Chan, David Schwimmer, Adarsh Gourav, Keri Russell, Marion Cotillard, Forest Whitaker, Eiza González , Murray Bartlett, Indira Varma, Tobey Maguire, MaameYaa Boafo, Hari Nef, Heather Graham, Michael Gandolfini, Cherry Jones, Gaz Choudhry, Ben Harper, Judd Hirsch y Neska Rose.
“Warrior Nun” es una de esas series que vi con mucho entusiasmo durante el primer año de pandemia, emocionado por disfrutar algo durante el encierro por el que muchos estábamos pasando. En ese momento, necesitaba ver algo entretenido y sonso y que no me haga pensar demasiado, y eso es precisamente lo que me dio la primera temporada de “Warrior Nun”. Mezclando una historia apropiadamente loca, con peleas bien coreografiadas, y actuaciones sorprendentemente sólidas, “Warrior Nun” le hizo honor a su tan memeable nombre, dando a entender que las cosas se pondrían incluso más estrafalarias en la siguiente temporada.
Y no puedo decir que se hayan equivocado. La segunda temporada de “Warrior Nun” podría considerarse como más de lo mismo, sí, pero a la vez, también es una mejora en relación a lo que vino antes. Sí, el diálogo es de calidad inconsistente. Sí, el tono del show varía con demasiada frecuencia, mezclando violencia y gore y comentario social y religioso, con momentos francamente ridículos. Pero no podemos negar que nadie vería una serie con un título como “Warrior Nun” esperando una obra maestra. De hecho, lo que el título nos podría prometer, sería una experiencia bien de serie-B, como algo que produciría la gente de The Asylum, o Sy Fy. El hecho de que sea algo considerablemente mejor que dichas ofertas debería ser considerado como un pequeño milagro.
(Heh. Milagro).
La segunda temporada de “Warrior Nun” comienza un par de meses luego de la primera. Nuestra protagonista, Ava (Alba Baptista), la Monja Guerrera del título, está viviendo en los Alpes Suizos con su mejor amiga (y quizás algo más), la aguerrida Hermana Beatrice (Kristina Tonteri-Young, hipnotizante). Se están escondiendo, pues, de Adriel (William Miller), quien revivió al final de la temporada pasada, y ahora está cobrando fama, realizando milagros, y convenciendo a la gente de que es un ángel caído desde el cielo. Evidentemente, nuestras heroínas saben que eso no es cierto, pero también que deben entrenar y prepararse para el inevitable enfrentamiento con este potencial demonio.
Sus planes se aceleran, sin embargo, cuando Ava conoce a Miguel (Jack Mullarkey), quien dice estar trabajando para una organización secreta dispuesta a acabar con Adriel. Con ganas de por fin hacer algo, Ava decide unirse a Miguel, siempre bajo el cuidado de Beatrice. Mientras ellas piensan en un buen plan, la Madre Superiora (Sylvia De Fanti) y su mano derecha, la hermana Camila (Olivia Delcán) intentan encontrar una manera de acabar con Adriel; la doctora Jillian Salvius (Thekla Reuten) sigue buscando la forma de recuperar a su hijo, Michael, quien pasó por un portal a otra dimensión; y el traicionero Padre Vincent (Tristán Ulloa) trata de convencer a Ava y compañía de unirse a Adriel en su supuesta misión por traer paz al mundo.
“Warrior Nun” es una de esas series fantásticas que cuentan con un montón de trama. Tenemos varios personajes importantes, y ni siquiera se ha mencionado en los párrafos anteriores a figuras como la monja corrupta Lilith (Lorena Andrea), o al nuevo Papa, Duretti (Joaquim de Almeida). Es un show con un montón de lore, que va introduciendo con rapidez nuevas contorsiones narrativas y giros e historias de trasfondo basadas en mitos y situaciones reales. Consideren, si no, el rol que juega en la historia la corona de púas de Jesucristo (¡!), o la aparición de personajes ajenos a la hermandad de Ava, como una monja increíblemente entusiasta (¡siempre sonriente!) llamada Yasmine (Meena Rayann). “Warrior Nun” está siempre en movimiento, introduciendo novedades con frecuencia, como para que el público no se aburra.
Generalmente, este tipo de estrategias resultan en productos finales demasiado inflados o hasta incoherentes…. pero sorprendentemente, ese no es el caso de la segunda temporada de “Warrior Nun”. El creador Simon Barry y su equipo (que incluye a David Hayter como guionista; ¡sí, la voz de Solid Snake en los juegos de “Metal Gear Solid”!) hacen un buen trabajo balanceando todos los elementos de la historia, como para no perder de vista ni a la protagonista, ni al conflicto central entre ella y Adriel. Sí, se podría ahondar más en elementos más contemplativos, como el hecho de que Ava sabe como es estar muerta, o como la desaparición de ciertos personajes que fueron importantes en la primera temporada. Incluso hay cierto giro chocante que acaba con todo un grupo de personajes, y a nuestras protagonistas no parece importarles mucho.
Lo cual no debería sorprender, francamente. “Warrior Nun” no es una serie contemplativa en lo absoluto; es una historia que funciona en el momento, y que como se ha mencionado antes, está siempre en movimiento. Si uno la ve considerando eso —y considerando, además, que está basada en un personaje de cómics; ¡sí, en serio!— entonces la puede pasar de lo lindo. Los episodios se mueven a buen ritmo, los personajes son simples pero carismáticos y entretenidos, y la trama es de lo más alocada. Incluso me atrevería a decir que hasta a las personas más conservadoramente religiosas les costaría ofenderse con “Warrior Nun”. Sí, el show deja muy mal parada a la Iglesia como institución, pero no parece tener nada en contra de la fe o de las creencias de la gente. Todo lo contrario.
Aparte de eso, resulta (todavía) muy divertido ver a estas monjas patear traseros. Al igual que en la primera, esta segunda temporada de “Warrior Nun” cuenta con peleas muy bien coreografiadas y emocionantes. Destacan una trifulca que sirve para demostrar los nuevos poderes de Lilith (ahora más demonio que monja, valgan verdades), y un enfrentamiento entre la Hermana Beatrice, y un montón de fanáticos de Adriel en un pasillo. Se nota que las mismas actrices han entrenado para estas secuencias, y felizmente son filmadas con movimientos de cámara fluidos y sin abusar de los cortes rápidos, como para que se entiendan bien y emocionen a cualquier espectador. Impresionante, la verdad.
Lo cual no quiere decir que todo en “Warrior Nun” sea espectacular. De hecho, por más de que la mayoría de efectos visuales digitales sean de buena calidad, la temporada todavía cuenta con algunos momentos francamente impresentables. Consideren, si no, las alas con las que cuenta cierto personaje (lucen como algo extraído de un juego para PlayStation 3), o ciertos planos en chroma, que parecen sacados de una película de hace veinte años. “Warrior Nun” aprovecha muy bien sus locaciones reales por toda Europa (los Alpes, por supuesto, y ciudades como Madrid), pero a la vez, puede lucir un muy poco barata cuando comienza a depender demasiado de creaciones digitales. No es algo que malogre la experiencia, pero sí evita que la serie se sienta tan sofisticada como seguramente le gustaría a sus creadores.
Mucho de lo disfrutable en “Warrior Nun”, eso sí, viene gracias al trabajo de los actores. Como siempre, Alba Baptista está genial como Ava, inyectándole mucho carisma y personalidad a un personaje potencialmente plano. Me encanta el contraste entre su entusiasmo y sarcasmo, y la seriedad de los personajes que la rodean. Parece que la joven actriz está entrando poco a poco en el mainstream, y espero que siga así; ¡no me molestaría verla en una película de renombre para cines!
Por otro lado, Kristina Tonteri-Young está muy bien como Beatrice. Su química con Alba es palpable, y resalta tanto en las escenas más dramáticas, como durante las secuencias de violencia. Ayuda, además, que Beatrice como personaje sea adorable, y que haya crecido bastante en comparación a su aparición en la primera temporada. Por su parte, William Miller es suficientemente intimidante como Adriel, luciendo como un Fabio encantador y demoníaco. Thekla Reuten logra inyectarle algo de emotividad a la historia a través de su rol como Jillian; Tristán Ulloa es creíble como Vincent; la Madre Superiora Sylvia De Fanti demuestra ser la lideresa perfecta para nuestras protagonistas; Olivia Delcán destaca más que antes como la Hermana Camila, y Joaquim De Almeida (uno de los grandes actores secundarios de Hollywood) la está pasando muy bien interpretando al nuevo Papa.
Si se divirtieron con la primera temporada de “Warrior Nun”, entonces la pasarán de lo lindo con la segunda. La serie es lo que es, y dudo que vaya a convertir a los espectadores más cínicos; no busca ser nada más que entretenimiento puro, pues, aprovechando bien el potencial de su ridículo título. Pero si creen que no serán capaces de creerse una historia que involucra a Monjas Elegidas por una Aureola, Hermanas Que Saben Kung-Fu, demonios carismáticos, mujeres aladas, y portales a otras dimensiones, pues no le pongan play ni al primer episodio. “Warrior Nun” no es para todo el mundo, pero quienes estén sedientos de ver historias de género suficientemente bien contadas, y que no tienen miedo de ser absurdas, deberían darle una oportunidad a este show. Espero que puedan producir una tercera temporada; con Netflix nunca se sabe.