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Opinión

CRÍTICA – The Tick (Primera Temporada, Parte 1)

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Admito no haber visto la adaptación anterior de The Tick, con el inigualable Patrick Warburton, pero sí recuerdo haber disfrutado de la caricatura (mientras menos se diga sobre el juego para Super Nintendo, mejor). Sin embargo, había una razón por la que estaba muy emocionado por ver la nueva serie exclusiva de Amazon Prime (aparte del hecho de que por fin tenía una buena razón para mantener activa mi cuenta): Peter Serafinowicz.

El comediante británico (quien fue la voz de Darth Maul en el Episodio 1, dicho sea de paso) es uno de los artistas más subvalorados del momento (si no me creen, busquen sus videos de YouTube, especialmente los del Peter Serafinowicz Show; casi me orino de la risa), por lo que el simple hecho de verlo como protagonista en una serie de alto nivel ya era, para mi, motivo de celebración. Y felizmente no decepciona: The Tick es una serie irreverente que sabe burlarse de los clichés de las historias de súper héroes, pero que a la vez también se toma en serio a sí misma de cuando en cuando para no convertirse en una farsa total.

Antes que nada, cabe recalcar que Amazon no ha estrenado la primera temporada en su totalidad —solo hay seis episodios, y el resto saldrán a principios del 2018. Por ende, esta crítica está basada únicamente en los seis episodios que tenemos ahora disponibles.

Nuestro protagonista es Arthur (Griffin Newman), un chico tímido que, luego de haber vivido una experiencia traumática de niño relacionada a un famoso grupo de súper héroes y su archienemigo, El Terror (Jackie Earle Haley), se obsesionó con este último, convencido de que sigue vivo, a pesar de que se supone fue derrotado años atrás. Es por ello que resulta tan fascinante ver su relación con The Tick (Serafinowicz), uno nuevo héroe de traje azul chillón que nadie sabe de dónde viene ni para dónde va (ni él mismo, dicho sea de paso).

Inicialmente, Arthur se niega a aliarse con el Tick para combatir el crimen (a pesar de que le consiguen un traje y toda la cuestión), e incluso tenemos un episodio en donde la serie caaaasi nos convence de que Tick podría ser producto de la imaginación de Arthur, pero como deben imaginarse, poco a poco su relación se irá volviendo más cercana, y eventualmente Arthur aprenderá que: a.) de repente tuvo la razón todo este tiempo y The Terror sigue vivo, y b.) a pesar de no ser particularmente fuerte o intelignete, quizás sí merece ser un héroe.

Resulta curioso tener a un héroe tan permanentemente optimista como The Tick viviendo en un mundo relativamente realista, pero contrario a lo que uno podría pensar inicialmente, funciona. La ciudad donde viven nuestros personajes no es tan oscura ni llena de corrupción como la Nueva York de las series de Marvel de Netflix, por ejemplo, pero The Tick ciertamente se gana su calificación para mayores de 18 años (algo ligera, pero ahí está) con la ocasional mala palabra, y especialmente con la aparición de Overkill (Scott Speiser), un pseudo-Punisher que mata a todos sus contrincantes de la manera más sangrienta posible.

Este tipo de contrastes, entre lo sangriento y oscuro, y lo ligero y divertido, le otorgan un tono errático a la serie; curiosamente, no fue algo que me molestase demasiado, y de hecho me parece que logra diferenciarla de cualquier otro show que se transmita por streaming o por TV. Sí, la muerte es real en esta serie, y sí, The Terror es un villano muy malvado —Jackie Earle Haley lo interpreta a la perfección, mezclando lo exagerado y ridículo, con lo más intimidante, claro está, sin llegar a convertirse en su Rorchasch de The Watchmen—, pero a la vez, tenemos personajes como Miss Lint (Yara Martinez), una criminal con poderes de electricidad que siempre está rodeada de hilas (presenten atención a sus primeros planos e incluso los planos medios, y se percatarán que siempre está rodeada de polvito y pelusita) o el mismísimo Tick, quién no podría ser más ridículo o hasta infantil.

Pero funciona. Y es ahí donde radica la genialidad de The Tick —logra mezclar lo absurdo con lo serio, la parodia con una narrativa relativamente coherente y creíble. Serafinowicz es magnífico como el héroe del título, un hombre obsesionado con el Monomito de Joseph Campbell (¡hasta lo menciona en su diálogo!), con ser un héroe y con tener a Arthur trabajando a su lado, pero que a la vez no recuerda nada sobre su vida antes de tener su traje azul (¿de repente el traje es parte de su cuerpo…?) Serafinowicz le otorga una voz de anunciador de radio de los 50s al personaje que jamás resulta desesperante, y lo caracteriza como una figura grandiosa, mítica, pero algo ridícula si es que uno lo ve caminando por la calle de manera casual.

El hecho de que Arthur se resista tanto a trabajar con el Tick durante los episodios iniciales puede resultar algo irritante, pero cabe admitir que el trabajo de Newman es correcto; es fácil identificarse con un personaje mentalmente frágil, pero que poco a poco va dándose cuenta de lo valeroso y fuerte que puede ser. Valorie Curry (The Following) la otorga emotividad a la cuestión, interpretando a la hermana de Arthur, y la galería de villanos anteriormente mencionada funciona a la perfección. Después de todo, estamos hablando de una serie en donde uno de los “malos” principales se hace llamar Ramses IV, ya que está obsesionado con el Antiguo Egipto… por ninguna razón aparente. ¡Por qué no!

Los episodios, de tan solo 20 ó 25 minutos de duración, se pasan volando, y la serie se mueve a buen ritmo, introduciendo a sus personajes con efectividad, así como sus respectivas motivaciones (el Tick está obsesionado con la Justica, Arthur con vengar la muerte de su Padre, etc.) Las escenas de acción son relativamente emocionantes, pero los efectos visuales no siempre convencen; las demostraciones de fortaleza del Tick se ven realmente bien (uno verdaderamente se cree a Serafinowicz como un ser súper fuerte y casi indestructible), pero los efectos visuales, y especialmente, el uso de pantallas verdes y azules, son casi lamentables. Ojalá les aumenten el presupuesto de postproducción para los siguientes episodios.

Me vi los primeros seis episodios de The Tick en una sola noche, y admito que me dejaron con ganas de más; esta parte inicial de la temporada termina con un cliffhanger muy obvio (¡hasta uno de los personajes lo menciona!), por lo que, independientemente de lo bien o mal que le vaya a la serie, Amazon tiene que terminarla. Irreverente, algo absurda, pero muy entretenida y con un gran corazón, The Tick es la serie de súper héroes que no sabíamos que necesitábamos. Luego de ver tanta historia heroica entretenida pero previsible tanto en el cine como en la pantalla chica, The Tick resulta ser un inesperado respiro de aire fresco.

Cofundador y editor en NoEsEnSerie.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, y miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica. Integra el staff de la revista MasGamers, las webs de Nintendo Pe y Fans de Zelda Perú, el portal web Cinencuentro, y el portal de cine peruano FotografiaCalato.com. Adicionalmente, es YouTuber para el canal Aprieta Start, y formó parte del staff de prensa del 18 Festival de Cine de Lima. También trabaja como fotógrafo para Star Wars Fan Club Perú. Desde enero del 2012 publica críticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas (el cual forma parte de la Asociación de Blogs de Cine). Crítico oficial de RottenTomatoes.com. Cinéfilo y seriómano empedernido.

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CRÍTICA: El Pingüino – Episodio 8 (FINAL)

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Llegamos al final de lo que podría considerarse como una de las mejores series del 2024. Y felizmente, “El Pingüino” ha concluido de manera satisfactoria —más que satisfactoria, de hecho. El personaje del título (Colin Farrell) por fin se ha convertido en el verdadero villano que siempre debió ser; Sofia Gigante (Cristin Milioti) ha regresado al asilo de Arkham, para volver a vivir su peor pesadilla. Pero más importante: lo que tanto nos teníamos, terminó pasando. Vic (Rhenzy Feliz), el eterno aliado de Oswald, es asesinado por este último luego de que tienen una breve conversación, en la que el primero le confiesa que lo considera como familia. El último cuchillazo en el corazón (no literal). El último paso que Oz tenía que dar para convertirse en lo que debía ser.

De hecho, lo que postula este último episodio de “El Pingüino”, es que Oz siempre fue así. Desde pequeño. No solo porque terminó matando a sus dos hermanos, como vimos en otro flashback, si no también porque siguió viviendo con su mamá después de eso, como si nada hubiese pasado. Para él, sus hermanos eran como obstáculo que le impedían estar con su madre, y que debían ser eliminados. Quería a su madre solo para él. Quería su aceptación. Quería darle la vida que siempre quizo tener. Pero como Oz no puede obtener todo lo que quiere, y mucho menos lo más importante para él, su madre termina teniendo un derrame, el cual la deja en estado vegetativo. Todo por lo que luchó, todo por lo que mató… se esfumó en pocos minutos. Y todo lo que queda es un Oz destruido, que lo tiene todo pero a la vez nada.

Es así, pues, que “El Pingüino” nos deja con una de las mejores construcciones de un villano que haya visto en un buen tiempo. A diferencia de lo que está haciendo Sony, la serie nunca trata de redimir a su personaje central ni mucho menos. No trata de convertirlo en un antihéroe. Lo que ha hecho es obligarnos a seguir a un personaje nefasto, a un psicópata al que entendemos, pero al que nunca llegamos a justificar. Es fascinante, y se cuelga de las excelentes actuaciones de Farrell, Milioti y Feliz. De hecho, si tengo una sola queja, es que “El Pingüino” no logra insertar suficientes referencias al mundo en el que sucede (¿cómo es que Batman ha ignorado todo lo que pasa en el show?) Y aunque me encantó la aparición de la Batiseñal al final, creo que pudieron haber puesto… más. Pero eso es lo único, ¡lo juro! Por lo demás, “El Pingüino” ha concluido muy bien, y ha demostrado ser, nuevamente, de lo mejor que hemos podido ver este año en streaming.

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CRÍTICA: El Pingüino – Episodio 7

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Ya nos vamos acercando al final. En el sétimo episodio de “El Pingüino”, llamado “El Jefe”, las cosas se tornan más complicadas para el personaje del título. Su madre, Francis (Deirdre O’Connell) ha sido capturada por Sofia Gigante (Cristin Milioti), y cuando llega a su casa en busca de Vic (Rhenzy Feliz), más bien se encuentra con Sal Maroni (Clancy Brown), quien le pide lo lleve a su base de operaciones en las alcantarillas. Después de todo, se quiere vengar de Oz por haber matado a su esposa, y de paso se quiere quedar con su operación de producción y distribución de drogas para compartirla con Sofia.

Es una situación compleja, pues, de la cual, para variar, Oz logra salir. Con la ayuda de un secuaz, logra apagar las luces de su base, se escapa de las garras de sus enemigos, y termina asesinando a Maroni… bueno, más o menos. Pelean, y este parece morir de un infarto, lo cual frustra a Oz, quien siempre quiere demostrar que es el ganador y es mejor de lo que el resto cree. Pero por su parte, en una conversación con Francis, Sofia se da cuenta de algo: todo este tiempo, quizo hacer algo nuevo, ser distinta. Pero ha estado jugando el mismo juego que su padre. Por ende, cuando Oz le pide que vaya a su base para entregar a su madre, hace algo diferente: le manda una bomba. Y aunque el Pingüino sobrevive (obviamente), para variar, los que pagan las consecuencias de la explosión son los residentes más pobres de la superficie. Al igual que con la inundación del Acertijo en “Batman”, son los más necesitados los que sufren por las acciones de estos villanos.

Es así que “El Pingüino” se va acercando a su final, sorprendiéndonos con giros narrativos interesantes y demostrando que ya se está acercando a un clímax potencialmente intrigante. Disfruté del flashback a la infancia de Oz con su madre (pues resulta que el pequeño Pingüino fue el responsable de la muerte de sus hermanos… o al menos eso parece), y disfruté de la escena entre Francis y Sofia, y de la intervención del Doctor Rush (Theo Rossi) en toda la situación. Sofia sigue siendo una antagonista formidable, dejando a Oz más solo que nunca. Aparentemente sin Vic (por el momento, asumo) y con un ejército muerto. ¿Qué pasará en el último episodio de la próxima semana? Tengo mis teorías, pero como siempre, estoy seguro que “El Pingüino” logrará sorprenderme.

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CRÍTICA: Agatha en todas partes – Episodios 8 y 9 (FINAL)

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EPISODIO 8

****sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

El octavo (¡y penúltimo!) episodio de “Agatha en todas partes” comienza con el breve retorno de Alice (Ali Ahn), quien al encontrarse con la Muerte (Aubrey Plaza) se entera de que ya cumplió con su misión en la Tierra; al ser una Bruja de Protección, murió protegiendo a alguien. Luego de eso, retornamos a donde Billy (Joe Locke) y Jennifer (Sasheer Zamata) escapando de la prueba anterior, y del sacrificio de Lilia (Patti LuPone). Eventualmente, se reencuentran con Agatha (Kathryn Hahn), y aunque tratan de avanzar por el Camino de las Brujas, al final se dan cuenta de que este es un círculo, y regresan a donde comenzaron.

¿O no? Porque sí terminan llegando a la última Prueba, donde Agatha se da cuenta que cada una de las brujas ha llegado al momento en donde puede (¿debe?) recibir lo que está buscando. Jennifer recupera sus poderes (resulta que era la mismísima Agatha las que los estaba bloqueando), Billy encuentra la manera de meter la consciencia de su hermano en el cuerpo de un niño que está a punto de morir, y Agatha… bueno, logra crear vida a partir de la tristeza, lo que la lleva a enfrentarse a la Muerte y, para sorpresa de muchos, autosacrificarse. ¡Resulta que no era taaaan mala después de todo!

Todo va culminando, pues, tal y como asumíamos que culminaría, pero lo más interesante ha sido reservado para el final del episodio. Ya de vuelta en casa (y luego de haber adquirido su propio traje de superhéroe y todo), Billy se da cuenta de algo, y el público es testigo de un giro bastante chocante. El Camino de las Brujas nunca existió; siempre estuvo basado en las experiencias y cosas que Billy tenía en su cuarto. Como buen hijo de Wanda Maximoff, creó su propia realidad, y trajo consigo a las brujas para meterse en ella (lo cual explica cómo es que la Muerte se va del Camino simplemente cortando un agujero en una pared falsa en el fondo… huh). Es un “twist” que funciona, pero que sí me dejó con una desagradable sensación, parecida a la del estereotípico final de “todo fue un sueño”. Y así termina, lo cual, por supuesto, me lleva a…

EPISODIO 9 (FINAL)

**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

…el último episodio de “Agatha en todas partes”, por supuesto. Es aquí, pues, que nos enteramos —a través de un flashback bastante extenso— de la vida de Agatha entre 1750 y 1756, primero cuando dio a luz a su hijo Nicky, y luego cuando vivió con él hasta el día que la Muerte se lo llevó, engañando a brujas para luego matarlas. Pero más importante, es aquí que se complementa lo revelado en el episodio anterior, mostrándonos que la Balada del Camino de la Bruja nunca fue real —simplemente era la adaptación de una canción que al pequeño Nicky se le ocurrió mientras caminaba con su madre cerca al bosque.

Por ende, es Agatha quien se inventó todo el rollo del Camino, y como se muestra en un montaje bastante memorable, quien engañó por literalmente siglos a brujas, diciéndoles que les mostraría el Camino, para luego extraerles todo su poder. Es eso, de hecho, lo que planeaba hacer con Alice, Jennifer y Lilia al inicio de la temporada, en el sótano de su casa… hasta que Billy, con su propio poder, creó el Camino por primera vez en la historia. Es así, pues, que este episodio final nos muestra claramente el arco de personaje de Agatha: comenzó la temporada como alguien que simplemente quería seguir engañando a otras brujas, como siempre, y la terminó sacrificándose por Tommy, y convirtiéndose en una fantasmita.

Es ya en el presente que la vemos así, y que llegamos al final de la serie: con Agatha y Billy saliendo a la luz, en busca de Tommy. ¿Veremos el desarrollo y desenlace de dicha aventura? Sospecho que sí, pero no sé si en una segunda temporada de “Agatha en todas partes”, o en alguna otra serie. En todo caso, se puede decir que este show terminó siendo mejor que lo que muchos esperaban; correcto, en términos generales, y en el caso de algunos episodios un poco repetitivo, pero en el caso de otros, bastante memorable. No la he pasado mal con “Agatha en todas partes”, y ahora que el personaje del título es un fantasma, me gusta la idea de seguir a Billy Maximoff en la búsqueda de su hermano. ¡Apúrense y háganlo realidad, Marvel!

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