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Opinión

CRÍTICA – Euphoria (Temporada 2, Episodio 6)

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El antepenúltimo episodio de la serie, titulado «A Thousand Little Trees of Blood», nos introduce a la vida de Rue al volver a casa tras la odisea que atravesó la semana pasada. El síndrome de abstinencia está haciendo estragos en ella, pero ya no opone resistencia a la ayuda de su madre. Un inicio interesante del capítulo ya que también nos muestra la reconciliación, por iniciativa de ella, con su consejero Ali, justo antes de mandar la placa de entrada con la tipografía de la serie.

Tras ello, ocurre la reaparición de Ali en casa de Rue donde tendrán una cena que comentaremos luego ya que se vuelve sobre ello hasta los minutos finales. Por otro lado, la trama de Nate ha sido la que ha avanzado en mayor medida, aunque inicialmente solo lo vemos conversar con su madre, Marsha, sobre la nueva vida que vivirán sin Cal. Es interesante el diálogo que han tenido, pues Marsha no parece alarmarse por las conductas que ha tenido su hijo en el pasado, como las lesiones por estrangulamiento que sufrió Maddy, ni tampoco por las que tiene en el presente, cuando celebra que ahora esté con la (ex) mejor amiga de su ex-pareja.

La trama más descuidada, no solo del episodio, sino de toda la temporada ha sido la de Kat, a quien vemos intentando terminar su relación con Ethan, aunque no tiene el valor de decir directamente que ya no quiere estar con él. La relación termina, pero es porque el chico se da cuenta que está perdiendo el tiempo buscando que su pareja sea sincera. Es todo lo que tenemos de esta historia, lo cual lamento bastante ya que, a pesar que evidentemente esta parte del programa tiene menos glamour que las demás, era una buena oportunidad para ilustrar conflictos más cotidianos de una adolescente.

Lo más jugoso del capítulo iba a estar, por supuesto, en las consecuencias del conflicto declarado entre Maddy y Cassie, aunque no hemos tenido interacción directa entre ella, sino más una especie de «guerra fría». Cassie está completamente inestable y cree que ni su madre ni Lexi entienden lo que ella quiere explicar. Es cierto que a su madre le falta un poco de tacto para tratar la situación, pero, dentro de lo poco explorado que está ese personaje, su conducta parece ser compatible con lo que le hemos conocido hasta ahora. Una conversación mucho más filosa ocurre entre las hermanas, con Lexi cuestionándole que es incomprensible que se haya enamorado de Nate cuando él siempre habló mal de ella. También se hace presente el conflicto que pueden tener por la conocida rivalidad entre sus actuales parejas.

Hablando de ello, esta semana se ha cumplido el deseo de los espectadores de tener un poco más de «Fexi», pues Fez y Lexi han compartido escenas en las que pasan el tiempo juntos, platican sobre temas triviales e incluso han visto «Stand by Me» juntos. Tocará descubrir que tanto Lexi adoptará del estilo de vida de Fez, pues ella siempre ha conservado la imagen de «niña bien» y ahora la vemos fumando marihuana junto a él, una faceta que hasta el momento no la teníamos asimilada. Aun así, da la impresión que todo acabará muy mal, pues la policía está tras los pasos de Fez y Ash, por lo que no sorprendería que su arco termine trágicamente.

Por el otro lado del conflicto está Maddy, quien tiene bastantes planes de venganza aunque ha resultado siendo la gran perdedora del episodio. En una conversación telefónica, Maddy le dice a Kat que deseaba matar literalmente a Cassie, pero sabemos que no lo haría en serio. Para Nate, menciona que tiene otros planes que, desde luego, están relacionados al vídeo de Cal. Aunque el lazo con Cassie está roto, hemos tenido un recurso narrativo interesante que llevará a Maddy a comprender un poco mejor el comportamiento de su (ex) amiga. Lo que vemos es una conversación entre ella y la mujer que la contrata como niñera, quien le cuenta que ella cometió el mismo error de meterse con el novio de su amiga. La mujer viene a tomar el papel de una Cassie adulta, pues explica los mismos argumentos que tiene la mayor de las Howard para tomar las decisiones que ha tomado. Pareciera ser que esto tranquiliza un poco a Maddy, pero aún tiene cuentas pendientes con Nate. Pasamos en ese momento a un muy buen montaje en paralelo entre la ex-pareja, mostrando las armas que tiene cada uno. Por un lado, Nate ha conseguido el revólver de su padre y, por otro, Maddy tiene el disco con el video de Cal y Jules.

Todo desemboca en la escena de mayor tensión que ha tenido toda la serie probablemente, pues Nate logra entrar a la habitación de Maddy y amenazarla con la pistola para que le entregue el disco. Son escenas muy fuertes que producirán un trauma de por vida en Maddy. Nate consigue lo que busca y tras ello, va a buscar a Jules para entregarle el disco, quizá la acción más desconcertante de un antagonista al que todo le ha salido a la perfección. Incluso luego le escribe a Cassie, con quien no ha querido conversar en varios días, y le dice que empaque para que se vaya a vivir con él. Lógicamente, Cassie obedece sin reparos, pues su obsesión enfermiza es mucho mayor que su orgullo.

Para el cierre volvemos a la trama de Rue, de quien apreciamos una intención sincera de sanarse y enmendar los errores y recuperar sus relaciones cercanas, aunque ahora el deseo de ir a rehabilitación dependa de factores externos, ya que su madre no consigue un lugar donde pueda llevarla como nos dejan saber en la última parte.

Solo nos restan dos episodios para el final y el aroma a tragedia ronda por todas las subtramas. La sensación de que todo acabará muy mal para los personajes que mejores intenciones tienen es muy palpable. Quizá Sam Levinson ablande su corazón, pero la realidad es que a veces «los malos también ganan», por lo que en favor del realismo de la serie, no esperemos un «vivieron felices para siempre».

Estudié Economía en la Udep, pero mi película favorita no es Wall Street ni mi serie favorita es Billions. En realidad no tengo ninguna favorita, por eso dedico todo el tiempo posible a ver la mayor cantidad de series y películas que pueda, y porque me gusta. Escribo también en estrimin.pe.

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CRÍTICA: El Pingüino – Episodio 8 (FINAL)

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Llegamos al final de lo que podría considerarse como una de las mejores series del 2024. Y felizmente, “El Pingüino” ha concluido de manera satisfactoria —más que satisfactoria, de hecho. El personaje del título (Colin Farrell) por fin se ha convertido en el verdadero villano que siempre debió ser; Sofia Gigante (Cristin Milioti) ha regresado al asilo de Arkham, para volver a vivir su peor pesadilla. Pero más importante: lo que tanto nos teníamos, terminó pasando. Vic (Rhenzy Feliz), el eterno aliado de Oswald, es asesinado por este último luego de que tienen una breve conversación, en la que el primero le confiesa que lo considera como familia. El último cuchillazo en el corazón (no literal). El último paso que Oz tenía que dar para convertirse en lo que debía ser.

De hecho, lo que postula este último episodio de “El Pingüino”, es que Oz siempre fue así. Desde pequeño. No solo porque terminó matando a sus dos hermanos, como vimos en otro flashback, si no también porque siguió viviendo con su mamá después de eso, como si nada hubiese pasado. Para él, sus hermanos eran como obstáculo que le impedían estar con su madre, y que debían ser eliminados. Quería a su madre solo para él. Quería su aceptación. Quería darle la vida que siempre quizo tener. Pero como Oz no puede obtener todo lo que quiere, y mucho menos lo más importante para él, su madre termina teniendo un derrame, el cual la deja en estado vegetativo. Todo por lo que luchó, todo por lo que mató… se esfumó en pocos minutos. Y todo lo que queda es un Oz destruido, que lo tiene todo pero a la vez nada.

Es así, pues, que “El Pingüino” nos deja con una de las mejores construcciones de un villano que haya visto en un buen tiempo. A diferencia de lo que está haciendo Sony, la serie nunca trata de redimir a su personaje central ni mucho menos. No trata de convertirlo en un antihéroe. Lo que ha hecho es obligarnos a seguir a un personaje nefasto, a un psicópata al que entendemos, pero al que nunca llegamos a justificar. Es fascinante, y se cuelga de las excelentes actuaciones de Farrell, Milioti y Feliz. De hecho, si tengo una sola queja, es que “El Pingüino” no logra insertar suficientes referencias al mundo en el que sucede (¿cómo es que Batman ha ignorado todo lo que pasa en el show?) Y aunque me encantó la aparición de la Batiseñal al final, creo que pudieron haber puesto… más. Pero eso es lo único, ¡lo juro! Por lo demás, “El Pingüino” ha concluido muy bien, y ha demostrado ser, nuevamente, de lo mejor que hemos podido ver este año en streaming.

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CRÍTICA: El Pingüino – Episodio 7

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Ya nos vamos acercando al final. En el sétimo episodio de “El Pingüino”, llamado “El Jefe”, las cosas se tornan más complicadas para el personaje del título. Su madre, Francis (Deirdre O’Connell) ha sido capturada por Sofia Gigante (Cristin Milioti), y cuando llega a su casa en busca de Vic (Rhenzy Feliz), más bien se encuentra con Sal Maroni (Clancy Brown), quien le pide lo lleve a su base de operaciones en las alcantarillas. Después de todo, se quiere vengar de Oz por haber matado a su esposa, y de paso se quiere quedar con su operación de producción y distribución de drogas para compartirla con Sofia.

Es una situación compleja, pues, de la cual, para variar, Oz logra salir. Con la ayuda de un secuaz, logra apagar las luces de su base, se escapa de las garras de sus enemigos, y termina asesinando a Maroni… bueno, más o menos. Pelean, y este parece morir de un infarto, lo cual frustra a Oz, quien siempre quiere demostrar que es el ganador y es mejor de lo que el resto cree. Pero por su parte, en una conversación con Francis, Sofia se da cuenta de algo: todo este tiempo, quizo hacer algo nuevo, ser distinta. Pero ha estado jugando el mismo juego que su padre. Por ende, cuando Oz le pide que vaya a su base para entregar a su madre, hace algo diferente: le manda una bomba. Y aunque el Pingüino sobrevive (obviamente), para variar, los que pagan las consecuencias de la explosión son los residentes más pobres de la superficie. Al igual que con la inundación del Acertijo en “Batman”, son los más necesitados los que sufren por las acciones de estos villanos.

Es así que “El Pingüino” se va acercando a su final, sorprendiéndonos con giros narrativos interesantes y demostrando que ya se está acercando a un clímax potencialmente intrigante. Disfruté del flashback a la infancia de Oz con su madre (pues resulta que el pequeño Pingüino fue el responsable de la muerte de sus hermanos… o al menos eso parece), y disfruté de la escena entre Francis y Sofia, y de la intervención del Doctor Rush (Theo Rossi) en toda la situación. Sofia sigue siendo una antagonista formidable, dejando a Oz más solo que nunca. Aparentemente sin Vic (por el momento, asumo) y con un ejército muerto. ¿Qué pasará en el último episodio de la próxima semana? Tengo mis teorías, pero como siempre, estoy seguro que “El Pingüino” logrará sorprenderme.

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CRÍTICA: Agatha en todas partes – Episodios 8 y 9 (FINAL)

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EPISODIO 8

****sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

El octavo (¡y penúltimo!) episodio de “Agatha en todas partes” comienza con el breve retorno de Alice (Ali Ahn), quien al encontrarse con la Muerte (Aubrey Plaza) se entera de que ya cumplió con su misión en la Tierra; al ser una Bruja de Protección, murió protegiendo a alguien. Luego de eso, retornamos a donde Billy (Joe Locke) y Jennifer (Sasheer Zamata) escapando de la prueba anterior, y del sacrificio de Lilia (Patti LuPone). Eventualmente, se reencuentran con Agatha (Kathryn Hahn), y aunque tratan de avanzar por el Camino de las Brujas, al final se dan cuenta de que este es un círculo, y regresan a donde comenzaron.

¿O no? Porque sí terminan llegando a la última Prueba, donde Agatha se da cuenta que cada una de las brujas ha llegado al momento en donde puede (¿debe?) recibir lo que está buscando. Jennifer recupera sus poderes (resulta que era la mismísima Agatha las que los estaba bloqueando), Billy encuentra la manera de meter la consciencia de su hermano en el cuerpo de un niño que está a punto de morir, y Agatha… bueno, logra crear vida a partir de la tristeza, lo que la lleva a enfrentarse a la Muerte y, para sorpresa de muchos, autosacrificarse. ¡Resulta que no era taaaan mala después de todo!

Todo va culminando, pues, tal y como asumíamos que culminaría, pero lo más interesante ha sido reservado para el final del episodio. Ya de vuelta en casa (y luego de haber adquirido su propio traje de superhéroe y todo), Billy se da cuenta de algo, y el público es testigo de un giro bastante chocante. El Camino de las Brujas nunca existió; siempre estuvo basado en las experiencias y cosas que Billy tenía en su cuarto. Como buen hijo de Wanda Maximoff, creó su propia realidad, y trajo consigo a las brujas para meterse en ella (lo cual explica cómo es que la Muerte se va del Camino simplemente cortando un agujero en una pared falsa en el fondo… huh). Es un “twist” que funciona, pero que sí me dejó con una desagradable sensación, parecida a la del estereotípico final de “todo fue un sueño”. Y así termina, lo cual, por supuesto, me lleva a…

EPISODIO 9 (FINAL)

**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

…el último episodio de “Agatha en todas partes”, por supuesto. Es aquí, pues, que nos enteramos —a través de un flashback bastante extenso— de la vida de Agatha entre 1750 y 1756, primero cuando dio a luz a su hijo Nicky, y luego cuando vivió con él hasta el día que la Muerte se lo llevó, engañando a brujas para luego matarlas. Pero más importante, es aquí que se complementa lo revelado en el episodio anterior, mostrándonos que la Balada del Camino de la Bruja nunca fue real —simplemente era la adaptación de una canción que al pequeño Nicky se le ocurrió mientras caminaba con su madre cerca al bosque.

Por ende, es Agatha quien se inventó todo el rollo del Camino, y como se muestra en un montaje bastante memorable, quien engañó por literalmente siglos a brujas, diciéndoles que les mostraría el Camino, para luego extraerles todo su poder. Es eso, de hecho, lo que planeaba hacer con Alice, Jennifer y Lilia al inicio de la temporada, en el sótano de su casa… hasta que Billy, con su propio poder, creó el Camino por primera vez en la historia. Es así, pues, que este episodio final nos muestra claramente el arco de personaje de Agatha: comenzó la temporada como alguien que simplemente quería seguir engañando a otras brujas, como siempre, y la terminó sacrificándose por Tommy, y convirtiéndose en una fantasmita.

Es ya en el presente que la vemos así, y que llegamos al final de la serie: con Agatha y Billy saliendo a la luz, en busca de Tommy. ¿Veremos el desarrollo y desenlace de dicha aventura? Sospecho que sí, pero no sé si en una segunda temporada de “Agatha en todas partes”, o en alguna otra serie. En todo caso, se puede decir que este show terminó siendo mejor que lo que muchos esperaban; correcto, en términos generales, y en el caso de algunos episodios un poco repetitivo, pero en el caso de otros, bastante memorable. No la he pasado mal con “Agatha en todas partes”, y ahora que el personaje del título es un fantasma, me gusta la idea de seguir a Billy Maximoff en la búsqueda de su hermano. ¡Apúrense y háganlo realidad, Marvel!

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