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CRÍTICA: Cunk on Earth (miniserie)
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hace 5 mesesel
Philomena Cunk (no confundir su apellido con… otra palabra en inglés) es un personaje del que quizás no sepamos demasiado acá en Latinoamérica, pero que poco a poco ha ido ganando adeptos, más que nada gracias a las redes sociales. Originándose en la serie mockumental de Charlie Brooker Weekly Wipe, Cunk fue presentada al inicio —y hasta cierto punto, todavía— como una reportera no muy inteligente y de ideas curiosas, y a partir de ahí fue siendo desarrollada a través de nuevos proyectos. Es decir, poco a poco, Cunk fue cobrando más importancia, lo cual resultó en una miniserie como “Cunk on Britain” (la cual, desgraciadamente, no está disponible en Latinoamérica… legalmente).
La buena noticia, sin embargo, es que la segunda miniserie de Cunk fue coproducida entre la BBC y Netflix, lo cual quiere decir que sí está disponible en nuestra zona del mundo. Y para el agrado tanto de los fanáticos como de quienes recién estén descubriendo al personaje, “Cunk on Earth” es tan graciosa, ácida e imprevisible como su predecesora. Lo que tenemos acá, de hecho, es una sátira de miniserie documental en donde la buena Philomena pasa por diferentes lugares del mundo (ya sea de verdad, o con pantallas chroma… ya cada uno decidirá cuál es la verdad), hablándonos sobre la historia y el desarrollo de la humanidad. Comenzando con los hombres primitivos, pasando por la edad media, el renacimiento, la revolución industrial, y apropiadamente culminando en el presente, Cunk nos habla de mucho, lo cual puede resultar hasta un poco agobiante.
Pero no importa. Porque como se deben imaginar, “Cunk on Earth” funciona gracias al ritmo ágil que maneja —solo cuenta con cinco episodios de menos de media hora cada uno—, y por supuesto, al sentido del humor de su presentadora. Porque Philomena Cunk sigue siendo un personaje curioso, que por momentos actúa de manera muy estúpida, y en otros con una curiosidad digna de una niña que recién está descubriendo el mundo (apropiado para esta serie, además). Y Diane Morgan la interpreta con una seriedad perfecta, recitando diálogos francamente absurdos sin esbozar ni media sonrisa, dejando en claro que tanto ella como el creador de la serie, Charlie Brooker, saben que mientras más serio sea el tono de la cuestión, más risas causarán en el espectador.
Lo cual no quiere decir que Philomena sea un personaje plano o poco interesante. De hecho, todo lo contrario. Da risa no solo escucharla hacer las preguntas más estúpidas posibles a profesores de Cambridge o de Oxford, si no que también participa de secuencias físicamente entretenidas. Destaca, por ejemplo, una escena en la que se mete a un castillo medieval, y comienza a recrear una supuesta escena cotidiana de la época, señalando diferentes partes del ambiente mientras se incluyen los efectos de sonido apropiados en postproducción. Todo es resuelto en un plano secuencia, lo que ya de por sí es impresionante, pero además va escalando. Comienza de forma bastante verosímil (con Philomena mencionando a caballeros y reyes y súbditos), pero termina incluyendo elementos fantásticos que simplemente hicieron que llorara de la risa.
Y es ahí, obviamente, donde radica la genialidad de “Cunk on Earth”: es una excelente parodia, que maneja los mismos elementos narrativos y estilísticos de la serie documental promedio de la BBC, pero con una presentadora que poco o nada sabe del tema del que está hablando. No, no todos los gags funcionan —algunas referencias a cultura popular pueden sentirse forzadas, a decir verdad—, pero el ritmo de inclusión de chistes es tan rápido y furioso, que si alguno no funciona, uno no debe preocuparse: el siguiente viene pronto, y lo más probable es que sí dé risa. Consideren, si no, la múltiples malas pronunciaciones por parte de Cunk de palabras complicadas (o no tan complicadas, como “Biblia”), o ciertos comentarios sardónicos sobre problemas contemporáneos, muchos relacionados a la religión o la tecnología.
“Cunk on Earth” usa, además, ciertos recursos puramente audiovisuales para hacernos reír. Está la sección en la que Cunk habla sobre el islamismo, la cual es simplemente “cortada” de la emisión por ser ofensiva. O la frecuente inclusión de la canción “Pump Up the Jam” de Technotronic. O la aparición de cierto comercial para un resort mexicano en el que Cunk DEFINITIVAMENTE se quedó, porque DEFINITIVAMENTE estuvo grabando en México para la serie. Elementos como esos hay varios, y honestamente, la mayoría ayudan a que los cinco episodios del show pasen rápido, resulten inesperadamente informativos, y por supuesto, lo hagan matarse de risa a uno. “Cunk on Earth” es presentada, pues, como una miniserie de bajo presupuesto, y como una miniserie que sabe que tiene un bajo presupuesto.
Además, el show cuenta con algunos momentos inesperadamente humanos o hasta informativos, lo cual contrasta perfectamente con toda la ridiculez. Muchos de los invitados de Philomena —científicos, profesores, investigadores, ingenieros, y más… ¡todos reales!— son capaces de responder a sus preguntas absurdas con reflexiones bastante honestas, y la mayoría de episodios son capaces de decirnos algo interesante sobre la religión, la guerra, el desarrollo tecnológico, o la naturaleza humana. Y aunque sé que es parte de la parodia, me sorprendió cuando Cunk se puso a llorar al enterarse de que la perrita Laika murió cuando fue enviada al espacio por los rusos durante la Guerra Fría —un momento de inesperada humanidad para un personaje que, por lo demás, es una caricatura.
La pasé muy bien con “Cunk on Earth”. Me vi todos los episodios en menos de un día, no solo porque son pocos y porque son cortos, si no porque resultan adictivos. Cada uno maneja un tema y una época en específicos, lo cual lo motiva a uno a seguir viendo hasta el final. Y por supuesto, todos manejan un excelente estilo del humor y un nivel de calidad súper alto, lo cual ayuda a que uno siempre diga al final de cada episodio: “¿y si veo el siguiente?”. Nuevamente, no todos los gags funcionan, pero aquellos que no dan risa son la minoría, en realidad, y entre la excelente actuación de Morgan, el ocasional comentario social y político, la ridiculez de la premisa, y la seriedad del tono —y los invitados—, “Cunk on Earth” logra convertirse en una experiencia divertidísima, adictiva y altamente recomendable. Felizmente sabemos que esta no será la última aparición de Philomena Cunk en el mundo audiovisual; de lo contrario, no me quedaría más que protestar hasta que la BBC o Netflix me haga caso.
“Cunk on Earth” está disponible en Netflix.
Cofundador y editor en NoEsEnSerie.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, y miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica. Integra el staff de la revista MasGamers, las webs de Nintendo Pe y Fans de Zelda Perú, el portal web Cinencuentro, y el portal de cine peruano FotografiaCalato.com. Adicionalmente, es YouTuber para el canal Aprieta Start, y formó parte del staff de prensa del 18 Festival de Cine de Lima. También trabaja como fotógrafo para Star Wars Fan Club Perú. Desde enero del 2012 publica críticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas (el cual forma parte de la Asociación de Blogs de Cine). Crítico oficial de RottenTomatoes.com. Cinéfilo y seriómano empedernido.
****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Llegamos al final de lo que podría considerarse como una de las mejores series del 2024. Y felizmente, “El Pingüino” ha concluido de manera satisfactoria —más que satisfactoria, de hecho. El personaje del título (Colin Farrell) por fin se ha convertido en el verdadero villano que siempre debió ser; Sofia Gigante (Cristin Milioti) ha regresado al asilo de Arkham, para volver a vivir su peor pesadilla. Pero más importante: lo que tanto nos teníamos, terminó pasando. Vic (Rhenzy Feliz), el eterno aliado de Oswald, es asesinado por este último luego de que tienen una breve conversación, en la que el primero le confiesa que lo considera como familia. El último cuchillazo en el corazón (no literal). El último paso que Oz tenía que dar para convertirse en lo que debía ser.
De hecho, lo que postula este último episodio de “El Pingüino”, es que Oz siempre fue así. Desde pequeño. No solo porque terminó matando a sus dos hermanos, como vimos en otro flashback, si no también porque siguió viviendo con su mamá después de eso, como si nada hubiese pasado. Para él, sus hermanos eran como obstáculo que le impedían estar con su madre, y que debían ser eliminados. Quería a su madre solo para él. Quería su aceptación. Quería darle la vida que siempre quizo tener. Pero como Oz no puede obtener todo lo que quiere, y mucho menos lo más importante para él, su madre termina teniendo un derrame, el cual la deja en estado vegetativo. Todo por lo que luchó, todo por lo que mató… se esfumó en pocos minutos. Y todo lo que queda es un Oz destruido, que lo tiene todo pero a la vez nada.
Es así, pues, que “El Pingüino” nos deja con una de las mejores construcciones de un villano que haya visto en un buen tiempo. A diferencia de lo que está haciendo Sony, la serie nunca trata de redimir a su personaje central ni mucho menos. No trata de convertirlo en un antihéroe. Lo que ha hecho es obligarnos a seguir a un personaje nefasto, a un psicópata al que entendemos, pero al que nunca llegamos a justificar. Es fascinante, y se cuelga de las excelentes actuaciones de Farrell, Milioti y Feliz. De hecho, si tengo una sola queja, es que “El Pingüino” no logra insertar suficientes referencias al mundo en el que sucede (¿cómo es que Batman ha ignorado todo lo que pasa en el show?) Y aunque me encantó la aparición de la Batiseñal al final, creo que pudieron haber puesto… más. Pero eso es lo único, ¡lo juro! Por lo demás, “El Pingüino” ha concluido muy bien, y ha demostrado ser, nuevamente, de lo mejor que hemos podido ver este año en streaming.
****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Ya nos vamos acercando al final. En el sétimo episodio de “El Pingüino”, llamado “El Jefe”, las cosas se tornan más complicadas para el personaje del título. Su madre, Francis (Deirdre O’Connell) ha sido capturada por Sofia Gigante (Cristin Milioti), y cuando llega a su casa en busca de Vic (Rhenzy Feliz), más bien se encuentra con Sal Maroni (Clancy Brown), quien le pide lo lleve a su base de operaciones en las alcantarillas. Después de todo, se quiere vengar de Oz por haber matado a su esposa, y de paso se quiere quedar con su operación de producción y distribución de drogas para compartirla con Sofia.
Es una situación compleja, pues, de la cual, para variar, Oz logra salir. Con la ayuda de un secuaz, logra apagar las luces de su base, se escapa de las garras de sus enemigos, y termina asesinando a Maroni… bueno, más o menos. Pelean, y este parece morir de un infarto, lo cual frustra a Oz, quien siempre quiere demostrar que es el ganador y es mejor de lo que el resto cree. Pero por su parte, en una conversación con Francis, Sofia se da cuenta de algo: todo este tiempo, quizo hacer algo nuevo, ser distinta. Pero ha estado jugando el mismo juego que su padre. Por ende, cuando Oz le pide que vaya a su base para entregar a su madre, hace algo diferente: le manda una bomba. Y aunque el Pingüino sobrevive (obviamente), para variar, los que pagan las consecuencias de la explosión son los residentes más pobres de la superficie. Al igual que con la inundación del Acertijo en “Batman”, son los más necesitados los que sufren por las acciones de estos villanos.
Es así que “El Pingüino” se va acercando a su final, sorprendiéndonos con giros narrativos interesantes y demostrando que ya se está acercando a un clímax potencialmente intrigante. Disfruté del flashback a la infancia de Oz con su madre (pues resulta que el pequeño Pingüino fue el responsable de la muerte de sus hermanos… o al menos eso parece), y disfruté de la escena entre Francis y Sofia, y de la intervención del Doctor Rush (Theo Rossi) en toda la situación. Sofia sigue siendo una antagonista formidable, dejando a Oz más solo que nunca. Aparentemente sin Vic (por el momento, asumo) y con un ejército muerto. ¿Qué pasará en el último episodio de la próxima semana? Tengo mis teorías, pero como siempre, estoy seguro que “El Pingüino” logrará sorprenderme.
destacado
CRÍTICA: Agatha en todas partes – Episodios 8 y 9 (FINAL)
Publicado
hace 3 semanasel
31 octubre, 2024EPISODIO 8
****sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
El octavo (¡y penúltimo!) episodio de “Agatha en todas partes” comienza con el breve retorno de Alice (Ali Ahn), quien al encontrarse con la Muerte (Aubrey Plaza) se entera de que ya cumplió con su misión en la Tierra; al ser una Bruja de Protección, murió protegiendo a alguien. Luego de eso, retornamos a donde Billy (Joe Locke) y Jennifer (Sasheer Zamata) escapando de la prueba anterior, y del sacrificio de Lilia (Patti LuPone). Eventualmente, se reencuentran con Agatha (Kathryn Hahn), y aunque tratan de avanzar por el Camino de las Brujas, al final se dan cuenta de que este es un círculo, y regresan a donde comenzaron.
¿O no? Porque sí terminan llegando a la última Prueba, donde Agatha se da cuenta que cada una de las brujas ha llegado al momento en donde puede (¿debe?) recibir lo que está buscando. Jennifer recupera sus poderes (resulta que era la mismísima Agatha las que los estaba bloqueando), Billy encuentra la manera de meter la consciencia de su hermano en el cuerpo de un niño que está a punto de morir, y Agatha… bueno, logra crear vida a partir de la tristeza, lo que la lleva a enfrentarse a la Muerte y, para sorpresa de muchos, autosacrificarse. ¡Resulta que no era taaaan mala después de todo!
Todo va culminando, pues, tal y como asumíamos que culminaría, pero lo más interesante ha sido reservado para el final del episodio. Ya de vuelta en casa (y luego de haber adquirido su propio traje de superhéroe y todo), Billy se da cuenta de algo, y el público es testigo de un giro bastante chocante. El Camino de las Brujas nunca existió; siempre estuvo basado en las experiencias y cosas que Billy tenía en su cuarto. Como buen hijo de Wanda Maximoff, creó su propia realidad, y trajo consigo a las brujas para meterse en ella (lo cual explica cómo es que la Muerte se va del Camino simplemente cortando un agujero en una pared falsa en el fondo… huh). Es un “twist” que funciona, pero que sí me dejó con una desagradable sensación, parecida a la del estereotípico final de “todo fue un sueño”. Y así termina, lo cual, por supuesto, me lleva a…
EPISODIO 9 (FINAL)
**** sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
…el último episodio de “Agatha en todas partes”, por supuesto. Es aquí, pues, que nos enteramos —a través de un flashback bastante extenso— de la vida de Agatha entre 1750 y 1756, primero cuando dio a luz a su hijo Nicky, y luego cuando vivió con él hasta el día que la Muerte se lo llevó, engañando a brujas para luego matarlas. Pero más importante, es aquí que se complementa lo revelado en el episodio anterior, mostrándonos que la Balada del Camino de la Bruja nunca fue real —simplemente era la adaptación de una canción que al pequeño Nicky se le ocurrió mientras caminaba con su madre cerca al bosque.
Por ende, es Agatha quien se inventó todo el rollo del Camino, y como se muestra en un montaje bastante memorable, quien engañó por literalmente siglos a brujas, diciéndoles que les mostraría el Camino, para luego extraerles todo su poder. Es eso, de hecho, lo que planeaba hacer con Alice, Jennifer y Lilia al inicio de la temporada, en el sótano de su casa… hasta que Billy, con su propio poder, creó el Camino por primera vez en la historia. Es así, pues, que este episodio final nos muestra claramente el arco de personaje de Agatha: comenzó la temporada como alguien que simplemente quería seguir engañando a otras brujas, como siempre, y la terminó sacrificándose por Tommy, y convirtiéndose en una fantasmita.
Es ya en el presente que la vemos así, y que llegamos al final de la serie: con Agatha y Billy saliendo a la luz, en busca de Tommy. ¿Veremos el desarrollo y desenlace de dicha aventura? Sospecho que sí, pero no sé si en una segunda temporada de “Agatha en todas partes”, o en alguna otra serie. En todo caso, se puede decir que este show terminó siendo mejor que lo que muchos esperaban; correcto, en términos generales, y en el caso de algunos episodios un poco repetitivo, pero en el caso de otros, bastante memorable. No la he pasado mal con “Agatha en todas partes”, y ahora que el personaje del título es un fantasma, me gusta la idea de seguir a Billy Maximoff en la búsqueda de su hermano. ¡Apúrense y háganlo realidad, Marvel!