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Opinión

CRÍTICA – Fuerza Espacial (Primera Temporada)

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Cuando el Presidente Donald Trump (ugh) anunció por primera vez que instalaría una nueva rama militar llamada “Fuerza Espacial”, para asegurarse de que los Estados Unidos tendrían una presencia tangible en el espacio exterior, la mayoría de las reacciones fueron… digamos, negativas. Los memes no se hicieron esperar —el nombre de esta nueva rama ciertamente no ayudó—, y los comentarios sarcásticos eran fáciles de encontrar en prácticamente cualquier red social. Evidentemente se trata de algo de lo que resulta fácil burlarse, por lo que no debería sorprender el que Netflix haya lanzado una serie de comedia llamada —para sorpresa de nadie—, “Fuerza Espacial”.

Lo que sí sorprende (gratamente), es que haya sido creada por Steve Carrell y Greg Daniels, quienes anteriormente trabajaron juntos en la versión americana de “The Office”, una de las series más queridas de los últimos años, y con justa razón. ¿Qué serían capaces de traernos en una nueva colaboración? ¿De qué forma satirizarían la creación de esta “Fuerza Espacial”? ¿Cómo harían que algo que, en la vida real, ya es de por sí bastante absurdo, funcione dentro de una comedia? ¿Se inspirarían en su colaboración anterior, o encontrarían otras referencias? Y más importante, incluso: ¿cómo manejarían las expectativas de los fanáticos y fanáticas de “The Office”?

Pues la última pregunta es la más fácil de contestar: no lo harían. Porque a pesar de tener un equipo creativo similar, y contar con un reparto francamente envidiable, “Fuerza Espacial” no se puede comparar a “The Office”. Y no solo porque el producto final no es igual de satisfactorio y memorable que aquella serie; el estilo de “Fuerza Espacial” es bastante distinto, por lo que hacer comparaciones entre ambas no tiene mucho sentido que digamos. “Fuerza Espacial” no es un mockumentary, y para sorpresa de muchos, no está particularmente interesada en lanzarle chistes, gags y frases astutas al espectador cada tres segundos. “Fuerza Espacial” es una propuesta un poco más tradicional, la cual prefiere concentrarse en el desarrollo de una narrativa coherente a través de diez episodios de media hora, burlándose —muy superficialmente— de la idea de una “Fuerza Espacial”.

Sí; de la idea. Desgraciadamente, ni Daniels ni Carrell parecen haber podido encontrar una razón tangible para mofarse de esta nueva rama militar. Sí, el nombre es absurdo; sí, el hecho de que sus cadetes se llamen “spacemen” u “hombres espaciales” es una idiotez. Pero el hecho de que se dediquen a desarrollar experimentos científicos para mandar a seres humanos al espacio y, más específicamente, para permitirle a un equipo americano el pisar la luna —otra vez— en el año 2024 no tiene nada de ridículo. Y es precisamente por eso que “Fuerza Espacial” parece tener un problema de identidad; quiere ser una sátira, sí, pero por momentos, también quiere que nos tomemos en serio a sus personajes y sus objetivos. Son dos tonos muy distintos que, lamentablemente, no logra balancear con mucho éxito.

Lo cual no quiere decir que “Fuerza Espacial” sea una mala serie, por supuesto. De hecho, tiene muchos elementos recomendables, y en general, se digiere bien; fui capaz de verme los diez episodios de la primera temporada en menos de dos días sin mayores problemas. Pero a la vez, tampoco sentí que haya visto algo particularmente original o memorable. Sé que la primera temporada de “The Office” (versión americana) tampoco fue un éxito rotundo (tuvieron que realizar varios cambios, especialmente en el personaje de Michael Scott, a partir de la segunda temporada, para hacer que el proyecto de verdad llegue a cuajar), por lo que le doy el beneficio de la duda a “Fuerza Espacial”. No obstante, no puedo dejar de pensar que se trata de un concepto con muchísimo potencial, el cual desgraciadamente no ha sido muy bien explotado por Daniels y Carrell.

Los personajes, por ejemplo, parecen vivir en un mundo similar al nuestro, con un presidente americano caprichoso, que publica tonterías en Twitter, quiere ser engreído en su cumpleaños, y deja que su Primera Dama diseñe los uniformes de la “Fuerza Espacial” como si fuese un desfile de modas. Todo esto hubiera sido ridículamente gracioso hace unos diez años, pero como los Estados Unidos ya está viviendo eso en la vida real, el verlo reflejado en la serie no nos dice nada; no es una parodia ni una sátira, simplemente un remedo de lo que ya sucede. Sí, muchos sabemos (espero) que Trump es un mal intento de presidente, pero aparte de eso, no parece que “Fuerza Espacial” esté diciendo mucho más al respecto.

Carrell interpreta al general de cuatro estrellas Mark R. Naird, quien luego de ser promovido, también es convertido en el líder de la nueva “Fuerza Espacial” en Colorado. Por ende, tiene que mudarse a dicho estado junto a su familia; su hija adolescente, Erina (Diana Silvers), y su esposa, Maggie (Lisa Kudrow). Es ahí que termina trabajando con el doctor Adrian Mallory (John Malkovich) y su equipo, para poder cumplir con los objetivos espaciales del gobierno estadounidense. Y como se deben imaginar, tendrán que sobrepasar una multitud de obstáculos, muchos de los cuales están relacionados a la falta de preparación por parte de la gente involucrada en este nuevo programa.

Aparte de los actores ya mencionados, “Fuerza Espacial” cuenta con un reparto secundario de lujo, el cual está algo desperdiciado, lamentablemente. Ben Schwartz (sí, la voz de Sonic el Erizo) interpreta a un desesperante experto en redes sociales; Jimmy O. Yang es Chan, la mano derecha del Doctor Mallory; Tawny Newsome interpreta a Angela Ali, una pilota con aspiraciones a convertirse en astronauta; Don Lake es Brad, el ayudante de Naird; y el gran Fred Willard (Q.E.P.D.) aparece de cuando en cuando como el padre de Naird, quien parece estar sufriendo de demencia. Adicionalmente, Noah Emmerich, Diedrich Bader, Jane Lynch y Patrick Warburton interpretan a los líderes de las otras ramas militares estadounidenses; no tienen mucho qué hacer, pero resaltan durante sus breves apariciones.

No obstante, como se deben imaginar, la verdadera estrella del show es Carrell, y aunque su actuación no es deficiente en lo absoluto, la manera en que el personaje de Naird está construido no ayuda a su trabajo. Durante la primera mitad de la temporada, es presentado como alguien algo racista y terco, un militar con poco criterio que tiene breves momentos de compasión o emotividad. Sin embargo, gracias a un episodio en el que tiene que pasar diez días encerrado en una base lunar simulada, junto a tres otras personas, el personaje sufre un cambio, y se convierte en alguien bastante más empático durante el resto de episodios. Se trata de un cambio que funciona a favor de la serie, pero que igual convierte a Naird en una contradicción andante; a veces astuto y amoroso (especialmente con su hija), y a veces frustrantemente idiota.

El tratamiento de Naird, de hecho, sirve como una buena metáfora para el tono inconsistente de la serie. Por momentos, trata de celebrar lo absurdo, haciendo que sus personajes tomen decisiones ilógicas —¡entrenemos a un chimpancé a la distancia para que repare un satélite!—, mientras que en otros, quiere que el espectador se tome en serio los problemas personales de Naird. Es un balance de tonos que muy pocas películas y series logran obtener, y que acá no funciona del todo, lamentablemente. Eso no quiere decir, por supuesto, que carezca de momentos hilarantes, ni que algunas de las escenas más emotivas no toque el corazón del espectador —el problema es que dichos momentos de éxito vienen con menos frecuencia de lo que esperado, y por ende, convierten a “Fuerza Espacial” en una experiencia entretenida, pero inconsistente.

De los personajes secundarios, sin embargo, quien definitivamente resalta es el Dr Mallory de John Malkovich. Se trata de un personaje que apela a la razón y la ciencia, y cuyas interacciones con Naird, quien parece saber poco o nada sobre sus investigaciones científicas, resultan en los momentos más hilarantes del show. Malkovich se toma a su personaje y a la serie 100% en serio, lo cual, obviamente, hace que su interpretación sea más graciosa. Por otro lado, disfruté también del cuasi-romance entre el Chan de Jimmy O. Yang, y la Capitana Angela Ali de Tawny Newson; logran inyectarle algo de dulzura a un show que, por momentos, se concentra más en los problemas de sus personajes, que en sus éxitos.

Una decisión cuestionable por parte de Carrell y Daniels, sin embargo, es la de caracterizar a la hija de Naird como una adolescente estereotípica y frustrada. Diana Silvers (“Booksmart”) no es una mala actriz, pero el personaje de Erin termina desesperando debido a las malas decisiones que toma, a sus interacciones egoístas con su padre, y a la manera en que, durante varios episodios, interrumpe los desarrollos narrativos más interesantes del show para quejarse de algo. Entiendo que querían humanizar tanto a ella como a Naird con una subtrama enfocada en su relación, pero desgraciadamente no termina de funcionar; la trama principal, y todo lo relacionado a la “Fuerza Espacial”, resulta ser muchísimo más interesante que Erin y sus frustraciones de adolescente arquetípica.

Al final del día, “Fuerza Espacial” termina siendo una mezcla de lo bueno, lo malo y lo feo. El balance general es positivo —con las justas—, pero considerando el talento involucrado, tanto frente como detrás de las cámaras, no puedo evitar sentirme algo decepcionado con lo inconsistente que es esta primera temporada. Sí, tiene gags que funcionan, y sí, personajes como el Doctor Mallory de John Malkovich son memorables y muy entretenidos de ver en pantalla, pero ni Daniels ni Carrell parecen haber estado muy seguros de lo que querían parodiar. Hasta me atrevería a decir que, quizás, no querían parodiar nada, y simplemente querían realizar un comentario muy ligero sobre lo absurda que sonaba la idea de una “Fuerza Espacial”, pero también, de lo bien que podría (en teoría) funcionar. Combinen esto con un tono irregular, y el resultado en una serie entretenida, pero poco ambiciosa. Espero que “Fuerza Espacial” siga el camino de “The Office”, y que sus creadores corrijan la mayoría de estos defectos durante la segunda temporada; ¡valdría mucho la pena!

“Fuerza Espacial” está disponible en Netflix.

Cofundador y editor en NoEsEnSerie.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, y miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica. Integra el staff de la revista MasGamers, las webs de Nintendo Pe y Fans de Zelda Perú, el portal web Cinencuentro, y el portal de cine peruano FotografiaCalato.com. Adicionalmente, es YouTuber para el canal Aprieta Start, y formó parte del staff de prensa del 18 Festival de Cine de Lima. También trabaja como fotógrafo para Star Wars Fan Club Perú. Desde enero del 2012 publica críticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas (el cual forma parte de la Asociación de Blogs de Cine). Crítico oficial de RottenTomatoes.com. Cinéfilo y seriómano empedernido.

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CRÍTICA: La vida sexual de las universitarias – Temp 3, Ep 1

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**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Si son fanáticos de las primeras dos temporadas de “La vida sexual de las universitarias”, seguramente ya sabrán que Reneé Rapp aparecerá menos en la tercera, habiendo decidido que prefiere dedicarle tiempo a su carrera de cantante en vez de actuar. Esto, claramente, resultará en la eventual desaparición de su personaje, Leighton, en la serie. ¿Pero cómo? Pues eso es algo que no nos demoramos en averiguar en el primer episodio. Resulta que su novia, Alicia (Midori Francis) se quiere ir de la Universidad de Essex para trabajar en Boston. Y (no tan) casualmente, el profesor de matemáticas de Leighton le ofrece hablar con un colega en MIT (¡en Boston!) para que se pase a dicha universidad a estudiar matemáticas, su verdadera pasión.

Conveniente, ¿no? O sea sí, pero es lo que la serie necesita —simplemente dará mucha pena ver a Leighton irse del show. Fuera de eso, sin embargo, este primer episodio hace un buen trabajo actualizándonos con las vidas de las chicas. Kimberly (Pauline Chalamet) y Whitney (Alyah Chanelle Scott) comienzan la historia peleadas debido a que la primera se metió con el ex de la segunda, Canaan (Christopher Meyer), pero felizmente terminan amistándose para el final. Whitney, además, tiene que acostumbrarse en la vida de una sorodidad. Y por su parte, Bela (Amrit Kaur) parece encontrar una nueva motivación para mejorar como persona, luego de enterarse de que no puede cambiarse de universidad por tener un GPA demasiado bajo: convertirse en mentora para los alumnos y alumnas de primer año.

Es bastante, especialmente considerando que el episodio es relativamente corto, pero como siempre, “La vida sexual de las universitarias” se mueve rápido y sin hacerse problemas, incluyendo todo tipo de diálogos graciosos y referencias a la cultura popular. Obviamente no todos los chistes funcionan, pero ninguno es demasiado estúpido, y ciertamente se ven beneficiados por el carisma de las protagonistas. Pero lo más importante de las dos temporadas anteriores, felizmente, sigue intacto: las buenas actuaciones, la química palpable y realista entre las actrices, y la franqueza con la cual temas relacionados a sexualidad y amistad son tratados por la creadora Mindy Kaling y sus guionistas. ¡Me muero por seguir con la temporada!

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CRÍTICA: El Pingüino – Episodio 8 (FINAL)

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Llegamos al final de lo que podría considerarse como una de las mejores series del 2024. Y felizmente, “El Pingüino” ha concluido de manera satisfactoria —más que satisfactoria, de hecho. El personaje del título (Colin Farrell) por fin se ha convertido en el verdadero villano que siempre debió ser; Sofia Gigante (Cristin Milioti) ha regresado al asilo de Arkham, para volver a vivir su peor pesadilla. Pero más importante: lo que tanto nos teníamos, terminó pasando. Vic (Rhenzy Feliz), el eterno aliado de Oswald, es asesinado por este último luego de que tienen una breve conversación, en la que el primero le confiesa que lo considera como familia. El último cuchillazo en el corazón (no literal). El último paso que Oz tenía que dar para convertirse en lo que debía ser.

De hecho, lo que postula este último episodio de “El Pingüino”, es que Oz siempre fue así. Desde pequeño. No solo porque terminó matando a sus dos hermanos, como vimos en otro flashback, si no también porque siguió viviendo con su mamá después de eso, como si nada hubiese pasado. Para él, sus hermanos eran como obstáculo que le impedían estar con su madre, y que debían ser eliminados. Quería a su madre solo para él. Quería su aceptación. Quería darle la vida que siempre quizo tener. Pero como Oz no puede obtener todo lo que quiere, y mucho menos lo más importante para él, su madre termina teniendo un derrame, el cual la deja en estado vegetativo. Todo por lo que luchó, todo por lo que mató… se esfumó en pocos minutos. Y todo lo que queda es un Oz destruido, que lo tiene todo pero a la vez nada.

Es así, pues, que “El Pingüino” nos deja con una de las mejores construcciones de un villano que haya visto en un buen tiempo. A diferencia de lo que está haciendo Sony, la serie nunca trata de redimir a su personaje central ni mucho menos. No trata de convertirlo en un antihéroe. Lo que ha hecho es obligarnos a seguir a un personaje nefasto, a un psicópata al que entendemos, pero al que nunca llegamos a justificar. Es fascinante, y se cuelga de las excelentes actuaciones de Farrell, Milioti y Feliz. De hecho, si tengo una sola queja, es que “El Pingüino” no logra insertar suficientes referencias al mundo en el que sucede (¿cómo es que Batman ha ignorado todo lo que pasa en el show?) Y aunque me encantó la aparición de la Batiseñal al final, creo que pudieron haber puesto… más. Pero eso es lo único, ¡lo juro! Por lo demás, “El Pingüino” ha concluido muy bien, y ha demostrado ser, nuevamente, de lo mejor que hemos podido ver este año en streaming.

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CRÍTICA: El Pingüino – Episodio 7

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Ya nos vamos acercando al final. En el sétimo episodio de “El Pingüino”, llamado “El Jefe”, las cosas se tornan más complicadas para el personaje del título. Su madre, Francis (Deirdre O’Connell) ha sido capturada por Sofia Gigante (Cristin Milioti), y cuando llega a su casa en busca de Vic (Rhenzy Feliz), más bien se encuentra con Sal Maroni (Clancy Brown), quien le pide lo lleve a su base de operaciones en las alcantarillas. Después de todo, se quiere vengar de Oz por haber matado a su esposa, y de paso se quiere quedar con su operación de producción y distribución de drogas para compartirla con Sofia.

Es una situación compleja, pues, de la cual, para variar, Oz logra salir. Con la ayuda de un secuaz, logra apagar las luces de su base, se escapa de las garras de sus enemigos, y termina asesinando a Maroni… bueno, más o menos. Pelean, y este parece morir de un infarto, lo cual frustra a Oz, quien siempre quiere demostrar que es el ganador y es mejor de lo que el resto cree. Pero por su parte, en una conversación con Francis, Sofia se da cuenta de algo: todo este tiempo, quizo hacer algo nuevo, ser distinta. Pero ha estado jugando el mismo juego que su padre. Por ende, cuando Oz le pide que vaya a su base para entregar a su madre, hace algo diferente: le manda una bomba. Y aunque el Pingüino sobrevive (obviamente), para variar, los que pagan las consecuencias de la explosión son los residentes más pobres de la superficie. Al igual que con la inundación del Acertijo en “Batman”, son los más necesitados los que sufren por las acciones de estos villanos.

Es así que “El Pingüino” se va acercando a su final, sorprendiéndonos con giros narrativos interesantes y demostrando que ya se está acercando a un clímax potencialmente intrigante. Disfruté del flashback a la infancia de Oz con su madre (pues resulta que el pequeño Pingüino fue el responsable de la muerte de sus hermanos… o al menos eso parece), y disfruté de la escena entre Francis y Sofia, y de la intervención del Doctor Rush (Theo Rossi) en toda la situación. Sofia sigue siendo una antagonista formidable, dejando a Oz más solo que nunca. Aparentemente sin Vic (por el momento, asumo) y con un ejército muerto. ¿Qué pasará en el último episodio de la próxima semana? Tengo mis teorías, pero como siempre, estoy seguro que “El Pingüino” logrará sorprenderme.

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