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CRÍTICA – Hacks (Temporada 2)
Publicado
hace 3 añosel
De vez en cuando, la televisión nos regala alguna serie de la que nos podemos hacer “hinchas” y desearle que todo lo bueno le suceda. Básicamente esa sensación se traduce en querer que, en la temporada de premios, se lleve la mayor cantidad de reconocimientos posibles. Particularmente, esto me ha sucedido más veces con alguna comedia que con un drama -a pesar de que consumo más de este segundo tipo de programas-, tanto así que el último año tuve una disyuntiva personal muy fuerte por las nominaciones que habían conseguido tanto Ted Lasso (AppleTV+) como Hacks (HBO Max). Finalmente, fue la serie de Apple TV la que consiguió mayores distinciones, pero esto no implica de ninguna manera que la segunda no tenga argumentos suficientes ser considerada como una de las mejores series de comedia en la actualidad. Especialmente tras el estreno segunda temporada, que ya se encuentra disponible en su totalidad en HBO Max.
Hacks retoma los hechos desde donde los dejó pendientes al cierre de su primera parte. Ava (Hannah Einbinder) ha regresado a trabajar para Deborah Vance (Jean Smart), la veterana y excéntrica comediante que se encuentra escribiendo un nuevo especial que llevará de gira tras habérsele cerrado las puertas en Las Vegas. Sin embargo, el error de Ava al haber contado infidencias -hecho del cual se encuentra arrepentida- sobre Deborah tendrán una dura represalia por parte de su jefa, quien tomará acciones legales contra la joven, aunque ello no implique finalizar la relación laboral. De hecho, ambas emprenden un viaje por carretera en una lujosa pero incómoda casa rodante, en el que comparten distintos puntos de vista y alguno que otro momento muy emotivo.
Solo han sido ocho episodios en esta reciente entrega de Hacks, dos menos que en su primera temporada, aunque la serie, cocreada por la pareja de esposos Lucia Aniello y Paul W. Downs, no ha decaído ni un poco en lo que cuenta, ni mucho menos en como lo cuenta, pues respeta a sus personajes por encima de cualquier otro interés, sabiendo que cuando ello sucede, se puede equilibrar momentos realmente entretenidos con la exploración emocional de sus protagonistas, tan opuestas como divertidas a su manera. Ya podrá uno imaginarse como es que conviven, en el día a día, dos personas que tienen pendiente la resolución de una demanda legal entre ambas, aunque esta situación se ve potenciada por el carácter tan particular de cada una de ellas.
Esta en ello, definitivamente, la cualidad más generosa de la serie. No se trata únicamente de la forma de ser Ava y Deborah, sino de la diferencia generacional, de lo que cada una ha logrado en sus carreras y de los problemas que se tornan relevantes de manera personal. Por ello es por lo que, por ejemplo, tenemos uno de los mejores episodios cuando Deborah es invitada a presentar su unipersonal en un crucero exclusivo para personas de la comunidad LGBT, lo que da pie a varias discusiones amigables sobre la sexualidad y como es que ambas encuentran definiciones distintas para esta. Eso sí, siempre con el humor sarcástico que dominan a la perfección. En esta convivencia, en la que Deborah aprovecha para hacerle la vida imposible a Ava en cada oportunidad que encuentra, se produce la lenta construcción de una amistad que va desapegándose de sus egos para comenzar a interesarse por la otra persona, permitiendo de esta manera que el viaje sea parte de la sanación propia y la consolidación de una inesperada amistad. Viéndolo de esa manera, hasta podría considerarse como una road movie de ocho partes de media hora.
Por otro lado, las tramas secundarias no son tan brillantes ni tampoco imprescindibles, pero dan un respiro con también alguno que otro gag construido correctamente, además de que exploran, a modo de parodia, el intrincado mundo de los representantes de estrellas del espectáculo, por lo que no podría haber quejas sustanciales contra la inclusión de estos. Quizá se pudo hacer algo más con el personaje de Marcus (Carl Clemons-Hopkins), pues parece algo abrupto el arco que tiene desde el despecho hasta la estabilidad, pero tampoco afecta tanto al desarrollo de la serie.
La serie no tiene confirmada una tercera temporada y posiblemente su agridulce final en el octavo episodio sea un buen cierre para la historia de Deborah y Ava, dos personajes que, desde sus diferencias, se complementaron incluso mejor que en su primera temporada. Hannah Einbinder, en efecto, logra transmitir mucho mejor los matices de su personaje que lo que pudimos ver en la primera parte, en la que quien se lucía era Jean Smart. Sea como fuere, Hacks es una propuesta tan fresca como emotiva, profunda cuando necesita serlo y divertida de principio a fin. Un acierto completo de HBO que merece todo el reconocimiento que obtenga.
Estudié Economía en la Udep, pero mi película favorita no es Wall Street ni mi serie favorita es Billions. En realidad no tengo ninguna favorita, por eso dedico todo el tiempo posible a ver la mayor cantidad de series y películas que pueda, y porque me gusta. Escribo también en estrimin.pe.

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*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Episodio 5 – ****½ sobre *****
Lo divertido de ver series antes de la época del streaming, es que no todos los episodios tenían que avanzar con la trama general de forma explícita. De hecho, el chiste estaba en tener algunas historias que se podían sentir casi como secundarias, en donde el o la protagonista se veía involucrada en situaciones aisladas. Esa es, precisamente, la sensación que me ha dado el quinto episodio de “Daredevil: Born Again”, el cual se centra en el atraco a un banco en el que se encuentra Matt (Charlie Cox), quien había llegado para intentar sacar un préstamo con la ayuda del administrador asistente, nada más y nada menos que Yusuf Khan (Mohan Kapur), el papá de Kamala Khan / Ms Marvel.
Es así que el episodio se desarrolla como una historia que se puede disfrutar casi por sí sola, pero que contiene referencias como la anteriormente mencionada que dejan muy en claro que esta serie sí se lleva a cabo explícitamente en la MCU. Pero fuera de eso, tenemos un episodio emocionante y tenso, en el que Matt se ve obligado a usar sus poderes —básicamente, su súper sentido del oído— sin que nadie se de cuenta, actuando como un verdadero ciego y sin ponerse su traje de Daredevil. Esto resulta en un episodio increíblemente entretenido, que aprovecha bien la fecha en la que se lleva a cabo —el Día de San Patricio— así como la peligrosa situación en la que se encuentran nuestros personajes. No es un episodio mega importante, pues, pero igual lo disfruté mucho, y además, da la sensación de que establece a una misteriosa figura —el jefe de los criminales— como un villano potencial en el futuro. Habrá que esperar.
Episodio 6 – ****½ sobre *****
Es en el episodio 6 de “Daredevil: Born Again”, entonces, donde la trama comienza a avanzar un poco más —a diferencia del anterior, quienes busquen un mayor desarrollo de las líneas narrativas principales de la serie quedarán más contentos con este episodio. Es aquí que vemos como se descubre la forma en que Muse, un asesino serial/grafitero, está haciendo pintas aparentemente imborrables en las calles de Nueva York. Y también es aquí que vemos, por fin, a Matt regresar a sus andanzas, poniéndose el traje de Daredevil nuevamente, esta vez para rescatar a Angela (Camila Rodríguez) de las garras del asesino ya mencionado.
Resulta fascinante, además, ver a Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) formar un escuadrón anti-justicieros, lo que me imagino le traerá problemas más adelante tanto a Daredevil como a personajes como El Castigador. Pero lo que el episodio parece estar más interesado en decirnos es que, al convertirse de nuevo en justiciero, nuestro protagonista no se diferencia demasiado de su archienemigo. Es así que vemos como, en paralelo, Fisk y Matt se ven involucrados en peleas, con el primero sacándole la mugre al ex de Vanessa, y el segundo tratando de acabar con Muse. Entre eso, y la aparición inesperada de Jack Duquesne / El Espadachín (Tony Dalton), quien apareció por primera vez en la serie de “Hawkeye”, es que el sexto episodio de “Daredevil: Born Again” se desarrolla de forma emocionante, satisfactoria y violenta, mezclando contenido temático potente con referencias para los fans. Es decir, tanto este episodio como el anterior son de lo mejor que el show nos ha ofrecido hasta el momento.

**** sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Si este se siente como un episodio menor, es porque los tres primeros capítulos de “Daredevil: Born Again” han sido extremadamente buenos; es decir, la valla está alta. Sin embargo, hay mucho para disfrutar en el cuarto episodio de “Daredevil: Born Again”, desde un caso muy particular que le toca atender a Matt Murdock (Charlie Cox), hasta los esfuerzos del alcalde Fisk (Vincent D’Onofrio) por comenzar a cumplir con sus promesas de campaña y, por supuesto, el muy esperado retorno de Frank Castle / El Castigador (Jon Bernthal).
De hecho, esto último es de lo mejor que tiene el episodio para ofrecer, incluyendo una magnífica escena protagonizada por dos grandes actores dando interpretaciones fascinantes. El diálogo entre Matt y Frank hace un excelente trabajo resumiendo las posturas de ambos personajes, y más importante, dejando en claro que la muerte de Foggy será lo que siempre terminará motivando al primero en esta temporada. Puede que él se mienta a sí mismo o diga que está trabajando únicamente porque es su deber, pero todo lo que hace —especialmente ahora lo relacionado a la muerte de su último cliente, así como sus enfrentamientos con policías corruptos que usan el logo del Punisher— lo hace por Foggy. Es Frank quien le hace ver la realidad a Matt, lo cual parece traerá consigo ciertas consecuencias; ¡me muero por ver a Daredevil de regreso, con traje y todo!
Pero regresando al tema de los policías. Me encanta que “Daredevil: Born Again” no tenga miedo de meterse en temas potencialmente controvertidos, dejando en claro que buena parte de los policías que operan en la Nueva York de Fisk son corruptos y violentos, capaces de matar hasta por venganza. Va a ser interesante ver cómo el show continua desarrollando esto, especialmente ahora que Frank ha regresado. Lo mismo se puede decir sobre Wilson Fisk —algo de progreso se está haciendo con sus terapias de pareja, pero el que tenga encerrado al ex de Vanessa, Adam (Lou Taylor Pucci) en un calabozo nos dice, nuevamente, que Fisk no ha cambiado tanto. Puede que sea capaz de perdonar a Daniel (Michael Gandolfini) luego de haber cometido un error, pero igual parece que no ha terminado de esconder sus violentas tendencias. Habrá que ver qué sucede con él, y claro, de qué forma Daredevil se verá obligado a detenerlo.

****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
“Daredevil: Born Again” continua con un episodio que, por lo menos, se siente igual de satisfactorio y sorprendente que los dos primeros, siendo incluso, en ciertos aspectos, superior a ellos. Lo que tenemos acá es un capítulo dedicado casi enteramente al juicio de Hector Ayala (Kamar de los Reyes), en el que Matt (Charlie Cox) se encarga de defenderlo. Esta semana, pues, no tenemos a nuestro protagonista poniéndose el traje del personaje del título, pero eso no importa —da gusto tener un episodio enfocado en su identidad de civil, mostrándonos como a través de su trabajo como abogado también tiene que lidiar con muchos de los problemas éticos con los que se encuentra al actuar como superhéroe.
No hace falta decir, entonces, que el enfoque en el juicio funciona muy bien, permitiéndole al episodio desarrollar breves —pero intensos— momentos de palpable tensión. Resaltan el viaje por parte de un testigo importante al lugar del juicio, las revelación pública por parte de Matt de la identidad alterna de Hector (el Tigre Blanco), y por supuesto, la conclusión del juicio. Si algo de gusto acá, es ver cómo Hector es establecido y desarrollado como un buen tipo; como alguien que ha estado ayudando tanto a civiles como a policías, y que claramente sería incapaz de matar a alguien a sangre fría. Kamar de los Reyes (Q.E.P.D.) hace un estupendo trabajo interpretando a Hector, mostrándolo como alguien que simplemente se dedica a hacer lo correcto, incluso cuando eso puede traer consigo graves consecuencias.
Y eso es precisamente lo que termina sucediendo acá. Ver como Hector es finalmente asesinado, y encima por alguien que lleva el símbolo del Castigador en su ropa, resulta desgarrador. Al igual que ver a Matt hablar por fin sobre Foggy (Elden Henson) con su su cuasi novia, Heather (Margarita Levieva). Y hasta la trama secundaria con Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) resulta intrigante, especialmente cuando hacia el final lo vemos dando una entrevista en la que se queja del resultado del juicio a Hector. Ver como se discute y maneja el tema de los “vigilantes” a nivel político es más interesante de lo que suena, y es lo que hace que “Daredevil: Born Again” sea algo más que un simple show de personajes en spándex dándole a palazos. Si “Daredevil: Born Again” comenzó con el pie derecho con los primeros dos episodios, este tercero sirve para establecerlo como una serie con harto potencial que espero no vaya a ser desperdiciado.

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