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Opinión

CRÍTICA N° 1 – Into the Night (1era Temporada)

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Puede que ponerse a ver una serie de Netflix sobre un virus que mata a la gran mayoría de la raza humana no sea una buena idea para varios en estas épocas, pero “Into the Night” termina siendo lo suficientemente entretenida, intensa, y por qué no, breve, como para que uno pueda separar sus eventos ficticios de lo que está ocurriendo en el mundo real. Lo que comienza como un thriller algo arquetípico poco a poco se va transformando en algo un poco más interesante, desarrollando una narrativa algo exagerada pero innegablemente efectiva a lo largo de ocho episodios. Esta primera temporada de “Into the Night”, la primera serie belga producida por Netflix, termina sintiéndose, pues, como un aperitivo de lo que esperemos vaya a suceder en una potencial segunda parte.

Cada uno de los ocho episodios lleva el nombre de uno de sus protagonistas, y maneja la misma estructura. Un prólogo nos revela algo sobre el pasado reciente del personaje del título, y el resto del episodio se lleva a cabo en el “presente”. Quien termina siendo el personaje más importante de “Into the Night” es Sylvie (Pauline Etienne), una joven ex militar, deprimida e insegura, que está viajando a Rusia para enterrar las cenizas de su recién fallecido novio, y luego suicidarse. Sus planes de ven afectados, sin embargo, cuando un ex trabajador italiano de la OTAN llamado Terenzio (Stefano Cassetti) entra a su avión armado con una metralleta, y lo secuestra.

Resulta que dicho personaje sabe algo que los demás no: el sol ha comenzado a matar a la raza humana entera —al menos en los países donde ya ha amanecido—, por lo que tienen que volar hacia el oeste para tratar de escapar de una muerte segura. Aparte de Terenzio y Sylvie, en el avión se encuentran el capitán, Mathieu Daniel Douek (Laurent Capelluto); Ayaz (Mehmet Kurtulus), un criminal con “corazón de oro”; Laura (Babetida Sadjo), una enferma que acompaña a un señor de avanzada de edad; Rik Mertens (Jan Bijvoet), un hombre religioso y nervioso; Jakub (Ksawery Szlenkier), un ingeniero; Zara (Regina Bikkinina), una madre rusa que está llevando a su hijo, Dominik (Nicolas Alechine) de vuelta a casa para que reciba un tratamiento; y una joven influencer llamada Ines (Alba Gaïa Bellugi). Como se deben imaginar, toda suerte de conflictos saldrán a la luz durante el vuelo, lo cual hará que la supervivencia de estos personajes resulte mucho más complicada de lo esperado.

Gracias a que gran parte de la serie se lleva a cabo en el interior de un avión, “Into the Night” me recordó a filmes como “Plan de Vuelo” o “Red Eye”; es el tipo de historia en donde los personajes son desarrollados a partir de arquetipos bien definidos y donde, fuera de los eventos sobrenaturales que se están llevando alrededor del mundo, la mayoría de la tensión está derivada de los problemas que los protagonistas encuentra en pleno vuelo. E “Into the Night” introduce todo tipo de problemas; desde la ausencia de uno de los pilotos —razón por la que Sylvie termina ayudando a Mathieu con el manejo del avión—, hasta problemas con el tren de aterrizaje, la gasolina, la comida, y más. “Into the Night” hace de todo para generar conflicto y suspenso, lo cual, la mayor parte del tiempo, funciona bastante bien.

Por supuesto, también desarrolla a los personajes anteriormente mencionados de tal manera que todo tipo de conflictos surgen entre ellos. Terenzio, algo desequilibrado y con tendencias violentas, es quien muchas veces termina causando muchos de los problemas en el avión, pero personajes como Rik —quien, gracias a su religiosidad, cree ser más moral que el resto— o Zara —quien haría cualquier cosa para proteger a su hijo— también contribuyen durante algunos episodios. Sí, es cierto que “Into the Night” recurre a algunas contorsiones narrativas artificiales para generar tensión —Terenzio cambia de parecer a cada rato, por ejemplo, y ciertos personajes actúan de manera frustrantemente ilógica cuando el guion lo requiere—, pero en general, hace un buen trabajo haciendo que los personajes se sientan humanos, como para que el espectador se preocupe por ellos la mayor parte del tiempo.

Curiosamente, y a pesar de que trata sobre un evento sobrenatural e increíblemente peligroso, “Into the Night” no le dedica mucho tiempo al world-building. Uno se va enterando de lo que está sucediendo en el resto del mundo por pedacitos —un mensaje de radio por ahí, una visita a las oficinas de la OTAN por allá—, pero en general, “Into the Night” no parece estar muy preocupado en revelar nada de lo que no esté relacionado a los personajes principales. La decision de mostrar todo desde la perspectiva de los protagonistas en el interior de avión sirve para que el espectador se sienta tan desorientado como ellos —sabe lo mismo que ellos, y va descubriendo noticias, problemas y complicaciones al mismo tiempo que ellos.

No obstante, vale la pena mencionar que, por más de que “Into the Night” comienza de manera sobria y realista, presentando personajes que están atravesando momentos verdaderamente terribles —contemplando el suicidio, tristes porque les rompieron el corazón, preocupados por sus familias—, poco a poco se va haciendo más exagerada, confiando en que el espectador está lo suficientemente metido en la historia como para que no se de cuenta de ciertas incongruencias. Consideren, si no, una escena de aterrizaje, la cual se siente como algo más sacado de un videojuego que de una serie live-action, o la justificación que da un personaje para explicar los problemas que tienen con la gasolina de avión. “Into the Night” no es la serie más coherente del mundo, pero está lo suficientemente bien hecha como para que uno acepte ciertos defectos y suspenda su incredulidad.

De hecho ayuda, además, el que todos los actores se tomen 100% en serio a “Into the Night”; nadie está acá para vaciarse o hacer caras, lo cual contribuye a la palpable sensación de verosimilitud —mas no de realismo puro— del show. Paulinne Etienne está muy bien como Sylvie, interpretándola como una mujer fuerte pero insegura, que poco a poco tiene que convertirse en la líder del grupo. Laurent Caputello desarrolla a Mathieu como un hombre increíblemente fallido, pero con una gran sensación de responsabilidad; Stefano Cassetti es el perfecto villano (absolutamente detestable); Mehmet Kurtulus logra darle algo de dimensión a Ayaz; Alba Gaïa Bellugi logra trascender la naturaleza estereotípica de su personaje, y el pequeño Nicolas Alechine hace lo que puede con Dominik, un personaje que, desgraciadamente, tiene la personalidad de una cereza. Al menos no es desesperante, como suelen serlo muchos niños en las películas de desastres norteamericanas.

“Into the Night” es la serie perfecta para Netflix; breve, tensa, emocionante, y algo absurda pero suficientemente creíble. Los efectos visuales son cumplidores —no están al nivel de los que manejan las producciones Hollywoodenses, pero tampoco son horribles—, las actuaciones son sólidas, y la historia se va desarrollando de forma intrigante, llena de cliffhangers —incluyendo el del último episodio— que lo dejan a uno con ganas de ver más. No resulta difícil darse cuenta por qué Netflix apostó por convertir a “Into the Night” en su primera producción belga; se trata de una propuesta de carácter global —cuenta con actores belgas, rusos, escoceses, holandeses y demás— y mainstream, que debería ser capaz de atraer a un gran público alrededor del mundo. Puede que “Into the Night” no sea de lo mejor que hay en la plataforma, pero se digiere bien, y más importante incluso, hace que uno quiera ver una segunda temporada. ¡Habrá que esperar, no más!

Cofundador y editor en NoEsEnSerie.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, y miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica. Integra el staff de la revista MasGamers, las webs de Nintendo Pe y Fans de Zelda Perú, el portal web Cinencuentro, y el portal de cine peruano FotografiaCalato.com. Adicionalmente, es YouTuber para el canal Aprieta Start, y formó parte del staff de prensa del 18 Festival de Cine de Lima. También trabaja como fotógrafo para Star Wars Fan Club Perú. Desde enero del 2012 publica críticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas (el cual forma parte de la Asociación de Blogs de Cine). Crítico oficial de RottenTomatoes.com. Cinéfilo y seriómano empedernido.

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CRÍTICA: Andor – Temporada 2, Episodios 10, 11 y 12 (FINAL)

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Episodio 10: Haz que se detenga

****½ sobre *****

Pues por fin pasó lo que tenía que pasar. Luego de años de espionaje, secretos, engaños, mentiras y trabajar en secreto, Luthen Rael (Stellan Skarsgard) falleció. Y falleció de la forma en que siempre hubiese querido: por su propia mano, luego de haber sido descubierto por Dedra Meero (Denise Gough) y revelado como el líder de la rebelión en Coruscant. Pero curiosamente, no se trata de una muerte inmediata. De hecho, apenas se acuchilla, los Imperiales se lo llevan a un hospital —después de todo, Dedra lo necesita vivo para que pueda confesar. Pero lamentablemente, la ISB tiene otros planes.

Es así que el décimo episodio de la segunda temporada de “Andor” se enfoca casi completamente en Luthen y Kleya (una increíble Elizabeth Dulau), con la segunda infiltrándose en el hospital como enfermera para encontrar a Luthen, quien todavía está vivo (con las justas) en una habitación climatizada. Pero no para encontrarlo y rescatarlo, si no más bien para sacarlo de su miseria —para que, nuevamente, muera como a él le hubiese gustado, sin confesarle nada a nadie, sin decirle a Dedra que, gracias a su ahora fallecido agente doble, sabe de la existencia de la Estrella de la Muerte. Y más importante, ahora Kleya es la única que sabe las palabras clave que serán de suma importancia para el futuro de la Alianza Rebelde: Jedha, Kyber y Erso.

Obviamente, cualquier fanático que se sepa al Episodio IV de la saga original y, más importante, a “Rogue One” de memoria, reconocerá estas palabras. Pero fuera de aquellas conexiones a las películas posteriores, lo mejor de “Andor” está en la forma en que humaniza la relación entre Luthen y Kleya. Los eventos del presente son intercalados con flashbacks que nos muestran como aquellos personajes se conocieron y, por supuesto, cómo Luthen fue radicalizando a una joven Kleya, demostrándole cómo el Imperio debía ser combatido. Todo esto resulta en un episodio emotivo, que concluye de forma apropiadamente solemne, pero a la vez, satisfactoria. Puede que Luthen esté muerto, pero sus ideales viven en Kleya —solo esperemos que a esta última no le pase nada malo en los siguientes dos episodios.

 

Episodio 11: ¿Quién más sabe?

****½ sobre *****

El Episodio 11 de la segunda temporada de “Andor” es de lo más tenso que nos ha entregado la serie. No solo porque involucra a Kleya tratando de comunicarse con los rebeldes con un código secreto, si no también porque nos muestra a los Imperiales tratando de descifrar dicho código, mientras Cassian (Diego Luna) eventualmente lo recibe en Yavin, y decide ir con Melshi (Duncan Pow) y K2-SO (Alan Tudyk) a Coruscant. Es así que la segunda mitad del episodio se siente como una carrera contra el reloj: ¿quién encontrará primero a Kleya, los Imperiales o Cassian? ¿Y qué decidirá hacer ella una vez que le transmita su conocimiento a nuestro protagonista?

Pero eso no es todo. También tenemos una excelente escena de interrogación, en la que el Director Krennic (Ben Mendelsohn) hace puré a la pobre Dedra, quien intenta ser honesta luego de que la acusan de ser una espía rebelde. Esto culmina en ella siendo trasladada a una celda —un destino bastante triste para un personaje que se había estado deleitando por años de ser despiadada y eficiente, pero que al esconderle información a sus superiores y tratar de atrapar a Luthen por sí sola, termina por acabar con su propia carrera. Después de todo, lo ÚNICO que le importa a Krennic y los Imperiales es mantener el proyecto de la Estrella de la Muerte en secreto. Todo lo demás es secundario. Nada más (ni nadie más) importa.

Es por todo eso que verdaderamente se comienza a sentir que estamos llegando al final. Que la serie de “Andor” está presentando de forma magnífica los últimos días de su protagonista antes de los eventos de “Rogue One”, enfatizando la importancia del proyecto de la Estrella de la Muerte para los Imperiales. Pero fuera de eso, este segundo episodio dirigido por el mexicano Alonso Ruizpalacios está lleno de detalles interesantes: desde el hecho de que vemos inmediatamente cómo K2 es considerando más como un amigo que como un droide por Cassian y los demás (aawww), hasta cómo ciertos elementos narrativos de episodios anteriores llegan a su culminación acá. ¿Lo único malo? “¿Quién más sabe?” termina con un cliffhanger inaguantable, y hasta ahora no sabemos qué es lo que pasará con Kleya. ¡No puedo creer que solo quede UN episodio para que “Andor” acabe para siempre!

 

Episodio 12: Jedha, Kyber, Erso

***** sobre *****

Y llegamos al final. ¡Pero qué final! Si hay algo que “Andor” en general, pero específicamente este último episodio han hecho, es, lo crean o no, mejorar a la película de “Rogue One”. Es decir, han hecho lo que pocas precuelas logran hacer: elevar el material al que preceden, haciendo que, en este caso, la “trilogía” de la Primera Temporada de “Andor”, la Segunda Temporada de “Andor”, y “Rogue One” funcionen bellamente como un todo. Pocas veces me he sentido tan emocionado, tan tocado y tan satisfecho con el final de una serie. Tony Gilroy, Alonso Ruizpalacios y el resto del equipo se han lucido de forma tremenda; el final de “Andor” no decepciona para nada. Ni está cerca de hacerlo.

¿Y qué es lo que pasa acá? Uf. Dedra termina en prisión, todo el trabajo que había hecho para el Imperio, eliminado. Partagaz (Anton Lesser) prefiriere suicidarse antes que ser castigado por sus superiores. Cassian logra rescatar a Aleya y, junto con Melshi, son salvados por K2-SO, quien se baja de la nave para acabar con todos los Imperiales que los estaban rodeando. Y más importante: el grupo logra regresar a Yavin IV, donde Cassian logra contarle a Mon Mothma (Genevieve O’Reilly, ahora sí con su peinado y look de “Rogue One”), el General Draven (Alistair Petrie), Bail Organa (Benjamin Bratt), y a la Senadora Pamlo (Sharon Duncan-Brewster) y el Senador Jebel (Jonathan Aris), a quienes habíamos visto en “Rogue One”, toda la información que recibió por arte de Kleya.

Inicialmente no le creen, pero como sabemos lo que eventualmente pasará en la película, al final, Cassian logra salir de Yavin IV junto a K2 para ir al Anillo de Kafrene. Es así que el episodio termina por empalmar PERFECTAMENTE con “Rogue One”, tanto así que, al terminar, lo primero que hice fue entrar a YouTube para buscar, apropiadamente, la escena de la película en el Anillo de Kafrene. Pero fuera de eso, el episodio nos deja con una sensación agridulce de esperanza; con el feeling de que hemos sido testigos de una serie que enfatiza las pequeñas acciones de gente rebelde de toda importancia, y que complementa bellamente a la película del 2016. En pocas palabras: este final deja en claro que “Andor” es literalmente LO MEJOR que Disney ha hecho con “Star Wars” y que, al menos para Vuestro Servidor, esta serie, junto con “Rogue”, es superior a las Secuelas. Lo he dicho, y dudo que me vaya a arrepentir.

Ah, y la cereza sobre el pastel: la escena final. Bix (Adria Arjona) y el hijo de Cassian. Un hijo al que sabemos nunca conocerá; ni siquiera sabrá de su existencia. La serie nos deja con ese pensamiento triste, pero también sabiendo que su legado quedará intacto, con Bix e incluso con B2-EMO (¡sí, sale al final!). Un desenlace más hermoso no podríamos pedir.

Ay, cómo te extrañaré, “Andor”.

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CRÍTICA: The Last of Us – Temporada 2, Episodio 5

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**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Aunque este episodio de “The Last of Us” no es necesariamente ni el más emocionante ni el más chocante, es gracias a la forma en que concluye que uno termina con la sensación de que las cosas cambiarán a partir del siguiente. ¿Spoilers? Pues sí: el quinto episodio de la segunda temporada termina con Ellie (Bella Ramsey) torturando a Nora (Tati Gabrielle) es un sótano en Seattle lleno de esporas que podrían infectar a cualquiera. A cualquiera como Nora, quien comienza toser como si no hubiese un mañana, pero definitivamente no a la inmune de Ellie. Es ahí que sale a tallar el lado oscuro de nuestra protagonista, quien aparentemente será capaz de hacer cualquier cosa con tal de llegar hasta donde Abby (Kaitlyn Dever).

Fuera (y antes) de eso, nos centramos en Ellie y Dina (Isabela Merced) tratando de pasar sin ser detectadas por entre las fuerzas de WLF, para así poder llegar al hospital donde supuestamente está Abby. Pero como las cosas no pueden ser tan fáciles, eventualmente son encontradas por los enemigos, lo cual las obliga a meterse en un parque lleno de Scars. Es ahí donde son testigos de un suceso terrible —básicamente, unos Scars destripando a un tipo mientras recitan sus líneas de fanáticos religiosos—, pero también donde se unen a Jesse (Young Mazino), quien las rescata momentos antes de un grupo de infectados inteligentes. Resulta que salió con Tommy del pueblo un día después de las chicas, y ha llegado para traérselas de vuelta a casa.

El episodio concluye, entonces, con Ellie y Dina separadas —la primera torturando, como se ha dicho ya, a Nora, y la segunda escapando con Jesse de sus enemigos. Quienes hayan jugado “The Last of Us: Parte Dos” sabrán exactamente lo que se viene, pero los demás se entretendrán con lo que este episodio tiene para ofrecer: como (casi) siempre, una buena mezcla de suspenso, gore, diálogos inteligentes, y uno que otro desarrollo interesante de la trama. Y como toque final, por razones más emocionales que narrativas, el episodio termina con una escena (¿un flashback, un sueño?) entre Bella y Joel (Pedro Pascal); una representación de lo que perdieron, y de lo que podrían haber tenido si es que las cosas hubiesen salido mejor. Una verdadera pena.

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CRÍTICA: Andor – Temporada 2, Episodios 7, 8 y 9

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Episodio 7: El mensajero

****½ sobre *****

Para variar, el primer episodio de “Andor” de esta semana comienza un año después de los eventos del episodio 6. Sin embargo, a diferencia de comienzos previos, “El mensajero” no se demora nada en establecer en qué situación se encuentran los personajes. Cassian (Diego Luna) y Bix (Adria Arjona) están viviendo en Yavin IV, cerca a la base rebelde, esta vez trabajando para un grupo más organizado e ignorando a Luthen. Y Dedra (Denis Gough) por fin recibe las órdenes que todos estábamos asumiendo ya llegarían: Ghorman debe ser destruida, y debe suceder pronto.

Una noticia que no le da explícitamente a Syril (Kyle Soller), pero que este último ya comienza a sospecha. Es así, pues, que el episodio comienza a poner a los personajes centrales en posiciones interesantes: Cassian decide viajar junto a Wilmon a Gohrman, convencidos de que tendrán la oportunidad de asesinar a Fedra, obviamente sin sospechar que se viene una masacre. Bix se queda en Yavin pero tiene una conversación importante con Vel (Faye Marsay), quien también ha dejado de trabajar con Luthen. Y Syril trata de comunicarse con los rebeldes de Gohrman, sin mucho éxito. Adicionalmente, unos cadetes nuevos (y demasiado jóvenes) del imperio llegan al planeta anteriormente mencionado, lo cual preocupa a sobremanera a Dedra.

Puede que sea obvio, pero lo mejor de “Andor” es que se siente como la acumulación de una tensión casi inaguantable que sabemos explotará pronto. La atmósfera de suspenso y vacío deprimente en Ghorman es palpable, y aunque esto se ve balanceado con la sensación de esperanza (aunque sea sutil) en Yavin IV, igual el espectador sabe que lo que se viene en los episodios será terriblemente trágico. Y bueno, también sabe que, a pesar de estar a Ghorman, a Cassian no le pasará nada, porque por algo ya vimos “Rogue One”. ¿Pero Dedra, Syril, y los rebeldes del planeta? Pues habrá que ver los siguientes dos episodios para ver quién sobrevive, y quien termina llegando al fin de su agitada existencia.

 

Episodio 8: ¿Quién eres?

***** sobre *****

Y llegó el momento que todos teníamos miedo de que llegara: la masacre de Ghorman. Y con eso, el mejor episodio no solo de la segunda temporada de “Andor” hasta ahora, si no también de toda la serie. Un episodio que se deleita en mantener al espectador en la más inaguantable tensión, ansioso mientras ve como el suspenso aumenta y aumenta y aumenta hasta explotar de la forma más violenta posible, colocando a sus figuras más importantes en puntos de absoluta vulnerabilidad. “¿Quién eres?” me dejó con el corazón en la garganta, totalmente afectado luego de haber visto como “Andor” desarrolló una marcha y eventualmente masacre de forma tan cruenta, tan emotiva.

Cassian está en Ghorman, listo para matar a Dedra. Dedra está trabajando junto a Capitán Kaido (Jonjo O’Neill), totalmente consciente de lo que tendrá que hacer. Wilmon sigue del lado de los rebeldes, y Syril recién se va dando cuenta de lo que está pasando. De hecho, me animaría a decir que Syril es la estrella, por así decirlo, del episodio —Kyle Soller hace un estupendo trabajo transmitiendo, con lenguaje corporal y expresiones faciales, el gradual cambio en el personaje, mientras se va dando cuenta de lo que Dedra está haciendo y de lo que le pasará a la gente de Ghorman. Y sí, hacia el final del episodio, Syril muere —asesinado luego de haber intentado matar a Cassian. El fin de un personaje verdaderamente patético, que obviamente contribuyó con las acciones fascistas de un Imperio totalitario, pero que termina siendo más triste que verdaderamente villanesco. Eso queda claro luego de que, antes de ser asesinado, Cassian le pregunta: “¿quién eres?”. Nada peor que morir como un anónimo, cuyo trabajo no valió nada.

En relación a la masacre, pues “Andor” nos entrega una de las secuencias más tensas que haya visto en un buen tiempo. La escenificación perfecta de lo que el Imperio es capaz de hacer, asesinando a todo un grupo de personas únicamente porque quieren un recursos importante para… bueno, construir una estación espacial gigante que se encargará de matar a millones de personas más. Personajes secundarios mueren luego de conmovernos con sus cánticos e himnos de rebelión, y Cassian sobrevive con las justas, llevándose consigo a un terrible droide imperial que asumimos eventualmente se convertirá en K2SO. Mucho se pierde, pero la pelea sigue adelante, por más de que Dedra y el Imperio se hayan salido con la suya —con terribles consecuencias.

 

Episodio 9: Bienvenidos a la Rebelión

***** sobre *****

Al final del día, la historia de Cassian Andor es una tragedia. Lo sabíamos desde que fuimos testigos del desenlace de “Rogue One”, y es algo que hemos estado viendo desarrollándose a lo largo de las dos temporadas de “Andor”. No obstante, es en este noveno episodio de la segunda temporada que se comienza a sentir más. No solo por la manera en que mezcla victorias con derrotas; un tono trágico con un tono esperanzador. Si no también por la forma en que Bix se despide de Cassian con un video, prometiéndole que se verán una vez que las cosas sean resueltas y la Rebelión gane. Algo que, lamentablemente, por la forma en que Cassian fallece en la película anteriormente mencionada, sabemos que nunca pasará. Una tragedia.

La manera, pues, en que se van respondiendo algunas de las preguntas que teníamos respecto a Cassian y la Rebelión en este episodio es magistral. Más que simplemente llenar huecos, lo que ha hecho el guionista Dan Gilroy es otorgarle motivaciones adicionales y creíbles a sus personajes, y obligaros a interactuar y tomar decisiones difíciles. Consideren, si no, el discurso de Mon Mothma en el Senado, donde denuncia el genocidio de los Ghorman frente a toda la galaxia, mientras la IBS conspira para asesinarla. O cómo finalmente se encuentra con Cassian, quien la ayuda a escapar del Senado para que eventualmente pueda llegar a Yavin IV y convertirse en la lideresa de la Rebelión.

Las piezas van colocándose en su lugar, y en vez de sentirse como algo obligatorio, cansado, se siente más bien como la culminación de todo lo que hemos estado viendo en estos episodios. Como el clímax emocional, tensional y narrativo de todo lo que hemos estado experimentando con estos personajes. Algunos casos, como el de Bix, se sienten inevitables. Y otros, como el de Luthen, quien al menos hasta ahora sigue vivo, no dejan de sorprender. Pero lo mejor de “Bienvenidos a la Rebelión” es que no deja de lado a Cassian, enfocándose en él y su rol de suma importancia en la Rebelión. Y por qué no, culminando con el nacimiento, por así decirlo, de K2-SO, quien asumimos tomará un rol grande en los tres episodios que saldrán la próxima semana. De verdad que no podría estar más contento con lo que “Andor” está haciendo con la franquicia de “Star Wars”.

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