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CRÍTICA – Peacemaker (Episodio 8, FINAL)

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«It’s Cow or Never» ha sido el nombre del último episodio de Peacemaker, que ha cerrado, con broche de platino -de oro es poco- la primera temporada de una serie que no dejó de sorprender semana a semana y que, para alegría de los fanáticos, ha confirmado una segunda temporada. Quizá, dentro de las muchas cosas que hay que celebrarle a esta producción de James Gunn y DC/Warner/HBO, la mejor noticia sea que, tras muchos remakes, reboots y Snyder’s Cut, por fin empieza a sentirse que el Universo Extendido de DC Comics (El DCEU, en inglés) empieza a tomar forma.

El episodio inicia con un diálogo entre Adebayo, Peacemaker y Vigilante en la minivan. Estas escenas de conversaciones entre algunos miembros del equipo fueron recurrentes en varios capítulos y han cumplido múltiples funciones como la de permitirnos conocer más de algún personaje o desarrollar la conexión entre ellos. Esta en particular, es un cold open como de sitcom, pero que ha servido para recordarnos que Chris sigue fastidiado por la traición de Leota.

Tras la intro, ya nos encontramos en las afueras de la base de las mariposas donde se encuentra la vaca que deben destruir para dar por terminada la invasión de los insectos alienígenas. Por cierto, no porque una especie pueda ser ordeñada, significa que sea una vaca, pero es parte del humor de la serie llamar así a un animal como el que se ve aquí y la verdad es que está bien. Nos quedamos allí un rato largo, con la planificación y algún contratiempo que sufre el equipo con los cascos de Peacemaker. En todo caso, sirve este momento para otro tiempo más de humor, pero sobre todo para entender que Chris aún tiene la sombra de su padre persiguiéndolo.

Lo que, personalmente, he disfrutado más del episodio es que le ha permitido tener su momento de gloria a cada uno de los personajes. Primero a Economos, quien se infiltra para plantar el casco explosivo dentro de la base y protagoniza luego un momento muy tierno y cómico a la vez, cuando se ve obligado a confesar que se tiñe la barba. Después a Vigilante y a Harcourt en pleno combate que, como no podía ser de otra forma, ha tenido notas de body horror. Y también más adelante, un momento de Adebayo, quien utiliza un casco torpedo que provoca los momentos más graciosos del episodio. Todo desemboca hacia la conversación final entre Goff y Peacemaker, quien se ve en medio de un dilema, pues el líder de las mariposas intenta convencerlo de que los humanos no saben lo que quieren y deben ser dominados para sobrevivir. Peacemaker duda por unos momentos, pero finalmente destruye a la vaca con ayuda de Adebayo.

Un cameo que incluye a dos integrantes de la Liga de la Justicia (Jason Momoa y Ezra Miller) llegando tarde a solucionar el problema es la cereza del pastel algo anunciada, pero muy disfrutable. Aunque eso no es ni es de cerca lo que redondea al episodio, sino la revelación que hace Adebayo a la prensa sobre las misiones especiales secretas que organiza Amanda Waller con criminales para reducir su condena. Este es el suceso que asegura la continuación de la historia por esta rama del DCEU. El episodio cierra con un repaso a la actualidad de cada personaje. Ah, por cierto, Goff está vivo, pero ahora no es una amenaza. De hecho, ahora es amigo de Peacemaker, quien también ha recuperado su amistad con Leota.

Ha concluido una gran serie creada y dirigida por la mente maestra de James Gunn. La siguiente vez que lo veamos dirigiendo alguna película o serie sobre superhéroes, probablemente sea para el archirrival de enfrente. Quizá el único guionista/director al que se le permite trabajar para los dos bandos y la explicación está en que, si lo que traerá es contenido similar a Peacemaker, pues bien ganado tiene ese privilegio.

Estudié Economía en la Udep, pero mi película favorita no es Wall Street ni mi serie favorita es Billions. En realidad no tengo ninguna favorita, por eso dedico todo el tiempo posible a ver la mayor cantidad de series y películas que pueda, y porque me gusta. Escribo también en estrimin.pe.

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CRÍTICA: La vida sexual de las universitarias – Temp 3, Ep 1

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**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Si son fanáticos de las primeras dos temporadas de “La vida sexual de las universitarias”, seguramente ya sabrán que Reneé Rapp aparecerá menos en la tercera, habiendo decidido que prefiere dedicarle tiempo a su carrera de cantante en vez de actuar. Esto, claramente, resultará en la eventual desaparición de su personaje, Leighton, en la serie. ¿Pero cómo? Pues eso es algo que no nos demoramos en averiguar en el primer episodio. Resulta que su novia, Alicia (Midori Francis) se quiere ir de la Universidad de Essex para trabajar en Boston. Y (no tan) casualmente, el profesor de matemáticas de Leighton le ofrece hablar con un colega en MIT (¡en Boston!) para que se pase a dicha universidad a estudiar matemáticas, su verdadera pasión.

Conveniente, ¿no? O sea sí, pero es lo que la serie necesita —simplemente dará mucha pena ver a Leighton irse del show. Fuera de eso, sin embargo, este primer episodio hace un buen trabajo actualizándonos con las vidas de las chicas. Kimberly (Pauline Chalamet) y Whitney (Alyah Chanelle Scott) comienzan la historia peleadas debido a que la primera se metió con el ex de la segunda, Canaan (Christopher Meyer), pero felizmente terminan amistándose para el final. Whitney, además, tiene que acostumbrarse en la vida de una sorodidad. Y por su parte, Bela (Amrit Kaur) parece encontrar una nueva motivación para mejorar como persona, luego de enterarse de que no puede cambiarse de universidad por tener un GPA demasiado bajo: convertirse en mentora para los alumnos y alumnas de primer año.

Es bastante, especialmente considerando que el episodio es relativamente corto, pero como siempre, “La vida sexual de las universitarias” se mueve rápido y sin hacerse problemas, incluyendo todo tipo de diálogos graciosos y referencias a la cultura popular. Obviamente no todos los chistes funcionan, pero ninguno es demasiado estúpido, y ciertamente se ven beneficiados por el carisma de las protagonistas. Pero lo más importante de las dos temporadas anteriores, felizmente, sigue intacto: las buenas actuaciones, la química palpable y realista entre las actrices, y la franqueza con la cual temas relacionados a sexualidad y amistad son tratados por la creadora Mindy Kaling y sus guionistas. ¡Me muero por seguir con la temporada!

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CRÍTICA: El Pingüino – Episodio 8 (FINAL)

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Llegamos al final de lo que podría considerarse como una de las mejores series del 2024. Y felizmente, “El Pingüino” ha concluido de manera satisfactoria —más que satisfactoria, de hecho. El personaje del título (Colin Farrell) por fin se ha convertido en el verdadero villano que siempre debió ser; Sofia Gigante (Cristin Milioti) ha regresado al asilo de Arkham, para volver a vivir su peor pesadilla. Pero más importante: lo que tanto nos teníamos, terminó pasando. Vic (Rhenzy Feliz), el eterno aliado de Oswald, es asesinado por este último luego de que tienen una breve conversación, en la que el primero le confiesa que lo considera como familia. El último cuchillazo en el corazón (no literal). El último paso que Oz tenía que dar para convertirse en lo que debía ser.

De hecho, lo que postula este último episodio de “El Pingüino”, es que Oz siempre fue así. Desde pequeño. No solo porque terminó matando a sus dos hermanos, como vimos en otro flashback, si no también porque siguió viviendo con su mamá después de eso, como si nada hubiese pasado. Para él, sus hermanos eran como obstáculo que le impedían estar con su madre, y que debían ser eliminados. Quería a su madre solo para él. Quería su aceptación. Quería darle la vida que siempre quizo tener. Pero como Oz no puede obtener todo lo que quiere, y mucho menos lo más importante para él, su madre termina teniendo un derrame, el cual la deja en estado vegetativo. Todo por lo que luchó, todo por lo que mató… se esfumó en pocos minutos. Y todo lo que queda es un Oz destruido, que lo tiene todo pero a la vez nada.

Es así, pues, que “El Pingüino” nos deja con una de las mejores construcciones de un villano que haya visto en un buen tiempo. A diferencia de lo que está haciendo Sony, la serie nunca trata de redimir a su personaje central ni mucho menos. No trata de convertirlo en un antihéroe. Lo que ha hecho es obligarnos a seguir a un personaje nefasto, a un psicópata al que entendemos, pero al que nunca llegamos a justificar. Es fascinante, y se cuelga de las excelentes actuaciones de Farrell, Milioti y Feliz. De hecho, si tengo una sola queja, es que “El Pingüino” no logra insertar suficientes referencias al mundo en el que sucede (¿cómo es que Batman ha ignorado todo lo que pasa en el show?) Y aunque me encantó la aparición de la Batiseñal al final, creo que pudieron haber puesto… más. Pero eso es lo único, ¡lo juro! Por lo demás, “El Pingüino” ha concluido muy bien, y ha demostrado ser, nuevamente, de lo mejor que hemos podido ver este año en streaming.

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CRÍTICA: El Pingüino – Episodio 7

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Ya nos vamos acercando al final. En el sétimo episodio de “El Pingüino”, llamado “El Jefe”, las cosas se tornan más complicadas para el personaje del título. Su madre, Francis (Deirdre O’Connell) ha sido capturada por Sofia Gigante (Cristin Milioti), y cuando llega a su casa en busca de Vic (Rhenzy Feliz), más bien se encuentra con Sal Maroni (Clancy Brown), quien le pide lo lleve a su base de operaciones en las alcantarillas. Después de todo, se quiere vengar de Oz por haber matado a su esposa, y de paso se quiere quedar con su operación de producción y distribución de drogas para compartirla con Sofia.

Es una situación compleja, pues, de la cual, para variar, Oz logra salir. Con la ayuda de un secuaz, logra apagar las luces de su base, se escapa de las garras de sus enemigos, y termina asesinando a Maroni… bueno, más o menos. Pelean, y este parece morir de un infarto, lo cual frustra a Oz, quien siempre quiere demostrar que es el ganador y es mejor de lo que el resto cree. Pero por su parte, en una conversación con Francis, Sofia se da cuenta de algo: todo este tiempo, quizo hacer algo nuevo, ser distinta. Pero ha estado jugando el mismo juego que su padre. Por ende, cuando Oz le pide que vaya a su base para entregar a su madre, hace algo diferente: le manda una bomba. Y aunque el Pingüino sobrevive (obviamente), para variar, los que pagan las consecuencias de la explosión son los residentes más pobres de la superficie. Al igual que con la inundación del Acertijo en “Batman”, son los más necesitados los que sufren por las acciones de estos villanos.

Es así que “El Pingüino” se va acercando a su final, sorprendiéndonos con giros narrativos interesantes y demostrando que ya se está acercando a un clímax potencialmente intrigante. Disfruté del flashback a la infancia de Oz con su madre (pues resulta que el pequeño Pingüino fue el responsable de la muerte de sus hermanos… o al menos eso parece), y disfruté de la escena entre Francis y Sofia, y de la intervención del Doctor Rush (Theo Rossi) en toda la situación. Sofia sigue siendo una antagonista formidable, dejando a Oz más solo que nunca. Aparentemente sin Vic (por el momento, asumo) y con un ejército muerto. ¿Qué pasará en el último episodio de la próxima semana? Tengo mis teorías, pero como siempre, estoy seguro que “El Pingüino” logrará sorprenderme.

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