Conectate con nosotros

Opinión

CRÍTICA: Star Wars: The Clone Wars (SÉPTIMA TEMPORADA)

Publicado

el

“Star Wars: The Clone Wars”. Lo que comenzó con una película más bien mediocre y poco memorable —que en realidad debió quedarse como un arco para la televisión, en vez de proyectarse en la pantalla grande como un largometraje—, ha ido evolucionando a lo largo de los años, convirtiéndose, inesperadamente, en uno de los productos más queridos por los fanáticos de la saga galáctica, gracias al arduo trabajo de George Lucas y Dave Filoni. Sí, Lucas estuvo muy involucrado en la creación de esta serie y en el desarrollo de muchos de los arcos argumentales, dándole varias ideas a Filoni, quien se encargaría de expandirlas junto a su grupo de guionistas. Todo esto fue antes de Disney, antes de Kathleen Kennedy, y antes de la trilogía de secuelas.

Y es por todo eso, precisamente, que muchos fanáticos y fanáticas quedaron inmensamente decepcionados cuando Disney, por razones que nunca llegaremos a entender, decidió cancelar el show, dejándonos con seis temporadas de sólido entretenimiento, que sin embargo carecían de un final. Pero como hasta Disney puede darse cuenta de sus errores, eventualmente decidieron resucitar la serie, y darnos una séptima y última temporada, la cual hemos podido ver durante los últimos meses. La temporada 7 de “Star Wars: The Clone Wars” es una mezcla de lo excelente y lo inflado; de lo mejor que Filoni ha hecho para la serie, pero un poquito, también, de lo más redundante y tedioso. El balance general, sin embargo, es positivo, más que nada gracias a los últimos cuatro episodios. Estoy seguro que más de un fanático terminará llorando al verlos.

OJO: el presente texto incluirá algunos spoilers para la última temporada de “The Clone Wars”, por lo que si no la han visto todavía, sugiero que todavía no lo lean. Advertidos están.

Esta temporada de “The Clone Wars” se lleva a cabo poco tiempo antes Y durante la infame Orden 66, y está compuesta por tres arcos argumentales, de cuatro episodios cada uno. En el primero, vemos la llegada del Bad Batch, un grupo de clones de la República con defectos genéticos, con fama de ser particularmente aguerridos. Son ellos los que terminan aliándose a Rex, Cody (voces de Dee Bradley Baker) y la Fuerza de Clones 99 para recuperar un algoritmo estratégico para la República. Además, se enterarán, junto a Anakin Skywalker (Matt Lanter) de que el clon Echo sigue vivo, por lo que tendrán que aventurarse a rescatarlo de una base separatista.

El segundo arco es el más controvertido de la temporada. En él, seguimos a Ahsoka Tano (voz de Ashley Eckstein), quien ya ha renunciado a la Orden Jedi y a la República, haciéndose amiga de dos hermanas que viven en una de las zonas más peligrosas de Coruscant: Trace (voz de Brigitte Kali Canales) y Rafa Martez (Elizabeth Rodríguez). Es así que vemos cómo viven una serie de aventuras, involucrándose con la mafia de los Pykes, y eventualmente, librándose de sus perseguidores. Se trata de un arco que sirve para desarrollar la personalidad de Ahsoka de maneras inesperadas, pero que se extiende demasiado, sintiéndose algo redundante y repetitivo.

El último y tercer arco es el más fascinante, y definitivamente el que hace que valga la pena ver la temporada entera. Se trata, nada más y nada menos, que del Asedio de Mandalore, el cual comienza con Ashoka reuniéndose con Anakin. La primera la pide al segundo que la ayude a capturar a Darth Maul (voz de Sam Witwer) en el planeta Mandalore, lo cual termina siendo imposible, debido a que, al mismo tiempo, comienza la Batalla de Coruscant que vemos al inicio de “Star Wars Episodio III – La Venganza de los Sith”. Por ende, Obi-Wan (voz de James Arnold Taylor), Anakin y Ahsoka llegan a un acuerdo: mientras que los dos Jedi se van Coruscant a rescatar al Canciller Palpatine, Ashoka es enviada a Mandalore junto a un escuadrón de clones que la ayudarán. Pero como se deben imaginar, algo pasará durante el asedio que absolutamente nadie se esperaba.

El arco de The Bad Batch es una buena manera de comenzar la temporada. Nos introduce gradualmente al contexto en el que se lleva a cabo la serie, nos presenta —nuevamente— a viejos amigos como Anakin y Obi-Wan, y más importante incluso, desarrolla una historia que continúa con la humanización de los clones, la cual ha sido de extrema importancia durante todo el show. El rol de Echo en la historia, además, termina siendo muy relevante, especialmente considerando lo que sucede pocos episodios después. Y como suele pasar en “The Clone Wars”, la secuencias de batalla son bastante emocionantes, haciendo un bueno uso de los poderes de Jedi de Anakin, por ejemplo, y también de las tácticas de los Clones.

Y aunque el Bad Batch no aparece por tanto tiempo como a muchos les hubiera gustado, definitivamente causan un gran impacto, tanto en los personajes como en la narrativa. Después de todo, sirven para demostrar la importancia de la individualidad de los clones, y el hecho de que el que sean distintos, no quiere decir que estén “fallados”. Cada uno tiene personalidades bien definidas —algo arquetípicas, es cierto—, y convierten a algunas de las secuencias de acción en experiencias bastante originales. Disfruté particularmente del Clon grande y violento, y del que usa una bandana al más puro estilo de John Rambo. Es precisamente cuando “The Clone Wars” juega con sus referencias cinematográficas, que me termina divirtiendo más.

Desgraciadamente, y a pesar de que tiene buenas intenciones, el segundo arco de la temporada no llegó a capturarme de la misma manera. Entiendo la importancia de poner a Ahsoka en un contexto distinto, para que se dé cuenta de la manera en que el resto de la galaxia percibe a los Jedi y a la Guerra Clónica. De hecho, el hacer que los padres de las Martez hayan sido asesinados por Jedi —accidentalmente, por supuesto— me pareció una decisión arriesgada, pero que rinde sus frutos. Pero tampoco se puede negar que el arco de las Hermanas Martez se siente absolutamente redundante, haciendo que uno piense, más bien, en todas las otras historias que se hubieran podido contar en estos episodios, y no necesariamente en lo que se está viendo en pantalla.

El peor episodio de este arco —y de toda la temporada, de hecho— tiene que ser el séptimo. Más allá de los detalles, el simple hecho de que las tres protagonistas comiencen el capítulo en una celda, y lo terminen EN LA MISMA CELDA, es simplemente imperdonable. Podría argumentarse que la confesión anteriormente mencionada sobre los padres de las Martez hacen que el capítulo valga la pena ser visto, pero la naturaleza circular de la narrativa simplemente hizo que me pregunte: “¿cuál fue el punto de esto?” Si la idea de este arco era hacer que Ahsoka crezca y vea otras perspectivas por parte de los habitantes de la galaxia, creo que lo hubieran podido hacer de manera más entretenida, lógica y breve. El hecho de que las Martez se porten de manera ilógica e infantil a pesar de ser adultas, además —como cuando Trace decide expulsar las especias tan importantes para la misión en pleno viaje en el Hiperespacio— definitivamente no ayuda.

Felizmente, todo esto es compensado gracias a los últimos cuatro capítulos de esta última temporada de “The Clone Wars”, o mejor dicho, por el Asedio de Mandalore. Ver por fin este arco en pantalla, con Ahsoka en acción, con Darth Maul en su mejor momento, y más impresionante, incluso, con las repercusiones de la Orden 66 fuera de los eventos del Episodio III, fue simplemente magnífico. El primer duelo entre Maul y Ahsoka, por ejemplo, fue impresionante —gracias, adicionalmente, al trabajo de motion capture realizado por Ray Park, quien interpretó a Maul en “Star Wars Episodio I – La Amenaza Fantasma”—, así como la conversación que tienen en el cuarto del trono de la ciudad, donde Maul trata de aliarse con la joven Togruta. Estos episodios contienen algunos de los momentos más emotivos de la serie, en donde somos testigos de cómo estos personajes han crecido y evolucionado, y se han convertido en algunos de los favoritos de los fanáticos.

Y obviamente, una vez que comienza el penúltimo episodio y se SABE lo que está a punto de suceder, la sensación que uno tiene es del más absoluto pavor. La música de Kevin Kiner se torna minimalista, haciendo un sutil uso de varios de los temas de John Williams para las películas, y aunque vemos varias escenas de victoria entre Ahsoka y los Clones y los Mandalorianos, uno no puede evitar sentir que se trata del fin de algo. El hecho de que una serie de animación en 3D sea capaz de transmitir esa sensación de miedo y de tensión, gracias a la manera en que estos momentos están escenificados y animados y hasta combinados con la banda sonora, es realmente magnífico. Y por supuesto, es prueba de que “Star Wars” todavía es capaz de hacernos sentir algo.

El escuchar clips de audio de un par de momentos del Episodio III, además, fue una grata sorpresa. Y el ver una de las escenas de dicha película, recreada en el estilo de animación de “The Clone Wars”, y luego expandida gracias a la intervención de Ahsoka, fue también muy emocionante. Esta temporada —especialmente durante este arco— hizo un excelente trabajo incluyendo fan service de tal manera que tiene sentido, justificándose gracias a la manera en que la narrativa se va desarrollando. A diferencia de lo que hizo, por ejemplo, “Star Wars Episodio IX – El ascenso de Skywalker”, acá el fan service no está incluido de manera ilógica o gratuita. Lo que acá tenemos es la culminación de siete temporada de animación, la cual se puede entrelazar con los eventos del Episodio III de manera absurdamente fluida.

Visualmente, también, se trata de lo mejor que Filoni ha hecho para esta serie. Consideren, si no, las texturas de los vehículos —detalladas, realistas—, el tamaño de algunos de los escenarios, y los looks más realistas de personajes como Anakin y Obi-Wan, quienes se asemejan más a sus versiones live-action del Episodio III (lo cual tiene todo el sentido del mundo). O si no consideren, también, momentos como la explosión de una ventana al costado de Maul y Ahsoka en Mandalore; la vemos en cámara lenta, con los dos personales enfrentándose emocionalmente, la luz y los pedazos de vidrio flotando alrededor de ellos. Es en esta temporada, también, donde Filoni ha jugado más con su cámara virtual, haciendo cambios de foco, fueras de foco, y movimientos más naturales. La evolución visual de “The Clone Wars” —especialmente si se compara a esta temporada con la primera— es verdaderamente alucinante.

Si han visto el resto de la serie, sabrán que las actuaciones de voz son de primer nivel. De hecho, para varios fanáticos, los actores de “The Clone Wars” SON las verdaderas versiones de sus respectivos personajes, tanto así que algunos han regresado para darles vida en otros proyectos —Sam Witwer interpretó a la voz de Darth Maul en “Solo: una historia de Star Wars”, por ejemplo. Y es él, precisamente, quien brilla durante los últimos tres episodios de la temporada, convirtiendo a Maul en uno de los personajes más memorables y con más dimensión de la serie; intimidante, pero también llego de experiencias que pocos podrían entender. Matt Lanter y James Arnold Taylor son perfectos como Anakin y Obi-Wan, respectivamente —aunque agradecí que hayan incluido un audio de Hayden Christensen en el penúltimo episodio; ¡muy bien merecido!—, y Ashley Eckstein ha crecido increíblemente como Ahsoka (algunos dirían, en paralelo al personaje). Es impresionante que quien comenzó como alguien odiado y de quien muchos se burlaban, ahora sea uno de los personajes más queridos de toda la saga. Eso se debe a Filoni y Lucas, por supuesto, pero también al excelente trabajo de Eckstein.

No hay mucho más que pueda decir sobre la séptima y última temporada de “The Clone Wars”. Se trata de un magnífico final para una de las series de animación más sorprendentes de los últimos años, la cual ha contribuido con tanto al canon de “Star Wars”, que muchos fanáticos incluso la prefieren por sobre algunas de las películas de la saga principal. Sí, sí, el segundo arco argumental es redundante y algo aburrido, pero es compensado a sobremanera por el primero, y más que nada, por el último, el cual logra concluir el show de manera extremadamente emotiva. Solo diré que la última escena dell último episodio me dejó con la piel de gallina; es de lo más emotivo y visualmente espectacular que haya visto en una serie de este tipo. Extrañaremos a “The Clone Wars”, de eso no hay duda; pero siempre agradeceremos el que haya podido concluir de manera digna, y nunca nos olvidaremos de todo lo que nos dio a través de los años.

Cofundador y editor en NoEsEnSerie.com. Bachiller en Comunicación Audiovisual por la PUCP, y miembro de la APRECI—Asociación de Prensa Cinematográfica. Integra el staff de la revista MasGamers, las webs de Nintendo Pe y Fans de Zelda Perú, el portal web Cinencuentro, y el portal de cine peruano FotografiaCalato.com. Adicionalmente, es YouTuber para el canal Aprieta Start, y formó parte del staff de prensa del 18 Festival de Cine de Lima. También trabaja como fotógrafo para Star Wars Fan Club Perú. Desde enero del 2012 publica críticas y comentarios de cine en el blog Proyectando Ideas (el cual forma parte de la Asociación de Blogs de Cine). Crítico oficial de RottenTomatoes.com. Cinéfilo y seriómano empedernido.

Continuar leyendo
Comentarios

destacado

CRÍTICA: Andor – Temporada 2, Episodios 10, 11 y 12 (FINAL)

Publicado

el

Episodio 10: Haz que se detenga

****½ sobre *****

Pues por fin pasó lo que tenía que pasar. Luego de años de espionaje, secretos, engaños, mentiras y trabajar en secreto, Luthen Rael (Stellan Skarsgard) falleció. Y falleció de la forma en que siempre hubiese querido: por su propia mano, luego de haber sido descubierto por Dedra Meero (Denise Gough) y revelado como el líder de la rebelión en Coruscant. Pero curiosamente, no se trata de una muerte inmediata. De hecho, apenas se acuchilla, los Imperiales se lo llevan a un hospital —después de todo, Dedra lo necesita vivo para que pueda confesar. Pero lamentablemente, la ISB tiene otros planes.

Es así que el décimo episodio de la segunda temporada de “Andor” se enfoca casi completamente en Luthen y Kleya (una increíble Elizabeth Dulau), con la segunda infiltrándose en el hospital como enfermera para encontrar a Luthen, quien todavía está vivo (con las justas) en una habitación climatizada. Pero no para encontrarlo y rescatarlo, si no más bien para sacarlo de su miseria —para que, nuevamente, muera como a él le hubiese gustado, sin confesarle nada a nadie, sin decirle a Dedra que, gracias a su ahora fallecido agente doble, sabe de la existencia de la Estrella de la Muerte. Y más importante, ahora Kleya es la única que sabe las palabras clave que serán de suma importancia para el futuro de la Alianza Rebelde: Jedha, Kyber y Erso.

Obviamente, cualquier fanático que se sepa al Episodio IV de la saga original y, más importante, a “Rogue One” de memoria, reconocerá estas palabras. Pero fuera de aquellas conexiones a las películas posteriores, lo mejor de “Andor” está en la forma en que humaniza la relación entre Luthen y Kleya. Los eventos del presente son intercalados con flashbacks que nos muestran como aquellos personajes se conocieron y, por supuesto, cómo Luthen fue radicalizando a una joven Kleya, demostrándole cómo el Imperio debía ser combatido. Todo esto resulta en un episodio emotivo, que concluye de forma apropiadamente solemne, pero a la vez, satisfactoria. Puede que Luthen esté muerto, pero sus ideales viven en Kleya —solo esperemos que a esta última no le pase nada malo en los siguientes dos episodios.

 

Episodio 11: ¿Quién más sabe?

****½ sobre *****

El Episodio 11 de la segunda temporada de “Andor” es de lo más tenso que nos ha entregado la serie. No solo porque involucra a Kleya tratando de comunicarse con los rebeldes con un código secreto, si no también porque nos muestra a los Imperiales tratando de descifrar dicho código, mientras Cassian (Diego Luna) eventualmente lo recibe en Yavin, y decide ir con Melshi (Duncan Pow) y K2-SO (Alan Tudyk) a Coruscant. Es así que la segunda mitad del episodio se siente como una carrera contra el reloj: ¿quién encontrará primero a Kleya, los Imperiales o Cassian? ¿Y qué decidirá hacer ella una vez que le transmita su conocimiento a nuestro protagonista?

Pero eso no es todo. También tenemos una excelente escena de interrogación, en la que el Director Krennic (Ben Mendelsohn) hace puré a la pobre Dedra, quien intenta ser honesta luego de que la acusan de ser una espía rebelde. Esto culmina en ella siendo trasladada a una celda —un destino bastante triste para un personaje que se había estado deleitando por años de ser despiadada y eficiente, pero que al esconderle información a sus superiores y tratar de atrapar a Luthen por sí sola, termina por acabar con su propia carrera. Después de todo, lo ÚNICO que le importa a Krennic y los Imperiales es mantener el proyecto de la Estrella de la Muerte en secreto. Todo lo demás es secundario. Nada más (ni nadie más) importa.

Es por todo eso que verdaderamente se comienza a sentir que estamos llegando al final. Que la serie de “Andor” está presentando de forma magnífica los últimos días de su protagonista antes de los eventos de “Rogue One”, enfatizando la importancia del proyecto de la Estrella de la Muerte para los Imperiales. Pero fuera de eso, este segundo episodio dirigido por el mexicano Alonso Ruizpalacios está lleno de detalles interesantes: desde el hecho de que vemos inmediatamente cómo K2 es considerando más como un amigo que como un droide por Cassian y los demás (aawww), hasta cómo ciertos elementos narrativos de episodios anteriores llegan a su culminación acá. ¿Lo único malo? “¿Quién más sabe?” termina con un cliffhanger inaguantable, y hasta ahora no sabemos qué es lo que pasará con Kleya. ¡No puedo creer que solo quede UN episodio para que “Andor” acabe para siempre!

 

Episodio 12: Jedha, Kyber, Erso

***** sobre *****

Y llegamos al final. ¡Pero qué final! Si hay algo que “Andor” en general, pero específicamente este último episodio han hecho, es, lo crean o no, mejorar a la película de “Rogue One”. Es decir, han hecho lo que pocas precuelas logran hacer: elevar el material al que preceden, haciendo que, en este caso, la “trilogía” de la Primera Temporada de “Andor”, la Segunda Temporada de “Andor”, y “Rogue One” funcionen bellamente como un todo. Pocas veces me he sentido tan emocionado, tan tocado y tan satisfecho con el final de una serie. Tony Gilroy, Alonso Ruizpalacios y el resto del equipo se han lucido de forma tremenda; el final de “Andor” no decepciona para nada. Ni está cerca de hacerlo.

¿Y qué es lo que pasa acá? Uf. Dedra termina en prisión, todo el trabajo que había hecho para el Imperio, eliminado. Partagaz (Anton Lesser) prefiriere suicidarse antes que ser castigado por sus superiores. Cassian logra rescatar a Aleya y, junto con Melshi, son salvados por K2-SO, quien se baja de la nave para acabar con todos los Imperiales que los estaban rodeando. Y más importante: el grupo logra regresar a Yavin IV, donde Cassian logra contarle a Mon Mothma (Genevieve O’Reilly, ahora sí con su peinado y look de “Rogue One”), el General Draven (Alistair Petrie), Bail Organa (Benjamin Bratt), y a la Senadora Pamlo (Sharon Duncan-Brewster) y el Senador Jebel (Jonathan Aris), a quienes habíamos visto en “Rogue One”, toda la información que recibió por arte de Kleya.

Inicialmente no le creen, pero como sabemos lo que eventualmente pasará en la película, al final, Cassian logra salir de Yavin IV junto a K2 para ir al Anillo de Kafrene. Es así que el episodio termina por empalmar PERFECTAMENTE con “Rogue One”, tanto así que, al terminar, lo primero que hice fue entrar a YouTube para buscar, apropiadamente, la escena de la película en el Anillo de Kafrene. Pero fuera de eso, el episodio nos deja con una sensación agridulce de esperanza; con el feeling de que hemos sido testigos de una serie que enfatiza las pequeñas acciones de gente rebelde de toda importancia, y que complementa bellamente a la película del 2016. En pocas palabras: este final deja en claro que “Andor” es literalmente LO MEJOR que Disney ha hecho con “Star Wars” y que, al menos para Vuestro Servidor, esta serie, junto con “Rogue”, es superior a las Secuelas. Lo he dicho, y dudo que me vaya a arrepentir.

Ah, y la cereza sobre el pastel: la escena final. Bix (Adria Arjona) y el hijo de Cassian. Un hijo al que sabemos nunca conocerá; ni siquiera sabrá de su existencia. La serie nos deja con ese pensamiento triste, pero también sabiendo que su legado quedará intacto, con Bix e incluso con B2-EMO (¡sí, sale al final!). Un desenlace más hermoso no podríamos pedir.

Ay, cómo te extrañaré, “Andor”.

Continuar leyendo

destacado

CRÍTICA: The Last of Us – Temporada 2, Episodio 5

Publicado

el

**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Aunque este episodio de “The Last of Us” no es necesariamente ni el más emocionante ni el más chocante, es gracias a la forma en que concluye que uno termina con la sensación de que las cosas cambiarán a partir del siguiente. ¿Spoilers? Pues sí: el quinto episodio de la segunda temporada termina con Ellie (Bella Ramsey) torturando a Nora (Tati Gabrielle) es un sótano en Seattle lleno de esporas que podrían infectar a cualquiera. A cualquiera como Nora, quien comienza toser como si no hubiese un mañana, pero definitivamente no a la inmune de Ellie. Es ahí que sale a tallar el lado oscuro de nuestra protagonista, quien aparentemente será capaz de hacer cualquier cosa con tal de llegar hasta donde Abby (Kaitlyn Dever).

Fuera (y antes) de eso, nos centramos en Ellie y Dina (Isabela Merced) tratando de pasar sin ser detectadas por entre las fuerzas de WLF, para así poder llegar al hospital donde supuestamente está Abby. Pero como las cosas no pueden ser tan fáciles, eventualmente son encontradas por los enemigos, lo cual las obliga a meterse en un parque lleno de Scars. Es ahí donde son testigos de un suceso terrible —básicamente, unos Scars destripando a un tipo mientras recitan sus líneas de fanáticos religiosos—, pero también donde se unen a Jesse (Young Mazino), quien las rescata momentos antes de un grupo de infectados inteligentes. Resulta que salió con Tommy del pueblo un día después de las chicas, y ha llegado para traérselas de vuelta a casa.

El episodio concluye, entonces, con Ellie y Dina separadas —la primera torturando, como se ha dicho ya, a Nora, y la segunda escapando con Jesse de sus enemigos. Quienes hayan jugado “The Last of Us: Parte Dos” sabrán exactamente lo que se viene, pero los demás se entretendrán con lo que este episodio tiene para ofrecer: como (casi) siempre, una buena mezcla de suspenso, gore, diálogos inteligentes, y uno que otro desarrollo interesante de la trama. Y como toque final, por razones más emocionales que narrativas, el episodio termina con una escena (¿un flashback, un sueño?) entre Bella y Joel (Pedro Pascal); una representación de lo que perdieron, y de lo que podrían haber tenido si es que las cosas hubiesen salido mejor. Una verdadera pena.

Continuar leyendo

destacado

CRÍTICA: Andor – Temporada 2, Episodios 7, 8 y 9

Publicado

el

Episodio 7: El mensajero

****½ sobre *****

Para variar, el primer episodio de “Andor” de esta semana comienza un año después de los eventos del episodio 6. Sin embargo, a diferencia de comienzos previos, “El mensajero” no se demora nada en establecer en qué situación se encuentran los personajes. Cassian (Diego Luna) y Bix (Adria Arjona) están viviendo en Yavin IV, cerca a la base rebelde, esta vez trabajando para un grupo más organizado e ignorando a Luthen. Y Dedra (Denis Gough) por fin recibe las órdenes que todos estábamos asumiendo ya llegarían: Ghorman debe ser destruida, y debe suceder pronto.

Una noticia que no le da explícitamente a Syril (Kyle Soller), pero que este último ya comienza a sospecha. Es así, pues, que el episodio comienza a poner a los personajes centrales en posiciones interesantes: Cassian decide viajar junto a Wilmon a Gohrman, convencidos de que tendrán la oportunidad de asesinar a Fedra, obviamente sin sospechar que se viene una masacre. Bix se queda en Yavin pero tiene una conversación importante con Vel (Faye Marsay), quien también ha dejado de trabajar con Luthen. Y Syril trata de comunicarse con los rebeldes de Gohrman, sin mucho éxito. Adicionalmente, unos cadetes nuevos (y demasiado jóvenes) del imperio llegan al planeta anteriormente mencionado, lo cual preocupa a sobremanera a Dedra.

Puede que sea obvio, pero lo mejor de “Andor” es que se siente como la acumulación de una tensión casi inaguantable que sabemos explotará pronto. La atmósfera de suspenso y vacío deprimente en Ghorman es palpable, y aunque esto se ve balanceado con la sensación de esperanza (aunque sea sutil) en Yavin IV, igual el espectador sabe que lo que se viene en los episodios será terriblemente trágico. Y bueno, también sabe que, a pesar de estar a Ghorman, a Cassian no le pasará nada, porque por algo ya vimos “Rogue One”. ¿Pero Dedra, Syril, y los rebeldes del planeta? Pues habrá que ver los siguientes dos episodios para ver quién sobrevive, y quien termina llegando al fin de su agitada existencia.

 

Episodio 8: ¿Quién eres?

***** sobre *****

Y llegó el momento que todos teníamos miedo de que llegara: la masacre de Ghorman. Y con eso, el mejor episodio no solo de la segunda temporada de “Andor” hasta ahora, si no también de toda la serie. Un episodio que se deleita en mantener al espectador en la más inaguantable tensión, ansioso mientras ve como el suspenso aumenta y aumenta y aumenta hasta explotar de la forma más violenta posible, colocando a sus figuras más importantes en puntos de absoluta vulnerabilidad. “¿Quién eres?” me dejó con el corazón en la garganta, totalmente afectado luego de haber visto como “Andor” desarrolló una marcha y eventualmente masacre de forma tan cruenta, tan emotiva.

Cassian está en Ghorman, listo para matar a Dedra. Dedra está trabajando junto a Capitán Kaido (Jonjo O’Neill), totalmente consciente de lo que tendrá que hacer. Wilmon sigue del lado de los rebeldes, y Syril recién se va dando cuenta de lo que está pasando. De hecho, me animaría a decir que Syril es la estrella, por así decirlo, del episodio —Kyle Soller hace un estupendo trabajo transmitiendo, con lenguaje corporal y expresiones faciales, el gradual cambio en el personaje, mientras se va dando cuenta de lo que Dedra está haciendo y de lo que le pasará a la gente de Ghorman. Y sí, hacia el final del episodio, Syril muere —asesinado luego de haber intentado matar a Cassian. El fin de un personaje verdaderamente patético, que obviamente contribuyó con las acciones fascistas de un Imperio totalitario, pero que termina siendo más triste que verdaderamente villanesco. Eso queda claro luego de que, antes de ser asesinado, Cassian le pregunta: “¿quién eres?”. Nada peor que morir como un anónimo, cuyo trabajo no valió nada.

En relación a la masacre, pues “Andor” nos entrega una de las secuencias más tensas que haya visto en un buen tiempo. La escenificación perfecta de lo que el Imperio es capaz de hacer, asesinando a todo un grupo de personas únicamente porque quieren un recursos importante para… bueno, construir una estación espacial gigante que se encargará de matar a millones de personas más. Personajes secundarios mueren luego de conmovernos con sus cánticos e himnos de rebelión, y Cassian sobrevive con las justas, llevándose consigo a un terrible droide imperial que asumimos eventualmente se convertirá en K2SO. Mucho se pierde, pero la pelea sigue adelante, por más de que Dedra y el Imperio se hayan salido con la suya —con terribles consecuencias.

 

Episodio 9: Bienvenidos a la Rebelión

***** sobre *****

Al final del día, la historia de Cassian Andor es una tragedia. Lo sabíamos desde que fuimos testigos del desenlace de “Rogue One”, y es algo que hemos estado viendo desarrollándose a lo largo de las dos temporadas de “Andor”. No obstante, es en este noveno episodio de la segunda temporada que se comienza a sentir más. No solo por la manera en que mezcla victorias con derrotas; un tono trágico con un tono esperanzador. Si no también por la forma en que Bix se despide de Cassian con un video, prometiéndole que se verán una vez que las cosas sean resueltas y la Rebelión gane. Algo que, lamentablemente, por la forma en que Cassian fallece en la película anteriormente mencionada, sabemos que nunca pasará. Una tragedia.

La manera, pues, en que se van respondiendo algunas de las preguntas que teníamos respecto a Cassian y la Rebelión en este episodio es magistral. Más que simplemente llenar huecos, lo que ha hecho el guionista Dan Gilroy es otorgarle motivaciones adicionales y creíbles a sus personajes, y obligaros a interactuar y tomar decisiones difíciles. Consideren, si no, el discurso de Mon Mothma en el Senado, donde denuncia el genocidio de los Ghorman frente a toda la galaxia, mientras la IBS conspira para asesinarla. O cómo finalmente se encuentra con Cassian, quien la ayuda a escapar del Senado para que eventualmente pueda llegar a Yavin IV y convertirse en la lideresa de la Rebelión.

Las piezas van colocándose en su lugar, y en vez de sentirse como algo obligatorio, cansado, se siente más bien como la culminación de todo lo que hemos estado viendo en estos episodios. Como el clímax emocional, tensional y narrativo de todo lo que hemos estado experimentando con estos personajes. Algunos casos, como el de Bix, se sienten inevitables. Y otros, como el de Luthen, quien al menos hasta ahora sigue vivo, no dejan de sorprender. Pero lo mejor de “Bienvenidos a la Rebelión” es que no deja de lado a Cassian, enfocándose en él y su rol de suma importancia en la Rebelión. Y por qué no, culminando con el nacimiento, por así decirlo, de K2-SO, quien asumimos tomará un rol grande en los tres episodios que saldrán la próxima semana. De verdad que no podría estar más contento con lo que “Andor” está haciendo con la franquicia de “Star Wars”.

Continuar leyendo