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CRÍTICA – The Afterparty (Episodios 1, 2 y 3)

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La fórmula de The Afterparty (El día después, para Hispanoamérica) en principio, no es algo que no hayamos visto antes. Un whodunnit que se deriva del «misterio del cuarto cerrado», es decir, que tiene como premisa principal un asesinato que ha ocurrido dentro de algún espacio conocido y limitado por lo que el asesino debe ser alguno de los personajes que conocemos. Lo hemos visto últimamente en películas como Entre Navajas y Secretos (Rian Johnson, 2019) y las adaptaciones de las novelas de Agatha Christie y en series como Only Murders in the Building y The Flight Attendant. Incluso, muchas de estas recientes producciones se decantan por el lado de una comedia negra.

Para diferenciarse de estas series y de algunas otras que han seguido la misma tendencia, The Afterparty agrega un elemento novedoso pero arriesgado a su trama. Cada uno de los ocho episodios está narrado por alguno de los personajes y, dependiendo de las características inherentes de cada uno, el episodio derivará hacia un género cinematográfico como una comedia romántica, una peli de acción o un musical. Al menos esos tres géneros son los que hemos visto en los tres primeros capítulos estrenados la última semana.

En The Afterparty toda la trama inicia en una fiesta realizada luego de un reencuentro por el decimoquinto aniversario de graduación de una clase. Xavier (Dave Franco) es quien ha logrado mayor fama de todos y el que organiza la celebración en su casa. Sin embargo, él es quien termina muerto (no es spoiler, lo muestran iniciando el primer episodio) luego de ser empujado por un acantilado. La excéntrica detective Danner (Tiffany Hadish) se auto-designa como la encargada del caso y empezará a interrogar uno por uno a cada asistente a la fiesta. Por ahora hemos visto el episodio de Aniq (Sam Richardson), quien narró su testimonio en un código tipo comedia romántica, pues está enamorado de su ex-compañera de clase Zoe (Zoë Chao), quien, a su vez, acaba de separarse de su marido, Brett (Ike Barinholtz), también miembro de la clase y quien es el encargado del segundo episodio, en tono de acción. El tercer episodio, y definitivamente el mejor de los tres hasta el momento, nos muestra el turno de Yasper (Ben Schwartz, genial como siempre. Aprovecho para recomendarles sus especiales de impro, Middleditch & Schwartz, disponibles en Netflix), quien es el mejor amigo de Aniq y quien narra su versión como si fuera un musical.

Encuentro, tan solo al ver los episodios disponibles, que la serie necesita madurar para alcanzar su cometido que es, principalmente, el de entretener. Con esto me refiero a que en la repetición de las escenas vamos a encontrar las partes divertidas, es decir, nos van a contar ocho veces la misma historia pero en las variaciones propias del punto de vista de cada personaje es que la comedia se va a poder desarrollar mejor. Es muy probable que por ese motivo me haya parecido que el tercer episodio ha sido el mejor hasta el momento. De todas formas, encuentro muy poco interesante averiguar quién es el que perpetró el asesinato por dos motivos. El primero es que la víctima no tiene mi simpatía, y me imagino que la de nadie que vea la serie. El segundo, no parece que alguien más esté en peligro, aunque haya un asesino en medio de la escena. La recompensa aquí es ver cómo cada uno de los personajes cuenta la historia. Ese es el eje central de todo lo que hemos visto y estamos por ver.

La otra vía por la que la serie intenta explotar varios gags, es en la dramatización de cada episodio según los estereotipos o películas símbolo de cada género. Solo para poner un ejemplo, en el episodio de acción muchas escenas y diálogos hacen referencia a la saga de Vin Diesel, Fast & Furious. Funciona, en este aspecto, relativamente bien, pero le está faltando un poco más de intensidad para ser realmente hilarante.

The Afterparty intenta ser interesante, por otra parte, cuando salta hacia el presente y estamos en un escenario particular. No es la típica sitcom de un grupo de amigos a la que estamos tan acostumbrados. Esta vez la trama contiene personas que están por encima de los treinta años, que ya tienen familia con hijos en muchos casos, que están interesadas en progresar profesionalmente y en no verse como fracasados frente a sus pares. En ese sentido, se reemplaza la amistad por adulaciones y la confianza por hostilidad.

Veremos en el siguiente episodio, en formato thriller psicológico, la versión de Chelsea, de quien sabemos tenía planificada una venganza contra Xavier. Dada la singularidad que tendrá esta serie por la estructura que he explicado, prefiero no hacer una crítica semanal y mejor realizar una reseña general al final de la primera temporada. El primer y segundo episodio no me terminaron de convencer, pero el tercer episodio me ha animado a seguir dándole una oportunidad la siguiente semana.

Plus: La serie ha sido creada y dirigida en su totalidad por Christopher Miller, esta vez sin su compañero y colega, Phil Lord, con quién ganó el Oscar a Mejor Película Animada por producir Spider-Man: Into the Spider-Verse, aunque Lord sí aparece como productor ejecutivo en los créditos.

Estudié Economía en la Udep, pero mi película favorita no es Wall Street ni mi serie favorita es Billions. En realidad no tengo ninguna favorita, por eso dedico todo el tiempo posible a ver la mayor cantidad de series y películas que pueda, y porque me gusta. Escribo también en estrimin.pe.

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CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodios 5 y 6

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*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Episodio 5 – ****½ sobre *****

Lo divertido de ver series antes de la época del streaming, es que no todos los episodios tenían que avanzar con la trama general de forma explícita. De hecho, el chiste estaba en tener algunas historias que se podían sentir casi como secundarias, en donde el o la protagonista se veía involucrada en situaciones aisladas. Esa es, precisamente, la sensación que me ha dado el quinto episodio de “Daredevil: Born Again”, el cual se centra en el atraco a un banco en el que se encuentra Matt (Charlie Cox), quien había llegado para intentar sacar un préstamo con la ayuda del administrador asistente, nada más y nada menos que Yusuf Khan (Mohan Kapur), el papá de Kamala Khan / Ms Marvel.

Es así que el episodio se desarrolla como una historia que se puede disfrutar casi por sí sola, pero que contiene referencias como la anteriormente mencionada que dejan muy en claro que esta serie sí se lleva a cabo explícitamente en la MCU. Pero fuera de eso, tenemos un episodio emocionante y tenso, en el que Matt se ve obligado a usar sus poderes —básicamente, su súper sentido del oído— sin que nadie se de cuenta, actuando como un verdadero ciego y sin ponerse su traje de Daredevil. Esto resulta en un episodio increíblemente entretenido, que aprovecha bien la fecha en la que se lleva a cabo —el Día de San Patricio— así como la peligrosa situación en la que se encuentran nuestros personajes. No es un episodio mega importante, pues, pero igual lo disfruté mucho, y además, da la sensación de que establece a una misteriosa figura —el jefe de los criminales— como un villano potencial en el futuro. Habrá que esperar.

 

Episodio 6 – ****½ sobre *****

Es en el episodio 6 de “Daredevil: Born Again”, entonces, donde la trama comienza a avanzar un poco más —a diferencia del anterior, quienes busquen un mayor desarrollo de las líneas narrativas principales de la serie quedarán más contentos con este episodio. Es aquí que vemos como se descubre la forma en que Muse, un asesino serial/grafitero, está haciendo pintas aparentemente imborrables en las calles de Nueva York. Y también es aquí que vemos, por fin, a Matt regresar a sus andanzas, poniéndose el traje de Daredevil nuevamente, esta vez para rescatar a Angela (Camila Rodríguez) de las garras del asesino ya mencionado.

Resulta fascinante, además, ver a Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) formar un escuadrón anti-justicieros, lo que me imagino le traerá problemas más adelante tanto a Daredevil como a personajes como El Castigador. Pero lo que el episodio parece estar más interesado en decirnos es que, al convertirse de nuevo en justiciero, nuestro protagonista no se diferencia demasiado de su archienemigo. Es así que vemos como, en paralelo, Fisk y Matt se ven involucrados en peleas, con el primero sacándole la mugre al ex de Vanessa, y el segundo tratando de acabar con Muse. Entre eso, y la aparición inesperada de Jack Duquesne / El Espadachín (Tony Dalton), quien apareció por primera vez en la serie de “Hawkeye”, es que el sexto episodio de “Daredevil: Born Again” se desarrolla de forma emocionante, satisfactoria y violenta, mezclando contenido temático potente con referencias para los fans. Es decir, tanto este episodio como el anterior son de lo mejor que el show nos ha ofrecido hasta el momento.

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CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodio 4

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**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Si este se siente como un episodio menor, es porque los tres primeros capítulos de “Daredevil: Born Again” han sido extremadamente buenos; es decir, la valla está alta. Sin embargo, hay mucho para disfrutar en el cuarto episodio de “Daredevil: Born Again”, desde un caso muy particular que le toca atender a Matt Murdock (Charlie Cox), hasta los esfuerzos del alcalde Fisk (Vincent D’Onofrio) por comenzar a cumplir con sus promesas de campaña y, por supuesto, el muy esperado retorno de Frank Castle / El Castigador (Jon Bernthal).

De hecho, esto último es de lo mejor que tiene el episodio para ofrecer, incluyendo una magnífica escena protagonizada por dos grandes actores dando interpretaciones fascinantes. El diálogo entre Matt y Frank hace un excelente trabajo resumiendo las posturas de ambos personajes, y más importante, dejando en claro que la muerte de Foggy será lo que siempre terminará motivando al primero en esta temporada. Puede que él se mienta a sí mismo o diga que está trabajando únicamente porque es su deber, pero todo lo que hace —especialmente ahora lo relacionado a la muerte de su último cliente, así como sus enfrentamientos con policías corruptos que usan el logo del Punisher— lo hace por Foggy. Es Frank quien le hace ver la realidad a Matt, lo cual parece traerá consigo ciertas consecuencias; ¡me muero por ver a Daredevil de regreso, con traje y todo!

Pero regresando al tema de los policías. Me encanta que “Daredevil: Born Again” no tenga miedo de meterse en temas potencialmente controvertidos, dejando en claro que buena parte de los policías que operan en la Nueva York de Fisk son corruptos y violentos, capaces de matar hasta por venganza. Va a ser interesante ver cómo el show continua desarrollando esto, especialmente ahora que Frank ha regresado. Lo mismo se puede decir sobre Wilson Fisk —algo de progreso se está haciendo con sus terapias de pareja, pero el que tenga encerrado al ex de Vanessa, Adam (Lou Taylor Pucci) en un calabozo nos dice, nuevamente, que Fisk no ha cambiado tanto. Puede que sea capaz de perdonar a Daniel (Michael Gandolfini) luego de haber cometido un error, pero igual parece que no ha terminado de esconder sus violentas tendencias. Habrá que ver qué sucede con él, y claro, de qué forma Daredevil se verá obligado a detenerlo.

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CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodio 3

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

“Daredevil: Born Again” continua con un episodio que, por lo menos, se siente igual de satisfactorio y sorprendente que los dos primeros, siendo incluso, en ciertos aspectos, superior a ellos. Lo que tenemos acá es un capítulo dedicado casi enteramente al juicio de Hector Ayala (Kamar de los Reyes), en el que Matt (Charlie Cox) se encarga de defenderlo. Esta semana, pues, no tenemos a nuestro protagonista poniéndose el traje del personaje del título, pero eso no importa —da gusto tener un episodio enfocado en su identidad de civil, mostrándonos como a través de su trabajo como abogado también tiene que lidiar con muchos de los problemas éticos con los que se encuentra al actuar como superhéroe.

No hace falta decir, entonces, que el enfoque en el juicio funciona muy bien, permitiéndole al episodio desarrollar breves —pero intensos— momentos de palpable tensión. Resaltan el viaje por parte de un testigo importante al lugar del juicio, las revelación pública por parte de Matt de la identidad alterna de Hector (el Tigre Blanco), y por supuesto, la conclusión del juicio. Si algo de gusto acá, es ver cómo Hector es establecido y desarrollado como un buen tipo; como alguien que ha estado ayudando tanto a civiles como a policías, y que claramente sería incapaz de matar a alguien a sangre fría. Kamar de los Reyes (Q.E.P.D.) hace un estupendo trabajo interpretando a Hector, mostrándolo como alguien que simplemente se dedica a hacer lo correcto, incluso cuando eso puede traer consigo graves consecuencias.

Y eso es precisamente lo que termina sucediendo acá. Ver como Hector es finalmente asesinado, y encima por alguien que lleva el símbolo del Castigador en su ropa, resulta desgarrador. Al igual que ver a Matt hablar por fin sobre Foggy (Elden Henson) con su su cuasi novia, Heather (Margarita Levieva). Y hasta la trama secundaria con Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) resulta intrigante, especialmente cuando hacia el final lo vemos dando una entrevista en la que se queja del resultado del juicio a Hector. Ver como se discute y maneja el tema de los “vigilantes” a nivel político es más interesante de lo que suena, y es lo que hace que “Daredevil: Born Again” sea algo más que un simple show de personajes en spándex dándole a palazos. Si “Daredevil: Born Again” comenzó con el pie derecho con los primeros dos episodios, este tercero sirve para establecerlo como una serie con harto potencial que espero no vaya a ser desperdiciado.

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