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CRÍTICA – The Boys (Temporada 3)

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En tiempos de redomada corrección política en los que la impostura de verdades postizas parece ser la corriente que mueve masas a las que se les debe comunicar únicamente lo que desean escuchar, que Amazon Prime Video apueste por la continuación de The Boys solo puede generar reconocimiento a la valentía que ha tenido para mantener el espíritu rebelde en una tercera temporada de que redobla esfuerzos por ser de todo menos discreta.

Ya conocemos bien que The Boys se inclina por ser la voz disruptiva que ataca directo al corazón del establishment y aquella frescura para parodiar al género de superhéroes ha sido una de las cualidades más valoradas y uno de los factores que la ha convertido en una de las engreídas de la plataforma. De hecho, aunque la serie hasta antes del último viernes no había lanzado nuevos episodios desde octubre de 2020, nunca se fue por completo, pues las propias redes sociales del programa no han perdido ni una sola oportunidad para burlarse, parodiar y hacer sátira de todo lo que ha estado a su alcance, incluyendo los más recientes estrenos de The Batman y Doctor Strange in the Multiverse of Madness.

Por ello es por lo que, para esta nueva temporada, los showrunners -encabezados por Seth Rogen- han tenido miedo de una sola cosa: quedarse cortos. Solo así se puede explicar cómo es que el retorno de la serie ha sido mucho más violento, sangriento, gore, sádico, grotesco y algunos otros adjetivos que van por la misma línea, pero eso sí, no es lo único nuevo que ha traído los tres nuevos episodios que por el momento tenemos disponibles. Todo esto ha sido reforzado por un guion que ha improvisado alejarse de la saga de cómics- creada por Garth Ennis y Darick Robertson- en la que está basado, para involucrarse en temas más irreverentes que solo burlarse de las películas de Marvel. 

Argumentalmente, nos hemos trasladado un año después del final de la segunda temporada, con Homelander (Antony Starr) llevando a cabo el control de daños respectivo por la impopularidad que sufre tras su relación fallida con la neonazi Stormfront (Aya Cash). Su personalidad psicótica ha sido la que le ha dado la esencia a la serie, pues es el más claro ejemplo de que ser un superhéroe no incluye ser buena persona y en esta ocasión, lo vemos transformarse, haciendo un símil a la clara sátira política que The Boys propone para esta ocasión, en una especie de Donald Trump que enarbola la bandera estadounidense en su capa, promoviendo la polarización de los grupos más radicales.

Por otro lado, tenemos en Starlight (Erin Moriarty) al personaje más complejo, o al menos será quien enfrente mayores hostilidades desde la posición en la que se encuentra, tanto como miembro y cara visible de Vought International -la compañía que vendría a ser una clase de transnacional monopólica que factura con la industria de los superhéroes- y como novia de Hughie (Jack Quaid), quien, dicho sea de paso, ahora trabaja junto a la congresista Victoria Neuman (Claudia Doumit) combatiendo los excesos de los super por la vía diplomática, aunque mantienen comunicación con Butcher (Karl Urban) y su pandilla, quienes, a su vez, son la fuerza de choque para detener estos abusos.

Sin embargo, la serie hace bien en tomarse el tiempo necesario para replantear los objetivos que tiene cada personaje, incluso de los secundarios como A-Train (Jessie T. Usher) y The Deep (Chace Crawford), para que el huracán de escenas impactantes no quede en una propuesta que funciona sin un rumbo definido. Estos tres episodios han sido suficientes para comprobar que The Boys está sobrado de ideas y que, en ninguno de los escenarios posibles, va a abandonar su manera tan particular de generar entretenimiento, incluso reforzándola con mucha más sangre y humor negro que podría no ser para todo público- definitivamente-, pero que da en la yema del gusto para quien gusta del body horror o para el que no se inmuta con cierta carencia de sensibilidad en pantalla. Además, como ya comentaba líneas arriba, ya no se trata solo de mostrar violencia desmedida, sino también de burlarse de muchos otros componentes sociales como el espectro político pues, así como tenemos en Homelander a una imagen de político conservador satirizado, también en alguna otra escena vemos un parque de diversiones con temática LGBT y BLM que se mofa de la saturación de marketing que sufre lo que podría referirse con el término woke.

Hay como en todo, algunos personajes que están algo descuidados, como Queen Maeve (Dominique McElligott) o la historia de Frenchie (Tomer Capon) y Kimiko (Karen Fukuhara), pero aún tenemos varios episodios para explorar y corregir el rumbo de estos si fuera necesario. Por lo pronto, The Boys ha conservado todas sus virtudes -incluso aún suena alguna canción de Billy Joel como en las temporadas previas- y ha pisado muy fuerte para hacerse notar, lo que sin duda que lo ha logrado de una forma muy especial: sin decepcionarse a los espectadores y, sobre todo y aún más importante, sin traicionarse a sí misma.

Estudié Economía en la Udep, pero mi película favorita no es Wall Street ni mi serie favorita es Billions. En realidad no tengo ninguna favorita, por eso dedico todo el tiempo posible a ver la mayor cantidad de series y películas que pueda, y porque me gusta. Escribo también en estrimin.pe.

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CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodios 5 y 6

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*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Episodio 5 – ****½ sobre *****

Lo divertido de ver series antes de la época del streaming, es que no todos los episodios tenían que avanzar con la trama general de forma explícita. De hecho, el chiste estaba en tener algunas historias que se podían sentir casi como secundarias, en donde el o la protagonista se veía involucrada en situaciones aisladas. Esa es, precisamente, la sensación que me ha dado el quinto episodio de “Daredevil: Born Again”, el cual se centra en el atraco a un banco en el que se encuentra Matt (Charlie Cox), quien había llegado para intentar sacar un préstamo con la ayuda del administrador asistente, nada más y nada menos que Yusuf Khan (Mohan Kapur), el papá de Kamala Khan / Ms Marvel.

Es así que el episodio se desarrolla como una historia que se puede disfrutar casi por sí sola, pero que contiene referencias como la anteriormente mencionada que dejan muy en claro que esta serie sí se lleva a cabo explícitamente en la MCU. Pero fuera de eso, tenemos un episodio emocionante y tenso, en el que Matt se ve obligado a usar sus poderes —básicamente, su súper sentido del oído— sin que nadie se de cuenta, actuando como un verdadero ciego y sin ponerse su traje de Daredevil. Esto resulta en un episodio increíblemente entretenido, que aprovecha bien la fecha en la que se lleva a cabo —el Día de San Patricio— así como la peligrosa situación en la que se encuentran nuestros personajes. No es un episodio mega importante, pues, pero igual lo disfruté mucho, y además, da la sensación de que establece a una misteriosa figura —el jefe de los criminales— como un villano potencial en el futuro. Habrá que esperar.

 

Episodio 6 – ****½ sobre *****

Es en el episodio 6 de “Daredevil: Born Again”, entonces, donde la trama comienza a avanzar un poco más —a diferencia del anterior, quienes busquen un mayor desarrollo de las líneas narrativas principales de la serie quedarán más contentos con este episodio. Es aquí que vemos como se descubre la forma en que Muse, un asesino serial/grafitero, está haciendo pintas aparentemente imborrables en las calles de Nueva York. Y también es aquí que vemos, por fin, a Matt regresar a sus andanzas, poniéndose el traje de Daredevil nuevamente, esta vez para rescatar a Angela (Camila Rodríguez) de las garras del asesino ya mencionado.

Resulta fascinante, además, ver a Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) formar un escuadrón anti-justicieros, lo que me imagino le traerá problemas más adelante tanto a Daredevil como a personajes como El Castigador. Pero lo que el episodio parece estar más interesado en decirnos es que, al convertirse de nuevo en justiciero, nuestro protagonista no se diferencia demasiado de su archienemigo. Es así que vemos como, en paralelo, Fisk y Matt se ven involucrados en peleas, con el primero sacándole la mugre al ex de Vanessa, y el segundo tratando de acabar con Muse. Entre eso, y la aparición inesperada de Jack Duquesne / El Espadachín (Tony Dalton), quien apareció por primera vez en la serie de “Hawkeye”, es que el sexto episodio de “Daredevil: Born Again” se desarrolla de forma emocionante, satisfactoria y violenta, mezclando contenido temático potente con referencias para los fans. Es decir, tanto este episodio como el anterior son de lo mejor que el show nos ha ofrecido hasta el momento.

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CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodio 4

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**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Si este se siente como un episodio menor, es porque los tres primeros capítulos de “Daredevil: Born Again” han sido extremadamente buenos; es decir, la valla está alta. Sin embargo, hay mucho para disfrutar en el cuarto episodio de “Daredevil: Born Again”, desde un caso muy particular que le toca atender a Matt Murdock (Charlie Cox), hasta los esfuerzos del alcalde Fisk (Vincent D’Onofrio) por comenzar a cumplir con sus promesas de campaña y, por supuesto, el muy esperado retorno de Frank Castle / El Castigador (Jon Bernthal).

De hecho, esto último es de lo mejor que tiene el episodio para ofrecer, incluyendo una magnífica escena protagonizada por dos grandes actores dando interpretaciones fascinantes. El diálogo entre Matt y Frank hace un excelente trabajo resumiendo las posturas de ambos personajes, y más importante, dejando en claro que la muerte de Foggy será lo que siempre terminará motivando al primero en esta temporada. Puede que él se mienta a sí mismo o diga que está trabajando únicamente porque es su deber, pero todo lo que hace —especialmente ahora lo relacionado a la muerte de su último cliente, así como sus enfrentamientos con policías corruptos que usan el logo del Punisher— lo hace por Foggy. Es Frank quien le hace ver la realidad a Matt, lo cual parece traerá consigo ciertas consecuencias; ¡me muero por ver a Daredevil de regreso, con traje y todo!

Pero regresando al tema de los policías. Me encanta que “Daredevil: Born Again” no tenga miedo de meterse en temas potencialmente controvertidos, dejando en claro que buena parte de los policías que operan en la Nueva York de Fisk son corruptos y violentos, capaces de matar hasta por venganza. Va a ser interesante ver cómo el show continua desarrollando esto, especialmente ahora que Frank ha regresado. Lo mismo se puede decir sobre Wilson Fisk —algo de progreso se está haciendo con sus terapias de pareja, pero el que tenga encerrado al ex de Vanessa, Adam (Lou Taylor Pucci) en un calabozo nos dice, nuevamente, que Fisk no ha cambiado tanto. Puede que sea capaz de perdonar a Daniel (Michael Gandolfini) luego de haber cometido un error, pero igual parece que no ha terminado de esconder sus violentas tendencias. Habrá que ver qué sucede con él, y claro, de qué forma Daredevil se verá obligado a detenerlo.

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CRÍTICA: Daredevil: Born Again – Episodio 3

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

“Daredevil: Born Again” continua con un episodio que, por lo menos, se siente igual de satisfactorio y sorprendente que los dos primeros, siendo incluso, en ciertos aspectos, superior a ellos. Lo que tenemos acá es un capítulo dedicado casi enteramente al juicio de Hector Ayala (Kamar de los Reyes), en el que Matt (Charlie Cox) se encarga de defenderlo. Esta semana, pues, no tenemos a nuestro protagonista poniéndose el traje del personaje del título, pero eso no importa —da gusto tener un episodio enfocado en su identidad de civil, mostrándonos como a través de su trabajo como abogado también tiene que lidiar con muchos de los problemas éticos con los que se encuentra al actuar como superhéroe.

No hace falta decir, entonces, que el enfoque en el juicio funciona muy bien, permitiéndole al episodio desarrollar breves —pero intensos— momentos de palpable tensión. Resaltan el viaje por parte de un testigo importante al lugar del juicio, las revelación pública por parte de Matt de la identidad alterna de Hector (el Tigre Blanco), y por supuesto, la conclusión del juicio. Si algo de gusto acá, es ver cómo Hector es establecido y desarrollado como un buen tipo; como alguien que ha estado ayudando tanto a civiles como a policías, y que claramente sería incapaz de matar a alguien a sangre fría. Kamar de los Reyes (Q.E.P.D.) hace un estupendo trabajo interpretando a Hector, mostrándolo como alguien que simplemente se dedica a hacer lo correcto, incluso cuando eso puede traer consigo graves consecuencias.

Y eso es precisamente lo que termina sucediendo acá. Ver como Hector es finalmente asesinado, y encima por alguien que lleva el símbolo del Castigador en su ropa, resulta desgarrador. Al igual que ver a Matt hablar por fin sobre Foggy (Elden Henson) con su su cuasi novia, Heather (Margarita Levieva). Y hasta la trama secundaria con Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) resulta intrigante, especialmente cuando hacia el final lo vemos dando una entrevista en la que se queja del resultado del juicio a Hector. Ver como se discute y maneja el tema de los “vigilantes” a nivel político es más interesante de lo que suena, y es lo que hace que “Daredevil: Born Again” sea algo más que un simple show de personajes en spándex dándole a palazos. Si “Daredevil: Born Again” comenzó con el pie derecho con los primeros dos episodios, este tercero sirve para establecerlo como una serie con harto potencial que espero no vaya a ser desperdiciado.

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