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‘Emily in Paris’: Críticos franceses la consideran vergonzosa por abuso de clichés
Publicado
hace 4 añosel
La serie de comedia romántica protagonizada por Lily Collins está causando un gran revuelo entre los parisinos que no están impresionados por los clichés y estereotipos que se encuentran en el programa.
La ciudad de la luz es bastante oscura en la nueva serie de Netflix Emily in París, con los parisinos en armas por la comedia romántica protagonizada por Lily Collins como una ingenua estadounidense que supera todo tipo de estereotipos franceses en su búsqueda por convertirse en una gurú de las redes sociales.
Creada por Darren Star (Sex and the City, Beverly Hills 90210) y producida por MTV Studios, Emily in Paris debutó en Netflix en todo el mundo el 2 de octubre y ya se ha convertido en un tema candente en las redes sociales a ambos lados del Atlántico. Los espectadores adoran y odian ver un programa lleno hasta los huesos con ropa elegante, lugares glamorosos y estrellas increíblemente atractivas.
El programa sigue a la veinteañera Emily, una ejecutiva de marketing junior de una empresa estadounidense que adquiere una firma de boutiques francesa que opera en el mundo del lujo. Cuando el jefe de Emily (interpretado por Kate Walsh) no puede trasladarse a París, la compañía decide ir en contra de la lógica y la flagrante falta de habilidades lingüísticas del personaje, y enviar a la joven Emily con sus experimentados colegas franceses.
La reseña de The Hollywood Reporter calificó a Emily in París como «sorprendentemente visible, una confección escapista repleta de tramas, disfraces y personajes fácilmente digeribles», pero el crítico discrepó con el personaje principal de Emily. «Valiente, alegre y arrogante, Emily llega a París decidida a» traer una perspectiva estadounidense «a la marca francesa, sin considerar ni una sola vez que su orgullosa ignorancia cultural es en realidad una debilidad, no una fortaleza».
Para muchos críticos y espectadores franceses, la «orgullosa ignorancia cultural» fue demasiado y el programa ha sido duramente criticado, burlado y desestimado por perpetuar los estereotipos de los franceses, glorificando una versión irreal de un parque temático de París y tramas absurdas.
En su reseña para Premiere, Charles Martin escribió: «[En Emily in París] nos enteramos de que los franceses son» todos malos «(sí, sí), que son vagos y nunca llegan a la oficina antes del final de la mañana, que son coquetos y no están muy apegados al concepto de lealtad, que son sexistas y atrasados, y por supuesto, que tienen una relación cuestionable con la ducha. Sí, no se escatima ningún cliché, ni siquiera el más débil «.
En el sitio de entretenimiento Sens Critique, un crítico escribió que Emily in París proyecta la misma imagen poco realista de París que la película Amelie y que «tienes que amar mucho la ciencia ficción para ver esta serie, sabiendo que los parisinos son en su mayoría amigables, hablan un inglés irreprochable, hacen el amor durante horas y que ir a trabajar sigue siendo una opción. Los escritores pueden haber dudado durante dos o tres minutos en poner una baguette debajo de cada francés, o incluso una boina para distinguirlos claramente, en cambio, todos fuman cigarrillos y coquetean hasta la muerte «.
La opinión de RTL fue igualmente despectiva: «Rara vez habíamos visto tantos clichés sobre la capital francesa desde los episodios parisinos de Gossip Girl o el final de The Devil Wears Prada«. La revista cultural Les Inrocks describió el París del programa como la ciudad poco realista del «Moulin Rouge, Coco Chanel, baguettes y Ratatouille».
En el popular sitio de reseñas de usuarios de cine y televisión AlloCiné, Emily in París obtuvo una calificación media de 2.9 / 5, pero las críticas negativas son uniformemente mordaces. «Serie vergonzosa, imagen completamente errónea de París. Es ridículo, mal actuado. Como si París fuera todo sobre moda, romance y croissants. No», escribió un crítico. Otro escribió: «Una serie que podría haber sido genial si no hubiera caricaturizado a los franceses. En esta serie, los franceses son descritos como arrogantes, sucios, perezosos, malos, amargados … pero afortunadamente esta joven estadounidense llega para explicarles cómo funciona la vida. Es lamentable, me pregunto por qué los actores franceses aceptaron protagonizar esta serie «.
Sin embargo, no todo fue negativo, un crítico de AlloCiné escribió: «Tantos franceses indignados por los clichés presentados en esta serie, mientras que nosotros somos los primeros en tener clichés sobre otros. ¡Relájate, es una serie y no hay nada muy malo! La encontré divertida y ligera «.
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— Danny Pellegrino (@DannyPellegrino) October 4, 2020
Emily publica esta foto en su Instagram y consigue 20.000 nuevos seguidores
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****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Llegamos al final de lo que podría considerarse como una de las mejores series del 2024. Y felizmente, “El Pingüino” ha concluido de manera satisfactoria —más que satisfactoria, de hecho. El personaje del título (Colin Farrell) por fin se ha convertido en el verdadero villano que siempre debió ser; Sofia Gigante (Cristin Milioti) ha regresado al asilo de Arkham, para volver a vivir su peor pesadilla. Pero más importante: lo que tanto nos teníamos, terminó pasando. Vic (Rhenzy Feliz), el eterno aliado de Oswald, es asesinado por este último luego de que tienen una breve conversación, en la que el primero le confiesa que lo considera como familia. El último cuchillazo en el corazón (no literal). El último paso que Oz tenía que dar para convertirse en lo que debía ser.
De hecho, lo que postula este último episodio de “El Pingüino”, es que Oz siempre fue así. Desde pequeño. No solo porque terminó matando a sus dos hermanos, como vimos en otro flashback, si no también porque siguió viviendo con su mamá después de eso, como si nada hubiese pasado. Para él, sus hermanos eran como obstáculo que le impedían estar con su madre, y que debían ser eliminados. Quería a su madre solo para él. Quería su aceptación. Quería darle la vida que siempre quizo tener. Pero como Oz no puede obtener todo lo que quiere, y mucho menos lo más importante para él, su madre termina teniendo un derrame, el cual la deja en estado vegetativo. Todo por lo que luchó, todo por lo que mató… se esfumó en pocos minutos. Y todo lo que queda es un Oz destruido, que lo tiene todo pero a la vez nada.
Es así, pues, que “El Pingüino” nos deja con una de las mejores construcciones de un villano que haya visto en un buen tiempo. A diferencia de lo que está haciendo Sony, la serie nunca trata de redimir a su personaje central ni mucho menos. No trata de convertirlo en un antihéroe. Lo que ha hecho es obligarnos a seguir a un personaje nefasto, a un psicópata al que entendemos, pero al que nunca llegamos a justificar. Es fascinante, y se cuelga de las excelentes actuaciones de Farrell, Milioti y Feliz. De hecho, si tengo una sola queja, es que “El Pingüino” no logra insertar suficientes referencias al mundo en el que sucede (¿cómo es que Batman ha ignorado todo lo que pasa en el show?) Y aunque me encantó la aparición de la Batiseñal al final, creo que pudieron haber puesto… más. Pero eso es lo único, ¡lo juro! Por lo demás, “El Pingüino” ha concluido muy bien, y ha demostrado ser, nuevamente, de lo mejor que hemos podido ver este año en streaming.
****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Ya nos vamos acercando al final. En el sétimo episodio de “El Pingüino”, llamado “El Jefe”, las cosas se tornan más complicadas para el personaje del título. Su madre, Francis (Deirdre O’Connell) ha sido capturada por Sofia Gigante (Cristin Milioti), y cuando llega a su casa en busca de Vic (Rhenzy Feliz), más bien se encuentra con Sal Maroni (Clancy Brown), quien le pide lo lleve a su base de operaciones en las alcantarillas. Después de todo, se quiere vengar de Oz por haber matado a su esposa, y de paso se quiere quedar con su operación de producción y distribución de drogas para compartirla con Sofia.
Es una situación compleja, pues, de la cual, para variar, Oz logra salir. Con la ayuda de un secuaz, logra apagar las luces de su base, se escapa de las garras de sus enemigos, y termina asesinando a Maroni… bueno, más o menos. Pelean, y este parece morir de un infarto, lo cual frustra a Oz, quien siempre quiere demostrar que es el ganador y es mejor de lo que el resto cree. Pero por su parte, en una conversación con Francis, Sofia se da cuenta de algo: todo este tiempo, quizo hacer algo nuevo, ser distinta. Pero ha estado jugando el mismo juego que su padre. Por ende, cuando Oz le pide que vaya a su base para entregar a su madre, hace algo diferente: le manda una bomba. Y aunque el Pingüino sobrevive (obviamente), para variar, los que pagan las consecuencias de la explosión son los residentes más pobres de la superficie. Al igual que con la inundación del Acertijo en “Batman”, son los más necesitados los que sufren por las acciones de estos villanos.
Es así que “El Pingüino” se va acercando a su final, sorprendiéndonos con giros narrativos interesantes y demostrando que ya se está acercando a un clímax potencialmente intrigante. Disfruté del flashback a la infancia de Oz con su madre (pues resulta que el pequeño Pingüino fue el responsable de la muerte de sus hermanos… o al menos eso parece), y disfruté de la escena entre Francis y Sofia, y de la intervención del Doctor Rush (Theo Rossi) en toda la situación. Sofia sigue siendo una antagonista formidable, dejando a Oz más solo que nunca. Aparentemente sin Vic (por el momento, asumo) y con un ejército muerto. ¿Qué pasará en el último episodio de la próxima semana? Tengo mis teorías, pero como siempre, estoy seguro que “El Pingüino” logrará sorprenderme.
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CRÍTICA: Agatha en todas partes – Episodios 8 y 9 (FINAL)
Publicado
hace 3 semanasel
31 octubre, 2024EPISODIO 8
****sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
El octavo (¡y penúltimo!) episodio de “Agatha en todas partes” comienza con el breve retorno de Alice (Ali Ahn), quien al encontrarse con la Muerte (Aubrey Plaza) se entera de que ya cumplió con su misión en la Tierra; al ser una Bruja de Protección, murió protegiendo a alguien. Luego de eso, retornamos a donde Billy (Joe Locke) y Jennifer (Sasheer Zamata) escapando de la prueba anterior, y del sacrificio de Lilia (Patti LuPone). Eventualmente, se reencuentran con Agatha (Kathryn Hahn), y aunque tratan de avanzar por el Camino de las Brujas, al final se dan cuenta de que este es un círculo, y regresan a donde comenzaron.
¿O no? Porque sí terminan llegando a la última Prueba, donde Agatha se da cuenta que cada una de las brujas ha llegado al momento en donde puede (¿debe?) recibir lo que está buscando. Jennifer recupera sus poderes (resulta que era la mismísima Agatha las que los estaba bloqueando), Billy encuentra la manera de meter la consciencia de su hermano en el cuerpo de un niño que está a punto de morir, y Agatha… bueno, logra crear vida a partir de la tristeza, lo que la lleva a enfrentarse a la Muerte y, para sorpresa de muchos, autosacrificarse. ¡Resulta que no era taaaan mala después de todo!
Todo va culminando, pues, tal y como asumíamos que culminaría, pero lo más interesante ha sido reservado para el final del episodio. Ya de vuelta en casa (y luego de haber adquirido su propio traje de superhéroe y todo), Billy se da cuenta de algo, y el público es testigo de un giro bastante chocante. El Camino de las Brujas nunca existió; siempre estuvo basado en las experiencias y cosas que Billy tenía en su cuarto. Como buen hijo de Wanda Maximoff, creó su propia realidad, y trajo consigo a las brujas para meterse en ella (lo cual explica cómo es que la Muerte se va del Camino simplemente cortando un agujero en una pared falsa en el fondo… huh). Es un “twist” que funciona, pero que sí me dejó con una desagradable sensación, parecida a la del estereotípico final de “todo fue un sueño”. Y así termina, lo cual, por supuesto, me lleva a…
EPISODIO 9 (FINAL)
**** sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
…el último episodio de “Agatha en todas partes”, por supuesto. Es aquí, pues, que nos enteramos —a través de un flashback bastante extenso— de la vida de Agatha entre 1750 y 1756, primero cuando dio a luz a su hijo Nicky, y luego cuando vivió con él hasta el día que la Muerte se lo llevó, engañando a brujas para luego matarlas. Pero más importante, es aquí que se complementa lo revelado en el episodio anterior, mostrándonos que la Balada del Camino de la Bruja nunca fue real —simplemente era la adaptación de una canción que al pequeño Nicky se le ocurrió mientras caminaba con su madre cerca al bosque.
Por ende, es Agatha quien se inventó todo el rollo del Camino, y como se muestra en un montaje bastante memorable, quien engañó por literalmente siglos a brujas, diciéndoles que les mostraría el Camino, para luego extraerles todo su poder. Es eso, de hecho, lo que planeaba hacer con Alice, Jennifer y Lilia al inicio de la temporada, en el sótano de su casa… hasta que Billy, con su propio poder, creó el Camino por primera vez en la historia. Es así, pues, que este episodio final nos muestra claramente el arco de personaje de Agatha: comenzó la temporada como alguien que simplemente quería seguir engañando a otras brujas, como siempre, y la terminó sacrificándose por Tommy, y convirtiéndose en una fantasmita.
Es ya en el presente que la vemos así, y que llegamos al final de la serie: con Agatha y Billy saliendo a la luz, en busca de Tommy. ¿Veremos el desarrollo y desenlace de dicha aventura? Sospecho que sí, pero no sé si en una segunda temporada de “Agatha en todas partes”, o en alguna otra serie. En todo caso, se puede decir que este show terminó siendo mejor que lo que muchos esperaban; correcto, en términos generales, y en el caso de algunos episodios un poco repetitivo, pero en el caso de otros, bastante memorable. No la he pasado mal con “Agatha en todas partes”, y ahora que el personaje del título es un fantasma, me gusta la idea de seguir a Billy Maximoff en la búsqueda de su hermano. ¡Apúrense y háganlo realidad, Marvel!