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¿Por qué Netflix sigue cancelando tus series favoritas luego de dos temporadas?

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Es difícil de imaginar ahora, pero cuando la versión estadounidense de The Office se estrenó por primera vez en NBC en 2005, el programa fue criticado tanto por la crítica como por el público. La gente pensó que no era original, nada divertido y un mal clon de la versión del Reino Unido. Pero NBC hizo el llamado para renovar el programa de todos modos. Parecía ser la correcta, porque desde la segunda temporada en adelante, The Office US ganó aplausos en todas partes, que duró nueve temporadas gloriosas.

En la era del streaming, sin embargo, muchos programas de televisión no reciben la misma cortesía ni se les da el tiempo para demostrar su valor. Los datos de la firma de análisis de medios Ampere Analysis sugieren que, en promedio, un original de Netflix tiene solo dos temporadas antes de ser cancelado.

El mes pasado, el programa de ciencia ficción Altered Carbon fue incluido en el club de cancelaciones de la segunda temporada en expansión de Netflix, uniéndose a Sense8, The OA y Luke Cage al ser despedido después de solo dos temporadas. Lo que siguió fue la ahora tradicional campaña de fanáticos furiosos para salvar la serie de una muerte prematura.

Aparte del final único de la película Sense8, que se encargó después de una campaña agresiva de los fanáticos, la mayoría de los intentos de recuperar un original de Netflix de la cancelación a menudo terminan en un fracaso. La decisión de la compañía de cancelar un programa suele ser definitiva; solo pregunta por #SaveTheOA. Pero si bien es triste para los fanáticos ver un programa dramáticamente acortado, para Netflix, todo se reduce a los datos.

Netflix no publica cifras de calificación de la misma manera que las cadenas de televisión lineales, pero se ha informado ampliamente que decide renovar o cancelar sus programas en función de la audiencia frente al costo del proceso de revisión de renovación, que determina si el costo de producir otra temporada de un programa es proporcional al número de espectadores que recibe el programa. «Lo más importante que observamos es, ¿estamos obteniendo suficiente audiencia para justificar el costo de la serie?» explicó la vicepresidenta de programación original de Netflix, Cindy Holland, en 2018, durante la gira de prensa de verano de la Asociación de Críticos de Televisión.

Ni la súplica (#SaveTheOA) de los fans pudo salvar la serie.

Los programas pueden tener una base de fans dedicada, como Altered Carbon y The OA, pero es posible que no hayan tenido el éxito suficiente como para acumular una audiencia en todo Netflix. Tom Harrington, analista de Enders Analysis, explica que el programa ideal para Netflix es aquel en el que la gran mayoría de las personas que se suscriben a Netflix lo vean, y no solo una base de fans dedicada. Algo como Stranger Things puede atraer nuevas audiencias y mantener las actuales, por lo que sigue renovándose.

Según una carta enviada al Comité de Selección Digital y Comunicaciones de la Cámara de los Lores, Netflix también considera otras tres métricas cuando decide si cancelar o renovar un programa. Analiza dos puntos de datos dentro de los primeros siete días y los primeros 28 días de que un programa esté disponible en el servicio. El primero es «Starters», o hogares que miran solo un episodio de una serie. El segundo punto de datos son los «Completadores», o suscriptores que terminan una temporada completa.

La métrica final es «Observadores», que es el número total de suscriptores que miran un programa. En una entrevista con Vulture, la audiencia de 28 días, que se refiere a la cantidad de personas que miran una temporada completa de un programa en un mes, se mencionó constantemente como una de las métricas utilizadas para decidir la renovación. Todos esos datos ayudan a Netflix a hacerse una idea de si renovar o no su serie favorita.

También hay más dinero en juego para Netflix. Al igual que otros servicios de transmisión, se diferencia de las redes de televisión tradicionales en que encarga una temporada completa de un programa a la vez, en lugar de un solo piloto. Netflix también emplea un modelo de costo plus, lo que significa que paga todos los costos de producción de un programa, más una prima del 30 por ciento.

Históricamente, lo que han hecho las redes es pagar una parte de esos costos de producción y luego hacer que la empresa de producción se haga cargo del resto. La idea es que los programas se compren internacionalmente, yendo a otras emisoras e incluso a servicios de transmisión, continuando ganando dinero para los productores. Pero cuando algo está en Netflix, normalmente permanece en Netflix.

Netflix intenta hacerse más atractivo para los productores de programas de televisión al otorgarles bonificaciones y aumentos de pago a medida que avanza una serie. Harrington dice que los programas en Netflix son más caros después de la segunda temporada e incluso más caros después de la tercera temporada, y las primas aumentan cada temporada. “Tienen que dar [a un programa] más dinero por serie, y si deciden volver a ponerlo en marcha, se vuelve más caro para ellos”, explica. «Por eso, se cancelan muchos programas más después de dos series porque les cuesta más».

Sense 8 tuvo un cierre por medio de una pelicula.

Financieramente, tiene más sentido para Netflix encargar un nuevo programa que renovar un programa de bajo rendimiento que solo se volverá más caro cuanto más dure la serie. Tim Westcott, director de investigación y análisis de Omdia, dice que en términos de inversión en contenido, Netflix todavía está en la etapa de crecimiento. “En Estados Unidos, el crecimiento de suscriptores se ha estabilizado un poco y ahora tienen mucha competencia en Estados Unidos. Pero están agregando cientos de miles de suscriptores cada trimestre en todo el mundo. Todavía están en una fase en la que todavía están echando combustible al motor para mantener el crecimiento de los suscriptores «, explica, y agrega que, en última instancia, busca aumentar el volumen para poder producir nuevos programas que pueda promover para atraer más suscriptores.

Según la revista Deadline, si un programa no ha crecido significativamente en popularidad durante las temporadas dos o tres, entonces Netflix cree que es poco probable que obtenga nuevos espectadores más allá de los que ya lo están viendo.

En última instancia, si los espectadores quieren que se renueve su programa favorito, entonces los primeros 28 días son períodos críticos para ser espectadores y completadores, y solo tienen que esperar que atraiga una audiencia masiva suficiente para justificar el costo de la renovación por su segunda temporada. Como pregunta Harrington: «Si un programa no ha demostrado su eficacia en la segunda temporada, ¿por qué harías más?»

Confiemos en que nuestras series favoritas actuales puedan superar la barrera de las dos temporadas.

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CRÍTICA: El Pingüino – Episodio 8 (FINAL)

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Llegamos al final de lo que podría considerarse como una de las mejores series del 2024. Y felizmente, “El Pingüino” ha concluido de manera satisfactoria —más que satisfactoria, de hecho. El personaje del título (Colin Farrell) por fin se ha convertido en el verdadero villano que siempre debió ser; Sofia Gigante (Cristin Milioti) ha regresado al asilo de Arkham, para volver a vivir su peor pesadilla. Pero más importante: lo que tanto nos teníamos, terminó pasando. Vic (Rhenzy Feliz), el eterno aliado de Oswald, es asesinado por este último luego de que tienen una breve conversación, en la que el primero le confiesa que lo considera como familia. El último cuchillazo en el corazón (no literal). El último paso que Oz tenía que dar para convertirse en lo que debía ser.

De hecho, lo que postula este último episodio de “El Pingüino”, es que Oz siempre fue así. Desde pequeño. No solo porque terminó matando a sus dos hermanos, como vimos en otro flashback, si no también porque siguió viviendo con su mamá después de eso, como si nada hubiese pasado. Para él, sus hermanos eran como obstáculo que le impedían estar con su madre, y que debían ser eliminados. Quería a su madre solo para él. Quería su aceptación. Quería darle la vida que siempre quizo tener. Pero como Oz no puede obtener todo lo que quiere, y mucho menos lo más importante para él, su madre termina teniendo un derrame, el cual la deja en estado vegetativo. Todo por lo que luchó, todo por lo que mató… se esfumó en pocos minutos. Y todo lo que queda es un Oz destruido, que lo tiene todo pero a la vez nada.

Es así, pues, que “El Pingüino” nos deja con una de las mejores construcciones de un villano que haya visto en un buen tiempo. A diferencia de lo que está haciendo Sony, la serie nunca trata de redimir a su personaje central ni mucho menos. No trata de convertirlo en un antihéroe. Lo que ha hecho es obligarnos a seguir a un personaje nefasto, a un psicópata al que entendemos, pero al que nunca llegamos a justificar. Es fascinante, y se cuelga de las excelentes actuaciones de Farrell, Milioti y Feliz. De hecho, si tengo una sola queja, es que “El Pingüino” no logra insertar suficientes referencias al mundo en el que sucede (¿cómo es que Batman ha ignorado todo lo que pasa en el show?) Y aunque me encantó la aparición de la Batiseñal al final, creo que pudieron haber puesto… más. Pero eso es lo único, ¡lo juro! Por lo demás, “El Pingüino” ha concluido muy bien, y ha demostrado ser, nuevamente, de lo mejor que hemos podido ver este año en streaming.

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CRÍTICA: El Pingüino – Episodio 7

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****½ sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

Ya nos vamos acercando al final. En el sétimo episodio de “El Pingüino”, llamado “El Jefe”, las cosas se tornan más complicadas para el personaje del título. Su madre, Francis (Deirdre O’Connell) ha sido capturada por Sofia Gigante (Cristin Milioti), y cuando llega a su casa en busca de Vic (Rhenzy Feliz), más bien se encuentra con Sal Maroni (Clancy Brown), quien le pide lo lleve a su base de operaciones en las alcantarillas. Después de todo, se quiere vengar de Oz por haber matado a su esposa, y de paso se quiere quedar con su operación de producción y distribución de drogas para compartirla con Sofia.

Es una situación compleja, pues, de la cual, para variar, Oz logra salir. Con la ayuda de un secuaz, logra apagar las luces de su base, se escapa de las garras de sus enemigos, y termina asesinando a Maroni… bueno, más o menos. Pelean, y este parece morir de un infarto, lo cual frustra a Oz, quien siempre quiere demostrar que es el ganador y es mejor de lo que el resto cree. Pero por su parte, en una conversación con Francis, Sofia se da cuenta de algo: todo este tiempo, quizo hacer algo nuevo, ser distinta. Pero ha estado jugando el mismo juego que su padre. Por ende, cuando Oz le pide que vaya a su base para entregar a su madre, hace algo diferente: le manda una bomba. Y aunque el Pingüino sobrevive (obviamente), para variar, los que pagan las consecuencias de la explosión son los residentes más pobres de la superficie. Al igual que con la inundación del Acertijo en “Batman”, son los más necesitados los que sufren por las acciones de estos villanos.

Es así que “El Pingüino” se va acercando a su final, sorprendiéndonos con giros narrativos interesantes y demostrando que ya se está acercando a un clímax potencialmente intrigante. Disfruté del flashback a la infancia de Oz con su madre (pues resulta que el pequeño Pingüino fue el responsable de la muerte de sus hermanos… o al menos eso parece), y disfruté de la escena entre Francis y Sofia, y de la intervención del Doctor Rush (Theo Rossi) en toda la situación. Sofia sigue siendo una antagonista formidable, dejando a Oz más solo que nunca. Aparentemente sin Vic (por el momento, asumo) y con un ejército muerto. ¿Qué pasará en el último episodio de la próxima semana? Tengo mis teorías, pero como siempre, estoy seguro que “El Pingüino” logrará sorprenderme.

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CRÍTICA: Agatha en todas partes – Episodios 8 y 9 (FINAL)

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EPISODIO 8

****sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

El octavo (¡y penúltimo!) episodio de “Agatha en todas partes” comienza con el breve retorno de Alice (Ali Ahn), quien al encontrarse con la Muerte (Aubrey Plaza) se entera de que ya cumplió con su misión en la Tierra; al ser una Bruja de Protección, murió protegiendo a alguien. Luego de eso, retornamos a donde Billy (Joe Locke) y Jennifer (Sasheer Zamata) escapando de la prueba anterior, y del sacrificio de Lilia (Patti LuPone). Eventualmente, se reencuentran con Agatha (Kathryn Hahn), y aunque tratan de avanzar por el Camino de las Brujas, al final se dan cuenta de que este es un círculo, y regresan a donde comenzaron.

¿O no? Porque sí terminan llegando a la última Prueba, donde Agatha se da cuenta que cada una de las brujas ha llegado al momento en donde puede (¿debe?) recibir lo que está buscando. Jennifer recupera sus poderes (resulta que era la mismísima Agatha las que los estaba bloqueando), Billy encuentra la manera de meter la consciencia de su hermano en el cuerpo de un niño que está a punto de morir, y Agatha… bueno, logra crear vida a partir de la tristeza, lo que la lleva a enfrentarse a la Muerte y, para sorpresa de muchos, autosacrificarse. ¡Resulta que no era taaaan mala después de todo!

Todo va culminando, pues, tal y como asumíamos que culminaría, pero lo más interesante ha sido reservado para el final del episodio. Ya de vuelta en casa (y luego de haber adquirido su propio traje de superhéroe y todo), Billy se da cuenta de algo, y el público es testigo de un giro bastante chocante. El Camino de las Brujas nunca existió; siempre estuvo basado en las experiencias y cosas que Billy tenía en su cuarto. Como buen hijo de Wanda Maximoff, creó su propia realidad, y trajo consigo a las brujas para meterse en ella (lo cual explica cómo es que la Muerte se va del Camino simplemente cortando un agujero en una pared falsa en el fondo… huh). Es un “twist” que funciona, pero que sí me dejó con una desagradable sensación, parecida a la del estereotípico final de “todo fue un sueño”. Y así termina, lo cual, por supuesto, me lleva a…

EPISODIO 9 (FINAL)

**** sobre *****

*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*

…el último episodio de “Agatha en todas partes”, por supuesto. Es aquí, pues, que nos enteramos —a través de un flashback bastante extenso— de la vida de Agatha entre 1750 y 1756, primero cuando dio a luz a su hijo Nicky, y luego cuando vivió con él hasta el día que la Muerte se lo llevó, engañando a brujas para luego matarlas. Pero más importante, es aquí que se complementa lo revelado en el episodio anterior, mostrándonos que la Balada del Camino de la Bruja nunca fue real —simplemente era la adaptación de una canción que al pequeño Nicky se le ocurrió mientras caminaba con su madre cerca al bosque.

Por ende, es Agatha quien se inventó todo el rollo del Camino, y como se muestra en un montaje bastante memorable, quien engañó por literalmente siglos a brujas, diciéndoles que les mostraría el Camino, para luego extraerles todo su poder. Es eso, de hecho, lo que planeaba hacer con Alice, Jennifer y Lilia al inicio de la temporada, en el sótano de su casa… hasta que Billy, con su propio poder, creó el Camino por primera vez en la historia. Es así, pues, que este episodio final nos muestra claramente el arco de personaje de Agatha: comenzó la temporada como alguien que simplemente quería seguir engañando a otras brujas, como siempre, y la terminó sacrificándose por Tommy, y convirtiéndose en una fantasmita.

Es ya en el presente que la vemos así, y que llegamos al final de la serie: con Agatha y Billy saliendo a la luz, en busca de Tommy. ¿Veremos el desarrollo y desenlace de dicha aventura? Sospecho que sí, pero no sé si en una segunda temporada de “Agatha en todas partes”, o en alguna otra serie. En todo caso, se puede decir que este show terminó siendo mejor que lo que muchos esperaban; correcto, en términos generales, y en el caso de algunos episodios un poco repetitivo, pero en el caso de otros, bastante memorable. No la he pasado mal con “Agatha en todas partes”, y ahora que el personaje del título es un fantasma, me gusta la idea de seguir a Billy Maximoff en la búsqueda de su hermano. ¡Apúrense y háganlo realidad, Marvel!

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