destacado
CRÍTICA – Euphoria (Temporada 2, Episodio 5)
Publicado
hace 3 añosel
La mejor forma de celebrar el anuncio de la confirmación de la tercera temporada de Euphoria ha sido este episodio que comprueba que la serie está más vigente que nunca y que, además, ha servido para acallar unas cuantas críticas que empezaban a aparecer respecto a la «poca sustancia dentro un envoltorio bonito» que parecía caracterizar esta segunda parte de la producción dirigida por Sam Levinson.
Me había parecido que el protagonismo de Rue estaba incomodando la trama porque se encontraba en un punto muerto poco interesante y que no aportaba mucho porque ya habíamos visto versiones más extremas del personaje de Zendaya. Sin embargo, la segunda temporada se había estado tomando el arduo trabajo de ir cavando lentamente el agujero en el que finalmente ha caído la protagonista.
Ha sido un episodio dedicado por completo a ella, pero muy distinto a su especial estrenado luego de la primera temporada. En este tenemos mucha más acción, pero de ello hablaremos en un momento porque el inicio del capítulo nos traslada al interior de la familia Bennett. Leslie, la madre de Rue, ha descubierto que su hija ha recaído en el consumo de drogas. Lo cierto es que no fui el único espectador disconforme la semana pasada por la poca fineza con la que se trató el tema de Jules y como descubre que su novia está metida en drogas de nuevo. Era bastante evidente y lo mismo aplica con su madre. Sin embargo, los minutos iniciales son suficiente recompensa como para reconciliarnos y olvidarnos de ese tropezón. Una discusión muy violenta y que grafica estupendamente la dinámica de una familia que tiene un hijo o hija con problemas de adicción y todo lo que ello implica. No solo Gia y Leslie son víctimas de los insultos y amenazas de Rue (Zendaya ha estado en una de esas interpretaciones que te hacen ganar un Emmy), sino también Elliot y Jules, quienes están presentes. Sin embargo, el problema para Rue no es que todos hayan descubierto la verdad, sino que ha perdido la maleta de opioides que debe vender.
Lo que esto origina es una odisea para Rue a la que acompañaremos ese día (y esa noche), de arriba para abajo, buscando refugio mientras afronta un grave síndrome de ansiedad. Así, luego de huir de su carro mientras su familia la llevaba a rehabilitación, deambula por la ciudad y llega a la casa de Lexi y Cassie, donde, sin motivo alguno que sea explicado, también están Kat y Maddy. Rue está fuera de sí, completamente dominada por su adicción, pues su inquietud no es conseguir un lugar donde pasar la noche, sino buscar cualquier droga que calme la ansiedad que tiene. Por muchos momentos me ha parecido estar viendo una comedia negra, en especial cuando, en frente de todas, le pregunta a Cassie hace cuánto estaba teniendo sexo con Nate. Cassie solo ha querido ayudarla, pero Rue no quiere ayuda y ha volcado toda su ira contra ella. Como este es un episodio únicamente sobre la protagonista, hemos visto solo las migajas de la reacción de Maddy reclamándole a Cassie. Lo correcto sería que le den un capítulo entero a este tema ya que ha sido uno de los ejes de la temporada.
Volviendo al episodio actual, Rue logra burlar esa situación y huir, incluso de su madre nuevamente, quien también había llegado a la casa para verla. Prosigue una visita al piso de Fez, quien, para evitarse problemas, tampoco la recibe. El gran detalle del episodio está en que la degradación de la protagonista es cada vez mayor. Encuentra un garaje abierto de una casa completamente desconocida y se mete a robar. Es el comportamiento de una drogadicta que ha tocado fondo. No sé si es un poco de morbo (o bastante), pero esta es la versión de Rue que se convierte en un activo más interesante a la trama.
De hecho, uno de los mejores momentos es la persecución policial que viene luego. Es tan divertida que podría inspirar un videojuego, pero es triste al mismo tiempo porque estamos viendo un espectáculo a causa de una chica que está absolutamente desorientada y hundida en su adicción. Una serie de obstáculos y unos saltos estilos parkour la llevan a escaparse de la policía y llegar a la casa de Laurie, la dealer que le suministró la droga para que la venda. Tras una conversación que parece amigable en principio, Rue pide que, para calmar el dolor que le produce el síndrome de ansiedad, le suministre morfina. Al día siguiente, Rue logra huir de este sitio también y se dirige sin rumbo conocido, aunque podría ser que vuelva a su hogar.
Creo que este capítulo no tendría nada que envidiarle a una cinta del estilo de Requiem for a Dream, que es, a mi manera de ver, de las películas que mejor ha sabido abordar el tema de la drogadicción. Si bien Euphoria explora varios temas sobre los adolescentes, las drogas siempre han jugado un papel primordial en el desarrollo del argumento y en este episodio, que ha sido el mejor de la temporada hasta ahora, se acerca a mostrar un retrato mucho más trágico de las consecuencias pues, aunque ya no tenemos el enfoque cuidadoso que se le daba a todas las subtramas durante la primera temporada para que todas puedan desarrollarse de manera equilibrada, a cambio nos han brindado mayor intensidad con la que algunos personajes puede explotar por completo sus problemas internos y sufrir la peor cara de estos.
Estudié Economía en la Udep, pero mi película favorita no es Wall Street ni mi serie favorita es Billions. En realidad no tengo ninguna favorita, por eso dedico todo el tiempo posible a ver la mayor cantidad de series y películas que pueda, y porque me gusta. Escribo también en estrimin.pe.
****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Llegamos al final de lo que podría considerarse como una de las mejores series del 2024. Y felizmente, “El Pingüino” ha concluido de manera satisfactoria —más que satisfactoria, de hecho. El personaje del título (Colin Farrell) por fin se ha convertido en el verdadero villano que siempre debió ser; Sofia Gigante (Cristin Milioti) ha regresado al asilo de Arkham, para volver a vivir su peor pesadilla. Pero más importante: lo que tanto nos teníamos, terminó pasando. Vic (Rhenzy Feliz), el eterno aliado de Oswald, es asesinado por este último luego de que tienen una breve conversación, en la que el primero le confiesa que lo considera como familia. El último cuchillazo en el corazón (no literal). El último paso que Oz tenía que dar para convertirse en lo que debía ser.
De hecho, lo que postula este último episodio de “El Pingüino”, es que Oz siempre fue así. Desde pequeño. No solo porque terminó matando a sus dos hermanos, como vimos en otro flashback, si no también porque siguió viviendo con su mamá después de eso, como si nada hubiese pasado. Para él, sus hermanos eran como obstáculo que le impedían estar con su madre, y que debían ser eliminados. Quería a su madre solo para él. Quería su aceptación. Quería darle la vida que siempre quizo tener. Pero como Oz no puede obtener todo lo que quiere, y mucho menos lo más importante para él, su madre termina teniendo un derrame, el cual la deja en estado vegetativo. Todo por lo que luchó, todo por lo que mató… se esfumó en pocos minutos. Y todo lo que queda es un Oz destruido, que lo tiene todo pero a la vez nada.
Es así, pues, que “El Pingüino” nos deja con una de las mejores construcciones de un villano que haya visto en un buen tiempo. A diferencia de lo que está haciendo Sony, la serie nunca trata de redimir a su personaje central ni mucho menos. No trata de convertirlo en un antihéroe. Lo que ha hecho es obligarnos a seguir a un personaje nefasto, a un psicópata al que entendemos, pero al que nunca llegamos a justificar. Es fascinante, y se cuelga de las excelentes actuaciones de Farrell, Milioti y Feliz. De hecho, si tengo una sola queja, es que “El Pingüino” no logra insertar suficientes referencias al mundo en el que sucede (¿cómo es que Batman ha ignorado todo lo que pasa en el show?) Y aunque me encantó la aparición de la Batiseñal al final, creo que pudieron haber puesto… más. Pero eso es lo único, ¡lo juro! Por lo demás, “El Pingüino” ha concluido muy bien, y ha demostrado ser, nuevamente, de lo mejor que hemos podido ver este año en streaming.
****½ sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
Ya nos vamos acercando al final. En el sétimo episodio de “El Pingüino”, llamado “El Jefe”, las cosas se tornan más complicadas para el personaje del título. Su madre, Francis (Deirdre O’Connell) ha sido capturada por Sofia Gigante (Cristin Milioti), y cuando llega a su casa en busca de Vic (Rhenzy Feliz), más bien se encuentra con Sal Maroni (Clancy Brown), quien le pide lo lleve a su base de operaciones en las alcantarillas. Después de todo, se quiere vengar de Oz por haber matado a su esposa, y de paso se quiere quedar con su operación de producción y distribución de drogas para compartirla con Sofia.
Es una situación compleja, pues, de la cual, para variar, Oz logra salir. Con la ayuda de un secuaz, logra apagar las luces de su base, se escapa de las garras de sus enemigos, y termina asesinando a Maroni… bueno, más o menos. Pelean, y este parece morir de un infarto, lo cual frustra a Oz, quien siempre quiere demostrar que es el ganador y es mejor de lo que el resto cree. Pero por su parte, en una conversación con Francis, Sofia se da cuenta de algo: todo este tiempo, quizo hacer algo nuevo, ser distinta. Pero ha estado jugando el mismo juego que su padre. Por ende, cuando Oz le pide que vaya a su base para entregar a su madre, hace algo diferente: le manda una bomba. Y aunque el Pingüino sobrevive (obviamente), para variar, los que pagan las consecuencias de la explosión son los residentes más pobres de la superficie. Al igual que con la inundación del Acertijo en “Batman”, son los más necesitados los que sufren por las acciones de estos villanos.
Es así que “El Pingüino” se va acercando a su final, sorprendiéndonos con giros narrativos interesantes y demostrando que ya se está acercando a un clímax potencialmente intrigante. Disfruté del flashback a la infancia de Oz con su madre (pues resulta que el pequeño Pingüino fue el responsable de la muerte de sus hermanos… o al menos eso parece), y disfruté de la escena entre Francis y Sofia, y de la intervención del Doctor Rush (Theo Rossi) en toda la situación. Sofia sigue siendo una antagonista formidable, dejando a Oz más solo que nunca. Aparentemente sin Vic (por el momento, asumo) y con un ejército muerto. ¿Qué pasará en el último episodio de la próxima semana? Tengo mis teorías, pero como siempre, estoy seguro que “El Pingüino” logrará sorprenderme.
destacado
CRÍTICA: Agatha en todas partes – Episodios 8 y 9 (FINAL)
Publicado
hace 3 semanasel
31 octubre, 2024EPISODIO 8
****sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
El octavo (¡y penúltimo!) episodio de “Agatha en todas partes” comienza con el breve retorno de Alice (Ali Ahn), quien al encontrarse con la Muerte (Aubrey Plaza) se entera de que ya cumplió con su misión en la Tierra; al ser una Bruja de Protección, murió protegiendo a alguien. Luego de eso, retornamos a donde Billy (Joe Locke) y Jennifer (Sasheer Zamata) escapando de la prueba anterior, y del sacrificio de Lilia (Patti LuPone). Eventualmente, se reencuentran con Agatha (Kathryn Hahn), y aunque tratan de avanzar por el Camino de las Brujas, al final se dan cuenta de que este es un círculo, y regresan a donde comenzaron.
¿O no? Porque sí terminan llegando a la última Prueba, donde Agatha se da cuenta que cada una de las brujas ha llegado al momento en donde puede (¿debe?) recibir lo que está buscando. Jennifer recupera sus poderes (resulta que era la mismísima Agatha las que los estaba bloqueando), Billy encuentra la manera de meter la consciencia de su hermano en el cuerpo de un niño que está a punto de morir, y Agatha… bueno, logra crear vida a partir de la tristeza, lo que la lleva a enfrentarse a la Muerte y, para sorpresa de muchos, autosacrificarse. ¡Resulta que no era taaaan mala después de todo!
Todo va culminando, pues, tal y como asumíamos que culminaría, pero lo más interesante ha sido reservado para el final del episodio. Ya de vuelta en casa (y luego de haber adquirido su propio traje de superhéroe y todo), Billy se da cuenta de algo, y el público es testigo de un giro bastante chocante. El Camino de las Brujas nunca existió; siempre estuvo basado en las experiencias y cosas que Billy tenía en su cuarto. Como buen hijo de Wanda Maximoff, creó su propia realidad, y trajo consigo a las brujas para meterse en ella (lo cual explica cómo es que la Muerte se va del Camino simplemente cortando un agujero en una pared falsa en el fondo… huh). Es un “twist” que funciona, pero que sí me dejó con una desagradable sensación, parecida a la del estereotípico final de “todo fue un sueño”. Y así termina, lo cual, por supuesto, me lleva a…
EPISODIO 9 (FINAL)
**** sobre *****
*CUIDADO QUE HAY SPOILERS*
…el último episodio de “Agatha en todas partes”, por supuesto. Es aquí, pues, que nos enteramos —a través de un flashback bastante extenso— de la vida de Agatha entre 1750 y 1756, primero cuando dio a luz a su hijo Nicky, y luego cuando vivió con él hasta el día que la Muerte se lo llevó, engañando a brujas para luego matarlas. Pero más importante, es aquí que se complementa lo revelado en el episodio anterior, mostrándonos que la Balada del Camino de la Bruja nunca fue real —simplemente era la adaptación de una canción que al pequeño Nicky se le ocurrió mientras caminaba con su madre cerca al bosque.
Por ende, es Agatha quien se inventó todo el rollo del Camino, y como se muestra en un montaje bastante memorable, quien engañó por literalmente siglos a brujas, diciéndoles que les mostraría el Camino, para luego extraerles todo su poder. Es eso, de hecho, lo que planeaba hacer con Alice, Jennifer y Lilia al inicio de la temporada, en el sótano de su casa… hasta que Billy, con su propio poder, creó el Camino por primera vez en la historia. Es así, pues, que este episodio final nos muestra claramente el arco de personaje de Agatha: comenzó la temporada como alguien que simplemente quería seguir engañando a otras brujas, como siempre, y la terminó sacrificándose por Tommy, y convirtiéndose en una fantasmita.
Es ya en el presente que la vemos así, y que llegamos al final de la serie: con Agatha y Billy saliendo a la luz, en busca de Tommy. ¿Veremos el desarrollo y desenlace de dicha aventura? Sospecho que sí, pero no sé si en una segunda temporada de “Agatha en todas partes”, o en alguna otra serie. En todo caso, se puede decir que este show terminó siendo mejor que lo que muchos esperaban; correcto, en términos generales, y en el caso de algunos episodios un poco repetitivo, pero en el caso de otros, bastante memorable. No la he pasado mal con “Agatha en todas partes”, y ahora que el personaje del título es un fantasma, me gusta la idea de seguir a Billy Maximoff en la búsqueda de su hermano. ¡Apúrense y háganlo realidad, Marvel!