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CRÍTICA N°02 – Into the Night: Solo en circunstancias extremas emana tu verdadera esencia
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hace 4 añosel
Cuando comenzaron los eventos de la pandemia, al principio lo vimos como algo lejano…algo que sucedía a miles de kilómetros en una desconocida ciudad de Wuhan, sin embargo a medida que pasaban las semanas y veíamos que el virus se acercaba a nosotros sentíamos que estábamos en el capítulo debut de una serie apocalíptica…día tras día vemos como se incrementan exponencialmente los infectados y la economía global sufre una las peores crisis de su historia…sin embargo para muchos, y me incluyo, esta ha sido una oportunidad para valorar lo realmente importante de nuestras vidas, y quizás descubrir quiénes somos en realidad.
Durante una noche de insomnio en cuarentena navegando en Netflix, buscaba una serie corta, rápida y original, luego varios intentos, ubiqué una que aparentemente cumplía los requisitos; solo 6 episodios, cada episodio de 35 a 45 minutos y acerca de un fenómeno natural que comprometía la extensión de la humanidad…así que decidí que mi trasnochada tenía motivos válidos. Basada en la novela digital de ciencia ficción polaca, “The Old Axolotl” de Jacek Dukaj, “Into the Night”, de Jason George es la primera serie belga producida Netflix (recientemente estrenada en mayo 2020), vibrante Thriller apocalíptico acerca de supervivencia, y que presenta a un grupo ordinario de personas que se ven obligadas a estar juntos en la cabina de un avión, forzados por las circunstancias a trabajar a la par para mantenerse con vida.
Sin ser una obra maestra, la serie cumplió con creces mis expectativas, y existen tres factores que son fundamentales para ello, y los listo en orden de preferencia inverso:
Primero, es rápida y atrapante
A pesar de que se siente como una serie novata (que lo es), su desarrollo es increíblemente interesante, su trama te atrapa y su velocidad hace que te mantengas pegado a la pantalla (terminé toda la temporada durante esa madrugada de insomnio). La historia se va contando a cuenta gotas, y el espectador se va enterando al mismo tiempo que los personajes de lo que va pasando, es así como te enteras que el apocalipsis se debe a un evento natural que tiene un impacto inmediato, por lo cual la humanidad no ha tenido el tiempo ni capacidad de explicar las razones del mismo, solo se presentan especulaciones acerca de que la causa se debe al cambio de polaridad del sol y que la exposición a este tiene un efecto mortal en todo ser orgánico; imaginen que este evento sucede en menos de 24 horas.
A pesar de que la serie presente varias incongruencias, George (quien escribe los seis episodios) decidió darle más peso a que durante todos los episodios sigan pasando cosas (a pesar de que algunas de ellas sean de las más inverosímiles), y llevar a los personajes a su límite, dosificando las noticas y dejando al espectador pidiendo más.
Segundo, la cabina del avión como escenografía
La escenografía principal de la serie termina siendo una cabina de avión, para ello los productores decidieron por temas presupuestales construir una cabina de tamaño real y convertirá en un estudio más, logrando que la tensión de la trama se incremente al sentirnos confinados. En todo momento la cámara esta encima de los personajes, escuchando sus respiraciones y transmitiendo sus emociones, todo ello en el espacio reducido de un avión replicado a escala real.
El manejo de cámara es bastante efectivo y acompaña bastante bien la filosofía que George le ha querido dar a la serie, transmitiendo calma cuando quiere, pero sobre todo exponiendo escenas de estrés con suficiente efectividad.
Tercero y lo más relevante, los personajes
Lo interesante y lo que creo que me convierte en fan acérrimo de las series apocalípticas, es ver como las personas reaccionarían a eventos como los planteados en esta serie, que pasaría si todo lo que conoces y por lo que vives dejara de existir de la noche a la mañana. El factor clave para que “Into the night” te atrape es lo bien que se desarrollan los personajes principales, a pesar de ser una serie muy rápida, termina explorando muy bien a cada uno de ellos (algunos con mayor consistencia que otros), algo que obviamente George priorizó, no por nada cada episodio lleva el nombre de un personaje.
Cada episodio nos da una breve mirada pre apocalíptica de los personajes del título de cada episodio y la razón que los llevo a tomar el viaje que finalmente les salvo la vida. Es interesante ver que estás razones pierden relevancia al exponerse a eventos extraordinarios y como ante circunstancias extremas pueden exponer sus verdaderas destrezas, virtudes o perversiones; y que quizás en circunstancias habituales como la de un mundo consumista como el en que vivimos actualmente se vieron frustradas.
Algo también seductor acerca de los personajes es la mezcla interesante de culturas y nacionalidades (lo cual suma mucha a la serie y sus intenciones de internacionalización), teniendo personajes rusos, italianos, franceses, alemanes, hasta turcos…todos provenientes de circunstancias muy diferentes. Se destacan sobremanera los personajes de Silvie (una muy sólida Pauline Etienne), quien se muestra inicialmente como alguien a quien no le interesa nada de su realidad y que poco a poco va asumiendo sin querer el liderazgo del grupo; otros personajes interesantes son el contrabandista Ayaz (Mehme Kurtulurus) y el poco ético copiloto Mathieu (Laurent Capelluto), lamentablemente personajes como el de Terenzio (Stefano Casseti), quien es el que secuestra el avión, es usado por George como una marioneta, perdiéndose la credibilidad y desperdiciándose quizás el personaje más interesante de la serie, todo esto en pro de la trama y su filosofía.
“Into the Night” es ante todo una serie entretenida, y si la calificamos bajo este concepto, cumple y cumple bien. Netflix, como buen líder del mercado streaming le vio mucho potencial y seguramente para su segunda temporada se tendrán guiones más sólidos y creíbles, mejores puestas en escenas y ojalá mayor consistencia a alguno de los personajes. Si la segunda temporada sigue los planteamientos del libro se viene una entrega realmente interesante.
Cocinero autodidacta y amante del cine, la música y la pintura. Recientemente publica en Medium ensayos de variados derivados de películas (https://link.medium.com/QzYF4Gjsw6). Ingeniero Civil de profesión y Co fundador de Cheespoint. Enamorado de mi familia y la vida. MBA Tulane University / Ingeniero Civil por la PUCP Miembro CIP / Lean Institute / BNI
Philomena Cunk (no confundir su apellido con… otra palabra en inglés) es un personaje del que quizás no sepamos demasiado acá en Latinoamérica, pero que poco a poco ha ido ganando adeptos, más que nada gracias a las redes sociales. Originándose en la serie mockumental de Charlie Brooker Weekly Wipe, Cunk fue presentada al inicio —y hasta cierto punto, todavía— como una reportera no muy inteligente y de ideas curiosas, y a partir de ahí fue siendo desarrollada a través de nuevos proyectos. Es decir, poco a poco, Cunk fue cobrando más importancia, lo cual resultó en una miniserie como “Cunk on Britain” (la cual, desgraciadamente, no está disponible en Latinoamérica… legalmente).
La buena noticia, sin embargo, es que la segunda miniserie de Cunk fue coproducida entre la BBC y Netflix, lo cual quiere decir que sí está disponible en nuestra zona del mundo. Y para el agrado tanto de los fanáticos como de quienes recién estén descubriendo al personaje, “Cunk on Earth” es tan graciosa, ácida e imprevisible como su predecesora. Lo que tenemos acá, de hecho, es una sátira de miniserie documental en donde la buena Philomena pasa por diferentes lugares del mundo (ya sea de verdad, o con pantallas chroma… ya cada uno decidirá cuál es la verdad), hablándonos sobre la historia y el desarrollo de la humanidad. Comenzando con los hombres primitivos, pasando por la edad media, el renacimiento, la revolución industrial, y apropiadamente culminando en el presente, Cunk nos habla de mucho, lo cual puede resultar hasta un poco agobiante.
Pero no importa. Porque como se deben imaginar, “Cunk on Earth” funciona gracias al ritmo ágil que maneja —solo cuenta con cinco episodios de menos de media hora cada uno—, y por supuesto, al sentido del humor de su presentadora. Porque Philomena Cunk sigue siendo un personaje curioso, que por momentos actúa de manera muy estúpida, y en otros con una curiosidad digna de una niña que recién está descubriendo el mundo (apropiado para esta serie, además). Y Diane Morgan la interpreta con una seriedad perfecta, recitando diálogos francamente absurdos sin esbozar ni media sonrisa, dejando en claro que tanto ella como el creador de la serie, Charlie Brooker, saben que mientras más serio sea el tono de la cuestión, más risas causarán en el espectador.
Lo cual no quiere decir que Philomena sea un personaje plano o poco interesante. De hecho, todo lo contrario. Da risa no solo escucharla hacer las preguntas más estúpidas posibles a profesores de Cambridge o de Oxford, si no que también participa de secuencias físicamente entretenidas. Destaca, por ejemplo, una escena en la que se mete a un castillo medieval, y comienza a recrear una supuesta escena cotidiana de la época, señalando diferentes partes del ambiente mientras se incluyen los efectos de sonido apropiados en postproducción. Todo es resuelto en un plano secuencia, lo que ya de por sí es impresionante, pero además va escalando. Comienza de forma bastante verosímil (con Philomena mencionando a caballeros y reyes y súbditos), pero termina incluyendo elementos fantásticos que simplemente hicieron que llorara de la risa.
Y es ahí, obviamente, donde radica la genialidad de “Cunk on Earth”: es una excelente parodia, que maneja los mismos elementos narrativos y estilísticos de la serie documental promedio de la BBC, pero con una presentadora que poco o nada sabe del tema del que está hablando. No, no todos los gags funcionan —algunas referencias a cultura popular pueden sentirse forzadas, a decir verdad—, pero el ritmo de inclusión de chistes es tan rápido y furioso, que si alguno no funciona, uno no debe preocuparse: el siguiente viene pronto, y lo más probable es que sí dé risa. Consideren, si no, la múltiples malas pronunciaciones por parte de Cunk de palabras complicadas (o no tan complicadas, como “Biblia”), o ciertos comentarios sardónicos sobre problemas contemporáneos, muchos relacionados a la religión o la tecnología.
“Cunk on Earth” usa, además, ciertos recursos puramente audiovisuales para hacernos reír. Está la sección en la que Cunk habla sobre el islamismo, la cual es simplemente “cortada” de la emisión por ser ofensiva. O la frecuente inclusión de la canción “Pump Up the Jam” de Technotronic. O la aparición de cierto comercial para un resort mexicano en el que Cunk DEFINITIVAMENTE se quedó, porque DEFINITIVAMENTE estuvo grabando en México para la serie. Elementos como esos hay varios, y honestamente, la mayoría ayudan a que los cinco episodios del show pasen rápido, resulten inesperadamente informativos, y por supuesto, lo hagan matarse de risa a uno. “Cunk on Earth” es presentada, pues, como una miniserie de bajo presupuesto, y como una miniserie que sabe que tiene un bajo presupuesto.
Además, el show cuenta con algunos momentos inesperadamente humanos o hasta informativos, lo cual contrasta perfectamente con toda la ridiculez. Muchos de los invitados de Philomena —científicos, profesores, investigadores, ingenieros, y más… ¡todos reales!— son capaces de responder a sus preguntas absurdas con reflexiones bastante honestas, y la mayoría de episodios son capaces de decirnos algo interesante sobre la religión, la guerra, el desarrollo tecnológico, o la naturaleza humana. Y aunque sé que es parte de la parodia, me sorprendió cuando Cunk se puso a llorar al enterarse de que la perrita Laika murió cuando fue enviada al espacio por los rusos durante la Guerra Fría —un momento de inesperada humanidad para un personaje que, por lo demás, es una caricatura.
La pasé muy bien con “Cunk on Earth”. Me vi todos los episodios en menos de un día, no solo porque son pocos y porque son cortos, si no porque resultan adictivos. Cada uno maneja un tema y una época en específicos, lo cual lo motiva a uno a seguir viendo hasta el final. Y por supuesto, todos manejan un excelente estilo del humor y un nivel de calidad súper alto, lo cual ayuda a que uno siempre diga al final de cada episodio: “¿y si veo el siguiente?”. Nuevamente, no todos los gags funcionan, pero aquellos que no dan risa son la minoría, en realidad, y entre la excelente actuación de Morgan, el ocasional comentario social y político, la ridiculez de la premisa, y la seriedad del tono —y los invitados—, “Cunk on Earth” logra convertirse en una experiencia divertidísima, adictiva y altamente recomendable. Felizmente sabemos que esta no será la última aparición de Philomena Cunk en el mundo audiovisual; de lo contrario, no me quedaría más que protestar hasta que la BBC o Netflix me haga caso.
“Cunk on Earth” está disponible en Netflix.
“Warrior Nun” es una de esas series que vi con mucho entusiasmo durante el primer año de pandemia, emocionado por disfrutar algo durante el encierro por el que muchos estábamos pasando. En ese momento, necesitaba ver algo entretenido y sonso y que no me haga pensar demasiado, y eso es precisamente lo que me dio la primera temporada de “Warrior Nun”. Mezclando una historia apropiadamente loca, con peleas bien coreografiadas, y actuaciones sorprendentemente sólidas, “Warrior Nun” le hizo honor a su tan memeable nombre, dando a entender que las cosas se pondrían incluso más estrafalarias en la siguiente temporada.
Y no puedo decir que se hayan equivocado. La segunda temporada de “Warrior Nun” podría considerarse como más de lo mismo, sí, pero a la vez, también es una mejora en relación a lo que vino antes. Sí, el diálogo es de calidad inconsistente. Sí, el tono del show varía con demasiada frecuencia, mezclando violencia y gore y comentario social y religioso, con momentos francamente ridículos. Pero no podemos negar que nadie vería una serie con un título como “Warrior Nun” esperando una obra maestra. De hecho, lo que el título nos podría prometer, sería una experiencia bien de serie-B, como algo que produciría la gente de The Asylum, o Sy Fy. El hecho de que sea algo considerablemente mejor que dichas ofertas debería ser considerado como un pequeño milagro.
(Heh. Milagro).
La segunda temporada de “Warrior Nun” comienza un par de meses luego de la primera. Nuestra protagonista, Ava (Alba Baptista), la Monja Guerrera del título, está viviendo en los Alpes Suizos con su mejor amiga (y quizás algo más), la aguerrida Hermana Beatrice (Kristina Tonteri-Young, hipnotizante). Se están escondiendo, pues, de Adriel (William Miller), quien revivió al final de la temporada pasada, y ahora está cobrando fama, realizando milagros, y convenciendo a la gente de que es un ángel caído desde el cielo. Evidentemente, nuestras heroínas saben que eso no es cierto, pero también que deben entrenar y prepararse para el inevitable enfrentamiento con este potencial demonio.
Sus planes se aceleran, sin embargo, cuando Ava conoce a Miguel (Jack Mullarkey), quien dice estar trabajando para una organización secreta dispuesta a acabar con Adriel. Con ganas de por fin hacer algo, Ava decide unirse a Miguel, siempre bajo el cuidado de Beatrice. Mientras ellas piensan en un buen plan, la Madre Superiora (Sylvia De Fanti) y su mano derecha, la hermana Camila (Olivia Delcán) intentan encontrar una manera de acabar con Adriel; la doctora Jillian Salvius (Thekla Reuten) sigue buscando la forma de recuperar a su hijo, Michael, quien pasó por un portal a otra dimensión; y el traicionero Padre Vincent (Tristán Ulloa) trata de convencer a Ava y compañía de unirse a Adriel en su supuesta misión por traer paz al mundo.
“Warrior Nun” es una de esas series fantásticas que cuentan con un montón de trama. Tenemos varios personajes importantes, y ni siquiera se ha mencionado en los párrafos anteriores a figuras como la monja corrupta Lilith (Lorena Andrea), o al nuevo Papa, Duretti (Joaquim de Almeida). Es un show con un montón de lore, que va introduciendo con rapidez nuevas contorsiones narrativas y giros e historias de trasfondo basadas en mitos y situaciones reales. Consideren, si no, el rol que juega en la historia la corona de púas de Jesucristo (¡!), o la aparición de personajes ajenos a la hermandad de Ava, como una monja increíblemente entusiasta (¡siempre sonriente!) llamada Yasmine (Meena Rayann). “Warrior Nun” está siempre en movimiento, introduciendo novedades con frecuencia, como para que el público no se aburra.
Generalmente, este tipo de estrategias resultan en productos finales demasiado inflados o hasta incoherentes…. pero sorprendentemente, ese no es el caso de la segunda temporada de “Warrior Nun”. El creador Simon Barry y su equipo (que incluye a David Hayter como guionista; ¡sí, la voz de Solid Snake en los juegos de “Metal Gear Solid”!) hacen un buen trabajo balanceando todos los elementos de la historia, como para no perder de vista ni a la protagonista, ni al conflicto central entre ella y Adriel. Sí, se podría ahondar más en elementos más contemplativos, como el hecho de que Ava sabe como es estar muerta, o como la desaparición de ciertos personajes que fueron importantes en la primera temporada. Incluso hay cierto giro chocante que acaba con todo un grupo de personajes, y a nuestras protagonistas no parece importarles mucho.
Lo cual no debería sorprender, francamente. “Warrior Nun” no es una serie contemplativa en lo absoluto; es una historia que funciona en el momento, y que como se ha mencionado antes, está siempre en movimiento. Si uno la ve considerando eso —y considerando, además, que está basada en un personaje de cómics; ¡sí, en serio!— entonces la puede pasar de lo lindo. Los episodios se mueven a buen ritmo, los personajes son simples pero carismáticos y entretenidos, y la trama es de lo más alocada. Incluso me atrevería a decir que hasta a las personas más conservadoramente religiosas les costaría ofenderse con “Warrior Nun”. Sí, el show deja muy mal parada a la Iglesia como institución, pero no parece tener nada en contra de la fe o de las creencias de la gente. Todo lo contrario.
Aparte de eso, resulta (todavía) muy divertido ver a estas monjas patear traseros. Al igual que en la primera, esta segunda temporada de “Warrior Nun” cuenta con peleas muy bien coreografiadas y emocionantes. Destacan una trifulca que sirve para demostrar los nuevos poderes de Lilith (ahora más demonio que monja, valgan verdades), y un enfrentamiento entre la Hermana Beatrice, y un montón de fanáticos de Adriel en un pasillo. Se nota que las mismas actrices han entrenado para estas secuencias, y felizmente son filmadas con movimientos de cámara fluidos y sin abusar de los cortes rápidos, como para que se entiendan bien y emocionen a cualquier espectador. Impresionante, la verdad.
Lo cual no quiere decir que todo en “Warrior Nun” sea espectacular. De hecho, por más de que la mayoría de efectos visuales digitales sean de buena calidad, la temporada todavía cuenta con algunos momentos francamente impresentables. Consideren, si no, las alas con las que cuenta cierto personaje (lucen como algo extraído de un juego para PlayStation 3), o ciertos planos en chroma, que parecen sacados de una película de hace veinte años. “Warrior Nun” aprovecha muy bien sus locaciones reales por toda Europa (los Alpes, por supuesto, y ciudades como Madrid), pero a la vez, puede lucir un muy poco barata cuando comienza a depender demasiado de creaciones digitales. No es algo que malogre la experiencia, pero sí evita que la serie se sienta tan sofisticada como seguramente le gustaría a sus creadores.
Mucho de lo disfrutable en “Warrior Nun”, eso sí, viene gracias al trabajo de los actores. Como siempre, Alba Baptista está genial como Ava, inyectándole mucho carisma y personalidad a un personaje potencialmente plano. Me encanta el contraste entre su entusiasmo y sarcasmo, y la seriedad de los personajes que la rodean. Parece que la joven actriz está entrando poco a poco en el mainstream, y espero que siga así; ¡no me molestaría verla en una película de renombre para cines!
Por otro lado, Kristina Tonteri-Young está muy bien como Beatrice. Su química con Alba es palpable, y resalta tanto en las escenas más dramáticas, como durante las secuencias de violencia. Ayuda, además, que Beatrice como personaje sea adorable, y que haya crecido bastante en comparación a su aparición en la primera temporada. Por su parte, William Miller es suficientemente intimidante como Adriel, luciendo como un Fabio encantador y demoníaco. Thekla Reuten logra inyectarle algo de emotividad a la historia a través de su rol como Jillian; Tristán Ulloa es creíble como Vincent; la Madre Superiora Sylvia De Fanti demuestra ser la lideresa perfecta para nuestras protagonistas; Olivia Delcán destaca más que antes como la Hermana Camila, y Joaquim De Almeida (uno de los grandes actores secundarios de Hollywood) la está pasando muy bien interpretando al nuevo Papa.
Si se divirtieron con la primera temporada de “Warrior Nun”, entonces la pasarán de lo lindo con la segunda. La serie es lo que es, y dudo que vaya a convertir a los espectadores más cínicos; no busca ser nada más que entretenimiento puro, pues, aprovechando bien el potencial de su ridículo título. Pero si creen que no serán capaces de creerse una historia que involucra a Monjas Elegidas por una Aureola, Hermanas Que Saben Kung-Fu, demonios carismáticos, mujeres aladas, y portales a otras dimensiones, pues no le pongan play ni al primer episodio. “Warrior Nun” no es para todo el mundo, pero quienes estén sedientos de ver historias de género suficientemente bien contadas, y que no tienen miedo de ser absurdas, deberían darle una oportunidad a este show. Espero que puedan producir una tercera temporada; con Netflix nunca se sabe.
destacado
‘The Witcher’: Liam Hemsworth reemplazará a Henry Cavill para la cuarta temporada
Publicado
hace 2 añosel
31 octubre, 2022Netflix ha renovado The Witcher para una cuarta temporada con un giro.
Liam Hemsworth reemplazará a Henry Cavill en la épica serie dramática, tomando las riendas como Geralt de Rivia.
El movimiento se produce antes de la tercera temporada de la serie, que regresará en el verano de 2023. Una serie de precuelas de cuatro partes, The Witcher: Blood Origin, se lanza el 25 de diciembre de 2022.
Cavill, quien reveló a principios de esta semana que regresará en el papel de Superman, interpretó al sombrío Geralt de Rivia, la pesadilla de las bestias sobrenaturales en las primeras tres temporadas de la serie dramática.
The Witcher es una historia de los destinos entrelazados de tres personas en el vasto mundo de The Continent, donde humanos, elfos, brujos, gnomos y monstruos luchan para sobrevivir y prosperar, y donde el bien y el mal no se identifican fácilmente.
También está protagonizada por Anya Chalotra y Freya Allan.
Hemsworth, mejor conocido por protagonizar la franquicia Hunger Games, recientemente protagonizó el drama de Quibi Most Dangerous Game. Asumirá el cargo de Geralt de Rivia en lo que se cree que es un gran negocio.
Según las fuentes, Cavill había hecho un contrato a corto plazo para The Witcher y sintió que era hora de seguir adelante después de tres temporadas en el programa, que se filma en el extranjero y tiene un calendario de producción exigente. Ya tiene proyectos de cine y televisión en fila, incluido el recién anunciado The Ministry Of Ungentlemanly Warfare, además del regreso de Superman. Las coprotagonistas de Cavill’s Witcher renegociaron sus contratos antes de la temporada 4, dijeron las fuentes.
Lauren Schmidt Hissrich es showrunner y productora ejecutiva. Tomek Baginski, Jason F. Brown, Sean Daniel, Mike Ostrowski, Steve Gaub y Jarosław Sawko también son productores ejecutivos.
Cavill dijo: “Mi viaje como Geralt de Rivia ha estado lleno de monstruos y aventuras y, por desgracia, dejaré mi medallón y mis espadas para la temporada 4. En mi lugar, el fantástico Sr. Liam Hemsworth tomará el control. manto del Lobo Blanco. Al igual que con los más grandes personajes literarios, paso la antorcha con reverencia por el tiempo dedicado a encarnar a Geralt y con entusiasmo por ver la versión de Liam de este hombre tan fascinante y lleno de matices. Liam, buen señor, este personaje tiene una profundidad tan maravillosa, disfruta sumergiéndote y viendo lo que puedes encontrar”.
Hemsworth agregó: “Como fanático de Witcher, estoy encantado con la oportunidad de interpretar a Geralt of Rivia. Henry Cavill ha sido un Geralt increíble, y me siento honrado de que me entregue las riendas y me permita tomar las espadas del Lobo Blanco para el próximo capítulo de su aventura. Henry, he sido fan tuyo durante años y me inspiró lo que aportaste a este querido personaje. Puede que tenga algunas botas grandes que llenar, pero estoy realmente emocionado de ingresar al mundo de The Witcher”.